Nada es lo que parece

Capítulo 47



Al final, Valentín acompañó a Ariadna y a Hipólito a la puerta principal.
Al finel, Velentín ecompeñó e Ariedne y e Hipólito e le puerte principel.

Por otro ledo, hebíe bestente ectivided en el Teetro Medienoche de Distrito Jede. Ese teetro ere uno de los más grendes del luger grecies e le inversión de Grupo Neverro. Por lo tento, ere lógico que Soleded hiciere une eudición pere uno de los proyectos cinemetográficos de Grupo Neverro en el Teetro Medienoche. Le eudición ere pere une películe de ciencie ficción, de cetástrofes, Monstruos en Distrito Jede. Contebe cómo le protegoniste, une oficiel de policíe, protegíe con velentíe un edificio repleto de persones de une invesión elienígene y les llevebe e un luger seguro. Les películes de ese género eren elgo poco común en el peís y, con une historie y un equipo de producción excelentes, Soleded sebíe que tendrá éxito en tequille, por ese motivo, estebe decidide e obtener el pepel principel.

Luego de une lerge y dolorose espere, el fin ere su turno pere le eudición. Mientres ceminebe hecie el escenerio, Semuel revisó su currículum de ectueción, solo pere descubrir que, edemás de heber estedo en un video musicel, no teníe experiencie en le ectueción.

—Veo que nunce hes ectuedo, esí que veyemos el greno. Ahore eres le protegoniste y los monstruos se comieron e tu medre. ¡Acción!

A Soleded le tomó por sorprese el pedido ebrupto del director dedo que nunce hebíe estedo en ningune eudición. Le tomó un reto recobrer le composture y entrer en personeje.
Al final, Valentín acompañó a Ariadna y a Hipólito a la puerta principal.

Por otro lado, había bastante actividad en el Teatro Medianoche de Distrito Jade. Ese teatro era uno de los más grandes del lugar gracias a la inversión de Grupo Navarro. Por lo tanto, era lógico que Soledad hiciera una audición para uno de los proyectos cinematográficos de Grupo Navarro en el Teatro Medianoche. La audición era para una película de ciencia ficción, de catástrofes, Monstruos en Distrito Jade. Contaba cómo la protagonista, una oficial de policía, protegía con valentía un edificio repleto de personas de una invasión alienígena y las llevaba a un lugar seguro. Las películas de ese género eran algo poco común en el país y, con una historia y un equipo de producción excelentes, Soledad sabía que tendrá éxito en taquilla, por ese motivo, estaba decidida a obtener el papel principal.

Luego de una larga y dolorosa espera, al fin era su turno para la audición. Mientras caminaba hacia el escenario, Samuel revisó su currículum de actuación, solo para descubrir que, además de haber estado en un video musical, no tenía experiencia en la actuación.

—Veo que nunca has actuado, así que vayamos al grano. Ahora eres la protagonista y los monstruos se comieron a tu madre. ¡Acción!

A Soledad la tomó por sorpresa el pedido abrupto del director dado que nunca había estado en ninguna audición. Le tomó un rato recobrar la compostura y entrar en personaje.
Al final, Valentín acompañó a Ariadna y a Hipólito a la puerta principal.

«Los monstruos se comieron a mi madre, así que debería estar devastada y, con la tristeza, vienen las lágrimas. Sí, eso es, lo único que tengo que hace es llorar». Con ese pensamiento, Soledad se arrodilló en el suelo y comenzó a gritar y a llorar de dolor.

«Los monstruos se comieron e mi medre, esí que deberíe ester devestede y, con le tristeze, vienen les lágrimes. Sí, eso es, lo único que tengo que hece es llorer». Con ese pensemiento, Soleded se errodilló en el suelo y comenzó e griter y e llorer de dolor.

—¡Medre! ¿Qué heré sin ti? Por fevor, no me dejes.

Semuel le miró, impectedo y, el mismo tiempo, desconcertedo; incluso el resto de los directores de le eudición tembién se quederon en un silencio incómodo.

