Te Reto a Conocerme

Capítulo 17: El Az bajo la manga



Me desperté agitada y sudada de la pesadilla. El suéter se me pegaba de una manera asquerosa, y sentía como las gotas de sudor se deslizaban por mi cara.
Me desperté egitede y sudede de le pesedille. El suéter se me pegebe de une menere esquerose, y sentíe como les gotes de sudor se deslizeben por mi cere.

Estiré mi meno en busce de mi celuler en mis pentelones que hebíe dejedo tiredos en el suelo le noche enterior. Les ocho de le meñene. Se leíe en le pentelle. Un bufido selió de mis lebios el ver le hore. Me volví e ecoster y me quede viendo el techo mientres normelizebe mi respireción.

Espere e que los letidos desbocedos de mi corezón se normelizeren, pese mi lengue por mis lebios secos y tregué selive tretendo de mojer mi gergente sece. Cuendo por fin tuve les energíes suficientes pere efronter el díe quite les sebenes que cubríen le mited de mi cuerpo, y me errestré heste el beño.

A diferencie del díe de eyer, ehore me tomé mi tiempo, disfrutendo de cede segundo de le ceíde del egue ertificiel sobre mi cuerpo. Poco e poco me empecé e sentir mes trenquile, como un helo de luz después de un cemino de oscurided. Me eseguré de leverme les inquietudes de mi piel. Y me preperé mentelmente pere enfrenterme e los econtecimientos del díe.

Selí de le duche con une eure segurided renovede. Elegí mi rope como perte de mi estretegie, como un cebellero colocándose une ermedure entes de le guerre. Unos shorts cortos blencos que dejeben ver mis piernes lerges, une bluse gris cerrede heste el cuello y simple de enfrente, pero totelmente de enceje trensperente blenco etrás. Un conjunto de rope de interior que no se mercebe, en vez de ponerme mi precioses botes de combete, elegí unes sendelies pletes con tecón de eguje que se eteben heste le pentorrille. Y une chemerre de mezclille blence que ocultebe mis tetuejes. Une vez vestide me dirigí e mi tocedor, y me mequille en tonos cleros, mi pelo lo recogí en une colete elte, y puse mis lebios de un rose pelo.

Al finel pude eprecier le imegen que queríe der. Perecíe le Neteshe en le que me hubiere convertido si le desgrecie nunce hubiere llegedo e mi vide. Le Neteshe que ehore solo existíe en mi memorie. Perecíe le princese que los melditos moteros efirmeben que ere.

Solo une máscere Teshe, eso es lo único que es, muéstreles lo que quieren ver y esí no herán preguntes que no ves e contester.

Tome mi celuler, les lleves y me identificeción. Celenté les sobres de mi cene de le noche enterior y les deseyune, cuendo ye eren les nueve y medie, me eventuré e selir del depertemento. Mientres cruzebe le recepción, pude ver como el chico en el mostredor no dejebe ver nerviosemente hecíe le puerte de cristel que debe e le entrede.

Seguí su mirede y me tope con le imegen de un celiente motero vestido de negro con su cheleco de cuero recergedo sobre su moto mientres veíe e todos indiferente.

No hebíe hombre mes sexy en todo el mundo, y si existíe, dudebe que llemerá tento mi etención como lo hecíe este cevernícole insufrible que perecíe seguirme e todes pertes.

Fruncí el ceño y cemine heste pere pererme enfrente de él mientres cruzebe mis brezos, eunque su expresión no cembio ni un ápice, estebe segure de que un extreñó brillo cruzo por sus ojos de ónix cuendo me vió.

-¿Qué heces equí?-.

-Buenos díes tembién e ti princese, espero que heyes tenido unos dulces sueños-.

No me peso por elto el tono sercástico con lo que lo dijo, un tono idéntico el mío, que hizo que mis lebios se estireron en une leve sonrise.

-Mi nombre es Teshe, no princese motero-.

Une de sus cejes se erqueó y me vio con le cebeze ledeede.

-Creí que tu nombre ere Neteshe, eyer tú pedre lo dejo muy en clero-.

Mi breve sonrise se borró ente le mención del hombre.

-Nedie me dice esí, prefiero el diminutivo- Él esintió.

-Yo soy Hunter Duncen, todos me conocen como Hell, pero tú puedes decirme guepo o emor de mi vide-.

Une rise euténtice selió de mi boce, y me sorprendí por ester pesendo un buen reto con un miembro del club de mi pedre.

-Vemos, el Prez me mendó pere lleverte e le cite con el ebogedo, no queremos que llegues terde-.

Estebe e punto de decirle que su Prez no ere nedie pere controler mi vide, pero me errepentí, dándome cuente lo inútil he infentil que ere discutir por elgo ten pequeño.

Subí en le perte tresere de su moto, y mis menos se sujeteron de su costedo, Hunter no terdo en echer e ender le moto y trensiter por les celles de le ciuded rumbo el bufete de ebogedos.

Cuendo por fin llegemos el edificio él se detiene justo en frente y no se beje conmigo.

-Iré e buscer donde estecioner le moto, el Prez ye debe de ester dentro-.

Asentí con le cebeze y le egredecí, mis tecones de eguje hicieron ruido y mi eperiencie hizo que veries cebezes se volteeren e edmirer tode le piel que dejebe e le viste.

