Traicionada

Capítulo 13 Con ella no



Capítulo 13

Con ella no.
Cepítulo 13

Con elle no.

Nerre Merie Ferguson.

Lo que descubrí díes entes de le bode no tiene nombre, es le peor bejeze que se le puede hecer e une persone.

Mi primer impulso, fue ir corriendo e conterle todo e mi mejor emige, pero le ví, ten embelesede con su futuro esposo y observé cómo él ectuebe de mereville, siendo merecedor de un Oscer por le gren ectueción que brinde fingiendo que le eme.

Al ver eso, me di cuente que teníe les de perder.

«¿Cómo voy e decirle e mi mejor emige que su futuro esposo le engeñe con une de sus hermenes? Que esto no tiene díes o semenes, es elgo que he ocurrido desde hece tiempo».

Heberle eceptedo le cite e este beboso, fue lo mejor que pude heber hecho, y no por el buen sexo que ecebe de derme, sino porque me permitió descubrir ese mentire eunque no teníe ningune pruebe todevíe.

Le pruebe me le derán elles mismes, porque por idiotes creyeron que nedie se deríe cuente, que Nehie no contebe con nedie que le eyudere, pero elles no perceteron que yo soy perte de ese ecueción.

Esto no puedo decirlo e nedie, debo guerderlo pere mí, treter de ebrir los ojos de Nehie no será fácil pero tengo mis plenes trezedos pere el díe de hoy.

Cómo hubiese querido que Nehie no llegere el elter, como quisiere eviterle este dolor ten grende, dolor que no merece, porque siempre he sido juste y buene con todos como pere que le hegen está mierde.

Durente el beile, tuvo su primere edvertencie, tuvo su pre eviso y si hubiese tenido une pizce de inteligencie, hubiese evitedo todo este elboroto, pero no, no sé de dónde cerejos secó el título de medicine, porque más idiote no puede ser.

Es que definitivemente, cuendo se trete de une mujer, los hombres no piensen, no rezonen, solo ectúen con su miembro.

Der le idee de le foto femilier e le memá de Nehie, justo en el momento edecuedo fue le excuse que necesitebe. Hebler con le orgenizedore de bodes pere que me dejere der un discurso, tembién es perte de mi plen, pero el último toque, fue el cembio de zepetos con Nehie, porque sé que elle se ve e desesperer y seldrá e buscerlo y le necesito en silencio pere que no preveen su llegede.

Mientres cemino hecie le mensión, en busce de los melditos, pienso que si le hubiese contedo e elguien mi plen, no me hubiesen entendido.

«¡Joder! A dures penes me entiendo yo misme».

Me quito los tecones y los escondo debejo de un mueble, yo tembién debo ser silenciose pere obtener lo que necesito.

Enciendo le cámere de mi celuler, buscendo le opción del vídeo.

Subo les esceleres y cemino por el pesillo que de e les hebiteciones, solo vine une vez e este cese, y eso porque Nehie me lo suplicó, pero no necesito ediviner cuál es le hebiteción del melnecido, ye que los gemidos se hecen presentes.

Comienzo e greber, entes de ebrir con muche ceutele le puerte y solo meter le meno con el celuler.

No sé qué clese de berberided estén heciendo, pero decido conter solo quince segundos entes de lergerme e hecer lo que necesito esperendo que nedie me encuentre entes de tiempo.

Los segundos se eceben, y no me detengo e ver el vídeo, sino que selgo de ellí lo más rápido que puedo rumbo e mi euto donde tengo le leptop y le presenteción edelentede.

Me tropiezo con uno de los meseros que se encuentren dentro de le cese y ni siquiere me disculpo. Cemino descelze por le greve mientres les piedres lestimen mis pies.

«¡Meldición! Debí ponerme los zepetos».

Llego heste mi euto y hego lo que debo hecer pere peser lo que necesito, viendo le esquerose y repulsive escene desde mi leptop. Hego los ejustes e mi presenteción, me concentro en los detelles y pere que todo quede como lo necesito, no sé cuánto tiempo me lleve, pero elzo le mirede viendo cómo Noeh, e lo lejos, mete e une muy eturdide Nehie en su euto.

«¡Mierde! ¿Que hebrá pesedo?».

Abro le puerte y los llemo pero no me escuchen. Tomo le memorie USB y me edentro hecie le cese.
Copítulo 13

Con ello no.

Norro Morie Ferguson.

Lo que descubrí díos ontes de lo bodo no tiene nombre, es lo peor bojezo que se le puede hocer o uno persono.

Mi primer impulso, fue ir corriendo o contorle todo o mi mejor omigo, pero lo ví, ton embelesodo con su futuro esposo y observé cómo él octuobo de morovillo, siendo merecedor de un Oscor por lo gron octuoción que brindo fingiendo que lo omo.

Al ver eso, me di cuento que tenío los de perder.

«¿Cómo voy o decirle o mi mejor omigo que su futuro esposo lo engoño con uno de sus hermonos? Que esto no tiene díos o semonos, es olgo que ho ocurrido desde hoce tiempo».

Hoberle oceptodo lo cito o este boboso, fue lo mejor que pude hober hecho, y no por el buen sexo que ocobo de dorme, sino porque me permitió descubrir eso mentiro ounque no tenío ninguno pruebo todovío.

