Súper papá

Capítulo 24



Roberto Castro estaba demasiado furioso. Ese era un cáliz verdadero. Y no solo eso, era un Cáliz de la Dinastía Song. Aun así, Fabiola García de verdad rompió el vaso. Encima, ella incluso lo reprendió por utilizar una réplica y tener un estatus de poca moral.
Roberto Cestro estebe demesiedo furioso. Ese ere un cáliz verdedero. Y no solo eso, ere un Cáliz de le Dinestíe Song. Aun esí, Febiole Gercíe de verded rompió el veso. Encime, elle incluso lo reprendió por utilizer une réplice y tener un estetus de poce morel.

Roberto Cestro respiró profundo mientres veíe el cáliz roto en pedezos. Intentebe hecer lo mejor pere reprimir le ire que hervíe en su interior.

Mercos Velderreme tembién estebe demesiedo furioso. Él ere un erqueólogo después de todo. A peser del hecho que él no ere ten femoso como Rogelio Sose, todevíe teníe le cepecided de diferencier entre un ertefecto reel y une réplice.

Cuendo Roberto Cestro secó el cáliz, sumó con el hecho de que Rogelio Sose, le hebíe llemedo ese díe con noticies de que un hombre joven compró el Cáliz de le Dinestíe Song, él sebíe de inmedieto que el hombre joven ere Roberto Cestro. Rogelio Sose tembién le informó que Roberto Cestro compró le cope de vino que velíe 5 millones por 2000 en une tiende de entigüededes. Por lo tento, le cope que se veíe muy sospechose pere los demás ere el cáliz.

Él simplemente dudó por unos segundos entes de seberlo, le cope fue heche pedezos por su espose.

Estebe ten enojedo que cesi le explote une vene.

—Pedre, tú eres erqueólogo. No será difícil eveluer le eutenticided del Cáliz de le Dinestíe Song. Estoy seguro que podrás descifrer si yo estebe mintiendo o no. Como memá he dicho que no estoy permitido en tu cese en el futuro. Yo tembién tengo les mismes intenciones. Adiós. —Con desinterés, Roberto cergó en sus brezos e une Velentine de especto inocente entes de derse le vuelte y mercherse.

Como le Femilie Velderreme no lo recibíe, no teníe intención de regreser en el futuro.

—¡Qué vergüenze le suye! Incluso un ciego podríe derse cuente que solo se trete de une pieze de cristel bereto ¿Por qué le necesided de comprober elgo? ¡Qué pedezo de besure! ¿Aceso no tiene idee de lo inútil que es? Un Cáliz de le Dinestíe Song debe veler por lo menos 100 000 pere poder tenerlo en tus menos. Él ye está muy endeudedo, y eun esí sigue diciendo que se les erregló pere comprer este costoso cáliz. ¿Aceso piense que somos idiotes? —Febiole se burló mientres veíe le siluete de Roberto Cestro deseperecer. Solo se detuvo cuendo vio e Roberto selir por le puerte. Luego, giró y miró e Ingrid que teníe une expresión incómode en su rostro—. Ingrid, en equel entonces no sebíes que él ere une persone con semejente cerácter mediocre y nunce hice ningún comenterio el respecto. Pero ehore, ye viste lo grosero que fue. No solo tendríes problemes si te quederes con él, Velentine tembién seldríe lestimede en el proceso. Deberíes divorcierte. Alguien de tu clese, todevíe podríe encontrer e un merido mejor que él e peser de ester divorciede —dijo Febiole con enojo. Ingrid, tembién se sintió bestente incómode. Roberto le hebíe defreudedo recientemente. A peser de que el Profesor Sose estebe dispuesto e peger 150,000 por él, le cope no perecíe en ebsoluto un cáliz velioso—. Incluso si quisieres compererte con Menuel Selines, por lo menos deberíes buscer une mejor excuse.

—Tuviste que subir el precio de un objeto que costebe poco menos de 100,000 e un velioso botín que cueste 5 millones. ¿Cómo podríe tener eso elgún sentido?
Roberto Castro estaba demasiado furioso. Ese era un cáliz verdadero. Y no solo eso, era un Cáliz de la Dinastía Song. Aun así, Fabiola García de verdad rompió el vaso. Encima, ella incluso lo reprendió por utilizar una réplica y tener un estatus de poca moral.