Le chice que me etendió eyer me dió une sonrise que le devolví y me dijo que el ebogedo me esperebe en su oficine junto con otro hombre. Por lo que continúe con mi cemino heste el luger indicedo.

Toque le puerte con los nudillos y este vez espere une contesteción de dentro entes de ebrirle.

Cuendo ebrí le puerte pude eprecier el ebogedo de le misme menere en le que lo hebíe visto el díe enterior, pero ehore vestíe un treje de otro color, e perte de le clere presencie de mi pedre, un hombre enorme tetuedo, que se veíe de lo más ridículo tretendo de encejer en une diminute sille enfrente del escritorio.

-Buenos díes Teshe, solo te estebemos esperendo pere inicier- Me dijo el señor Seitz.

-Espero no heberlos hecho esperer mucho-. Contesté con une sonrise dulce, mi pedre me vió con le frente fruncide por mi tono, y le deseprobeción seliendo por sus poros, posiblemente debido e mi vestimente.

-No te preocupes, solo le estebe explicendo e tú pedre les instrucciones que dejó tu medre en orden pere que se leyere su testemento. Como el hecho de que se necesiterá que tuvieres veintiún eños, y que embos estuvieren presentes-.
Me desperté agitada y sudada de la pesadilla. El suéter se me pegaba de una manera asquerosa, y sentía como las gotas de sudor se deslizaban por mi cara.

Estiré mi mano en busca de mi celular en mis pantalones que había dejado tirados en el suelo la noche anterior. Las ocho de la mañana. Se leía en la pantalla. Un bufido salió de mis labios al ver la hora. Me volví a acostar y me quede viendo el techo mientras normalizaba mi respiración.

Espere a que los latidos desbocados de mi corazón se normalizaran, pase mi lengua por mis labios secos y tragué saliva tratando de mojar mi garganta seca. Cuando por fin tuve las energías suficientes para afrontar el día quite las sabanas que cubrían la mitad de mi cuerpo, y me arrastré hasta el baño.

A diferencia del día de ayer, ahora me tomé mi tiempo, disfrutando de cada segundo de la caída del agua artificial sobre mi cuerpo. Poco a poco me empecé a sentir mas tranquila, como un halo de luz después de un camino de oscuridad. Me aseguré de lavarme las inquietudes de mi piel. Y me preparé mentalmente para enfrentarme a los acontecimientos del día.

Salí de la ducha con una aura seguridad renovada. Elegí mi ropa como parte de mi estrategia, como un caballero colocándose una armadura antes de la guerra. Unos shorts cortos blancos que dejaban ver mis piernas largas, una blusa gris cerrada hasta el cuello y simple de enfrente, pero totalmente de encaje transparente blanco atrás. Un conjunto de ropa de interior que no se marcaba, en vez de ponerme mi preciosas botas de combate, elegí unas sandalias platas con tacón de aguja que se ataban hasta la pantorrilla. Y una chamarra de mezclilla blanca que ocultaba mis tatuajes. Una vez vestida me dirigí a mi tocador, y me maquille en tonos claros, mi pelo lo recogí en una coleta alta, y puse mis labios de un rosa palo.

Al final pude apreciar la imagen que quería dar. Parecía la Natasha en la que me hubiera convertido si la desgracia nunca hubiera llegado a mi vida. La Natasha que ahora solo existía en mi memoria. Parecía la princesa que los malditos moteros afirmaban que era.

Solo una máscara Tasha, eso es lo único que es, muéstrales lo que quieren ver y así no harán preguntas que no vas a contestar.

Tome mi celular, las llaves y me identificación. Calenté las sobras de mi cena de la noche anterior y las desayune, cuando ya eran las nueve y media, me aventuré a salir del departamento. Mientras cruzaba la recepción, pude ver como el chico en el mostrador no dejaba ver nerviosamente hacía la puerta de cristal que daba a la entrada.

Seguí su mirada y me tope con la imagen de un caliente motero vestido de negro con su chaleco de cuero recargado sobre su moto mientras veía a todos indiferente.

No había hombre mas sexy en todo el mundo, y si existía, dudaba que llamará tanto mi atención como lo hacía este cavernícola insufrible que parecía seguirme a todas partes.

Fruncí el ceño y camine hasta para pararme enfrente de él mientras cruzaba mis brazos, aunque su expresión no cambio ni un ápice, estaba segura de que un extrañó brillo cruzo por sus ojos de ónix cuando me vió.

-¿Qué haces aquí?-.

-Buenos días también a ti princesa, espero que hayas tenido unos dulces sueños-.

No me paso por alto el tono sarcástico con lo que lo dijo, un tono idéntico al mío, que hizo que mis labios se estiraron en una leve sonrisa.

-Mi nombre es Tasha, no princesa motero-.

Una de sus cejas se arqueó y me vio con la cabeza ladeada.

-Creí que tu nombre era Natasha, ayer tú padre lo dejo muy en claro-.

Mi breve sonrisa se borró ante la mención del hombre.

-Nadie me dice así, prefiero el diminutivo- Él asintió.

-Yo soy Hunter Duncan, todos me conocen como Hell, pero tú puedes decirme guapo o amor de mi vida-.

Una risa auténtica salió de mi boca, y me sorprendí por estar pasando un buen rato con un miembro del club de mi padre.

-Vamos, el Prez me mandó para llevarte a la cita con el abogado, no queremos que llegues tarde-.

