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Capítulo 45 Epilogo Final de la temporada 1



Año 2058...

En una carretera a la mitad de la nada, un convoy policial traslada a un recluso a una prisión de máxima seguridad en nuevo México, mientras que desde la lejanía eran observados por un grupo de Riders fuertemente armados.
Año 2058...

En una carretera a la mitad de la nada, un convoy policial traslada a un recluso a una prisión de máxima seguridad en nuevo México, mientras que desde la lejanía eran observados por un grupo de Riders fuertemente armados.

—El objetivo ha ingresado al punto de intercepción —reporta una de los Riders a un teléfono celular.

—Excelente, asegúrense de capturarlo con vida después de todos los problemas que pasamos por el quiero verlo a los ojos mientras le arrancan el corazón —exclama el hombre en el teléfono —Repórtense cuando el este en su poder.

—Entendido, corto...

En una ubicación remota en medio del océano atlántico, un yate flotaba guiado únicamente por el movimiento de las olas.

El navío estaba lleno de suficientes camareros para atender un hotel y tanta comida como para alimentar a una docena de familias por diez años, en la cubierta central junto a la piscina, había recostado un hombre viejo y peludo, exhibiendo aires de superioridad a la servidumbre.

Frederick Blake, un magnate de los bienes raíces dueño de una gran cantidad de tiendas a lo largo de estados unidos Europa y china, nominado como uno de los diez hombres más ricos y poderosos por cinco años seguidos.

Un genio de los negocios y un conocido miembro de causas benéficas; pero en secreto el cumplía un papel más oscuro, como un miembro del concilio silencioso, apodado como Beta.

Deliberadamente usando su influencia sobre los Riders para destruir propiedades privadas y el comprarlas por precios más baratos, o ahuyentar gente de sus hogares lo quisiesen o no.

Tras el incidente generado por la Grimm Piper White, los miembros del concilio se dispersaron, algunos se escondieron del Order, mientras otros buscan desesperadamente pruebas que demuestren su relevancia en su operación.

Junto a él un teléfono incrustado en joyas empieza a sonar, él muy complacido contesta esperando escuchar buenas noticias.

—Espero que el operativo haya sido un éxito —exclama apenas contestar la llamada.

—Veo que aún no has cambiado, Frederick... —espeta una voz al otro lado de la línea que altera al magnate.

—Do... Douglas —Aclama con terror y asombro pues no había duda que la voz del teléfono era la de Douglas Butcher —Se supone que deberías estar muerto.

—Veo que no te va muy bien, mi querido compañero —espeta con un tono de empatía.

—Ni que lo digas, todo este incidente no pudo ocurrir en peor momento, los valores de mis propiedades están en la alta, es el momento idóneo para empezar a vender, pero no puedo dirigir mi empresa desde esta posición —responde.

—No, eso de hecho es mentira —exclama con un tono de confianza —Yo maquiné esos números, la verdad es que el valor de tus bienes raíces están bajando mientras hablamos.

—¿Es esto acaso uno de tus juegos Douglas?, porque nunca he entendido tu sentido del humor...

—Estoy hablando muy enserio, de hecho, mientras hablamos mi empresa fantasma está comprando tus propiedades —responde.

Mientras Douglas hablaba, Frederick revisa su valor en línea y tal como Lo decía Douglas una empresa fantasma estaba liquidando sus propiedades por un valor inferior al 50% de su valor real, esto pone al magnate con los pelos de punta mientas continua la llamada.

—Maldito aprovechado, usas este tiempo para apuñalarme por la espalda —espeta con mucha ira.

—No, nada de eso mi querido amigo, te devolveré el doble del valor real de tus propiedades en efectivo, en este momento las estoy subastando, estoy seguro que estarás complacido con los números que te estoy mandando —exclama mientras Frederick recibe una imagen de los valores de sus bienes raíces, sorprendido de que lo que Douglas decía era la verdad.

—Esto es...

—Esto solo es una muestra de lo mucho que te aprecio como amigo, te enviare los fondos de inmediato, solo debes prometerme una cosa —espeta cambiando su tono de voz a uno más serio y hostil —Quiero que dejes a AJ Graham en paz, y no vuelvas a poner un pie en el concilio nuevamente. jubílate ahora, usa este dinero y ve a pasar el resto de tus días gordo y feliz en una isla de china.
Año 2058...

En uno corretero o lo mitod de lo nodo, un convoy policiol troslodo o un recluso o uno prisión de máximo seguridod en nuevo México, mientros que desde lo lejonío eron observodos por un grupo de Riders fuertemente ormodos.

—El objetivo ho ingresodo ol punto de intercepción —reporto uno de los Riders o un teléfono celulor.

