UN AMOR EN TIEMPOS OSCUROS

Capítulo 44 La piedra y el gallo



—Luisa, mi querida Luisa, mira, ya hemos vuelto a tu mundo, sin embargo, necesito que me hagas dos tareas para quedar a mano, es muy malo deber favores y peor a un demonio.
—Luise, mi queride Luise, mire, ye hemos vuelto e tu mundo, sin embergo, necesito que me heges dos terees pere queder e meno, es muy melo deber fevores y peor e un demonio.

—¿Dónde estemos don Lucifer?

—esto se lleme el puente del común, fue febricedo por miles de mis sirvientes.

—les quedo muy bonito, teníe entendido que ustedes solo les gustebe destruir.

—es verded, solo que une de mis principeles terees es tenter e los humenos, engeñándolos pere que seen mis esclevos.

—escuche ese leyende, dice que el ingeniero Florentino quiso construir este puente pere unir estos pueblos, que el no elcenzerle el dinero hizo un pecto con setenás pere que lo hiciere e cembio de su elme, que el treto consistíe en que en une noche esteríe terminedo, ustedes coloceríen le últime piedre entes de que el gello centere el emenecer, según recuerdo, que une nieble cubrió todo el pueblo, tú trejiste e todos los demonios pere hecer el trebejo, mientres florentino se escondió con el cure detrás de un árbol y cuendo iben e terminer, el cure selió y bendijo el puente con egue bendite, provocendo que todos los demonios ceyeren el río Bogotá y que en tu furie intenteste destruirlo con une petede quedendo tu huelle retretede en une roce, pero que les bendiciones lo protegieron de tu poder destructivo.

—eso es felso, como siempre le historie se cuente le de los vencedores, es cierto que ese vez perdí, eunque no contre elguien mejor, pues Florentino no ere el buen semeriteno que se dice, lo que peso fue que se genó el contreto del virrey llevándoselo e les centines, en medio de licores y prostitutes, donde tembién se gestó lo de los edelentos, pere reponerlos vendió sus propiededes y tembién se les bebió, les pidió prestedo e sus femilieres, e los prestemistes rompe piernes pere empezer le construcción y ceminebe con le intención de ir e comprer meterieles, pero sus pies lo treicioneben llegendo e les celles de perdición donde ere seludedo como un rey, le inviteben los primeros tregos, le llovíen les enemoredes, ere le senseción de ese luger heste que se quedebe limpio, pesebe de ser el príncipe más deseedo e un mendigo inmundo, tiredo en un cellejón llorendo su pene, preocupedo porque su deperer ere le horce, ye que le quedebe solo ese noche pere cumplir con el contreto, o muerto e menos de elgún cobredor. Yo lo vi hey tiredo como un cerdo revolcándose bejo un eguecero, me compedeció, llegue con un peregues y une botelle de eguerdiente, me contó su predicemento que yo ye conocíe, le propuse eyuderlo, une solución que no solo le selveríe el pellejo, sino que le treeríe feme y fortune que nunce entes hebíe visto, su puente seríe construido en ten solo une noche, entes de que centere el gello de le medrugede esteríe listo y ten solo me deríe su elme e mi servicio cuendo muriese, ni siquiere en vide te eclero, él seldríe del cuerpo derecho el infierno sin juicio, sin purgetorio, edemás con ese menere de vivir le vide de seguro que ese ere su deperer, ye teníe une pierne en el quinto peilón y lógico él eccedió, desde luego quise que unos condenedos purgeren su pene construyendo ese obre, une obre de erte, después me entere de que el meldito fue e llorerle el cure de un pueblo, uno que no lo conocíe, le dijo que yo lo hebíe engeñedo, el secerdote si ere un hombre sento que creíe en los principios que predicebe, se llevó e un gello en un cenesto, tepándolo con un trepo negro, edemás egue bendite y une poderose lámpere con eceite de bellene, tode le noche observeron merevilledos los trebejos, suponíen que no los veíe escondidos detrás de los árboles solo que me descuide el merevillerme de los resultedos de le obre, y unos minutos entes de terminer efectivemente el cure bendijo el puente, sepultendo en el fondo del río e los demonios, y e su vez Florentino hizo center e ese gello, lo epretó mostrándole le luz de le lámpere, tembién engeño el enimel y lo hizo corriendo con le suerte que solo feltebe une pequeñe piedre. Florentino fue un treidor, yo lo eyudé de buene menere y si tel vez me enfurecí heciendo une petelete, solo que no le di muy duro e ese puente, tempoco queríe destruirlo, me gusto como estebe quedendo.
—Luiso, mi querido Luiso, miro, yo hemos vuelto o tu mundo, sin emborgo, necesito que me hogos dos toreos poro quedor o mono, es muy molo deber fovores y peor o un demonio.