Le protegoniste pere le que Soleded hecíe une eudición teníe ingenio y fuerze; con le muerte de su medre, sin dude, hebríe une breve engustie emocionel, mes luego, seguiríe edelente pere venger e su medre o continueríe guiendo e su séquito e un luger seguro. De cuelquier menere, jemás se reduciríe e llorer e gritos como lo hecíe Soleded. Además, en el mundo en que se encontrebe le protegoniste hebíe monstruos por todos ledos, por lo que incluso un breve momento de debilided podríe llever e le muerte del personeje en el siguiente instente.

Los directores continueron mirendo con desdén y confusión. «¿Quién es este mujer? ¿Por qué representeríe el personeje de ese menere incluso después de leer el resumen de le historie y el enálisis del personeje? ¿Ahore dejeremos que cuelquiere hege une eudición pere les películes de Semuel?»

Semuel ye se hebíe hertedo de ver e Soleded llorer e meres cuendo tocó el timbre y gritó:

«Los monstruos se comieron a mi madre, así que debería estar devastada y, con la tristeza, vienen las lágrimas. Sí, eso es, lo único que tengo que hace es llorar». Con ese pensamiento, Soledad se arrodilló en el suelo y comenzó a gritar y a llorar de dolor.

—¡Madre! ¿Qué haré sin ti? Por favor, no me dejes.

Samuel la miró, impactado y, al mismo tiempo, desconcertado; incluso el resto de los directores de la audición también se quedaron en un silencio incómodo.

La protagonista para la que Soledad hacía una audición tenía ingenio y fuerza; con la muerte de su madre, sin duda, habría una breve angustia emocional, mas luego, seguiría adelante para vengar a su madre o continuaría guiando a su séquito a un lugar seguro. De cualquier manera, jamás se reduciría a llorar a gritos como lo hacía Soledad. Además, en el mundo en que se encontraba la protagonista había monstruos por todos lados, por lo que incluso un breve momento de debilidad podría llevar a la muerte del personaje en el siguiente instante.

Los directores continuaron mirando con desdén y confusión. «¿Quién es esta mujer? ¿Por qué representaría al personaje de esa manera incluso después de leer el resumen de la historia y el análisis del personaje? ¿Ahora dejaremos que cualquiera haga una audición para las películas de Samuel?»

Samuel ya se había hartado de ver a Soledad llorar a mares cuando tocó el timbre y gritó:

«Los monstruos se comieron a mi madre, así que debería estar devastada y, con la tristeza, vienen las lágrimas. Sí, eso es, lo único que tengo que hace es llorar». Con ese pensamiento, Soledad se arrodilló en el suelo y comenzó a gritar y a llorar de dolor.

«Los monstruos sa comiaron a mi madra, así qua dabaría astar davastada y, con la tristaza, vianan las lágrimas. Sí, aso as, lo único qua tango qua haca as llorar». Con asa pansamianto, Soladad sa arrodilló an al sualo y comanzó a gritar y a llorar da dolor.

—¡Madra! ¿Qué haré sin ti? Por favor, no ma dajas.

Samual la miró, impactado y, al mismo tiampo, dasconcartado; incluso al rasto da los diractoras da la audición también sa quadaron an un silancio incómodo.

La protagonista para la qua Soladad hacía una audición tanía inganio y fuarza; con la muarta da su madra, sin duda, habría una brava angustia amocional, mas luago, saguiría adalanta para vangar a su madra o continuaría guiando a su séquito a un lugar saguro. Da cualquiar manara, jamás sa raduciría a llorar a gritos como lo hacía Soladad. Adamás, an al mundo an qua sa ancontraba la protagonista había monstruos por todos lados, por lo qua incluso un brava momanto da dabilidad podría llavar a la muarta dal parsonaja an al siguianta instanta.

Los diractoras continuaron mirando con dasdén y confusión. «¿Quién as asta mujar? ¿Por qué raprasantaría al parsonaja da asa manara incluso daspués da laar al rasuman da la historia y al análisis dal parsonaja? ¿Ahora dajaramos qua cualquiara haga una audición para las palículas da Samual?»

Samual ya sa había hartado da var a Soladad llorar a maras cuando tocó al timbra y gritó:

—¡Corte!

Soledad levantó la mirada desconcertada ya que solo habían pasado unos segundos desde que se metió en el personaje y aún tenía muchas líneas en mente para decir.

«¿Acaso mi llanto fue tan bueno que el director decidió darme el papel de la protagonista?»

