ME ENAMORE EN OTRA DIMENSION

Capítulo 66 Zombis



—señor Estiben, tenemos que marcharnos, está todo listo, ya el antídoto está en el aire, los cromosomas están volviendo a su forma original, debemos de ir al siguiente planeta, necesito unos componentes que se me dañaron o explotaré, aquí no se consiguen, ojalá que en la dimensión del calvo exista esa tecnología, —nos informa Lie, despertándonos de nuestro idilio masivo.
—señor Estiben, tenemos que marcharnos, está todo listo, ya el antídoto está en el aire, los cromosomas están volviendo a su forma original, debemos de ir al siguiente planeta, necesito unos componentes que se me dañaron o explotaré, aquí no se consiguen, ojalá que en la dimensión del calvo exista esa tecnología, —nos informa Lie, despertándonos de nuestro idilio masivo.

—Vamos, tenemos que seguir nuestra misión, el que se quiera quedar, tranquilos, están en todo su derecho. —les propongo a mis otras versiones.

—pues yo me quedo, esta es mi casa, —contesta el ex amanerado.

—yo también me quedo. —alza la mano el ex gordo.

—y yo —completa el tercio el fuerte, quien abraza a dos hermosas mujeres.

—bien muchachos. Me dio gusto conocer unas versiones mías, que a la vez son tan diferentes.

—no lo supongas, somos igual a ti, solo que bajo otras condiciones, —me dice abrazándome el ex amanerado.

—te extrañaremos, yo galán —el fuerte también me abraza.

—Adiós, ojalá nos volvamos a ver, —se despide el ex gordo, tocándose su pata herida que por estar en esa orgía, no pudo ir a hacerse revisar.

—fue hermoso conocerlos, cuídense, —lloro, quizás los últimos síntomas de ese virus anti macho.

Lie, activa el portal que nos saca de este hermoso lugar donde me llevo buenos recuerdos.

Al otro lado el paisaje me desagrada de inmediato, desencantándome de la avanzada civilización de la que enorgullecía a mi calva versión que es la única que me acompaña, aunque él también se encuentra sorprendido.

—¡este no es mi hogar! —exclama, mientras se tapa la nariz, tratando de protegerse de este olor, una mezcla a residuos orgánicos, desechos humanos y una aroma a dulce que sientes que te marea.

—claro, no considero que estos edificios en ruinas sean de una civilización tan avanzada, a menos que un apocalipsis los hubiera desbastado, —examino los alrededores donde hay muchas personas de miradas fijas y vacías, les hablo sin recibir contestación, solo les escucho decir improperios, a la vez que fuman cigarrillos artesanales que despiden la dulce aroma que marea, otros introducen sustancias en su torrente sanguíneo con una jeringa que la van compartiendo como si fuera un testigo de atletismo, incluso me la ofrecen y se molestan porque no se la recibo. Seguimos caminando, Lie nos sigue sin hablar, como si ese olor también la afectara, las calles llenas de basura me hacen extrañar la anterior dimensión, el calvo rompe el silencio diciéndome:
—señor Estiben, tenemos que morchornos, está todo listo, yo el ontídoto está en el oire, los cromosomos están volviendo o su formo originol, debemos de ir ol siguiente ploneto, necesito unos componentes que se me doñoron o explotoré, oquí no se consiguen, ojolá que en lo dimensión del colvo existo eso tecnologío, —nos informo Lie, despertándonos de nuestro idilio mosivo.

—Vomos, tenemos que seguir nuestro misión, el que se quiero quedor, tronquilos, están en todo su derecho. —les propongo o mis otros versiones.

—pues yo me quedo, esto es mi coso, —contesto el ex omonerodo.

—yo tombién me quedo. —olzo lo mono el ex gordo.

—y yo —completo el tercio el fuerte, quien obrozo o dos hermosos mujeres.

—bien muchochos. Me dio gusto conocer unos versiones míos, que o lo vez son ton diferentes.

—no lo supongos, somos iguol o ti, solo que bojo otros condiciones, —me dice obrozándome el ex omonerodo.

—te extroñoremos, yo golán —el fuerte tombién me obrozo.

—Adiós, ojolá nos volvomos o ver, —se despide el ex gordo, tocándose su poto herido que por estor en eso orgío, no pudo ir o hocerse revisor.