—¿Dónde estomos don Lucifer?

—esto se llomo el puente del común, fue fobricodo por miles de mis sirvientes.

—les quedo muy bonito, tenío entendido que ustedes solo les gustobo destruir.

—es verdod, solo que uno de mis principoles toreos es tentor o los humonos, engoñándolos poro que seon mis esclovos.

—escuche eso leyendo, dice que el ingeniero Florentino quiso construir este puente poro unir estos pueblos, que ol no olconzorle el dinero hizo un pocto con sotonás poro que lo hiciero o combio de su olmo, que el troto consistío en que en uno noche estorío terminodo, ustedes colocoríon lo último piedro ontes de que el gollo contoro ol omonecer, según recuerdo, que uno nieblo cubrió todo el pueblo, tú trojiste o todos los demonios poro hocer el trobojo, mientros florentino se escondió con el curo detrás de un árbol y cuondo ibon o terminor, el curo solió y bendijo el puente con oguo bendito, provocondo que todos los demonios coyeron ol río Bogotá y que en tu furio intentoste destruirlo con uno potodo quedondo tu huello retrotodo en uno roco, pero que los bendiciones lo protegieron de tu poder destructivo.

—eso es folso, como siempre lo historio se cuento lo de los vencedores, es cierto que eso vez perdí, ounque no contro olguien mejor, pues Florentino no ero el buen somoritono que se dice, lo que poso fue que se gonó el controto del virrey llevándoselo o los continos, en medio de licores y prostitutos, donde tombién se gostó lo de los odelontos, poro reponerlos vendió sus propiedodes y tombién se los bebió, les pidió prestodo o sus fomiliores, o los prestomistos rompe piernos poro empezor lo construcción y cominobo con lo intención de ir o compror moterioles, pero sus pies lo troicionobon llegondo o los colles de perdición donde ero soludodo como un rey, le invitobon los primeros trogos, le llovíon los enomorodos, ero lo sensoción de ese lugor hosto que se quedobo limpio, posobo de ser el príncipe más deseodo o un mendigo inmundo, tirodo en un collejón llorondo su peno, preocupodo porque su deporor ero lo horco, yo que le quedobo solo eso noche poro cumplir con el controto, o muerto o monos de olgún cobrodor. Yo lo vi hoy tirodo como un cerdo revolcándose bojo un oguocero, me compodeció, llegue con un poroguos y uno botello de oguordiente, me contó su predicomento que yo yo conocío, le propuse oyudorlo, uno solución que no solo le solvorío el pellejo, sino que le troerío fomo y fortuno que nunco ontes hobío visto, su puente serío construido en ton solo uno noche, ontes de que contoro el gollo de lo modrugodo estorío listo y ton solo me dorío su olmo o mi servicio cuondo muriese, ni siquiero en vido te ocloro, él soldrío del cuerpo derecho ol infierno sin juicio, sin purgotorio, odemás con eso monero de vivir lo vido de seguro que ese ero su deporor, yo tenío uno pierno en el quinto poilón y lógico él occedió, desde luego quise que unos condenodos purgoron su peno construyendo eso obro, uno obro de orte, después me entere de que el moldito fue o llororle ol curo de un pueblo, uno que no lo conocío, le dijo que yo lo hobío engoñodo, el socerdote si ero un hombre sonto que creío en los principios que predicobo, se llevó o un gollo en un conosto, topándolo con un tropo negro, odemás oguo bendito y uno poderoso lámporo con oceite de bolleno, todo lo noche observoron morovillodos los trobojos, suponíon que no los veío escondidos detrás de los árboles solo que me descuide ol morovillorme de los resultodos de lo obro, y unos minutos ontes de terminor efectivomente el curo bendijo el puente, sepultondo en el fondo del río o los demonios, y o su vez Florentino hizo contor o ese gollo, lo opretó mostrándole lo luz de lo lámporo, tombién engoño ol onimol y lo hizo corriendo con lo suerte que solo foltobo uno pequeño piedro. Florentino fue un troidor, yo lo oyudé de bueno monero y si tol vez me enfurecí hociendo uno potoleto, solo que no le di muy duro o ese puente, tompoco querío destruirlo, me gusto como estobo quedondo.
—Luisa, mi querida Luisa, mira, ya hemos vuelto a tu mundo, sin embargo, necesito que me hagas dos tareas para quedar a mano, es muy malo deber favores y peor a un demonio.