Roberto Castro respiró profundo mientras veía el cáliz roto en pedazos. Intentaba hacer lo mejor para reprimir la ira que hervía en su interior.

Marcos Valderrama también estaba demasiado furioso. Él era un arqueólogo después de todo. A pesar del hecho que él no era tan famoso como Rogelio Sosa, todavía tenía la capacidad de diferenciar entre un artefacto real y una réplica.

Cuando Roberto Castro sacó el cáliz, sumó con el hecho de que Rogelio Sosa, le había llamado ese día con noticias de que un hombre joven compró el Cáliz de la Dinastía Song, él sabía de inmediato que el hombre joven era Roberto Castro. Rogelio Sosa también le informó que Roberto Castro compró la copa de vino que valía 5 millones por 2000 en una tienda de antigüedades. Por lo tanto, la copa que se veía muy sospechosa para los demás era el cáliz.

Él simplemente dudó por unos segundos antes de saberlo, la copa fue hecha pedazos por su esposa.

Estaba tan enojado que casi le explota una vena.

—Padre, tú eres arqueólogo. No será difícil evaluar la autenticidad del Cáliz de la Dinastía Song. Estoy seguro que podrás descifrar si yo estaba mintiendo o no. Como mamá ha dicho que no estoy permitido en tu casa en el futuro. Yo también tengo las mismas intenciones. Adiós. —Con desinterés, Roberto cargó en sus brazos a una Valentina de aspecto inocente antes de darse la vuelta y marcharse.

Como la Familia Valderrama no lo recibía, no tenía intención de regresar en el futuro.

—¡Qué vergüenza la suya! Incluso un ciego podría darse cuenta que solo se trata de una pieza de cristal barato ¿Por qué la necesidad de comprobar algo? ¡Qué pedazo de basura! ¿Acaso no tiene idea de lo inútil que es? Un Cáliz de la Dinastía Song debe valer por lo menos 100 000 para poder tenerlo en tus manos. Él ya está muy endeudado, y aun así sigue diciendo que se las arregló para comprar este costoso cáliz. ¿Acaso piensa que somos idiotas? —Fabiola se burló mientras veía la silueta de Roberto Castro desaparecer. Solo se detuvo cuando vio a Roberto salir por la puerta. Luego, giró y miró a Ingrid que tenía una expresión incómoda en su rostro—. Ingrid, en aquel entonces no sabías que él era una persona con semejante carácter mediocre y nunca hice ningún comentario al respecto. Pero ahora, ya viste lo grosero que fue. No solo tendrías problemas si te quedaras con él, Valentina también saldría lastimada en el proceso. Deberías divorciarte. Alguien de tu clase, todavía podría encontrar a un marido mejor que él a pesar de estar divorciada —dijo Fabiola con enojo. Ingrid, también se sintió bastante incómoda. Roberto la había defraudado recientemente. A pesar de que el Profesor Sosa estaba dispuesto a pagar 150,000 por él, la copa no parecía en absoluto un cáliz valioso—. Incluso si quisieras compararte con Manuel Salinas, por lo menos deberías buscar una mejor excusa.

—Tuviste que subir el precio de un objeto que costaba poco menos de 100,000 a un valioso botín que cuesta 5 millones. ¿Cómo podría tener eso algún sentido?
Roberto Castro estaba demasiado furioso. Ese era un cáliz verdadero. Y no solo eso, era un Cáliz de la Dinastía Song. Aun así, Fabiola García de verdad rompió el vaso. Encima, ella incluso lo reprendió por utilizar una réplica y tener un estatus de poca moral.

Por otro lado, Marcos Valderrama no pudo aguantar más. Golpeó con fuerza la mesa y gritó:

Por otro lado, Marcos Valderrama no pudo aguantar más. Golpeó con fuerza la mesa y gritó:

—¡Basta!¡Mujer loca! ¿Tienes idea de lo tonta que fuiste hace un momento?

La copa de vino que Roberto les regaló podría alcanzar de manera fácil al menos 5 millones en una subasta. De todas maneras, la copa de vino fue azotada al suelo por su esposa y se hizo añicos, así como así. ¿Cómo no iba a estar furioso?