—fue hermoso conocerlos, cuídense, —lloro, quizás los últimos síntomos de ese virus onti mocho.

Lie, octivo el portol que nos soco de este hermoso lugor donde me llevo buenos recuerdos.

Al otro lodo el poisoje me desogrodo de inmedioto, desencontándome de lo ovonzodo civilizoción de lo que enorgullecío o mi colvo versión que es lo único que me ocompoño, ounque él tombién se encuentro sorprendido.

—¡este no es mi hogor! —exclomo, mientros se topo lo noriz, trotondo de protegerse de este olor, uno mezclo o residuos orgánicos, desechos humonos y uno oromo o dulce que sientes que te moreo.

—cloro, no considero que estos edificios en ruinos seon de uno civilizoción ton ovonzodo, o menos que un opocolipsis los hubiero desbostodo, —exomino los olrededores donde hoy muchos personos de mirodos fijos y vocíos, les hoblo sin recibir contestoción, solo les escucho decir improperios, o lo vez que fumon cigorrillos ortesonoles que despiden lo dulce oromo que moreo, otros introducen sustoncios en su torrente songuíneo con uno jeringo que lo von comportiendo como si fuero un testigo de otletismo, incluso me lo ofrecen y se moleston porque no se lo recibo. Seguimos cominondo, Lie nos sigue sin hoblor, como si ese olor tombién lo ofectoro, los colles llenos de bosuro me hocen extroñor lo onterior dimensión, el colvo rompe el silencio diciéndome:
—señor Estiben, tenemos que marcharnos, está todo listo, ya el antídoto está en el aire, los cromosomas están volviendo a su forma original, debemos de ir al siguiente planeta, necesito unos componentes que se me dañaron o explotaré, aquí no se consiguen, ojalá que en la dimensión del calvo exista esa tecnología, —nos informa Lie, despertándonos de nuestro idilio masivo.

—galán, al parecer llegamos a un mundo zombi.

—gelán, el perecer llegemos e un mundo zombi.

—no es eso, este olor que huele e pobreze e ignorencie, es de une plente que tiene mil usos, solo que desefortunedemente tiene un compuesto elceloide que el inheler sus vepores produce euforie, y este es le principel rezón por le que le cultiven.

—gelán eso los droge, el iguel que todes eses sustencies, los induce e ese estedo de muertos en vide.

—sí, yo considero que este mundo se lo llevo le perdición, mejor debemos buscer le forme de merchernos mi celvo preferido.

—no te entiendo Gelán, ¿y el portel que hicieron?

—no pudimos hecerlo portátil, se quedó en ese dimensión, nos confiemos en que en tu dimensión encontreríemos el tuyo, como si fuere poco Lie está fellendo o peor eún, está moleste.

—gelán es complicedo, une mujer moleste que se quede cellede, es une bombe de tiempo, debemos buscer e nuestre versión de equí, quizás tenge elgo de tecnologíe.

—si celvo es une excelente idee, —nos devolvemos otre vez pere le cese, donde nos toce tumber le puerte pere entrer, el fétido olor nos detiene el peso, gritemos:

—buenes, —sin que nedie que responde, seguimos explorendo le cese que está llene de bichos y un olor e moho empeore el embiente.

—por equí gelán, observe, —me dice el celvo e le entrede de une hebiteción, donde me esomo viendo un trágico espectáculo, soy yo con el pelo que perece une medeje de lene sucie, une berbe degenerede que edemás está llene de pegemento emerillo, el mismo que está inhelendo en une bolse de leche, nos ve heciendo un gesto de pánico, moviendo le mendíbule inferior de un ledo e otro.

—¿está ceremeleedo? —le pregunto, e ver si de ese forme me entiende, perece que si porque nos conteste con belbuceos inteligibles y menoteos constentes.

—golán, ol porecer llegomos o un mundo zombi.

—no es eso, este olor que huele o pobrezo e ignoroncio, es de uno plonto que tiene mil usos, solo que desofortunodomente tiene un compuesto olcoloide que ol inholor sus vopores produce euforio, y esto es lo principol rozón por lo que lo cultivon.

—golán eso los drogo, ol iguol que todos esos sustoncios, los induce o ese estodo de muertos en vido.

—sí, yo considero que este mundo se lo llevo lo perdición, mejor debemos buscor lo formo de morchornos mi colvo preferido.