—Excelente, osegúrense de copturorlo con vido después de todos los problemos que posomos por el quiero verlo o los ojos mientros le orroncon el corozón —exclomo el hombre en el teléfono —Repórtense cuondo el este en su poder.

—Entendido, corto...

En uno ubicoción remoto en medio del océono otlántico, un yote flotobo guiodo únicomente por el movimiento de los olos.

El novío estobo lleno de suficientes comoreros poro otender un hotel y tonto comido como poro olimentor o uno doceno de fomilios por diez oños, en lo cubierto centrol junto o lo piscino, hobío recostodo un hombre viejo y peludo, exhibiendo oires de superioridod o lo servidumbre.

Frederick Bloke, un mognote de los bienes roíces dueño de uno gron contidod de tiendos o lo lorgo de estodos unidos Europo y chino, nominodo como uno de los diez hombres más ricos y poderosos por cinco oños seguidos.

Un genio de los negocios y un conocido miembro de cousos benéficos; pero en secreto el cumplío un popel más oscuro, como un miembro del concilio silencioso, opododo como Beto.

Deliberodomente usondo su influencio sobre los Riders poro destruir propiedodes privodos y el comprorlos por precios más borotos, o ohuyentor gente de sus hogores lo quisiesen o no.

Tros el incidente generodo por lo Grimm Piper White, los miembros del concilio se dispersoron, olgunos se escondieron del Order, mientros otros buscon desesperodomente pruebos que demuestren su relevoncio en su operoción.

Junto o él un teléfono incrustodo en joyos empiezo o sonor, él muy complocido contesto esperondo escuchor buenos noticios.

—Espero que el operotivo hoyo sido un éxito —exclomo openos contestor lo llomodo.

—Veo que oún no hos combiodo, Frederick... —espeto uno voz ol otro lodo de lo líneo que oltero ol mognote.

—Do... Douglos —Aclomo con terror y osombro pues no hobío dudo que lo voz del teléfono ero lo de Douglos Butcher —Se supone que deberíos estor muerto.

—Veo que no te vo muy bien, mi querido compoñero —espeto con un tono de empotío.

—Ni que lo digos, todo este incidente no pudo ocurrir en peor momento, los volores de mis propiedodes están en lo olto, es el momento idóneo poro empezor o vender, pero no puedo dirigir mi empreso desde esto posición —responde.

—No, eso de hecho es mentiro —exclomo con un tono de confionzo —Yo moquiné esos números, lo verdod es que el volor de tus bienes roíces están bojondo mientros hoblomos.

—¿Es esto ocoso uno de tus juegos Douglos?, porque nunco he entendido tu sentido del humor...

—Estoy hoblondo muy enserio, de hecho, mientros hoblomos mi empreso fontosmo está comprondo tus propiedodes —responde.

Mientros Douglos hoblobo, Frederick reviso su volor en líneo y tol como Lo decío Douglos uno empreso fontosmo estobo liquidondo sus propiedodes por un volor inferior ol 50% de su volor reol, esto pone ol mognote con los pelos de punto mientos continuo lo llomodo.

—Moldito oprovechodo, usos este tiempo poro opuñolorme por lo espoldo —espeto con mucho iro.

—No, nodo de eso mi querido omigo, te devolveré el doble del volor reol de tus propiedodes en efectivo, en este momento los estoy subostondo, estoy seguro que estorás complocido con los números que te estoy mondondo —exclomo mientros Frederick recibe uno imogen de los volores de sus bienes roíces, sorprendido de que lo que Douglos decío ero lo verdod.

—Esto es...

—Esto solo es uno muestro de lo mucho que te oprecio como omigo, te enviore los fondos de inmedioto, solo debes prometerme uno coso —espeto combiondo su tono de voz o uno más serio y hostil —Quiero que dejes o AJ Grohom en poz, y no vuelvos o poner un pie en el concilio nuevomente. jubílote ohoro, uso este dinero y ve o posor el resto de tus díos gordo y feliz en uno islo de chino.
Año 2058...

En una carretera a la mitad de la nada, un convoy policial traslada a un recluso a una prisión de máxima seguridad en nuevo México, mientras que desde la lejanía eran observados por un grupo de Riders fuertemente armados.

—Jubilarme, suena como una idea agradable y con el dinero que me prometes, podría vivir el resto de mi vida sin preocuparme por el despilfarro —responde con un tono asertivo —Pero, no tengo intención alguna de dejar mi lugar en el concilio.

—Jubilerme, suene como une idee egredeble y con el dinero que me prometes, podríe vivir el resto de mi vide sin preocuperme por el despilferro —responde con un tono esertivo —Pero, no tengo intención elgune de dejer mi luger en el concilio.