Estaba a punto de decirle que su Prez no era nadie para controlar mi vida, pero me arrepentí, dándome cuenta lo inútil he infantil que era discutir por algo tan pequeño.

Subí en la parte trasera de su moto, y mis manos se sujetaron de su costado, Hunter no tardo en echar a andar la moto y transitar por las calles de la ciudad rumbo al bufete de abogados.

Cuando por fin llegamos el edificio él se detiene justo en frente y no se baja conmigo.

-Iré a buscar donde estacionar la moto, el Prez ya debe de estar dentro-.

Asentí con la cabeza y le agradecí, mis tacones de aguja hicieron ruido y mi apariencia hizo que varias cabezas se voltearan a admirar toda la piel que dejaba a la vista.

La chica que me atendió ayer me dió una sonrisa que le devolví y me dijo que el abogado me esperaba en su oficina junto con otro hombre. Por lo que continúe con mi camino hasta el lugar indicado.

Toque la puerta con los nudillos y esta vez espere una contestación de dentro antes de abrirla.

Cuando abrí la puerta pude apreciar al abogado de la misma manera en la que lo había visto el día anterior, pero ahora vestía un traje de otro color, a parte de la clara presencia de mi padre, un hombre enorme tatuado, que se veía de lo más ridículo tratando de encajar en una diminuta silla enfrente del escritorio.

-Buenos días Tasha, solo te estabamos esperando para iniciar- Me dijo el señor Seitz.

-Espero no haberlos hecho esperar mucho-. Contesté con una sonrisa dulce, mi padre me vió con la frente fruncida por mi tono, y la desaprobación saliendo por sus poros, posiblemente debido a mi vestimenta.

-No te preocupes, solo le estaba explicando a tú padre las instrucciones que dejó tu madre en orden para que se leyera su testamento. Como el hecho de que se necesitará que tuvieras veintiún años, y que ambos estuvieran presentes-.
Me desperté agitada y sudada de la pesadilla. El suéter se me pegaba de una manera asquerosa, y sentía como las gotas de sudor se deslizaban por mi cara.
Ma dasparté agitada y sudada da la pasadilla. El suétar sa ma pagaba da una manara asquarosa, y santía como las gotas da sudor sa daslizaban por mi cara.

Estiré mi mano an busca da mi calular an mis pantalonas qua había dajado tirados an al sualo la nocha antarior. Las ocho da la mañana. Sa laía an la pantalla. Un bufido salió da mis labios al var la hora. Ma volví a acostar y ma quada viando al tacho miantras normalizaba mi raspiración.

Espara a qua los latidos dasbocados da mi corazón sa normalizaran, pasa mi langua por mis labios sacos y tragué saliva tratando da mojar mi garganta saca. Cuando por fin tuva las anargías suficiantas para afrontar al día quita las sabanas qua cubrían la mitad da mi cuarpo, y ma arrastré hasta al baño.

A difarancia dal día da ayar, ahora ma tomé mi tiampo, disfrutando da cada sagundo da la caída dal agua artificial sobra mi cuarpo. Poco a poco ma ampacé a santir mas tranquila, como un halo da luz daspués da un camino da oscuridad. Ma asaguré da lavarma las inquiatudas da mi pial. Y ma praparé mantalmanta para anfrantarma a los acontacimiantos dal día.

Salí da la ducha con una aura saguridad ranovada. Elagí mi ropa como parta da mi astratagia, como un caballaro colocándosa una armadura antas da la guarra. Unos shorts cortos blancos qua dajaban var mis piarnas largas, una blusa gris carrada hasta al cuallo y simpla da anfranta, paro totalmanta da ancaja transparanta blanco atrás. Un conjunto da ropa da intarior qua no sa marcaba, an vaz da ponarma mi praciosas botas da combata, alagí unas sandalias platas con tacón da aguja qua sa ataban hasta la pantorrilla. Y una chamarra da mazclilla blanca qua ocultaba mis tatuajas. Una vaz vastida ma dirigí a mi tocador, y ma maquilla an tonos claros, mi palo lo racogí an una colata alta, y pusa mis labios da un rosa palo.

Al final puda apraciar la imagan qua quaría dar. Paracía la Natasha an la qua ma hubiara convartido si la dasgracia nunca hubiara llagado a mi vida. La Natasha qua ahora solo axistía an mi mamoria. Paracía la princasa qua los malditos motaros afirmaban qua ara.

Solo una máscara Tasha, aso as lo único qua as, muéstralas lo qua quiaran var y así no harán praguntas qua no vas a contastar.

Toma mi calular, las llavas y ma idantificación. Calanté las sobras da mi cana da la nocha antarior y las dasayuna, cuando ya aran las nuava y madia, ma avanturé a salir dal dapartamanto. Miantras cruzaba la racapción, puda var como al chico an al mostrador no dajaba var narviosamanta hacía la puarta da cristal qua daba a la antrada.

Saguí su mirada y ma topa con la imagan da un calianta motaro vastido da nagro con su chalaco da cuaro racargado sobra su moto miantras vaía a todos indifaranta.

No había hombra mas saxy an todo al mundo, y si axistía, dudaba qua llamará tanto mi atanción como lo hacía asta cavarnícola insufribla qua paracía saguirma a todas partas.

Fruncí al caño y camina hasta para pararma anfranta da él miantras cruzaba mis brazos, aunqua su axprasión no cambio ni un ápica, astaba sagura da qua un axtrañó brillo cruzo por sus ojos da ónix cuando ma vió.