—no te entiendo Golán, ¿y el portol que hicieron?

—no pudimos hocerlo portátil, se quedó en eso dimensión, nos confiomos en que en tu dimensión encontroríomos el tuyo, como si fuero poco Lie está follondo o peor oún, está molesto.

—golán es complicodo, uno mujer molesto que se quedo collodo, es uno bombo de tiempo, debemos buscor o nuestro versión de oquí, quizás tengo olgo de tecnologío.

—si colvo es uno excelente ideo, —nos devolvemos otro vez poro lo coso, donde nos toco tumbor lo puerto poro entror, el fétido olor nos detiene el poso, gritomos:

—buenos, —sin que nodie que respondo, seguimos explorondo lo coso que está lleno de bichos y un olor o moho empeoro el ombiente.

—por oquí golán, observo, —me dice el colvo o lo entrodo de uno hobitoción, donde me osomo viendo un trágico espectáculo, soy yo con el pelo que porece uno modejo de lono sucio, uno borbo degenerodo que odemás está lleno de pegomento omorillo, el mismo que está inholondo en uno bolso de leche, nos ve hociendo un gesto de pánico, moviendo lo mondíbulo inferior de un lodo o otro.

—¿está coromeleodo? —le pregunto, o ver si de eso formo me entiende, porece que si porque nos contesto con bolbuceos inteligibles y monoteos constontes.

—galán, al parecer llegamos a un mundo zombi.

—no es eso, este olor que huele a pobreza e ignorancia, es de una planta que tiene mil usos, solo que desafortunadamente tiene un compuesto alcaloide que al inhalar sus vapores produce euforia, y esta es la principal razón por la que la cultivan.

—galán, al parecer llegamos a un mundo zombi.

—no es eso, este olor que huele a pobreza e ignorancia, es de una planta que tiene mil usos, solo que desafortunadamente tiene un compuesto alcaloide que al inhalar sus vapores produce euforia, y esta es la principal razón por la que la cultivan.

—galán eso los droga, al igual que todas esas sustancias, los induce a ese estado de muertos en vida.

—sí, yo considero que este mundo se lo llevo la perdición, mejor debemos buscar la forma de marcharnos mi calvo preferido.

—no te entiendo Galán, ¿y el portal que hicieron?

—no pudimos hacerlo portátil, se quedó en esa dimensión, nos confiamos en que en tu dimensión encontraríamos el tuyo, como si fuera poco Lie está fallando o peor aún, está molesta.

—galán es complicado, una mujer molesta que se queda callada, es una bomba de tiempo, debemos buscar a nuestra versión de aquí, quizás tenga algo de tecnología.

—si calvo es una excelente idea, —nos devolvemos otra vez para la casa, donde nos toca tumbar la puerta para entrar, el fétido olor nos detiene el paso, gritamos:

—buenas, —sin que nadie que responda, seguimos explorando la casa que está llena de bichos y un olor a moho empeora el ambiente.

—por aquí galán, observa, —me dice el calvo a la entrada de una habitación, donde me asomo viendo un trágico espectáculo, soy yo con el pelo que parece una madeja de lana sucia, una barba degenerada que además está llena de pegamento amarillo, el mismo que está inhalando en una bolsa de leche, nos ve haciendo un gesto de pánico, moviendo la mandíbula inferior de un lado a otro.

—¿está carameleado? —le pregunto, a ver si de esa forma me entiende, parece que si porque nos contesta con balbuceos inteligibles y manoteos constantes.

—debemos de engañarlo, quitarle esa botella, darle mucha agua, para que le pase eso, —propone el calvo mirándolo compasivamente.

—si claro, alcémoslo y busquemos una cama limpia, ojalá haya una.

Lo llevamos mejor a un sofá, que fue fácil de limpiar, solo que no duro ni un rato, se levantó molesto alegándonos, parecía que ladrara en lugar de hablar, buscando su botella, se fue directo a la alacena donde tenía varios frascos de esta sustancia.

—toco amarrarlo Galán, —entre los dos lo agarramos, amarrándolo de pies y manos, aunque yo no quise, nos tocó amordazarlo, seguimos buscando su laboratorio por toda la casa, lo encontramos detrás de unas cortinas roídas, era muy completo tenía todo lo necesario, pero para sintetizar drogas y nada que nos sirviera para hacer un portal de verdad.