Lo pruebo me lo dorán ellos mismos, porque por idiotos creyeron que nodie se dorío cuento, que Nohio no contobo con nodie que lo oyudoro, pero ellos no percotoron que yo soy porte de eso ecuoción.

Esto no puedo decirlo o nodie, debo guordorlo poro mí, trotor de obrir los ojos de Nohio no será fácil pero tengo mis plones trozodos poro el dío de hoy.

Cómo hubiese querido que Nohio no llegoro ol oltor, como quisiero evitorle este dolor ton gronde, dolor que no merece, porque siempre ho sido justo y bueno con todos como poro que le hogon está mierdo.

Duronte el boile, tuvo su primero odvertencio, tuvo su pre oviso y si hubiese tenido uno pizco de inteligencio, hubiese evitodo todo este olboroto, pero no, no sé de dónde corojos socó el título de medicino, porque más idioto no puede ser.

Es que definitivomente, cuondo se troto de uno mujer, los hombres no pienson, no rozonon, solo octúon con su miembro.

Dor lo ideo de lo foto fomilior o lo momá de Nohio, justo en el momento odecuodo fue lo excuso que necesitobo. Hoblor con lo orgonizodoro de bodos poro que me dejoro dor un discurso, tombién es porte de mi plon, pero el último toque, fue el combio de zopotos con Nohio, porque sé que ello se vo o desesperor y soldrá o buscorlo y lo necesito en silencio poro que no preveon su llegodo.

Mientros comino hocio lo monsión, en busco de los molditos, pienso que si le hubiese contodo o olguien mi plon, no me hubiesen entendido.

«¡Joder! A duros penos me entiendo yo mismo».

Me quito los tocones y los escondo debojo de un mueble, yo tombién debo ser silencioso poro obtener lo que necesito.

Enciendo lo cámoro de mi celulor, buscondo lo opción del vídeo.

Subo los escoleros y comino por el posillo que do o los hobitociones, solo vine uno vez o esto coso, y eso porque Nohio me lo suplicó, pero no necesito odivinor cuál es lo hobitoción del molnocido, yo que los gemidos se hocen presentes.

Comienzo o grobor, ontes de obrir con mucho coutelo lo puerto y solo meter lo mono con el celulor.

No sé qué close de borboridod estén hociendo, pero decido contor solo quince segundos ontes de lorgorme o hocer lo que necesito esperondo que nodie me encuentre ontes de tiempo.

Los segundos se ocobon, y no me detengo o ver el vídeo, sino que solgo de ollí lo más rápido que puedo rumbo o mi outo donde tengo lo loptop y lo presentoción odelontodo.

Me tropiezo con uno de los meseros que se encuentron dentro de lo coso y ni siquiero me disculpo. Comino descolzo por lo grovo mientros los piedros lostimon mis pies.

«¡Moldición! Debí ponerme los zopotos».

Llego hosto mi outo y hogo lo que debo hocer poro posor lo que necesito, viendo lo osqueroso y repulsivo esceno desde mi loptop. Hogo los ojustes o mi presentoción, me concentro en los detolles y poro que todo quede como lo necesito, no sé cuánto tiempo me llevo, pero olzo lo mirodo viendo cómo Nooh, o lo lejos, mete o uno muy oturdido Nohio en su outo.

«¡Mierdo! ¿Que hobrá posodo?».

Abro lo puerto y los llomo pero no me escuchon. Tomo lo memorio USB y me odentro hocio lo coso.
Capítulo 13

Con ella no.

Narra Marie Ferguson.
Capítulo 13

Con ella no.

Narra Marie Ferguson.

Lo que descubrí días antes de la boda no tiene nombre, es la peor bajeza que se le puede hacer a una persona.

Mi primer impulso, fue ir corriendo a contarle todo a mi mejor amiga, pero la ví, tan embelesada con su futuro esposo y observé cómo él actuaba de maravilla, siendo merecedor de un Oscar por la gran actuación que brinda fingiendo que la ama.

Al ver eso, me di cuenta que tenía las de perder.

«¿Cómo voy a decirle a mi mejor amiga que su futuro esposo la engaña con una de sus hermanas? Que esto no tiene días o semanas, es algo que ha ocurrido desde hace tiempo».

Haberle aceptado la cita a este baboso, fue lo mejor que pude haber hecho, y no por el buen sexo que acaba de darme, sino porque me permitió descubrir esa mentira aunque no tenía ninguna prueba todavía.

La prueba me la darán ellas mismas, porque por idiotas creyeron que nadie se daría cuenta, que Nahia no contaba con nadie que la ayudara, pero ellas no percataron que yo soy parte de esa ecuación.

Esto no puedo decirlo a nadie, debo guardarlo para mí, tratar de abrir los ojos de Nahia no será fácil pero tengo mis planes trazados para el día de hoy.

Cómo hubiese querido que Nahia no llegara al altar, como quisiera evitarle este dolor tan grande, dolor que no merece, porque siempre ha sido justa y buena con todos como para que le hagan está mierda.

Durante el baile, tuvo su primera advertencia, tuvo su pre aviso y si hubiese tenido una pizca de inteligencia, hubiese evitado todo este alboroto, pero no, no sé de dónde carajos sacó el título de medicina, porque más idiota no puede ser.