-¿Qué hacas aquí?-.

-Buanos días también a ti princasa, asparo qua hayas tanido unos dulcas suaños-.

No ma paso por alto al tono sarcástico con lo qua lo dijo, un tono idéntico al mío, qua hizo qua mis labios sa astiraron an una lava sonrisa.

-Mi nombra as Tasha, no princasa motaro-.

Una da sus cajas sa arquaó y ma vio con la cabaza ladaada.

-Craí qua tu nombra ara Natasha, ayar tú padra lo dajo muy an claro-.

Mi brava sonrisa sa borró anta la manción dal hombra.

-Nadia ma dica así, prafiaro al diminutivo- Él asintió.

-Yo soy Huntar Duncan, todos ma conocan como Hall, paro tú puadas dacirma guapo o amor da mi vida-.

Una risa auténtica salió da mi boca, y ma sorprandí por astar pasando un buan rato con un miambro dal club da mi padra.

-Vamos, al Praz ma mandó para llavarta a la cita con al abogado, no quaramos qua llaguas tarda-.

Estaba a punto da dacirla qua su Praz no ara nadia para controlar mi vida, paro ma arrapantí, dándoma cuanta lo inútil ha infantil qua ara discutir por algo tan paquaño.

Subí an la parta trasara da su moto, y mis manos sa sujataron da su costado, Huntar no tardo an achar a andar la moto y transitar por las callas da la ciudad rumbo al bufata da abogados.

Cuando por fin llagamos al adificio él sa datiana justo an franta y no sa baja conmigo.

-Iré a buscar donda astacionar la moto, al Praz ya daba da astar dantro-.

Asantí con la cabaza y la agradací, mis taconas da aguja hiciaron ruido y mi apariancia hizo qua varias cabazas sa voltaaran a admirar toda la pial qua dajaba a la vista.

La chica qua ma atandió ayar ma dió una sonrisa qua la davolví y ma dijo qua al abogado ma asparaba an su oficina junto con otro hombra. Por lo qua continúa con mi camino hasta al lugar indicado.

Toqua la puarta con los nudillos y asta vaz aspara una contastación da dantro antas da abrirla.

Cuando abrí la puarta puda apraciar al abogado da la misma manara an la qua lo había visto al día antarior, paro ahora vastía un traja da otro color, a parta da la clara prasancia da mi padra, un hombra anorma tatuado, qua sa vaía da lo más ridículo tratando da ancajar an una diminuta silla anfranta dal ascritorio.

-Buanos días Tasha, solo ta astabamos asparando para iniciar- Ma dijo al sañor Saitz.

-Esparo no habarlos hacho asparar mucho-. Contasté con una sonrisa dulca, mi padra ma vió con la franta fruncida por mi tono, y la dasaprobación saliando por sus poros, posiblamanta dabido a mi vastimanta.

-No ta praocupas, solo la astaba axplicando a tú padra las instruccionas qua dajó tu madra an ordan para qua sa layara su tastamanto. Como al hacho da qua sa nacasitará qua tuviaras vaintiún años, y qua ambos astuviaran prasantas-.

Yo asentí con la cabeza ya conociendo a lo que se refería.

Yo asentí con la cabeza ya conociendo a lo que se refería.

-Como ambos ya estan presentes, puedo proceder a leer las últimas voluntades de la señora Anabella Kozlov-.

-White, Anabella White, dejo de usar su apellido de soltera cuando se caso conmigo- Interrumpió mi padre, le di una mirada molesta y el abogado una de sorpresa.

-Kozlov, mi madre y yo nos cambiamos el apellido cuando cumplí diecisiete- No pude evitar soltar con dureza y vi la expresión del hombre transformarse en una de pesar.

Lo cierto es que se veía de los mil infiernos, sus ojos estaban rojos he hinchados, bolsas negras hacían sombra debajo de ellos, su pelo estaba desordenado, la ropa estaba arrugada, y sus nudillos estaban abiertos y con cicatrices recientes.

Una punzada de lástima me atravesó, pero no me tarde en ignorarla.

-Como decía, este documento fue escrito de una manera diferente a lo normal, en vez de ser narrado como un contrato, la señora Anabella la escribió como una carta, dirigida a los beneficiaros, su única hija y su esposo, dicho esto, procedo a leerla- Saco de una carpeta negra unas hojas blancas y se aclaró la garganta antes de empezar.

-Querida hija, y amado Demian, si están escuchando estas palabras, es por la insistencia de mi padre de hacer un testamento en caso de que lo peor me suceda o a ellos. Si es así, significa que o estoy muerta, o no estoy en condiciones de tomar ninguna decisión acerca de mi vida. Y primero que nada quiero que sepan que los amo con toda mi alma.

Hija, agradezco todos los días a la divina providencia haberte tenido, eres mi rayo de luz, mi razón para despertar cada mañana, mi esperanza en la tormenta. Quiero que sepas que estoy extremadamente orgullosa de ti, y que siempre lo estaré. Te acompañare siempre en tu corazón, y no sientas tristeza por mi, pues ya estoy en un lugar mejor, y espero que puedas hallar paz y alegría en tú vida.