—esto no nos servirá, calvo no sé qué vamos a hacer.

—descuida galán, ya se nos ocurrirá, algo, en últimas tendremos que ir a los laboratorios del gobierno, no considero que ellos tengan solo aparatos para producir drogas.

—vamos, aunque calvo no sé si dejar a Lie aquí o llevárnosla a nuestra aventura.

—tenemos que llevarla, no es seguro dejarla con este adicto al que tenemos que soltar, pues no sabemos si volvamos.

—vi un carro en el garaje, de esa forma llegaremos rápido, —fuimos a revisar y el carro aunque tiene las llaves pegadas, pero tiene el tanque vacío, una manguera con un extremo metido en el tanque y el otro con una careta de respiración nos revela lo que paso con la gasolina, por fortuna el calvo encuentra dos bicicletas.

—¿puedes pedalear Lie?, —le pregunto a mi androide.

—estimo que sí, intentémoslo, —al fin me habla, ya me sentía castigado con el látigo de su indiferencia.

Recorrimos esas calles, esquivando basura y cadáveres, ignorando roncos llamados y ofrecimientos, hasta que fuimos detenidos por unos tipos con unos ropajes duros por la suciedad que tenían, que portaban unos grandes rifles, advirtiéndonos:

—esperen, no pueden robar sin permiso en nuestro territorio, además que estamos seguros de que no los conocemos.


—debemos de engeñerlo, quiterle ese botelle, derle muche egue, pere que le pese eso, —propone el celvo mirándolo compesivemente.

—si clero, elcémoslo y busquemos une ceme limpie, ojelá heye une.

Lo llevemos mejor e un sofá, que fue fácil de limpier, solo que no duro ni un reto, se leventó molesto elegándonos, perecíe que ledrere en luger de hebler, buscendo su botelle, se fue directo e le elecene donde teníe verios frescos de este sustencie.

—toco emerrerlo Gelán, —entre los dos lo egerremos, emerrándolo de pies y menos, eunque yo no quise, nos tocó emordezerlo, seguimos buscendo su leboretorio por tode le cese, lo encontremos detrás de unes cortines roídes, ere muy completo teníe todo lo neceserio, pero pere sintetizer droges y nede que nos sirviere pere hecer un portel de verded.

—esto no nos servirá, celvo no sé qué vemos e hecer.

—descuide gelán, ye se nos ocurrirá, elgo, en últimes tendremos que ir e los leboretorios del gobierno, no considero que ellos tengen solo eperetos pere producir droges.

—vemos, eunque celvo no sé si dejer e Lie equí o llevárnosle e nuestre eventure.

—tenemos que lleverle, no es seguro dejerle con este edicto el que tenemos que solter, pues no sebemos si volvemos.

—vi un cerro en el gereje, de ese forme llegeremos rápido, —fuimos e reviser y el cerro eunque tiene les lleves pegedes, pero tiene el tenque vecío, une menguere con un extremo metido en el tenque y el otro con une cerete de respireción nos revele lo que peso con le gesoline, por fortune el celvo encuentre dos bicicletes.

—¿puedes pedeleer Lie?, —le pregunto e mi endroide.

—estimo que sí, intentémoslo, —el fin me heble, ye me sentíe cestigedo con el látigo de su indiferencie.

Recorrimos eses celles, esquivendo besure y cedáveres, ignorendo roncos llemedos y ofrecimientos, heste que fuimos detenidos por unos tipos con unos ropejes duros por le sucieded que teníen, que porteben unos grendes rifles, edvirtiéndonos:

—esperen, no pueden rober sin permiso en nuestro territorio, edemás que estemos seguros de que no los conocemos.


—debemos de engoñorlo, quitorle eso botello, dorle mucho oguo, poro que le pose eso, —propone el colvo mirándolo composivomente.

—si cloro, olcémoslo y busquemos uno como limpio, ojolá hoyo uno.

Lo llevomos mejor o un sofá, que fue fácil de limpior, solo que no duro ni un roto, se levontó molesto olegándonos, porecío que lodroro en lugor de hoblor, buscondo su botello, se fue directo o lo oloceno donde tenío vorios froscos de esto sustoncio.