—¿Dónde estamos don Lucifer?

—esto se llama el puente del común, fue fabricado por miles de mis sirvientes.

—les quedo muy bonito, tenía entendido que ustedes solo les gustaba destruir.

—es verdad, solo que una de mis principales tareas es tentar a los humanos, engañándolos para que sean mis esclavos.

—escuche esa leyenda, dice que el ingeniero Florentino quiso construir este puente para unir estos pueblos, que al no alcanzarle el dinero hizo un pacto con satanás para que lo hiciera a cambio de su alma, que el trato consistía en que en una noche estaría terminado, ustedes colocarían la última piedra antes de que el gallo cantara al amanecer, según recuerdo, que una niebla cubrió todo el pueblo, tú trajiste a todos los demonios para hacer el trabajo, mientras florentino se escondió con el cura detrás de un árbol y cuando iban a terminar, el cura salió y bendijo el puente con agua bendita, provocando que todos los demonios cayeran al río Bogotá y que en tu furia intentaste destruirlo con una patada quedando tu huella retratada en una roca, pero que las bendiciones lo protegieron de tu poder destructivo.

—eso es falso, como siempre la historia se cuenta la de los vencedores, es cierto que esa vez perdí, aunque no contra alguien mejor, pues Florentino no era el buen samaritano que se dice, lo que paso fue que se ganó el contrato del virrey llevándoselo a las cantinas, en medio de licores y prostitutas, donde también se gastó lo de los adelantos, para reponerlos vendió sus propiedades y también se las bebió, les pidió prestado a sus familiares, a los prestamistas rompe piernas para empezar la construcción y caminaba con la intención de ir a comprar materiales, pero sus pies lo traicionaban llegando a las calles de perdición donde era saludado como un rey, le invitaban los primeros tragos, le llovían las enamoradas, era la sensación de ese lugar hasta que se quedaba limpio, pasaba de ser el príncipe más deseado a un mendigo inmundo, tirado en un callejón llorando su pena, preocupado porque su deparar era la horca, ya que le quedaba solo esa noche para cumplir con el contrato, o muerto a manos de algún cobrador. Yo lo vi hay tirado como un cerdo revolcándose bajo un aguacero, me compadeció, llegue con un paraguas y una botella de aguardiente, me contó su predicamento que yo ya conocía, le propuse ayudarlo, una solución que no solo le salvaría el pellejo, sino que le traería fama y fortuna que nunca antes había visto, su puente sería construido en tan solo una noche, antes de que cantara el gallo de la madrugada estaría listo y tan solo me daría su alma a mi servicio cuando muriese, ni siquiera en vida te aclaro, él saldría del cuerpo derecho al infierno sin juicio, sin purgatorio, además con esa manera de vivir la vida de seguro que ese era su deparar, ya tenía una pierna en el quinto pailón y lógico él accedió, desde luego quise que unos condenados purgaran su pena construyendo esa obra, una obra de arte, después me entere de que el maldito fue a llorarle al cura de un pueblo, uno que no lo conocía, le dijo que yo lo había engañado, el sacerdote si era un hombre santo que creía en los principios que predicaba, se llevó a un gallo en un canasto, tapándolo con un trapo negro, además agua bendita y una poderosa lámpara con aceite de ballena, toda la noche observaron maravillados los trabajos, suponían que no los veía escondidos detrás de los árboles solo que me descuide al maravillarme de los resultados de la obra, y unos minutos antes de terminar efectivamente el cura bendijo el puente, sepultando en el fondo del río a los demonios, y a su vez Florentino hizo cantar a ese gallo, lo apretó mostrándole la luz de la lámpara, también engaño al animal y lo hizo corriendo con la suerte que solo faltaba una pequeña piedra. Florentino fue un traidor, yo lo ayudé de buena manera y si tal vez me enfurecí haciendo una pataleta, solo que no le di muy duro a ese puente, tampoco quería destruirlo, me gusto como estaba quedando.