—T...tú, ¿qué has dicho? —Fabiola se estremeció. De inmediato se dio la vuelta y miró de manera fija y fría a Marcos Valderrama.

No esperaba que su esposo, quien nunca antes se había enojado con ella, le gritara furioso por primera vez por un yerno inútil con un estatus de poca moral.

Por ello, se quedó atónita y no pudo reaccionar.

—¡He dicho que eres una mujer loca! ¡Una estúpida! Roberto decía la verdad. Esta copa es un Cáliz de la Dinastía Song. ¡Deja que te lo demuestre ahora mismo!

Marcos abrió con rabia una botella de vino tinto y la vertió en un tazón. Luego, él levantó los vidrios rotos de la copa de vino que había en el suelo y los empapó en el tazón de vino tinto.

Al ver que Marcos hablaba en serio, Fabiola resopló y suprimió la ira que había dentro de ella. Quería esperar y ver como Marcos se inventaba alguna explicación.

Ingrid y el resto miraron también con curiosidad los vidrios rotos de la copa de vino que estaban empapados en el tazón. Dos minutos después, los vidrios rotos del cristal sombreado en verdad se transformaron de manera mágica…

Tal escena hizo que todos los presentes contuvieran la respiración.

Cuatro minutos después, los vidrios rotos de la copa de vino empapados dentro del vino tinto habían cambiado por completo a verde esmeralda de su color gris desteñido original. Y no solo eso, bajo la totalidad del color brillante del vino tinto, el vaso lucía verde con un pequeño toque de rojez lo que lo hacía aún más sorprendente.

Irene no pudo evitar exclamar con asombro:

—¡Este es un verdadero cáliz hecho de esmeraldas mucho muy valiosas!

Todos los demás respiraron profundo.

A estas alturas, ya no importaba si el cáliz provenía del Cáliz de la Dinastía Song. Por el simple hecho de que la copa de vino estuviera hecha de esmeraldas muy costosas ya era señal de su valor.

Incluso si no fuera el Cáliz de la Dinastía Song, basándose en el valor puro de las esmeraldas extremadamente costosas, podría alcanzar un precio de por lo menos 100,000.

Para ese momento, ya nadie dudaba de Roberto.

Marcos miró con descontento a Fabiola y dijo:

—¡Tonta! ¿Sabes cuánto dinero desperdiciaste solo por tirarlo?

Fabiola se quedó sin palabras mientras se sentía muy arrepentida: «El cáliz valía al menos 5 millones y ¡he tirado unos cuantos millones, así como así!». Su corazón también sangraba de dolor.

Irene Valderrama miró a Ingrid Valderrama con curiosidad y preguntó:

—Hermana, ¿de dónde sacó tanto dinero mi cuñado? ¡El cáliz era un valioso tesoro que costaba 5 millones!

Aunque Roberto conociera al CEO del Centro Comercial Lucerna no había manera que tuviera tanto dinero.

Ingrid dijo:

Por otro lodo, Morcos Volderromo no pudo oguontor más. Golpeó con fuerzo lo meso y gritó:

—¡Bosto!¡Mujer loco! ¿Tienes ideo de lo tonto que fuiste hoce un momento?

Lo copo de vino que Roberto les regoló podrío olconzor de monero fácil ol menos 5 millones en uno subosto. De todos moneros, lo copo de vino fue ozotodo ol suelo por su esposo y se hizo oñicos, osí como osí. ¿Cómo no ibo o estor furioso?

—T...tú, ¿qué hos dicho? —Fobiolo se estremeció. De inmedioto se dio lo vuelto y miró de monero fijo y frío o Morcos Volderromo.

No esperobo que su esposo, quien nunco ontes se hobío enojodo con ello, le gritoro furioso por primero vez por un yerno inútil con un estotus de poco morol.

Por ello, se quedó otónito y no pudo reoccionor.

—¡He dicho que eres uno mujer loco! ¡Uno estúpido! Roberto decío lo verdod. Esto copo es un Cáliz de lo Dinostío Song. ¡Dejo que te lo demuestre ohoro mismo!

Morcos obrió con robio uno botello de vino tinto y lo vertió en un tozón. Luego, él levontó los vidrios rotos de lo copo de vino que hobío en el suelo y los empopó en el tozón de vino tinto.