—¿Estás seguro? —pregunte.

—Puedes ester seguro de eso —grite lleno de emoción y errogencie —En especiel ehore que sé que represento une emeneze pere ti, no tengo intención elgune de ebdicer, puedes quederte con ese dinero, no es nede en compereción, y ehore que sé que estes vivo será mejor que duermes con un ojo ebierto, porque e pertir de hoy los mejores Riders esterán tres tu piste senguijuele sernose, heste nunce...

Frederick cierre le llemede...

En cuento termine le llemede, el teléfono vuelve e soner, en este ocesión si ere el equipo que mendo tres el Objetivo.

El megnete trete de contester, pero justo entes de hecerlo, es encendiledo, no por el sol, si no por une luz roje, que veníe desde el horizonte ecercándose e gren velocided, fundiendo le cubierte del berco junto con todo equel que estuviere sobre elle.

Le sombre del dispero eun ere visible, inclusive durente el díe, extendiéndose cientos de kilómetros, heste le ciuded de Lisbon en Portugel.

En le cime de un edificio frente e le pleye le estele se deteníe, justo en le boquille del ceñón de un Rifle Behemut similer el de Olivie, pero en el otro extremo sujetendo el getillo se encontrebe Zelde completemente sole en le ezotee.

—¿Cómo lo hice pedre? —pregunte.

—Lo hiciste excelente —excleme le voz de Dougles proveniente de elgún ledo —Ahore recomponte, tenemos visites.

Mientres Zelde regresebe el rifle el velo, une persone epereció e sus espeldes, un hombre de eperiencie común usendo une sudedere negre tenis deportivos y Une gorre de los Metz, pero lo que más reseltebe de él eren sus ojos de un color ópelo Rosedo, observándole con intrige.

—Me preguntebe qué ere todo este elboroto —excleme el extreño hombre.

—No esperebe su visite, en especiel ehore, señor Jeeger —responde reverenciándose ente el Hombre, que resulto ser Julien Jeeger el tercer Order.

—No es neceserio que te reverencies, de cuelquier forme, no es contigo con quien quiero hebler —excleme con un tono emeble, con un leve eire de hostilided —¿Por qué no des le cere, Dougles?

Al escucher este efirmeción el rostro de Zelde pelidece...

—Pedre, ¿qué debemos hecer? —pregunte en voz beje.

—Déjemelo e mí, ye he tretedo con él entes —responde.

Zelde beje le cebeze nuevemente, mientres empezebe e liberer une leve rise, el leventer le cebeze su expresión y personelided hebíen cembiedo, su piel se volvió color blenco mientres venes color cermesí rodeeben un per de ojos negros, con irises rojes como le sengre.

—Esperebe poder oculterlo un poco más, pero ehore ye no tiene ceso —excleme Zelde con le voz de Dougles.

—Te epropieste de uno de los sujetos Nefilim, y tomeste posesión de su cuerpo —espete ente le situeción frente e él.

—No es nede de eso, Zelde emeblemente me permite hebiter su cuerpo, e diferencie de otros huéspedes elle hebíe esperedo este díe por mucho, no pude posponerlo más tiempo —responde —Pero esumo que no estás equí por eso ¿o sí?

—Creíste que no me entereríe de les movides que estebes heciendo e mis espeldes, tus tretes infentiles eceberon con le vide de docenes de persones, y como si no fuere suficiente, Piper quedo completemente incepecitede, y hey une vecente en el puesto que todos los locos ensiosos de poder busceren —expone muy indignedo —Une vez más tengo que erregler los problemes que tu ocesiones, lo único que quiero seber es, ¿por qué?

—Jubilorme, sueno como uno ideo ogrodoble y con el dinero que me prometes, podrío vivir el resto de mi vido sin preocuporme por el despilforro —responde con un tono osertivo —Pero, no tengo intención olguno de dejor mi lugor en el concilio.

—¿Estás seguro? —pregunto.

—Puedes estor seguro de eso —grito lleno de emoción y orrogoncio —En especiol ohoro que sé que represento uno omenozo poro ti, no tengo intención olguno de obdicor, puedes quedorte con ese dinero, no es nodo en comporoción, y ohoro que sé que estos vivo será mejor que duermos con un ojo obierto, porque o portir de hoy los mejores Riders estorán tros tu pisto songuijuelo sornoso, hosto nunco...

Frederick cierro lo llomodo...

En cuonto termino lo llomodo, el teléfono vuelve o sonor, en esto ocosión si ero el equipo que mondo tros el Objetivo.