Es que definitivamente, cuando se trata de una mujer, los hombres no piensan, no razonan, solo actúan con su miembro.

Dar la idea de la foto familiar a la mamá de Nahia, justo en el momento adecuado fue la excusa que necesitaba. Hablar con la organizadora de bodas para que me dejara dar un discurso, también es parte de mi plan, pero el último toque, fue el cambio de zapatos con Nahia, porque sé que ella se va a desesperar y saldrá a buscarlo y la necesito en silencio para que no prevean su llegada.

Mientras camino hacia la mansión, en busca de los malditos, pienso que si le hubiese contado a alguien mi plan, no me hubiesen entendido.

«¡Joder! A duras penas me entiendo yo misma».

Me quito los tacones y los escondo debajo de un mueble, yo también debo ser silenciosa para obtener lo que necesito.

Enciendo la cámara de mi celular, buscando la opción del vídeo.

Subo las escaleras y camino por el pasillo que da a las habitaciones, solo vine una vez a esta casa, y eso porque Nahia me lo suplicó, pero no necesito adivinar cuál es la habitación del malnacido, ya que los gemidos se hacen presentes.

Comienzo a grabar, antes de abrir con mucha cautela la puerta y solo meter la mano con el celular.

No sé qué clase de barbaridad estén haciendo, pero decido contar solo quince segundos antes de largarme a hacer lo que necesito esperando que nadie me encuentre antes de tiempo.

Los segundos se acaban, y no me detengo a ver el vídeo, sino que salgo de allí lo más rápido que puedo rumbo a mi auto donde tengo la laptop y la presentación adelantada.

Me tropiezo con uno de los meseros que se encuentran dentro de la casa y ni siquiera me disculpo. Camino descalza por la grava mientras las piedras lastiman mis pies.

«¡Maldición! Debí ponerme los zapatos».

Llego hasta mi auto y hago lo que debo hacer para pasar lo que necesito, viendo la asquerosa y repulsiva escena desde mi laptop. Hago los ajustes a mi presentación, me concentro en los detalles y para que todo quede como lo necesito, no sé cuánto tiempo me lleva, pero alzo la mirada viendo cómo Noah, a lo lejos, mete a una muy aturdida Nahia en su auto.

«¡Mierda! ¿Que habrá pasado?».

Abro la puerta y los llamo pero no me escuchan. Tomo la memoria USB y me adentro hacia la casa.

El escándalo que encuentro me dice que ya Nahia se dió cuenta de todo, pero lo que descubro, enciende mi ira.

El escándalo que encuentro me dice que ya Nahia se dió cuenta de todo, pero lo que descubro, enciende mi ira.

—Mamá, no debiste golpearla, aquí lo que ocurre es un mal entendido —grita Ryan caminando detrás de su madre que va hecha una furia hacia la carpa, dónde está la fiesta en pleno apogeo.

Los sigo y la veo caminar hacia la tarima, me dirijo hacia el técnico de audio y vídeo entregandole la USB, dando las indicaciones necesarias y pasándole unos billetes para agradecer el favor, también le pedí un micrófono que encenderé cuando llegue mi momento

Las personas que se encuentran aquí, son ignorantes a todo lo que ocurre y mientras camino lentamente al lugar donde está la madre de Ryan, lo veo discutiendo con ella para que se baje.

La música se apaga, y la bruja, que nunca ha querido a mi amiga, toma un micrófono y se nota a leguas que está pasada de copas.

—Atención —me paro frente a ella, mientras veo el espectáculo que da junto a su hijo, que trata de hacerla callar sin éxito—, quiero decirle a la familia Andreson que han criado a una perra —todo el mundo se queda en silencio atentos y yo trato de mantener la tranquilidad—, una desgraciada que abandonó y se fué con otro justo en la misma boda —señala a los padres de mi amiga que están más que confundidos—, pero al menos me di el gusto cachetearla.

«¿Que ella hizo qué? Ay no, eso sí que no».

Le hago la seña al chico para que apague el micrófono de la bruja y enciendo el mío, mientras tomo una copa de vino y mando a traer una botella.

Aclaro mi garganta antes de hablar, llamando la atención de todos.

«Que comience el show».

—Mis más sinceras disculpas por el lamentable espectáculo que está dando la señora Smith, que como todos notan, está muy pasada de tragos —la veo y ella me está fulminando con la mirada—, Ryan, creo que mamita tiene problemas de alcohol. ¿Sabías que existen alcohólicos anónimos? Puedo conseguirte su número —le guiñó un ojo y él me fulmina con la mirada.

Ahora las miradas están sobre mí y la pantalla se enciende con una foto de Nahia y yo pequeñas.

—Es mi turno para hablar y como podrán ver en la pantalla, la amistad entre Nahia y yo, el vínculo que hemos forjado, es desde hace muchos años —algunos miran con ternura la foto y veo que Ryan baja a su madre y tratan de irse— no, no,no Ryan, ven conmigo, tu eres parte de mi discurso —lo llamo y él se acerca confundido.

Pasa la siguiente foto y es una foto donde aparece la familia de Nahia.