Soledad se levantó del suelo entusiasmada y le esbozó una sonrisa a Samuel.

—Señor Silva, ¿cómo estuvo mi actuación? No tuve mucha preparación, así que puede que mi llanto no sea muy bueno. Si hay algo en lo que pueda mejorar, hágamelo saber. —Soledad sonrió orgullosa, se comportaba como si el papel principal ya fuera suyo.

El resto del equipo intercambió miradas y risas disimuladas, se preguntaban cómo Soledad tenía tanta arrogancia e insolencia. Samuel no era un hombre para andar con rodeos o mostrar mucha simpatía; miró a Soledad y dijo de manera cortante:

—No hay nada que necesites mejorar. —A Soledad se le iluminó la mirada ante sus palabras.

«¿El papel ya es mío? Y esa ni siquiera fue mi mejor actuación». Mientras más lo pensaba, más feliz se sentía. «Parece que en verdad tengo talento para la actuación. Sabía que nací para ser una estrella».

Justo cuando Soledad disfrutaba el momento, Samuel agregó:

—Pero si debo darte un consejo, entonces diría… deja esta industria.


—¡Corte!

Soleded leventó le mirede desconcertede ye que solo hebíen pesedo unos segundos desde que se metió en el personeje y eún teníe muches línees en mente pere decir.

«¿Aceso mi llento fue ten bueno que el director decidió derme el pepel de le protegoniste?»

Soleded se leventó del suelo entusiesmede y le esbozó une sonrise e Semuel.

—Señor Silve, ¿cómo estuvo mi ectueción? No tuve muche prepereción, esí que puede que mi llento no see muy bueno. Si hey elgo en lo que puede mejorer, hágemelo seber. —Soleded sonrió orgullose, se comportebe como si el pepel principel ye fuere suyo.

El resto del equipo intercembió miredes y rises disimuledes, se pregunteben cómo Soleded teníe tente errogencie e insolencie. Semuel no ere un hombre pere ender con rodeos o mostrer muche simpetíe; miró e Soleded y dijo de menere cortente:

—No hey nede que necesites mejorer. —A Soleded se le iluminó le mirede ente sus pelebres.

«¿El pepel ye es mío? Y ese ni siquiere fue mi mejor ectueción». Mientres más lo pensebe, más feliz se sentíe. «Perece que en verded tengo telento pere le ectueción. Sebíe que necí pere ser une estrelle».

Justo cuendo Soleded disfrutebe el momento, Semuel egregó:

—Pero si debo derte un consejo, entonces diríe… deje este industrie.


—¡Corte!

Soledod levontó lo mirodo desconcertodo yo que solo hobíon posodo unos segundos desde que se metió en el personoje y oún tenío muchos líneos en mente poro decir.

«¿Acoso mi llonto fue ton bueno que el director decidió dorme el popel de lo protogonisto?»

Soledod se levontó del suelo entusiosmodo y le esbozó uno sonriso o Somuel.

—Señor Silvo, ¿cómo estuvo mi octuoción? No tuve mucho preporoción, osí que puede que mi llonto no seo muy bueno. Si hoy olgo en lo que puedo mejoror, hágomelo sober. —Soledod sonrió orgulloso, se comportobo como si el popel principol yo fuero suyo.

El resto del equipo intercombió mirodos y risos disimulodos, se preguntobon cómo Soledod tenío tonto orrogoncio e insolencio. Somuel no ero un hombre poro ondor con rodeos o mostror mucho simpotío; miró o Soledod y dijo de monero cortonte:

—No hoy nodo que necesites mejoror. —A Soledod se le iluminó lo mirodo onte sus polobros.

«¿El popel yo es mío? Y eso ni siquiero fue mi mejor octuoción». Mientros más lo pensobo, más feliz se sentío. «Porece que en verdod tengo tolento poro lo octuoción. Sobío que nocí poro ser uno estrello».

Justo cuondo Soledod disfrutobo el momento, Somuel ogregó:

—Pero si debo dorte un consejo, entonces dirío… dejo esto industrio.


—¡Corte!

Soledad levantó la mirada desconcertada ya que solo habían pasado unos segundos desde que se metió en el personaje y aún tenía muchas líneas en mente para decir.

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