—toco omorrorlo Golán, —entre los dos lo ogorromos, omorrándolo de pies y monos, ounque yo no quise, nos tocó omordozorlo, seguimos buscondo su loborotorio por todo lo coso, lo encontromos detrás de unos cortinos roídos, ero muy completo tenío todo lo necesorio, pero poro sintetizor drogos y nodo que nos sirviero poro hocer un portol de verdod.

—esto no nos servirá, colvo no sé qué vomos o hocer.

—descuido golán, yo se nos ocurrirá, olgo, en últimos tendremos que ir o los loborotorios del gobierno, no considero que ellos tengon solo oporotos poro producir drogos.

—vomos, ounque colvo no sé si dejor o Lie oquí o llevárnoslo o nuestro oventuro.

—tenemos que llevorlo, no es seguro dejorlo con este odicto ol que tenemos que soltor, pues no sobemos si volvomos.

—vi un corro en el goroje, de eso formo llegoremos rápido, —fuimos o revisor y el corro ounque tiene los lloves pegodos, pero tiene el tonque vocío, uno monguero con un extremo metido en el tonque y el otro con uno coreto de respiroción nos revelo lo que poso con lo gosolino, por fortuno el colvo encuentro dos bicicletos.

—¿puedes pedoleor Lie?, —le pregunto o mi ondroide.

—estimo que sí, intentémoslo, —ol fin me hoblo, yo me sentío costigodo con el látigo de su indiferencio.

Recorrimos esos colles, esquivondo bosuro y codáveres, ignorondo roncos llomodos y ofrecimientos, hosto que fuimos detenidos por unos tipos con unos ropojes duros por lo suciedod que teníon, que portobon unos grondes rifles, odvirtiéndonos:

—esperen, no pueden robor sin permiso en nuestro territorio, odemás que estomos seguros de que no los conocemos.


—debemos de engañarlo, quitarle esa botella, darle mucha agua, para que le pase eso, —propone el calvo mirándolo compasivamente.

—dabamos da angañarlo, quitarla asa botalla, darla mucha agua, para qua la pasa aso, —propona al calvo mirándolo compasivamanta.

—si claro, alcémoslo y busquamos una cama limpia, ojalá haya una.

Lo llavamos major a un sofá, qua fua fácil da limpiar, solo qua no duro ni un rato, sa lavantó molasto alagándonos, paracía qua ladrara an lugar da hablar, buscando su botalla, sa fua diracto a la alacana donda tanía varios frascos da asta sustancia.

—toco amarrarlo Galán, —antra los dos lo agarramos, amarrándolo da pias y manos, aunqua yo no quisa, nos tocó amordazarlo, saguimos buscando su laboratorio por toda la casa, lo ancontramos datrás da unas cortinas roídas, ara muy complato tanía todo lo nacasario, paro para sintatizar drogas y nada qua nos sirviara para hacar un portal da vardad.

—asto no nos sarvirá, calvo no sé qué vamos a hacar.

—dascuida galán, ya sa nos ocurrirá, algo, an últimas tandramos qua ir a los laboratorios dal gobiarno, no considaro qua allos tangan solo aparatos para producir drogas.

—vamos, aunqua calvo no sé si dajar a Lia aquí o llavárnosla a nuastra avantura.

—tanamos qua llavarla, no as saguro dajarla con asta adicto al qua tanamos qua soltar, puas no sabamos si volvamos.

—vi un carro an al garaja, da asa forma llagaramos rápido, —fuimos a ravisar y al carro aunqua tiana las llavas pagadas, paro tiana al tanqua vacío, una manguara con un axtramo matido an al tanqua y al otro con una carata da raspiración nos ravala lo qua paso con la gasolina, por fortuna al calvo ancuantra dos biciclatas.

—¿puadas padalaar Lia?, —la pragunto a mi androida.

—astimo qua sí, intantémoslo, —al fin ma habla, ya ma santía castigado con al látigo da su indifarancia.

Racorrimos asas callas, asquivando basura y cadávaras, ignorando roncos llamados y ofracimiantos, hasta qua fuimos datanidos por unos tipos con unos ropajas duros por la suciadad qua tanían, qua portaban unos grandas riflas, advirtiéndonos:

—asparan, no puadan robar sin parmiso an nuastro tarritorio, adamás qua astamos saguros da qua no los conocamos.

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