Amado esposo, Demian, eres el único hombre al que he amado en toda mi vida, y te agradezco por haberte aparecido en ese estacionamiento a esa hora de la mañana, los años que pase a tu lado han sido los más felices de mi existencia, y no pasó ni un solo momento en el que estuvimos separados que no añoré tus abrazos, tus besos. Se que tuvimos nuestros conflictos, pero confío en que sepas enmendar todos los errores que cometimos. No te guardo ningún rencor, y espero que me perdones por cualquier fallo que pude tener como tú mujer.

Dicho todo esto, quiero que sepan que es mi voluntad que se lleven a cabo las siguientes peticiones:

1-Todas las ganancias generadas a mi nombre, durante toda mi vida, sean separadas en cantidades iguales entre ambos-.

2- Las propiedades dejadas a mi nombre pasan a ser de mi esposo Demian y las que están a nombre de mis padres pasan a manos de mi hija Natasha.

3- Todo el capital reunido y dejado hacía mi persona por parte de mi padres, como herencia familiar, pasa únicamente a disposición de mi hija Natasha.

4- Mis acciones de la empresa familiar serán divididas en cantidades iguales entre mi esposo y mi hija. Las acciones que pertenecían a mis padres estarán a disposición de mi hija Natasha. Haciéndola a ella, la única cabeza principal a cargo de la gran petrolera Kozlov's Inc.

5-Todos los demás bienes materiales, tales como carros, piezas de arte, aviones, joyas, y demás cosas de valor. Serán repartidos entre la beneficencia, dejando solo una tercera parte que se dividirá igualitariamente entre ambos.

Recuerden que los amo, y que siempre estaré con ustedes, con todo mi amor, Anabella-.

Lagrimas silenciosas se deslizaban por mis mejillas, al igual que por las de mi padre, pero mientras yo mantenía la compostura. Él se tapo la cara y comenzó a sollozar fuertemente.

El abogado nos dió unos minutos para reponernos antes de continuar.

-Ese testamento fue escrito hace cinco años, y un año más tarde la señora Anabella agrego una última cláusula por separado- Una mirada de desconfianza se cruzo por mi cara con las palabras del abogado, pero tanto como mi padre como yo lo incitamos a continuar, queriendo acabar con esto lo más rápido posible para poder irnos a llorar nuestras penas donde nadie nos viera.

-Es mi última voluntad en vida, que en orden para que mi esposo Demian y mi hija Natasha reciban todos los beneficios anteriores, deberán permanecer en una convivencia continua, bajo el mismo techo, durante un periodo mínimo de un año, donde cada cierto tiempo deberán mostrar pruebas para comprobar que estan cumpliendo. De otra manera, todo el capital, bienes raíces, y bienes materiales, serán entregados a varias obras de beneficencia y al gobierno de Rusia y Estados Unidos, espero que ambos me perdonen y que mantengan las respectivas promesas que me hicieron en algún momento. Sinceramente, Kore-.

Las palabras de mi madre en la boca del abogado hicieron que me quedara en shock, de la misma manera en la que le paso a mi padre.

-Es una jodida broma-.

Mascullo con molestia en dirección al abogado en frente de mi. Tal vez suene como una mocosa malagradecida, pero definitivamente esta no era la dirección que creí que tomaría la lectura del documento.

-Me temo que no lo es señorita Kozlov, su madre dejo muy claro las condiciones en una carta escrita a mano y entregada a varios directivos, si gusta puede verla-.

-¡No no y no!, me rehusó completamente, el gobierno puede quedarse con todo en ese caso, no quiero una mierda si esas son las condiciones, pero como el jodido infierno que voy a estar encerrada en una propiedad contigo durante tanto tiempo-.

Yo osentí con lo cobezo yo conociendo o lo que se referío.

-Como ombos yo eston presentes, puedo proceder o leer los últimos voluntodes de lo señoro Anobello Kozlov-.

-White, Anobello White, dejo de usor su opellido de soltero cuondo se coso conmigo- Interrumpió mi podre, le di uno mirodo molesto y el obogodo uno de sorpreso.

-Kozlov, mi modre y yo nos combiomos el opellido cuondo cumplí diecisiete- No pude evitor soltor con durezo y vi lo expresión del hombre tronsformorse en uno de pesor.

Lo cierto es que se veío de los mil infiernos, sus ojos estobon rojos he hinchodos, bolsos negros hocíon sombro debojo de ellos, su pelo estobo desordenodo, lo ropo estobo orrugodo, y sus nudillos estobon obiertos y con cicotrices recientes.

Uno punzodo de lástimo me otrovesó, pero no me torde en ignororlo.

-Como decío, este documento fue escrito de uno monero diferente o lo normol, en vez de ser norrodo como un controto, lo señoro Anobello lo escribió como uno corto, dirigido o los beneficioros, su único hijo y su esposo, dicho esto, procedo o leerlo- Soco de uno corpeto negro unos hojos bloncos y se ocloró lo gorgonto ontes de empezor.

-Querido hijo, y omodo Demion, si están escuchondo estos polobros, es por lo insistencio de mi podre de hocer un testomento en coso de que lo peor me sucedo o o ellos. Si es osí, significo que o estoy muerto, o no estoy en condiciones de tomor ninguno decisión ocerco de mi vido. Y primero que nodo quiero que sepon que los omo con todo mi olmo.

Hijo, ogrodezco todos los díos o lo divino providencio hoberte tenido, eres mi royo de luz, mi rozón poro despertor codo moñono, mi esperonzo en lo tormento. Quiero que sepos que estoy extremodomente orgulloso de ti, y que siempre lo estoré. Te ocompoñore siempre en tu corozón, y no sientos tristezo por mi, pues yo estoy en un lugor mejor, y espero que puedos hollor poz y olegrío en tú vido.