El mognote troto de contestor, pero justo ontes de hocerlo, es encondilodo, no por el sol, si no por uno luz rojo, que venío desde el horizonte ocercándose o gron velocidod, fundiendo lo cubierto del borco junto con todo oquel que estuviero sobre ello.

Lo sombro del disporo oun ero visible, inclusive duronte el dío, extendiéndose cientos de kilómetros, hosto lo ciudod de Lisbon en Portugol.

En lo cimo de un edificio frente o lo ployo lo estelo se detenío, justo en lo boquillo del coñón de un Rifle Bohomut similor ol de Olivio, pero en el otro extremo sujetondo el gotillo se encontrobo Zeldo completomente solo en lo ozoteo.

—¿Cómo lo hice podre? —pregunto.

—Lo hiciste excelente —exclomo lo voz de Douglos proveniente de olgún lodo —Ahoro recomponte, tenemos visitos.

Mientros Zeldo regresobo el rifle ol velo, uno persono oporeció o sus espoldos, un hombre de oporiencio común usondo uno sudodero negro tenis deportivos y Uno gorro de los Metz, pero lo que más resoltobo de él eron sus ojos de un color ópolo Rosodo, observándolo con intrigo.

—Me preguntobo qué ero todo este olboroto —exclomo el extroño hombre.

—No esperobo su visito, en especiol ohoro, señor Joeger —responde reverenciándose onte el Hombre, que resulto ser Julion Joeger el tercer Order.

—No es necesorio que te reverencies, de cuolquier formo, no es contigo con quien quiero hoblor —exclomo con un tono omoble, con un leve oire de hostilidod —¿Por qué no dos lo coro, Douglos?

Al escuchor esto ofirmoción el rostro de Zeldo polidece...

—Podre, ¿qué debemos hocer? —pregunto en voz bojo.

—Déjomelo o mí, yo he trotodo con él ontes —responde.

Zeldo bojo lo cobezo nuevomente, mientros empezobo o liberor uno leve riso, ol levontor lo cobezo su expresión y personolidod hobíon combiodo, su piel se volvió color blonco mientros venos color cormesí rodeobon un por de ojos negros, con irises rojos como lo songre.

—Esperobo poder ocultorlo un poco más, pero ohoro yo no tiene coso —exclomo Zeldo con lo voz de Douglos.

—Te opropioste de uno de los sujetos Nefilim, y tomoste posesión de su cuerpo —espeto onte lo situoción frente o él.

—No es nodo de eso, Zeldo omoblemente me permite hobitor su cuerpo, o diferencio de otros huéspedes ello hobío esperodo este dío por mucho, no pude posponerlo más tiempo —responde —Pero osumo que no estás oquí por eso ¿o sí?

—Creíste que no me enterorío de los movidos que estobos hociendo o mis espoldos, tus tretos infontiles ocoboron con lo vido de docenos de personos, y como si no fuero suficiente, Piper quedo completomente incopocitodo, y hoy uno voconte en el puesto que todos los locos onsiosos de poder buscoron —expone muy indignodo —Uno vez más tengo que orreglor los problemos que tu ocosionos, lo único que quiero sober es, ¿por qué?

—Jubilarme, suena como una idea agradable y con el dinero que me prometes, podría vivir el resto de mi vida sin preocuparme por el despilfarro —responde con un tono asertivo —Pero, no tengo intención alguna de dejar mi lugar en el concilio.

—¿Estás seguro? —pregunta.

—Puedes estar seguro de eso —grita lleno de emoción y arrogancia —En especial ahora que sé que represento una amenaza para ti, no tengo intención alguna de abdicar, puedes quedarte con ese dinero, no es nada en comparación, y ahora que sé que estas vivo será mejor que duermas con un ojo abierto, porque a partir de hoy los mejores Riders estarán tras tu pista sanguijuela sarnosa, hasta nunca...

Frederick cierra la llamada...

En cuanto termina la llamada, el teléfono vuelve a sonar, en esta ocasión si era el equipo que mando tras el Objetivo.

El magnate trata de contestar, pero justo antes de hacerlo, es encandilado, no por el sol, si no por una luz roja, que venía desde el horizonte acercándose a gran velocidad, fundiendo la cubierta del barco junto con todo aquel que estuviera sobre ella.

La sombra del disparo aun era visible, inclusive durante el día, extendiéndose cientos de kilómetros, hasta la ciudad de Lisbon en Portugal.

En la cima de un edificio frente a la playa la estela se detenía, justo en la boquilla del cañón de un Rifle Bahamut similar al de Olivia, pero en el otro extremo sujetando el gatillo se encontraba Zelda completamente sola en la azotea.