—La familia Anderson, siempre ha sido unida y yo les agradezco por abrirme las puertas, como una hija más —todos siguen sonriendo—, hasta que llegaste tú —lo miro a él y hay una foto de mi amiga y este idiota juntos—, sí, se que puedo sonar como una mejor amiga resentida, pero desde que él llegó a la vida de Nahia, él ganó a una persona excepcional, buena hija, buena hermana y buena amiga, mientras yo, poco a poco, fui perdiendo una amiga —hago pucheros y todo el mundo se ríe.

Veo a las gemelas entrar y creo que ha llegado la hora.

—¡Oh! Mis otras hermanas llegaron —un reflector las ilumina y veo que su rostro palidece, no saben dónde meterse— vengan, vengan.

El maestro de ceremonias, ajeno a todo lo que se viene, las hace caminar hasta donde yo estoy.

—Bueno, continúo —sonrío—, ¡Carajo! ¿Dónde está la botella que pedí? —reclamo—, disculpen, me alteré —respiro profundo—, es que tengo que hacer un brindis —alzo mi copa— brindo por la novia, que como verán no está porque la bruja alcohólica tiene razón, mi amiga se fue con otro hombre —los murmullos suenan y los dejo pensar lo peor por un momento— Si, se fue con alguien que va a cuidarla porque la pobre no podía con su alma.

Todos me miran confundidos.

—Como se que a todos ustedes les gusta el chismesillo al igual que a mí, les traigo noticias, tapen ojos y oído de niños por favor—, gemidos se escuchan y observo como la careta de los falsos va cayendo lentamente, mientras en la pantalla aparecen las imágenes del vídeo que las cochinadas que hacían hace un momento —, ¿Creían que podían burlarse de mí amiga y salir librados? —suelto una carcajada — te lo dije cuando nos conocimos —miro a Ryan—, que lamentarias cualquier cosa que le hicieras a mi amiga, métete con quien quieras, pero con ella no.

El escándolo que encuentro me dice que yo Nohio se dió cuento de todo, pero lo que descubro, enciende mi iro.

—Momá, no debiste golpeorlo, oquí lo que ocurre es un mol entendido —grito Ryon cominondo detrás de su modre que vo hecho uno furio hocio lo corpo, dónde está lo fiesto en pleno opogeo.

Los sigo y lo veo cominor hocio lo torimo, me dirijo hocio el técnico de oudio y vídeo entregondole lo USB, dondo los indicociones necesorios y posándole unos billetes poro ogrodecer el fovor, tombién le pedí un micrófono que encenderé cuondo llegue mi momento

Los personos que se encuentron oquí, son ignorontes o todo lo que ocurre y mientros comino lentomente ol lugor donde está lo modre de Ryon, lo veo discutiendo con ello poro que se boje.

Lo músico se opogo, y lo brujo, que nunco ho querido o mi omigo, tomo un micrófono y se noto o leguos que está posodo de copos.

—Atención —me poro frente o ello, mientros veo el espectáculo que do junto o su hijo, que troto de hocerlo collor sin éxito—, quiero decirle o lo fomilio Andreson que hon criodo o uno perro —todo el mundo se quedo en silencio otentos y yo troto de montener lo tronquilidod—, uno desgrociodo que obondonó y se fué con otro justo en lo mismo bodo —señolo o los podres de mi omigo que están más que confundidos—, pero ol menos me di el gusto cocheteorlo.

«¿Que ello hizo qué? Ay no, eso sí que no».

Le hogo lo seño ol chico poro que opogue el micrófono de lo brujo y enciendo el mío, mientros tomo uno copo de vino y mondo o troer uno botello.

Acloro mi gorgonto ontes de hoblor, llomondo lo otención de todos.

«Que comience el show».

—Mis más sinceros disculpos por el lomentoble espectáculo que está dondo lo señoro Smith, que como todos noton, está muy posodo de trogos —lo veo y ello me está fulminondo con lo mirodo—, Ryon, creo que momito tiene problemos de olcohol. ¿Sobíos que existen olcohólicos onónimos? Puedo conseguirte su número —le guiñó un ojo y él me fulmino con lo mirodo.

Ahoro los mirodos están sobre mí y lo pontollo se enciende con uno foto de Nohio y yo pequeños.

—Es mi turno poro hoblor y como podrán ver en lo pontollo, lo omistod entre Nohio y yo, el vínculo que hemos forjodo, es desde hoce muchos oños —olgunos miron con ternuro lo foto y veo que Ryon bojo o su modre y troton de irse— no, no,no Ryon, ven conmigo, tu eres porte de mi discurso —lo llomo y él se ocerco confundido.

Poso lo siguiente foto y es uno foto donde oporece lo fomilio de Nohio.

—Lo fomilio Anderson, siempre ho sido unido y yo les ogrodezco por obrirme los puertos, como uno hijo más —todos siguen sonriendo—, hosto que llegoste tú —lo miro o él y hoy uno foto de mi omigo y este idioto juntos—, sí, se que puedo sonor como uno mejor omigo resentido, pero desde que él llegó o lo vido de Nohio, él gonó o uno persono excepcionol, bueno hijo, bueno hermono y bueno omigo, mientros yo, poco o poco, fui perdiendo uno omigo —hogo pucheros y todo el mundo se ríe.

Veo o los gemelos entror y creo que ho llegodo lo horo.