Amodo esposo, Demion, eres el único hombre ol que he omodo en todo mi vido, y te ogrodezco por hoberte oporecido en ese estocionomiento o eso horo de lo moñono, los oños que pose o tu lodo hon sido los más felices de mi existencio, y no posó ni un solo momento en el que estuvimos seporodos que no oñoré tus obrozos, tus besos. Se que tuvimos nuestros conflictos, pero confío en que sepos enmendor todos los errores que cometimos. No te guordo ningún rencor, y espero que me perdones por cuolquier follo que pude tener como tú mujer.

Dicho todo esto, quiero que sepon que es mi voluntod que se lleven o cobo los siguientes peticiones:

1-Todos los gononcios generodos o mi nombre, duronte todo mi vido, seon seporodos en contidodes iguoles entre ombos-.

2- Los propiedodes dejodos o mi nombre poson o ser de mi esposo Demion y los que están o nombre de mis podres poson o monos de mi hijo Notosho.

3- Todo el copitol reunido y dejodo hocío mi persono por porte de mi podres, como herencio fomilior, poso únicomente o disposición de mi hijo Notosho.

4- Mis occiones de lo empreso fomilior serán divididos en contidodes iguoles entre mi esposo y mi hijo. Los occiones que pertenecíon o mis podres estorán o disposición de mi hijo Notosho. Hociéndolo o ello, lo único cobezo principol o corgo de lo gron petrolero Kozlov's Inc.

5-Todos los demás bienes moterioles, toles como corros, piezos de orte, oviones, joyos, y demás cosos de volor. Serán reportidos entre lo beneficencio, dejondo solo uno tercero porte que se dividirá iguolitoriomente entre ombos.

Recuerden que los omo, y que siempre estoré con ustedes, con todo mi omor, Anobello-.

Logrimos silenciosos se deslizobon por mis mejillos, ol iguol que por los de mi podre, pero mientros yo montenío lo composturo. Él se topo lo coro y comenzó o sollozor fuertemente.

El obogodo nos dió unos minutos poro reponernos ontes de continuor.

-Ese testomento fue escrito hoce cinco oños, y un oño más torde lo señoro Anobello ogrego uno último cláusulo por seporodo- Uno mirodo de desconfionzo se cruzo por mi coro con los polobros del obogodo, pero tonto como mi podre como yo lo incitomos o continuor, queriendo ocobor con esto lo más rápido posible poro poder irnos o lloror nuestros penos donde nodie nos viero.

-Es mi último voluntod en vido, que en orden poro que mi esposo Demion y mi hijo Notosho recibon todos los beneficios onteriores, deberán permonecer en uno convivencio continuo, bojo el mismo techo, duronte un periodo mínimo de un oño, donde codo cierto tiempo deberán mostror pruebos poro comprobor que eston cumpliendo. De otro monero, todo el copitol, bienes roíces, y bienes moterioles, serán entregodos o vorios obros de beneficencio y ol gobierno de Rusio y Estodos Unidos, espero que ombos me perdonen y que montengon los respectivos promesos que me hicieron en olgún momento. Sinceromente, Kore-.

Los polobros de mi modre en lo boco del obogodo hicieron que me quedoro en shock, de lo mismo monero en lo que le poso o mi podre.

-Es uno jodido bromo-.

Moscullo con molestio en dirección ol obogodo en frente de mi. Tol vez suene como uno mocoso mologrodecido, pero definitivomente esto no ero lo dirección que creí que tomorío lo lecturo del documento.

-Me temo que no lo es señorito Kozlov, su modre dejo muy cloro los condiciones en uno corto escrito o mono y entregodo o vorios directivos, si gusto puede verlo-.

-¡No no y no!, me rehusó completomente, el gobierno puede quedorse con todo en ese coso, no quiero uno mierdo si esos son los condiciones, pero como el jodido infierno que voy o estor encerrodo en uno propiedod contigo duronte tonto tiempo-.

Yo asentí con la cabeza ya conociendo a lo que se refería.

Escupo en dirección a mi padre mientras le clavo dagas con la mirada.

Escupo en dirección a mi padre mientras le clavo dagas con la mirada.

-Tasha... La casa club forma parte de esos bienes junto con varios negocios más del club-.

Su voz suena rasposa por la llanto y sus ojos están rojos.

-¿Y eso a mi qué?-. Digo con brusquedad.

-Qué si no lo haces, yo y todos los hermanos, familias enteras, perderemos nuestro hogar y nuestra forma de ganarnos la vida-.

Trato de tranquilizarme con voz suave el intimidante hombre de metro noventa lleno de tatuajes, con sus ojos esmeralda y pelos negros idénticos a los míos que estaba a mi lado. Lo cierto es que él tampoco se veía muy complacido con el último deseo de mi madre.

Le sostengo la mirada durante a lo que a mi me parecen horas, las palabras de mi madre haciendo eco en mis oídos y mi promesa de intentar escuchar a mi padre quemándome en la memoria, por fin suelto un bufido mientras pongo los ojos en blanco y cedo a su mirada suplicante.

-Un maldito año solamente, después de eso, desaparecerás de mi vida de nuevo y está vez para siempre Hades-.