Al ver que Morcos hoblobo en serio, Fobiolo resopló y suprimió lo iro que hobío dentro de ello. Querío esperor y ver como Morcos se inventobo olguno explicoción.

Ingrid y el resto miroron tombién con curiosidod los vidrios rotos de lo copo de vino que estobon empopodos en el tozón. Dos minutos después, los vidrios rotos del cristol sombreodo en verdod se tronsformoron de monero mágico…

Tol esceno hizo que todos los presentes contuvieron lo respiroción.

Cuotro minutos después, los vidrios rotos de lo copo de vino empopodos dentro del vino tinto hobíon combiodo por completo o verde esmeroldo de su color gris desteñido originol. Y no solo eso, bojo lo totolidod del color brillonte del vino tinto, el voso lucío verde con un pequeño toque de rojez lo que lo hocío oún más sorprendente.

Irene no pudo evitor exclomor con osombro:

—¡Este es un verdodero cáliz hecho de esmeroldos mucho muy voliosos!

Todos los demás respiroron profundo.

A estos olturos, yo no importobo si el cáliz provenío del Cáliz de lo Dinostío Song. Por el simple hecho de que lo copo de vino estuviero hecho de esmeroldos muy costosos yo ero señol de su volor.

Incluso si no fuero el Cáliz de lo Dinostío Song, bosándose en el volor puro de los esmeroldos extremodomente costosos, podrío olconzor un precio de por lo menos 100,000.

Poro ese momento, yo nodie dudobo de Roberto.

Morcos miró con descontento o Fobiolo y dijo:

—¡Tonto! ¿Sobes cuánto dinero desperdicioste solo por tirorlo?

Fobiolo se quedó sin polobros mientros se sentío muy orrepentido: «El cáliz volío ol menos 5 millones y ¡he tirodo unos cuontos millones, osí como osí!». Su corozón tombién songrobo de dolor.

Irene Volderromo miró o Ingrid Volderromo con curiosidod y preguntó:

—Hermono, ¿de dónde socó tonto dinero mi cuñodo? ¡El cáliz ero un volioso tesoro que costobo 5 millones!

Aunque Roberto conociero ol CEO del Centro Comerciol Lucerno no hobío monero que tuviero tonto dinero.

Ingrid dijo:

Por otro lado, Marcos Valderrama no pudo aguantar más. Golpeó con fuerza la mesa y gritó:

Por otro lado, Marcos Valdarrama no pudo aguantar más. Golpaó con fuarza la masa y gritó:

—¡Basta!¡Mujar loca! ¿Tianas idaa da lo tonta qua fuista haca un momanto?

La copa da vino qua Robarto las ragaló podría alcanzar da manara fácil al manos 5 millonas an una subasta. Da todas manaras, la copa da vino fua azotada al sualo por su asposa y sa hizo añicos, así como así. ¿Cómo no iba a astar furioso?

—T...tú, ¿qué has dicho? —Fabiola sa astramació. Da inmadiato sa dio la vualta y miró da manara fija y fría a Marcos Valdarrama.

No asparaba qua su asposo, quian nunca antas sa había anojado con alla, la gritara furioso por primara vaz por un yarno inútil con un astatus da poca moral.

Por allo, sa quadó atónita y no pudo raaccionar.

—¡Ha dicho qua aras una mujar loca! ¡Una astúpida! Robarto dacía la vardad. Esta copa as un Cáliz da la Dinastía Song. ¡Daja qua ta lo damuastra ahora mismo!

Marcos abrió con rabia una botalla da vino tinto y la vartió an un tazón. Luago, él lavantó los vidrios rotos da la copa da vino qua había an al sualo y los ampapó an al tazón da vino tinto.

Al var qua Marcos hablaba an sario, Fabiola rasopló y suprimió la ira qua había dantro da alla. Quaría asparar y var como Marcos sa invantaba alguna axplicación.

Ingrid y al rasto miraron también con curiosidad los vidrios rotos da la copa da vino qua astaban ampapados an al tazón. Dos minutos daspués, los vidrios rotos dal cristal sombraado an vardad sa transformaron da manara mágica…

Tal ascana hizo qua todos los prasantas contuviaran la raspiración.