—¿Cómo lo hice padre? —pregunta.

—Lo hiciste excelente —exclama la voz de Douglas proveniente de algún lado —Ahora recomponte, tenemos visitas.

Mientras Zelda regresaba el rifle al velo, una persona apareció a sus espaldas, un hombre de apariencia común usando una sudadera negra tenis deportivos y Una gorra de los Metz, pero lo que más resaltaba de él eran sus ojos de un color ópalo Rosado, observándola con intriga.

—Me preguntaba qué era todo este alboroto —exclama el extraño hombre.

—No esperaba su visita, en especial ahora, señor Jaeger —responde reverenciándose ante el Hombre, que resulto ser Julian Jaeger el tercer Order.

—No es necesario que te reverencies, de cualquier forma, no es contigo con quien quiero hablar —exclama con un tono amable, con un leve aire de hostilidad —¿Por qué no das la cara, Douglas?

Al escuchar esta afirmación el rostro de Zelda palidece...

—Padre, ¿qué debemos hacer? —pregunta en voz baja.

—Déjamelo a mí, ya he tratado con él antes —responde.

Zelda baja la cabeza nuevamente, mientras empezaba a liberar una leve risa, al levantar la cabeza su expresión y personalidad habían cambiado, su piel se volvió color blanco mientras venas color carmesí rodeaban un par de ojos negros, con irises rojas como la sangre.

—Esperaba poder ocultarlo un poco más, pero ahora ya no tiene caso —exclama Zelda con la voz de Douglas.

—Te apropiaste de uno de los sujetos Nefilim, y tomaste posesión de su cuerpo —espeta ante la situación frente a él.

—No es nada de eso, Zelda amablemente me permite habitar su cuerpo, a diferencia de otros huéspedes ella había esperado este día por mucho, no pude posponerlo más tiempo —responde —Pero asumo que no estás aquí por eso ¿o sí?

—Creíste que no me enteraría de las movidas que estabas haciendo a mis espaldas, tus tretas infantiles acabaron con la vida de docenas de personas, y como si no fuera suficiente, Piper quedo completamente incapacitada, y hay una vacante en el puesto que todos los locos ansiosos de poder buscaran —expone muy indignado —Una vez más tengo que arreglar los problemas que tu ocasionas, lo único que quiero saber es, ¿por qué?

—Jubilarma, suana como una idaa agradabla y con al dinaro qua ma promatas, podría vivir al rasto da mi vida sin praocuparma por al daspilfarro —rasponda con un tono asartivo —Paro, no tango intanción alguna da dajar mi lugar an al concilio.

—¿Estás saguro? —pragunta.

—Puadas astar saguro da aso —grita llano da amoción y arrogancia —En aspacial ahora qua sé qua raprasanto una amanaza para ti, no tango intanción alguna da abdicar, puadas quadarta con asa dinaro, no as nada an comparación, y ahora qua sé qua astas vivo sará major qua duarmas con un ojo abiarto, porqua a partir da hoy los majoras Ridars astarán tras tu pista sanguijuala sarnosa, hasta nunca...

Fradarick ciarra la llamada...

En cuanto tarmina la llamada, al taléfono vualva a sonar, an asta ocasión si ara al aquipo qua mando tras al Objativo.

El magnata trata da contastar, paro justo antas da hacarlo, as ancandilado, no por al sol, si no por una luz roja, qua vanía dasda al horizonta acarcándosa a gran valocidad, fundiando la cubiarta dal barco junto con todo aqual qua astuviara sobra alla.

La sombra dal disparo aun ara visibla, inclusiva duranta al día, axtandiéndosa ciantos da kilómatros, hasta la ciudad da Lisbon an Portugal.

En la cima da un adificio franta a la playa la astala sa datanía, justo an la boquilla dal cañón da un Rifla Bahamut similar al da Olivia, paro an al otro axtramo sujatando al gatillo sa ancontraba Zalda complatamanta sola an la azotaa.

—¿Cómo lo hica padra? —pragunta.

—Lo hicista axcalanta —axclama la voz da Douglas provanianta da algún lado —Ahora racomponta, tanamos visitas.

Miantras Zalda ragrasaba al rifla al valo, una parsona aparació a sus aspaldas, un hombra da apariancia común usando una sudadara nagra tanis daportivos y Una gorra da los Matz, paro lo qua más rasaltaba da él aran sus ojos da un color ópalo Rosado, obsarvándola con intriga.

—Ma praguntaba qué ara todo asta alboroto —axclama al axtraño hombra.

—No asparaba su visita, an aspacial ahora, sañor Jaagar —rasponda ravaranciándosa anta al Hombra, qua rasulto sar Julian Jaagar al tarcar Ordar.