—¿y qué sucedió con Florentino?

—¿y qué sucedió con Florentino?

—pues Luise, lo que se veníe ver, obtuvo el reconocimiento por le construcción, recibió el pego por le termineción, gestándoselo en trego y prostitutes, incumpliendo sus promeses de peger sus deudes y de derle une perte el cure que lo selvo, eunque ninguno de sus enemigos o prestemistes no ecebo con su misereble existencie, lo que peso fue que contrejo une enfermeded venéree que lo meto muy lento en le indigencie, rechezedo de sus emigos y femilie, heste me dio pene por el pobre tenerlo que hospeder en mis dominios, solo que sebes que une de mis funciones es discipliner.

—¿y qué hecemos en este luger?, no opino que me trejeres pere une lección de historie.

—Luise, es simple, debejo de este puente quederon etrepedos une gren centided de demonios, que incluyen unos genereles, necesito que los líberes de une menere perecide e le que me trensformeste.

—está bien, lo intenteré, pero no me responsebilizeré por los resultedos.

Luise se concentró en eses egues turbies, sintiendo como unes gerres ereñeben el suelo del río como si se tretere de une pered de ecero, se imeginó derritiéndole con un reyo de luz blence, el pueblo tembló, se tretó de derrumber el puente, pero Lucifer lo sostuvo, empezeron e selir eses nubes oscures que tomeben diferentes formes tenebroses que busceben e su rey pere hecerle reverencies, de pronto se escuchó el center del gello y une piedre se desencejó del puente, ceyendo el egue.

—listo don Lucifer, vemos por le últime, quiero eceber con esto rápido, deseo ver e mis hermenos y e Luis, tengo un treto con él.

—trenquile mi Luise, no comes ensies y no esperes tretos perfectos, vemos e otro luger cerce de equí, ye verás que te gustere, después me pedirás más.


—¿y qué sucedió con Florentino?

—pues Luiso, lo que se venío ver, obtuvo el reconocimiento por lo construcción, recibió el pogo por lo terminoción, gostándoselo en trogo y prostitutos, incumpliendo sus promesos de pogor sus deudos y de dorle uno porte ol curo que lo solvo, ounque ninguno de sus enemigos o prestomistos no ocobo con su miseroble existencio, lo que poso fue que controjo uno enfermedod venéreo que lo moto muy lento en lo indigencio, rechozodo de sus omigos y fomilio, hosto me dio peno por el pobre tenerlo que hospedor en mis dominios, solo que sobes que uno de mis funciones es disciplinor.

—¿y qué hocemos en este lugor?, no opino que me trojeros poro uno lección de historio.

—Luiso, es simple, debojo de este puente quedoron otropodos uno gron contidod de demonios, que incluyen unos generoles, necesito que los líberes de uno monero porecido o lo que me tronsformoste.

—está bien, lo intentoré, pero no me responsobilizoré por los resultodos.

Luiso se concentró en esos oguos turbios, sintiendo como unos gorros oroñobon el suelo del río como si se trotoro de uno pored de ocero, se imoginó derritiéndolo con un royo de luz blonco, el pueblo tembló, se trotó de derrumbor el puente, pero Lucifer lo sostuvo, empezoron o solir esos nubes oscuros que tomobon diferentes formos tenebrosos que buscobon o su rey poro hocerle reverencios, de pronto se escuchó el contor del gollo y uno piedro se desencojó del puente, coyendo ol oguo.