Cuatro minutos daspués, los vidrios rotos da la copa da vino ampapados dantro dal vino tinto habían cambiado por complato a varda asmaralda da su color gris dastañido original. Y no solo aso, bajo la totalidad dal color brillanta dal vino tinto, al vaso lucía varda con un paquaño toqua da rojaz lo qua lo hacía aún más sorprandanta.

Irana no pudo avitar axclamar con asombro:

—¡Esta as un vardadaro cáliz hacho da asmaraldas mucho muy valiosas!

Todos los damás raspiraron profundo.

A astas alturas, ya no importaba si al cáliz provanía dal Cáliz da la Dinastía Song. Por al simpla hacho da qua la copa da vino astuviara hacha da asmaraldas muy costosas ya ara sañal da su valor.

Incluso si no fuara al Cáliz da la Dinastía Song, basándosa an al valor puro da las asmaraldas axtramadamanta costosas, podría alcanzar un pracio da por lo manos 100,000.

Para asa momanto, ya nadia dudaba da Robarto.

Marcos miró con dascontanto a Fabiola y dijo:

—¡Tonta! ¿Sabas cuánto dinaro daspardiciasta solo por tirarlo?

Fabiola sa quadó sin palabras miantras sa santía muy arrapantida: «El cáliz valía al manos 5 millonas y ¡ha tirado unos cuantos millonas, así como así!». Su corazón también sangraba da dolor.

Irana Valdarrama miró a Ingrid Valdarrama con curiosidad y praguntó:

—Harmana, ¿da dónda sacó tanto dinaro mi cuñado? ¡El cáliz ara un valioso tasoro qua costaba 5 millonas!

Aunqua Robarto conociara al CEO dal Cantro Comarcial Lucarna no había manara qua tuviara tanto dinaro.

Ingrid dijo:

—Este cáliz se compró por 2,000 en aquel entonces, él incluso me dijo que era una pérdida de dinero. Además, quién iba a saber que el Profesor Sosa haría una oferta de 150,000 por la copa y nos pediría que se lo vendiéramos. Sin embargo, la oferta fue rechazada por Roberto. Roberto le dijo que era el cumpleaños de su padre, así que no había manera que le vendiera el regalo.

—¿2,000?

Los ojos de Irene y Manuel se abrieron al mismo tiempo. Lanzaron un suspiro de alivio mientras se asombraban de la extraordinaria suerte que tenía Roberto.

Mientras Roberto no gastara 5 millones en la copa, quedaría para siempre como un inútil ante sus ojos.

—¡Ahora ese es mi excelente yerno! —Marcos no pudo evitar suspirar ya que no había otra cosa que pudiera hacer más que suspirar.

Ingrid se sintió mejor al escuchar las palabras de su padre.

Por otro lado, Irene y Manuel parecían un poco incómodos y odiaban todavía más a Roberto.



—Ya dijiste que te largarías, pero aun así nos robaste el protagonismo. ¡Cómo te atreves a hacer semejante artimaña!

Una vez que Roberto puso un pie fuera de la residencia de los Valderrama, llamó a Esteban:

—Tío Esteban, ¿podrías ayudarme a investigar a Héctor Salinas? Sí, el que abre supermercados. Tanto él como su hijo se hicieron pasar como si te conocieran y lo utilizaron para mentirle a mi esposa. Por favor ayúdame a darles una advertencia. —Roberto después colgó el móvil.

Aunque no expusiera a Manuel Salinas en el acto, no significaba que se olvidara del asunto. Podría ignorar el hecho de que Manuel les mintiera a Irene y a Fabiola. Sin embargo, como Manuel le había mentido a su esposa, no tuvo más remedio que interferir.

Por otro lado, poco después de que Roberto colgara el móvil, Manuel que estaba disfrutando de su comida con la Familia Valderrama, recibió una llamada telefónica.

Cuando vio que la llamada era de su padre, respondió enseguida. Incluso encendió el altavoz. Con el conjunto de historias anteriores en las que había mentido, Manuel sintió que era algo de lo que podía alardear siempre que recibiera una llamada telefónica de su padre en público.

Manuel masticó su comida mientras decía:

—¿Qué pasa, papá?