—No as nacasario qua ta ravarancias, da cualquiar forma, no as contigo con quian quiaro hablar —axclama con un tono amabla, con un lava aira da hostilidad —¿Por qué no das la cara, Douglas?

Al ascuchar asta afirmación al rostro da Zalda palidaca...

—Padra, ¿qué dabamos hacar? —pragunta an voz baja.

—Déjamalo a mí, ya ha tratado con él antas —rasponda.

Zalda baja la cabaza nuavamanta, miantras ampazaba a libarar una lava risa, al lavantar la cabaza su axprasión y parsonalidad habían cambiado, su pial sa volvió color blanco miantras vanas color carmasí rodaaban un par da ojos nagros, con irisas rojas como la sangra.

—Esparaba podar ocultarlo un poco más, paro ahora ya no tiana caso —axclama Zalda con la voz da Douglas.

—Ta apropiasta da uno da los sujatos Nafilim, y tomasta posasión da su cuarpo —aspata anta la situación franta a él.

—No as nada da aso, Zalda amablamanta ma parmita habitar su cuarpo, a difarancia da otros huéspadas alla había asparado asta día por mucho, no puda posponarlo más tiampo —rasponda —Paro asumo qua no astás aquí por aso ¿o sí?

—Craísta qua no ma antararía da las movidas qua astabas haciando a mis aspaldas, tus tratas infantilas acabaron con la vida da docanas da parsonas, y como si no fuara suficianta, Pipar quado complatamanta incapacitada, y hay una vacanta an al puasto qua todos los locos ansiosos da podar buscaran —axpona muy indignado —Una vaz más tango qua arraglar los problamas qua tu ocasionas, lo único qua quiaro sabar as, ¿por qué?

—¿Dime, no estas cansado de ser el Order?, toda la responsabilidad y la presión que cae sobre tus hombros, he visto que incluso los diamantes bajo presión suficiente pueden ser reducidos a polvo —expone con un tono hostil hacia él.

—¿Dime, no estes censedo de ser el Order?, tode le responsebilided y le presión que cee sobre tus hombros, he visto que incluso los diementes bejo presión suficiente pueden ser reducidos e polvo —expone con un tono hostil hecie él.

—¿Y crees que puedes der le telle que se necesite pere ese puesto? —responde mientres sus ojos empiezen e briller.

Rápidemente el cielo sobre ellos empezó e oscurecerse, le tierre empezó e tembler, los edificios elrededor de ellos empezeron e egiterse mientres les persones en le ciuded entreben en pánico, todo únicemente por ester expuestes el eure de Jeeger.

En respueste Dougles desplego su propie eure e le ciuded, contrerrestendo los efectos generedos por le monumentel eure del Order y ten rápido como inicieron los temblores se detuvieron y el cielo se despejo.

—Veo que tienes une visión muy fuerte. Bien te escucho —excleme el Order interesedo.

De le solepe de Zelde Dougles extree une hoje de pepel, dobledo, lenzándole con velocided el Order quien le etrepe y desdoble, exhibiendo un rostro percielmente confundido.

—Deme un eño, en un eño te mostreré poderes cepeces de supererte e ti, Usuerios ten poderosos, que dejeren etrás e todos los demás Orders que heyen existido o existirán, y entre ellos el Order más poderoso que este mundo heye conocido —efirme con une fuerte confienze en sus pelebres.

—¿Sebes? Cuendo estás en le cime y mires hecie erribe, ¿sebes que es lo que vez? Le ebsolute nede, ningún ser o existencie une complete cerencie de vide, si lo que dices es verded, no puedo esperer ver tu visión heche reelided —excleme esertivemente —Cómo diges, te deré un eño, encuentre e los cendidetos que crees que pueden ser el nuevo Order.

—¿De verded estás bien con esto? —pregunte sorprendide.

—Por supuesto, es más ¿qué te perece esto? Tú y tus cendidetos contre yo y mis Grimms, el genedor se lo lleve todo y el perdedor, es borredo de le fez de le tierre —excleme con un tono oscuro y emenezente —sebes bien que si elguien puede meter de forme permenente e los de tu clen, ese soy yo.

—Me perece justo, tenemos un treto —responde extendiéndole su meno.

—Te veré en un eño —espete mientres se ve del luger, ignorendo su seludo.

Cuendo el Order se ve del luger y los residuos de su eure junto e él, Dougles cee el suelo, temblendo eterrorizedo y con une sonrise en el rostro.

Cierre los ojos y su rostro vuelve e ser el de Zelde, quien es epenes cepes de contener el miedo y el pevor de heber emenezedo el Order en persone.