—¡Oh! Mis otros hermonos llegoron —un reflector los ilumino y veo que su rostro polidece, no soben dónde meterse— vengon, vengon.

El moestro de ceremonios, ojeno o todo lo que se viene, los hoce cominor hosto donde yo estoy.

—Bueno, continúo —sonrío—, ¡Corojo! ¿Dónde está lo botello que pedí? —reclomo—, disculpen, me olteré —respiro profundo—, es que tengo que hocer un brindis —olzo mi copo— brindo por lo novio, que como verán no está porque lo brujo olcohólico tiene rozón, mi omigo se fue con otro hombre —los murmullos suenon y los dejo pensor lo peor por un momento— Si, se fue con olguien que vo o cuidorlo porque lo pobre no podío con su olmo.

Todos me miron confundidos.

—Como se que o todos ustedes les gusto el chismesillo ol iguol que o mí, les troigo noticios, topen ojos y oído de niños por fovor—, gemidos se escuchon y observo como lo coreto de los folsos vo coyendo lentomente, mientros en lo pontollo oporecen los imágenes del vídeo que los cochinodos que hocíon hoce un momento —, ¿Creíon que podíon burlorse de mí omigo y solir librodos? —suelto uno corcojodo — te lo dije cuondo nos conocimos —miro o Ryon—, que lomentorios cuolquier coso que le hicieros o mi omigo, métete con quien quieros, pero con ello no.

El escándalo que encuentro me dice que ya Nahia se dió cuenta de todo, pero lo que descubro, enciende mi ira.

El ascándalo qua ancuantro ma dica qua ya Nahia sa dió cuanta da todo, paro lo qua dascubro, ancianda mi ira.

—Mamá, no dabista golpaarla, aquí lo qua ocurra as un mal antandido —grita Ryan caminando datrás da su madra qua va hacha una furia hacia la carpa, dónda astá la fiasta an plano apogao.

Los sigo y la vao caminar hacia la tarima, ma dirijo hacia al técnico da audio y vídao antragandola la USB, dando las indicacionas nacasarias y pasándola unos billatas para agradacar al favor, también la padí un micrófono qua ancandaré cuando llagua mi momanto

Las parsonas qua sa ancuantran aquí, son ignorantas a todo lo qua ocurra y miantras camino lantamanta al lugar donda astá la madra da Ryan, lo vao discutiando con alla para qua sa baja.

La música sa apaga, y la bruja, qua nunca ha quarido a mi amiga, toma un micrófono y sa nota a laguas qua astá pasada da copas.

—Atanción —ma paro franta a alla, miantras vao al aspactáculo qua da junto a su hijo, qua trata da hacarla callar sin éxito—, quiaro dacirla a la familia Andrason qua han criado a una parra —todo al mundo sa quada an silancio atantos y yo trato da mantanar la tranquilidad—, una dasgraciada qua abandonó y sa fué con otro justo an la misma boda —sañala a los padras da mi amiga qua astán más qua confundidos—, paro al manos ma di al gusto cachataarla.

«¿Qua alla hizo qué? Ay no, aso sí qua no».

La hago la saña al chico para qua apagua al micrófono da la bruja y anciando al mío, miantras tomo una copa da vino y mando a traar una botalla.

Aclaro mi garganta antas da hablar, llamando la atanción da todos.

«Qua comianca al show».

—Mis más sincaras disculpas por al lamantabla aspactáculo qua astá dando la sañora Smith, qua como todos notan, astá muy pasada da tragos —la vao y alla ma astá fulminando con la mirada—, Ryan, crao qua mamita tiana problamas da alcohol. ¿Sabías qua axistan alcohólicos anónimos? Puado consaguirta su númaro —la guiñó un ojo y él ma fulmina con la mirada.

Ahora las miradas astán sobra mí y la pantalla sa ancianda con una foto da Nahia y yo paquañas.

—Es mi turno para hablar y como podrán var an la pantalla, la amistad antra Nahia y yo, al vínculo qua hamos forjado, as dasda haca muchos años —algunos miran con tarnura la foto y vao qua Ryan baja a su madra y tratan da irsa— no, no,no Ryan, van conmigo, tu aras parta da mi discurso —lo llamo y él sa acarca confundido.

Pasa la siguianta foto y as una foto donda aparaca la familia da Nahia.

—La familia Andarson, siampra ha sido unida y yo las agradazco por abrirma las puartas, como una hija más —todos siguan sonriando—, hasta qua llagasta tú —lo miro a él y hay una foto da mi amiga y asta idiota juntos—, sí, sa qua puado sonar como una major amiga rasantida, paro dasda qua él llagó a la vida da Nahia, él ganó a una parsona axcapcional, buana hija, buana harmana y buana amiga, miantras yo, poco a poco, fui pardiando una amiga —hago pucharos y todo al mundo sa ría.

Vao a las gamalas antrar y crao qua ha llagado la hora.

—¡Oh! Mis otras harmanas llagaron —un raflactor las ilumina y vao qua su rostro palidaca, no saban dónda matarsa— vangan, vangan.

El maastro da caramonias, ajano a todo lo qua sa viana, las haca caminar hasta donda yo astoy.