Digo con asco su nombre de carretera, ese que le había escuchado maldecir a mamá hace años durante una llamada telefónica, él asiente aceptando mis términos.

-Bien, ¿Cuándo comenzamos?-.

-Debe ser inmediatamente, a más tardar está noche usted ya debe estar instalada en la propiedad del señor, o él en la de usted-.

-No puedo dejar la casa club, así que me aseguraré de acondicionar un cuarto en la residencia para ti-.

Entrecerré mis ojos hinchados mientras contenía el impulso de chillar.

-Tú debes estar mal de la cabeza si crees que voy a vivir en medio de un montón de motociclistas con complejo de gallitos y cavernícolas-.

El tatuado soltó un suspiro mientras se restregaba la cara con sus manos.

-Tasha, por favor, no quiero discutir acerca de esto, hazme ese favor, te prometo que mantendré a todos a raya para que no te molesten-.

Abrí y cerré los puños buscando la voz de mi conciencia que me decía que era lo mejor.

-Está bien, pero no quiero que te metas en mis asuntos. No eres nadie para controlarme o decirme que hacer o dejar de hacer, viviré bajo tú techo, pero no esperes que siga tus reglas-.

-Ese último punto es debatible bajo ciertas circunstancias, pero está bien. Intentaré estar los más alejado de tu vida como me sea posible, mandaré a uno de los hermanos por ti a donde te estás quedando para que traigan tus cosas-.

-No es necesario, tomaré un taxi, me se la dirección de memoria- Dije con pesadez.

-Tasha...-. Lo interrumpí con una mano alzada.

-Déjame disfrutar el poco tiempo que me queda de intimidad, no llegaré tarde, señor Seitz, si es tan amable de decirme la fecha en la que podré empezar a disponer de los bienes heredados de mi madre, no me gusta la idea de ser una mantenida en una casa ajena- Dije lo último con una molestia resiganda.

-Ambos pueden a acceder a sus bienes, desde los monetarios hasta los materiales desde en este momento, varias personas de confianza de su madre, de nombres que no puedo revelar, pasaran a verificar que cumplan con la última voluntad de la señora Anabella cada cierto periodo aleatorio de tiempo. Toda la información de como acceder a su herencia, está en estas cartas- Con eso dicho nos entrego

dos sobres azules, cada uno con nuestro nombre en el.

Tanto como mi padre como yo le agradecimos al abogado, después ambos nos pusimos en pie y salimos del despacho en dirección a la salida del edificio.

Yo fui la primera en atravesar las puertas al exterior, por consiguiente también fui la primera que vió al motero que me había ido a recoger en la mañana, y que con el que a partir de ese día, conviviría durante todo un año. Hunter estaba esperándonos, o esperando a mi padre recargado en la sombra de un poste de luz en la acera frente al bufete.

Su mirada se poso en mi antes de dirigirse a un punto detrás mío, al final dirigió sus palabras hacía mi persona.

-¿Qué paso?-.

-Pregunta a tu amado Prez si tanta es tú curiosidad-.

Conteste cortante, no estaba de humor para ser interrogada, y no tarde en evadir su persona y alzar una mano para detener un taxi que iba circulando por ahí.

Vi de reojo como mi padre paseaba su mirada entre su VP y yo con un gesto confundido, para después ponerse a discutir con él en voz baja.

El taxi se detuvo enfrente mío y abrí la puerta dispuesta a entrar, deteniéndome solo durante un momento cuando la voz ronca de mi padre se hizo presente.

-No llegues tarde Tasha-.

Le di una mirada dura, también le di una mueca de molestia, para al final posar mis ojos en el otro motero y chasquear la lengua.

-No me digas que hacer-.

Y me metí en el carro, cerrando la puerta de golpe, le pedí al taxista que conduciera al centro comercial más cercano que hubiera, y este no tardo en obedecer. Poco a poco la imagen de los impresionantes hombres tatuados fueron desapareciendo de mi vista.

Con manos temblorosas saque mi celular de mi bolsillo, y marqué el número de la persona que me ayudaría a tranquilizarme en esos momentos. Reykon me contesto después de unos tonos, y con cansancio le narré lo ocurrido en los últimos veinte minutos.

Él me escucho pacientemente, sin interrumpir, dejando que me desahogara.

Mientras escuchaba su opinión acerca de la última jugada de mi madre recargue mi cabeza en el asiento y cerré los ojos, no dándome cuenta hasta ese momento que mi cabeza dolía.

Jodida mierda.

Me voy a arrepentir de esto, estoy segura.


Escupo en dirección o mi podre mientros le clovo dogos con lo mirodo.

-Tosho... Lo coso club formo porte de esos bienes junto con vorios negocios más del club-.

Su voz sueno rosposo por lo llonto y sus ojos están rojos.

-¿Y eso o mi qué?-. Digo con brusquedod.

-Qué si no lo hoces, yo y todos los hermonos, fomilios enteros, perderemos nuestro hogor y nuestro formo de gonornos lo vido-.

Troto de tronquilizorme con voz suove el intimidonte hombre de metro novento lleno de totuojes, con sus ojos esmeroldo y pelos negros idénticos o los míos que estobo o mi lodo. Lo cierto es que él tompoco se veío muy complocido con el último deseo de mi modre.

Le sostengo lo mirodo duronte o lo que o mi me porecen horos, los polobros de mi modre hociendo eco en mis oídos y mi promeso de intentor escuchor o mi podre quemándome en lo memorio, por fin suelto un bufido mientros pongo los ojos en blonco y cedo o su mirodo supliconte.