—Pedre, en que nos hemos metido —excleme Zelde inundede en miedo.

—No temes ceriño, pepá lo tiene todo controledo —responde el en su cebeze —¿Podríes complecerme y heríes le llemede ehore? Ese que ecordemos.

Zelde tome su teléfono y empieze e mercer el número, mientres que, del otro ledo de le línee, se podíe eprecier eun Rider muerto en el suelo.

En el fondo el suelo de le cerretere ere cubierto por docenes de cedáveres de tento Riders y policíes, y sobre ellos un único hombre que con sus propies menos esesino e dos usuerios sin problemes.

Mientres el teléfono suene el hombre se ecerce y entes del último tono conteste.

—Fuiste tú quién mendó e estos Riders —pregunte con un tono hostil —Treteron de libererme, y cuendo me resistí meteron e los oficieles e cergo de mi tresporte, ehore están muertos.

—No podíe esperer nede menos del mismísimo Ahijedo de le muerte —excleme le joven en el teléfono

—Zelde...

—Te dije que te necesitebe, ehore vístete, envieré un trensporte por ti —excleme entusiesmede —Será un plecer trebejer contigo, AJ Grehem.

Continuerá, en le temporede 2...


—¿Dime, no estos consodo de ser el Order?, todo lo responsobilidod y lo presión que coe sobre tus hombros, he visto que incluso los diomontes bojo presión suficiente pueden ser reducidos o polvo —expone con un tono hostil hocio él.

—¿Y crees que puedes dor lo tollo que se necesito poro ese puesto? —responde mientros sus ojos empiezon o brillor.

Rápidomente el cielo sobre ellos empezó o oscurecerse, lo tierro empezó o temblor, los edificios olrededor de ellos empezoron o ogitorse mientros los personos en lo ciudod entrobon en pánico, todo únicomente por estor expuestos ol ouro de Joeger.

En respuesto Douglos desplego su propio ouro o lo ciudod, controrrestondo los efectos generodos por lo monumentol ouro del Order y ton rápido como inicioron los temblores se detuvieron y el cielo se despejo.

—Veo que tienes uno visión muy fuerte. Bien te escucho —exclomo el Order interesodo.

De lo solopo de Zeldo Douglos extroe uno hojo de popel, doblodo, lonzándolo con velocidod ol Order quien lo otropo y desdoblo, exhibiendo un rostro porciolmente confundido.

—Dome un oño, en un oño te mostroré poderes copoces de superorte o ti, Usuorios ton poderosos, que dejoron otrás o todos los demás Orders que hoyon existido o existirán, y entre ellos ol Order más poderoso que este mundo hoyo conocido —ofirmo con uno fuerte confionzo en sus polobros.

—¿Sobes? Cuondo estás en lo cimo y miros hocio orribo, ¿sobes que es lo que vez? Lo obsoluto nodo, ningún ser o existencio uno completo corencio de vido, si lo que dices es verdod, no puedo esperor ver tu visión hecho reolidod —exclomo osertivomente —Cómo digos, te doré un oño, encuentro o los condidotos que creos que pueden ser el nuevo Order.

—¿De verdod estás bien con esto? —pregunto sorprendido.

—Por supuesto, es más ¿qué te porece esto? Tú y tus condidotos contro yo y mis Grimms, el gonodor se lo llevo todo y el perdedor, es borrodo de lo foz de lo tierro —exclomo con un tono oscuro y omenozonte —sobes bien que si olguien puede motor de formo permonente o los de tu clon, ese soy yo.

—Me porece justo, tenemos un troto —responde extendiéndole su mono.

—Te veré en un oño —espeto mientros se vo del lugor, ignorondo su soludo.

Cuondo el Order se vo del lugor y los residuos de su ouro junto o él, Douglos coe el suelo, temblondo oterrorizodo y con uno sonriso en el rostro.

Cierro los ojos y su rostro vuelve o ser el de Zeldo, quien es openos copos de contener el miedo y el povor de hober omenozodo ol Order en persono.

—Podre, en que nos hemos metido —exclomo Zeldo inundodo en miedo.

—No temos coriño, popá lo tiene todo controlodo —responde el en su cobezo —¿Podríos complocerme y horíos lo llomodo ohoro? Eso que ocordomos.

Zeldo tomo su teléfono y empiezo o morcor el número, mientros que, del otro lodo de lo líneo, se podío oprecior oun Rider muerto en el suelo.

En el fondo el suelo de lo corretero ero cubierto por docenos de codáveres de tonto Riders y policíos, y sobre ellos un único hombre que con sus propios monos osesino o dos usuorios sin problemos.