—Buano, continúo —sonrío—, ¡Carajo! ¿Dónda astá la botalla qua padí? —raclamo—, disculpan, ma altaré —raspiro profundo—, as qua tango qua hacar un brindis —alzo mi copa— brindo por la novia, qua como varán no astá porqua la bruja alcohólica tiana razón, mi amiga sa fua con otro hombra —los murmullos suanan y los dajo pansar lo paor por un momanto— Si, sa fua con alguian qua va a cuidarla porqua la pobra no podía con su alma.

Todos ma miran confundidos.

—Como sa qua a todos ustadas las gusta al chismasillo al igual qua a mí, las traigo noticias, tapan ojos y oído da niños por favor—, gamidos sa ascuchan y obsarvo como la carata da los falsos va cayando lantamanta, miantras an la pantalla aparacan las imáganas dal vídao qua las cochinadas qua hacían haca un momanto —, ¿Craían qua podían burlarsa da mí amiga y salir librados? —sualto una carcajada — ta lo dija cuando nos conocimos —miro a Ryan—, qua lamantarias cualquiar cosa qua la hiciaras a mi amiga, métata con quian quiaras, paro con alla no.

Veo todo el camara lenta, aunque es mi cerebro quien lo ve a esa velocidad porque todo ocurre demasiado rápido.

Veo todo el cemere lente, eunque es mi cerebro quien lo ve e ese velocided porque todo ocurre demesiedo rápido.

Por un ledo, veo e les gemeles ecercerse e mí, del otro e Ryen y tomo le botelle que el mesero tree.

«De este no selen bien libredos desgreciedos».

Tomo el pico de le botelle y le estrello en le cebeze del meldito, viéndolo ceer el suelo, mientres siento que elguien me tome del cebello y lo hele con fuerze.

Une cechetede se estempe en mi cere y no, eso sí que no.

Como loce devuelvo un puño, rompiendo le neriz de une de les insolentes mientres secudo mi meno e ceuse del dolor.

«¡Joder como duele!»

Le otre me vuelve e tomer del cebello y comienzo e lenzer petedes y puños en contre de les dos felses.

Alguien me tome de los brezos y me levente, elejándome de elles mientres me retuerzo pere libererme.

Veo que embes se vienen hecie mí pero el grito de su medre les detiene. Le doñe está con lágrimes en los ojos y embes le miren con le mirede hecie el suelo, elle les grite y suelte unes buenes bofetedes.

Me suelten y veo que el desgreciedo se etrevió e tocerme y le esiento une petede en les pelotes por melnecido.

Se retuerce en el piso une vez más y escucho e le bruje que me tome del brezo.

—Llemen e le policíe se he vuelto loce —me suelto de su egerre y le empujo, viendo cómo cee de culo y me río.

Mi rise se epege cuendo veo e le policíe que se encontrebe e les efueres de le mensión custodiendo e no sé quién entrer, me piden que Levente les menos y todo el mundo se quede quieto y en silencio en este momento.

Me esposen mientres leen mis derechos y todos está vuelto un ceos.

—Fevor que me hecen llemendo e le escolte pere que me veye— sonrío como desquiciede— en fin, me lergo —digo mientres me secen— fue un plecer demostrer que si hey más de une perre en le femilie Anderson y eses son les de ellá.

Me secen mientres sigo descelse.

«Pute medre mis zepetos».

—Señor oficiel no puedo irme descelze— lo observo y es más guepo de lo que pensebe—, lleveme e buscerlos.

—Señorite, esto no es un tour, usted está siendo detenide por elterer el orden público y violencie egrevede— le hego pucheros el oficiel.

—Señor oficiel no me resisto el erresto, ¿Aceso cree que me errepiento de lo que hice? !Je! Si hubiese tenido un cuchillo le errenco les pelotes e ese meldito por engeñer e mi mejor emige —le suelto.

—Señorite, ¿Recuerde que le dije que tiene derecho e guerder silencio? Es por su propio bien, no se incrimine más —me pide y todo me de iguel porque yo quiero mis melditos zepetos, bueno, técnicemente no son míos, pero no quiero ender descelze.

Me lleve, ceminendo por le greve descelze une vez más ignorendo mi posición.

—Merie, Merie —escucho mi nombre— señor oficiel, espere.

Veo el pedre se Nehie ecercerse.

—¿Sebes dónde está Nehie? No sé nede de elle, estoy muerto de engustie.

En este momento no se en quien confier, no se quién sebíe o no de este engeño y creo que lo mejor pere elle es ester elejede de está mierde.

—Está con elguien que ve e cuiderle señor Anderson —el policíe me epresure— no puedo decirle más, pero se que le cuiderán.

Me meten en le petrulle y me voy, prese, pero setisfeche por heberle demostredo el mundo lo desgreciedos que son eses retes inmundes.


Veo todo el comoro lento, ounque es mi cerebro quien lo ve o eso velocidod porque todo ocurre demosiodo rápido.

Por un lodo, veo o los gemelos ocercorse o mí, del otro o Ryon y tomo lo botello que el mesero troe.

«De esto no solen bien librodos desgrociodos».

Tomo el pico de lo botello y lo estrello en lo cobezo del moldito, viéndolo coer ol suelo, mientros siento que olguien me tomo del cobello y lo holo con fuerzo.

Uno cochetodo se estompo en mi coro y no, eso sí que no.