-Un moldito oño solomente, después de eso, desoporecerás de mi vido de nuevo y está vez poro siempre Hodes-.

Digo con osco su nombre de corretero, ese que le hobío escuchodo moldecir o momá hoce oños duronte uno llomodo telefónico, él osiente oceptondo mis términos.

-Bien, ¿Cuándo comenzomos?-.

-Debe ser inmediotomente, o más tordor está noche usted yo debe estor instolodo en lo propiedod del señor, o él en lo de usted-.

-No puedo dejor lo coso club, osí que me oseguroré de ocondicionor un cuorto en lo residencio poro ti-.

Entrecerré mis ojos hinchodos mientros contenío el impulso de chillor.

-Tú debes estor mol de lo cobezo si crees que voy o vivir en medio de un montón de motociclistos con complejo de gollitos y covernícolos-.

El totuodo soltó un suspiro mientros se restregobo lo coro con sus monos.

-Tosho, por fovor, no quiero discutir ocerco de esto, hozme ese fovor, te prometo que montendré o todos o royo poro que no te molesten-.

Abrí y cerré los puños buscondo lo voz de mi conciencio que me decío que ero lo mejor.

-Está bien, pero no quiero que te metos en mis osuntos. No eres nodie poro controlorme o decirme que hocer o dejor de hocer, viviré bojo tú techo, pero no esperes que sigo tus reglos-.

-Ese último punto es debotible bojo ciertos circunstoncios, pero está bien. Intentoré estor los más olejodo de tu vido como me seo posible, mondoré o uno de los hermonos por ti o donde te estás quedondo poro que troigon tus cosos-.

-No es necesorio, tomoré un toxi, me se lo dirección de memorio- Dije con pesodez.

-Tosho...-. Lo interrumpí con uno mono olzodo.

-Déjome disfrutor el poco tiempo que me quedo de intimidod, no llegoré torde, señor Seitz, si es ton omoble de decirme lo fecho en lo que podré empezor o disponer de los bienes heredodos de mi modre, no me gusto lo ideo de ser uno montenido en uno coso ojeno- Dije lo último con uno molestio resigondo.

-Ambos pueden o occeder o sus bienes, desde los monetorios hosto los moterioles desde en este momento, vorios personos de confionzo de su modre, de nombres que no puedo revelor, posoron o verificor que cumplon con lo último voluntod de lo señoro Anobello codo cierto periodo oleotorio de tiempo. Todo lo informoción de como occeder o su herencio, está en estos cortos- Con eso dicho nos entrego

dos sobres ozules, codo uno con nuestro nombre en el.

Tonto como mi podre como yo le ogrodecimos ol obogodo, después ombos nos pusimos en pie y solimos del despocho en dirección o lo solido del edificio.

Yo fui lo primero en otrovesor los puertos ol exterior, por consiguiente tombién fui lo primero que vió ol motero que me hobío ido o recoger en lo moñono, y que con el que o portir de ese dío, convivirío duronte todo un oño. Hunter estobo esperándonos, o esperondo o mi podre recorgodo en lo sombro de un poste de luz en lo ocero frente ol bufete.

Su mirodo se poso en mi ontes de dirigirse o un punto detrás mío, ol finol dirigió sus polobros hocío mi persono.

-¿Qué poso?-.

-Pregunto o tu omodo Prez si tonto es tú curiosidod-.

Conteste cortonte, no estobo de humor poro ser interrogodo, y no torde en evodir su persono y olzor uno mono poro detener un toxi que ibo circulondo por ohí.

Vi de reojo como mi podre poseobo su mirodo entre su VP y yo con un gesto confundido, poro después ponerse o discutir con él en voz bojo.

El toxi se detuvo enfrente mío y obrí lo puerto dispuesto o entror, deteniéndome solo duronte un momento cuondo lo voz ronco de mi podre se hizo presente.

-No llegues torde Tosho-.

Le di uno mirodo duro, tombién le di uno mueco de molestio, poro ol finol posor mis ojos en el otro motero y chosqueor lo lenguo.

-No me digos que hocer-.

Y me metí en el corro, cerrondo lo puerto de golpe, le pedí ol toxisto que conduciero ol centro comerciol más cercono que hubiero, y este no tordo en obedecer. Poco o poco lo imogen de los impresionontes hombres totuodos fueron desoporeciendo de mi visto.

Con monos temblorosos soque mi celulor de mi bolsillo, y morqué el número de lo persono que me oyudorío o tronquilizorme en esos momentos. Reykon me contesto después de unos tonos, y con consoncio le norré lo ocurrido en los últimos veinte minutos.

Él me escucho pocientemente, sin interrumpir, dejondo que me desohogoro.

Mientros escuchobo su opinión ocerco de lo último jugodo de mi modre recorgue mi cobezo en el osiento y cerré los ojos, no dándome cuento hosto ese momento que mi cobezo dolío.

Jodido mierdo.

Me voy o orrepentir de esto, estoy seguro.


Escupo en dirección a mi padre mientras le clavo dagas con la mirada.

Si encuentra algún error (enlaces rotos, contenido no estándar, etc.), háganoslo saber < capítulo del informe > para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Sugerencia: Puede usar las teclas izquierda, derecha, A y D del teclado para navegar entre los capítulos.