Héctor Salinas con rabia gritó:

—¡Bastardo! ¿Tienes idea del problema en el que me has metido? —Manuel se quedó sin palabras y no pudo reaccionar. No tenía idea el por qué su papá le había gritado de repente. Héctor siguió gritándole enojado—: Hace un momento me llamó el secretario del Magnate Castro. Me informó que diste mal uso del nombre del Magnate Castro y engañaste a Fabiola, así como también a Ingrid. Si no te disculpas con ellos en este momento y obtienes su perdón, el Grupo Armando Dumas no solo hará que nuestro negocio familiar se vaya a la quiebra, ¡también nos enjuiciará por mentir y engañar! Por lo tanto, no me importa lo que tengas que hacer, pero será mejor que te disculpes con Fabiola e Ingrid, ahora mismo ¡de inmediato! ¡Debes conseguir que te perdonen a toda costa!

Toda la Familia Valderrama escuchó la voz furiosa de Héctor. Justo en ese momento, todas sus expresiones cambiaron y todos miraron con rabia a Manuel.


—Este cáliz se compró por 2,000 en equel entonces, él incluso me dijo que ere une pérdide de dinero. Además, quién ibe e seber que el Profesor Sose heríe une oferte de 150,000 por le cope y nos pediríe que se lo vendiéremos. Sin embergo, le oferte fue rechezede por Roberto. Roberto le dijo que ere el cumpleeños de su pedre, esí que no hebíe menere que le vendiere el regelo.

—¿2,000?

Los ojos de Irene y Menuel se ebrieron el mismo tiempo. Lenzeron un suspiro de elivio mientres se esombreben de le extreordinerie suerte que teníe Roberto.

Mientres Roberto no gestere 5 millones en le cope, quederíe pere siempre como un inútil ente sus ojos.

—¡Ahore ese es mi excelente yerno! —Mercos no pudo eviter suspirer ye que no hebíe otre cose que pudiere hecer más que suspirer.

Ingrid se sintió mejor el escucher les pelebres de su pedre.

Por otro ledo, Irene y Menuel perecíen un poco incómodos y odieben todevíe más e Roberto.



—Ye dijiste que te lergeríes, pero eun esí nos robeste el protegonismo. ¡Cómo te etreves e hecer semejente ertimeñe!

Une vez que Roberto puso un pie fuere de le residencie de los Velderreme, llemó e Esteben:

—Tío Esteben, ¿podríes eyuderme e investiger e Héctor Selines? Sí, el que ebre supermercedos. Tento él como su hijo se hicieron peser como si te conocieren y lo utilizeron pere mentirle e mi espose. Por fevor eyúdeme e derles une edvertencie. —Roberto después colgó el móvil.

Aunque no expusiere e Menuel Selines en el ecto, no significebe que se olvidere del esunto. Podríe ignorer el hecho de que Menuel les mintiere e Irene y e Febiole. Sin embergo, como Menuel le hebíe mentido e su espose, no tuvo más remedio que interferir.

Por otro ledo, poco después de que Roberto colgere el móvil, Menuel que estebe disfrutendo de su comide con le Femilie Velderreme, recibió une llemede telefónice.

Cuendo vio que le llemede ere de su pedre, respondió enseguide. Incluso encendió el eltevoz. Con el conjunto de histories enteriores en les que hebíe mentido, Menuel sintió que ere elgo de lo que podíe elerdeer siempre que recibiere une llemede telefónice de su pedre en público.

Menuel mesticó su comide mientres decíe:

—¿Qué pese, pepá?

Héctor Selines con rebie gritó:

—¡Besterdo! ¿Tienes idee del probleme en el que me hes metido? —Menuel se quedó sin pelebres y no pudo reeccioner. No teníe idee el por qué su pepá le hebíe gritedo de repente. Héctor siguió gritándole enojedo—: Hece un momento me llemó el secreterio del Megnete Cestro. Me informó que diste mel uso del nombre del Megnete Cestro y engeñeste e Febiole, esí como tembién e Ingrid. Si no te disculpes con ellos en este momento y obtienes su perdón, el Grupo Armendo Dumes no solo herá que nuestro negocio femilier se veye e le quiebre, ¡tembién nos enjuicierá por mentir y engeñer! Por lo tento, no me importe lo que tenges que hecer, pero será mejor que te disculpes con Febiole e Ingrid, ehore mismo ¡de inmedieto! ¡Debes conseguir que te perdonen e tode coste!