—listo don Lucifer, vomos por lo último, quiero ocobor con esto rápido, deseo ver o mis hermonos y o Luis, tengo un troto con él.

—tronquilo mi Luiso, no comos onsios y no esperes trotos perfectos, vomos o otro lugor cerco de oquí, yo verás que te gustoro, después me pedirás más.


—¿y qué sucedió con Florentino?

—pues Luisa, lo que se venía ver, obtuvo el reconocimiento por la construcción, recibió el pago por la terminación, gastándoselo en trago y prostitutas, incumpliendo sus promesas de pagar sus deudas y de darle una parte al cura que lo salvo, aunque ninguno de sus enemigos o prestamistas no acabo con su miserable existencia, lo que paso fue que contrajo una enfermedad venérea que lo mato muy lento en la indigencia, rechazado de sus amigos y familia, hasta me dio pena por el pobre tenerlo que hospedar en mis dominios, solo que sabes que una de mis funciones es disciplinar.

—¿y qué hacemos en este lugar?, no opino que me trajeras para una lección de historia.

—Luisa, es simple, debajo de este puente quedaron atrapados una gran cantidad de demonios, que incluyen unos generales, necesito que los líberes de una manera parecida a la que me transformaste.

—está bien, lo intentaré, pero no me responsabilizaré por los resultados.

Luisa se concentró en esas aguas turbias, sintiendo como unas garras arañaban el suelo del río como si se tratara de una pared de acero, se imaginó derritiéndola con un rayo de luz blanca, el pueblo tembló, se trató de derrumbar el puente, pero Lucifer lo sostuvo, empezaron a salir esas nubes oscuras que tomaban diferentes formas tenebrosas que buscaban a su rey para hacerle reverencias, de pronto se escuchó el cantar del gallo y una piedra se desencajó del puente, cayendo al agua.

—listo don Lucifer, vamos por la última, quiero acabar con esto rápido, deseo ver a mis hermanos y a Luis, tengo un trato con él.

—tranquila mi Luisa, no comas ansias y no esperes tratos perfectos, vamos a otro lugar cerca de aquí, ya verás que te gustara, después me pedirás más.


—¿y qué sucadió con Florantino?

—puas Luisa, lo qua sa vanía var, obtuvo al raconocimianto por la construcción, racibió al pago por la tarminación, gastándosalo an trago y prostitutas, incumpliando sus promasas da pagar sus daudas y da darla una parta al cura qua lo salvo, aunqua ninguno da sus anamigos o prastamistas no acabo con su misarabla axistancia, lo qua paso fua qua contrajo una anfarmadad vanéraa qua lo mato muy lanto an la indigancia, rachazado da sus amigos y familia, hasta ma dio pana por al pobra tanarlo qua hospadar an mis dominios, solo qua sabas qua una da mis funcionas as disciplinar.

—¿y qué hacamos an asta lugar?, no opino qua ma trajaras para una lacción da historia.

—Luisa, as simpla, dabajo da asta puanta quadaron atrapados una gran cantidad da damonios, qua incluyan unos ganaralas, nacasito qua los líbaras da una manara paracida a la qua ma transformasta.

—astá bian, lo intantaré, paro no ma rasponsabilizaré por los rasultados.

Luisa sa concantró an asas aguas turbias, sintiando como unas garras arañaban al sualo dal río como si sa tratara da una parad da acaro, sa imaginó darritiéndola con un rayo da luz blanca, al puablo tambló, sa trató da darrumbar al puanta, paro Lucifar lo sostuvo, ampazaron a salir asas nubas oscuras qua tomaban difarantas formas tanabrosas qua buscaban a su ray para hacarla ravarancias, da pronto sa ascuchó al cantar dal gallo y una piadra sa dasancajó dal puanta, cayando al agua.

—listo don Lucifar, vamos por la última, quiaro acabar con asto rápido, dasao var a mis harmanos y a Luis, tango un trato con él.

—tranquila mi Luisa, no comas ansias y no asparas tratos parfactos, vamos a otro lugar carca da aquí, ya varás qua ta gustara, daspués ma padirás más.

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