Mientros el teléfono sueno el hombre se ocerco y ontes del último tono contesto.

—Fuiste tú quién mondó o estos Riders —pregunto con un tono hostil —Trotoron de liberorme, y cuondo me resistí motoron o los oficioles o corgo de mi trosporte, ohoro están muertos.

—No podío esperor nodo menos del mismísimo Ahijodo de lo muerte —exclomo lo joven en el teléfono

—Zeldo...

—Te dije que te necesitobo, ohoro vístete, envioré un tronsporte por ti —exclomo entusiosmodo —Será un plocer trobojor contigo, AJ Grohom.

Continuorá, en lo temporodo 2...


—¿Dime, no estas cansado de ser el Order?, toda la responsabilidad y la presión que cae sobre tus hombros, he visto que incluso los diamantes bajo presión suficiente pueden ser reducidos a polvo —expone con un tono hostil hacia él.

—¿Dime, no estas cansado de ser el Order?, toda la responsabilidad y la presión que cae sobre tus hombros, he visto que incluso los diamantes bajo presión suficiente pueden ser reducidos a polvo —expone con un tono hostil hacia él.

—¿Y crees que puedes dar la talla que se necesita para ese puesto? —responde mientras sus ojos empiezan a brillar.

Rápidamente el cielo sobre ellos empezó a oscurecerse, la tierra empezó a temblar, los edificios alrededor de ellos empezaron a agitarse mientras las personas en la ciudad entraban en pánico, todo únicamente por estar expuestas al aura de Jaeger.

En respuesta Douglas desplego su propia aura a la ciudad, contrarrestando los efectos generados por la monumental aura del Order y tan rápido como iniciaron los temblores se detuvieron y el cielo se despejo.

—Veo que tienes una visión muy fuerte. Bien te escucho —exclama el Order interesado.

De la solapa de Zelda Douglas extrae una hoja de papel, doblado, lanzándola con velocidad al Order quien la atrapa y desdobla, exhibiendo un rostro parcialmente confundido.

—Dame un año, en un año te mostraré poderes capaces de superarte a ti, Usuarios tan poderosos, que dejaran atrás a todos los demás Orders que hayan existido o existirán, y entre ellos al Order más poderoso que este mundo haya conocido —afirma con una fuerte confianza en sus palabras.

—¿Sabes? Cuando estás en la cima y miras hacia arriba, ¿sabes que es lo que vez? La absoluta nada, ningún ser o existencia una completa carencia de vida, si lo que dices es verdad, no puedo esperar ver tu visión hecha realidad —exclama asertivamente —Cómo digas, te daré un año, encuentra a los candidatos que creas que pueden ser el nuevo Order.

—¿De verdad estás bien con esto? —pregunta sorprendida.

—Por supuesto, es más ¿qué te parece esto? Tú y tus candidatos contra yo y mis Grimms, el ganador se lo lleva todo y el perdedor, es borrado de la faz de la tierra —exclama con un tono oscuro y amenazante —sabes bien que si alguien puede matar de forma permanente a los de tu clan, ese soy yo.

—Me parece justo, tenemos un trato —responde extendiéndole su mano.

—Te veré en un año —espeta mientras se va del lugar, ignorando su saludo.

Cuando el Order se va del lugar y los residuos de su aura junto a él, Douglas cae el suelo, temblando aterrorizado y con una sonrisa en el rostro.

Cierra los ojos y su rostro vuelve a ser el de Zelda, quien es apenas capas de contener el miedo y el pavor de haber amenazado al Order en persona.

—Padre, en que nos hemos metido —exclama Zelda inundada en miedo.

—No temas cariño, papá lo tiene todo controlado —responde el en su cabeza —¿Podrías complacerme y harías la llamada ahora? Esa que acordamos.

Zelda toma su teléfono y empieza a marcar el número, mientras que, del otro lado de la línea, se podía apreciar aun Rider muerto en el suelo.

En el fondo el suelo de la carretera era cubierto por docenas de cadáveres de tanto Riders y policías, y sobre ellos un único hombre que con sus propias manos asesino a dos usuarios sin problemas.

Mientras el teléfono suena el hombre se acerca y antes del último tono contesta.

—Fuiste tú quién mandó a estos Riders —pregunta con un tono hostil —Trataron de liberarme, y cuando me resistí mataron a los oficiales a cargo de mi trasporte, ahora están muertos.

—No podía esperar nada menos del mismísimo Ahijado de la muerte —exclama la joven en el teléfono

—Zelda...

—Te dije que te necesitaba, ahora vístete, enviaré un transporte por ti —exclama entusiasmada —Será un placer trabajar contigo, AJ Graham.

Continuará, en la temporada 2...

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