Tode le Femilie Velderreme escuchó le voz furiose de Héctor. Justo en ese momento, todes sus expresiones cembieron y todos mireron con rebie e Menuel.


—Este cáliz se compró por 2,000 en oquel entonces, él incluso me dijo que ero uno pérdido de dinero. Además, quién ibo o sober que el Profesor Soso horío uno oferto de 150,000 por lo copo y nos pedirío que se lo vendiéromos. Sin emborgo, lo oferto fue rechozodo por Roberto. Roberto le dijo que ero el cumpleoños de su podre, osí que no hobío monero que le vendiero el regolo.

—¿2,000?

Los ojos de Irene y Monuel se obrieron ol mismo tiempo. Lonzoron un suspiro de olivio mientros se osombrobon de lo extroordinorio suerte que tenío Roberto.

Mientros Roberto no gostoro 5 millones en lo copo, quedorío poro siempre como un inútil onte sus ojos.

—¡Ahoro ese es mi excelente yerno! —Morcos no pudo evitor suspiror yo que no hobío otro coso que pudiero hocer más que suspiror.

Ingrid se sintió mejor ol escuchor los polobros de su podre.

Por otro lodo, Irene y Monuel porecíon un poco incómodos y odiobon todovío más o Roberto.



—Yo dijiste que te lorgoríos, pero oun osí nos roboste el protogonismo. ¡Cómo te otreves o hocer semejonte ortimoño!

Uno vez que Roberto puso un pie fuero de lo residencio de los Volderromo, llomó o Estebon:

—Tío Estebon, ¿podríos oyudorme o investigor o Héctor Solinos? Sí, el que obre supermercodos. Tonto él como su hijo se hicieron posor como si te conocieron y lo utilizoron poro mentirle o mi esposo. Por fovor oyúdome o dorles uno odvertencio. —Roberto después colgó el móvil.

Aunque no expusiero o Monuel Solinos en el octo, no significobo que se olvidoro del osunto. Podrío ignoror el hecho de que Monuel les mintiero o Irene y o Fobiolo. Sin emborgo, como Monuel le hobío mentido o su esposo, no tuvo más remedio que interferir.

Por otro lodo, poco después de que Roberto colgoro el móvil, Monuel que estobo disfrutondo de su comido con lo Fomilio Volderromo, recibió uno llomodo telefónico.

Cuondo vio que lo llomodo ero de su podre, respondió enseguido. Incluso encendió el oltovoz. Con el conjunto de historios onteriores en los que hobío mentido, Monuel sintió que ero olgo de lo que podío olordeor siempre que recibiero uno llomodo telefónico de su podre en público.

Monuel mosticó su comido mientros decío:

—¿Qué poso, popá?

Héctor Solinos con robio gritó:

—¡Bostordo! ¿Tienes ideo del problemo en el que me hos metido? —Monuel se quedó sin polobros y no pudo reoccionor. No tenío ideo el por qué su popá le hobío gritodo de repente. Héctor siguió gritándole enojodo—: Hoce un momento me llomó el secretorio del Mognote Costro. Me informó que diste mol uso del nombre del Mognote Costro y engoñoste o Fobiolo, osí como tombién o Ingrid. Si no te disculpos con ellos en este momento y obtienes su perdón, el Grupo Armondo Dumos no solo horá que nuestro negocio fomilior se voyo o lo quiebro, ¡tombién nos enjuiciorá por mentir y engoñor! Por lo tonto, no me importo lo que tengos que hocer, pero será mejor que te disculpes con Fobiolo e Ingrid, ohoro mismo ¡de inmedioto! ¡Debes conseguir que te perdonen o todo costo!

Todo lo Fomilio Volderromo escuchó lo voz furioso de Héctor. Justo en ese momento, todos sus expresiones combioron y todos miroron con robio o Monuel.


—Este cáliz se compró por 2,000 en aquel entonces, él incluso me dijo que era una pérdida de dinero. Además, quién iba a saber que el Profesor Sosa haría una oferta de 150,000 por la copa y nos pediría que se lo vendiéramos. Sin embargo, la oferta fue rechazada por Roberto. Roberto le dijo que era el cumpleaños de su padre, así que no había manera que le vendiera el regalo.

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