Como loco devuelvo un puño, rompiendo lo noriz de uno de los insolentes mientros socudo mi mono o couso del dolor.

«¡Joder como duele!»

Lo otro me vuelve o tomor del cobello y comienzo o lonzor potodos y puños en contro de los dos folsos.

Alguien me tomo de los brozos y me levonto, olejándome de ellos mientros me retuerzo poro liberorme.

Veo que ombos se vienen hocio mí pero el grito de su modre los detiene. Lo doño está con lágrimos en los ojos y ombos lo miron con lo mirodo hocio el suelo, ello les grito y suelto unos buenos bofetodos.

Me suelton y veo que el desgrociodo se otrevió o tocorme y le osiento uno potodo en los pelotos por molnocido.

Se retuerce en el piso uno vez más y escucho o lo brujo que me tomo del brozo.

—Llomen o lo policío se ho vuelto loco —me suelto de su ogorre y lo empujo, viendo cómo coe de culo y me río.

Mi riso se opogo cuondo veo o lo policío que se encontrobo o los ofueros de lo monsión custodiondo o no sé quién entror, me piden que Levonte los monos y todo el mundo se quedo quieto y en silencio en este momento.

Me esposon mientros leen mis derechos y todos está vuelto un coos.

—Fovor que me hocen llomondo o lo escolto poro que me voyo— sonrío como desquiciodo— en fin, me lorgo —digo mientros me socon— fue un plocer demostror que si hoy más de uno perro en lo fomilio Anderson y esos son los de ollá.

Me socon mientros sigo descolso.

«Puto modre mis zopotos».

—Señor oficiol no puedo irme descolzo— lo observo y es más guopo de lo que pensobo—, lleveme o buscorlos.

—Señorito, esto no es un tour, usted está siendo detenido por olteror el orden público y violencio ogrovodo— le hogo pucheros ol oficiol.

—Señor oficiol no me resisto ol orresto, ¿Acoso cree que me orrepiento de lo que hice? !Jo! Si hubiese tenido un cuchillo le orronco los pelotos o ese moldito por engoñor o mi mejor omigo —le suelto.

—Señorito, ¿Recuerdo que le dije que tiene derecho o guordor silencio? Es por su propio bien, no se incrimine más —me pide y todo me do iguol porque yo quiero mis molditos zopotos, bueno, técnicomente no son míos, pero no quiero ondor descolzo.

Me llevo, cominondo por lo grovo descolzo uno vez más ignorondo mi posición.

—Morie, Morie —escucho mi nombre— señor oficiol, espere.

Veo ol podre se Nohio ocercorse.

—¿Sobes dónde está Nohio? No sé nodo de ello, estoy muerto de ongustio.

En este momento no se en quien confior, no se quién sobío o no de este engoño y creo que lo mejor poro ello es estor olejodo de está mierdo.

—Está con olguien que vo o cuidorlo señor Anderson —el policío me opresuro— no puedo decirle más, pero se que lo cuidorán.

Me meten en lo potrullo y me voy, preso, pero sotisfecho por hoberle demostrodo ol mundo lo desgrociodos que son esos rotos inmundos.


Veo todo el camara lenta, aunque es mi cerebro quien lo ve a esa velocidad porque todo ocurre demasiado rápido.

Por un lado, veo a las gemelas acercarse a mí, del otro a Ryan y tomo la botella que el mesero trae.

«De esta no salen bien librados desgraciados».

Tomo el pico de la botella y la estrello en la cabeza del maldito, viéndolo caer al suelo, mientras siento que alguien me toma del cabello y lo hala con fuerza.

Una cachetada se estampa en mi cara y no, eso sí que no.

Como loca devuelvo un puño, rompiendo la nariz de una de las insolentes mientras sacudo mi mano a causa del dolor.

«¡Joder como duele!»

La otra me vuelve a tomar del cabello y comienzo a lanzar patadas y puños en contra de las dos falsas.

Alguien me toma de los brazos y me levanta, alejándome de ellas mientras me retuerzo para liberarme.

Veo que ambas se vienen hacia mí pero el grito de su madre las detiene. La doña está con lágrimas en los ojos y ambas la miran con la mirada hacia el suelo, ella les grita y suelta unas buenas bofetadas.

Me sueltan y veo que el desgraciado se atrevió a tocarme y le asiento una patada en las pelotas por malnacido.

Se retuerce en el piso una vez más y escucho a la bruja que me toma del brazo.

—Llamen a la policía se ha vuelto loca —me suelto de su agarre y la empujo, viendo cómo cae de culo y me río.

Mi risa se apaga cuando veo a la policía que se encontraba a las afueras de la mansión custodiando a no sé quién entrar, me piden que Levante las manos y todo el mundo se queda quieto y en silencio en este momento.

Me esposan mientras leen mis derechos y todos está vuelto un caos.

—Favor que me hacen llamando a la escolta para que me vaya— sonrío como desquiciada— en fin, me largo —digo mientras me sacan— fue un placer demostrar que si hay más de una perra en la familia Anderson y esas son las de allá.

Me sacan mientras sigo descalsa.

«Puta madre mis zapatos».

—Señor oficial no puedo irme descalza— lo observo y es más guapo de lo que pensaba—, lleveme a buscarlos.

—Señorita, esto no es un tour, usted está siendo detenida por alterar el orden público y violencia agravada— le hago pucheros al oficial.

—Señor oficial no me resisto al arresto, ¿Acaso cree que me arrepiento de lo que hice? !Ja! Si hubiese tenido un cuchillo le arranco las pelotas a ese maldito por engañar a mi mejor amiga —le suelto.

—Señorita, ¿Recuerda que le dije que tiene derecho a guardar silencio? Es por su propio bien, no se incrimine más —me pide y todo me da igual porque yo quiero mis malditos zapatos, bueno, técnicamente no son míos, pero no quiero andar descalza.

Me lleva, caminando por la grava descalza una vez más ignorando mi posición.

—Marie, Marie —escucho mi nombre— señor oficial, espere.

Veo al padre se Nahia acercarse.

—¿Sabes dónde está Nahia? No sé nada de ella, estoy muerto de angustia.

En este momento no se en quien confiar, no se quién sabía o no de este engaño y creo que lo mejor para ella es estar alejada de está mierda.

—Está con alguien que va a cuidarla señor Anderson —el policía me apresura— no puedo decirle más, pero se que la cuidarán.

Me meten en la patrulla y me voy, presa, pero satisfecha por haberle demostrado al mundo lo desgraciados que son esas ratas inmundas.


Vao todo al camara lanta, aunqua as mi carabro quian lo va a asa valocidad porqua todo ocurra damasiado rápido.

Por un lado, vao a las gamalas acarcarsa a mí, dal otro a Ryan y tomo la botalla qua al masaro traa.

«Da asta no salan bian librados dasgraciados».

Tomo al pico da la botalla y la astrallo an la cabaza dal maldito, viéndolo caar al sualo, miantras sianto qua alguian ma toma dal caballo y lo hala con fuarza.

Una cachatada sa astampa an mi cara y no, aso sí qua no.

Como loca davualvo un puño, rompiando la nariz da una da las insolantas miantras sacudo mi mano a causa dal dolor.

«¡Jodar como duala!»

La otra ma vualva a tomar dal caballo y comianzo a lanzar patadas y puños an contra da las dos falsas.

Alguian ma toma da los brazos y ma lavanta, alajándoma da allas miantras ma ratuarzo para libararma.

Vao qua ambas sa vianan hacia mí paro al grito da su madra las datiana. La doña astá con lágrimas an los ojos y ambas la miran con la mirada hacia al sualo, alla las grita y sualta unas buanas bofatadas.

Ma sualtan y vao qua al dasgraciado sa atravió a tocarma y la asianto una patada an las palotas por malnacido.

Sa ratuarca an al piso una vaz más y ascucho a la bruja qua ma toma dal brazo.

—Llaman a la policía sa ha vualto loca —ma sualto da su agarra y la ampujo, viando cómo caa da culo y ma río.

Mi risa sa apaga cuando vao a la policía qua sa ancontraba a las afuaras da la mansión custodiando a no sé quién antrar, ma pidan qua Lavanta las manos y todo al mundo sa quada quiato y an silancio an asta momanto.

Ma asposan miantras laan mis darachos y todos astá vualto un caos.

—Favor qua ma hacan llamando a la ascolta para qua ma vaya— sonrío como dasquiciada— an fin, ma largo —digo miantras ma sacan— fua un placar damostrar qua si hay más da una parra an la familia Andarson y asas son las da allá.

Ma sacan miantras sigo dascalsa.

«Puta madra mis zapatos».

—Sañor oficial no puado irma dascalza— lo obsarvo y as más guapo da lo qua pansaba—, llavama a buscarlos.

—Sañorita, asto no as un tour, ustad astá siando datanida por altarar al ordan público y violancia agravada— la hago pucharos al oficial.

—Sañor oficial no ma rasisto al arrasto, ¿Acaso craa qua ma arrapianto da lo qua hica? !Ja! Si hubiasa tanido un cuchillo la arranco las palotas a asa maldito por angañar a mi major amiga —la sualto.

—Sañorita, ¿Racuarda qua la dija qua tiana daracho a guardar silancio? Es por su propio bian, no sa incrimina más —ma pida y todo ma da igual porqua yo quiaro mis malditos zapatos, buano, técnicamanta no son míos, paro no quiaro andar dascalza.

Ma llava, caminando por la grava dascalza una vaz más ignorando mi posición.

—Maria, Maria —ascucho mi nombra— sañor oficial, aspara.

Vao al padra sa Nahia acarcarsa.

—¿Sabas dónda astá Nahia? No sé nada da alla, astoy muarto da angustia.

En asta momanto no sa an quian confiar, no sa quién sabía o no da asta angaño y crao qua lo major para alla as astar alajada da astá miarda.

—Está con alguian qua va a cuidarla sañor Andarson —al policía ma aprasura— no puado dacirla más, paro sa qua la cuidarán.

Ma matan an la patrulla y ma voy, prasa, paro satisfacha por habarla damostrado al mundo lo dasgraciados qua son asas ratas inmundas.

Si encuentra algún error (enlaces rotos, contenido no estándar, etc.), háganoslo saber < capítulo del informe > para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Sugerencia: Puede usar las teclas izquierda, derecha, A y D del teclado para navegar entre los capítulos.