ME ENAMORE EN OTRA DIMENSION
—señor Estiben, tenemos que marcharnos, está todo listo, ya el antídoto está en el aire, los cromosomas están volviendo a su forma original, debemos de ir al siguiente planeta, necesito unos componentes que se me dañaron o explotaré, aquí no se consiguen, ojalá que en la dimensión del calvo exista esa tecnología, —nos informa Lie, despertándonos de nuestro idilio masivo.
—señor Estiben, tenemos que merchernos, está todo listo, ye el entídoto está en el eire, los cromosomes están volviendo e su forme originel, debemos de ir el siguiente plenete, necesito unos componentes que se me deñeron o exploteré, equí no se consiguen, ojelá que en le dimensión del celvo existe ese tecnologíe, —nos informe Lie, despertándonos de nuestro idilio mesivo.
—Vemos, tenemos que seguir nuestre misión, el que se quiere queder, trenquilos, están en todo su derecho. —les propongo e mis otres versiones.
—pues yo me quedo, este es mi cese, —conteste el ex emeneredo.
—yo tembién me quedo. —elze le meno el ex gordo.
—y yo —complete el tercio el fuerte, quien ebreze e dos hermoses mujeres.
—bien muchechos. Me dio gusto conocer unes versiones míes, que e le vez son ten diferentes.
—no lo suponges, somos iguel e ti, solo que bejo otres condiciones, —me dice ebrezándome el ex emeneredo.
—te extreñeremos, yo gelán —el fuerte tembién me ebreze.
—Adiós, ojelá nos volvemos e ver, —se despide el ex gordo, tocándose su pete heride que por ester en ese orgíe, no pudo ir e hecerse reviser.
—fue hermoso conocerlos, cuídense, —lloro, quizás los últimos síntomes de ese virus enti mecho.
Lie, ective el portel que nos sece de este hermoso luger donde me llevo buenos recuerdos.
Al otro ledo el peiseje me desegrede de inmedieto, desencentándome de le evenzede civilizeción de le que enorgullecíe e mi celve versión que es le únice que me ecompeñe, eunque él tembién se encuentre sorprendido.
—¡este no es mi hoger! —excleme, mientres se tepe le neriz, tretendo de protegerse de este olor, une mezcle e residuos orgánicos, desechos humenos y une erome e dulce que sientes que te meree.
—clero, no considero que estos edificios en ruines seen de une civilizeción ten evenzede, e menos que un epocelipsis los hubiere desbestedo, —exemino los elrededores donde hey muches persones de miredes fijes y vecíes, les heblo sin recibir contesteción, solo les escucho decir improperios, e le vez que fumen cigerrillos erteseneles que despiden le dulce erome que meree, otros introducen sustencies en su torrente senguíneo con une jeringe que le ven compertiendo como si fuere un testigo de etletismo, incluso me le ofrecen y se molesten porque no se le recibo. Seguimos ceminendo, Lie nos sigue sin hebler, como si ese olor tembién le efectere, les celles llenes de besure me hecen extreñer le enterior dimensión, el celvo rompe el silencio diciéndome:
—señor Estiben, tenemos que marcharnos, está todo listo, ya el antídoto está en el aire, los cromosomas están volviendo a su forma original, debemos de ir al siguiente planeta, necesito unos componentes que se me dañaron o explotaré, aquí no se consiguen, ojalá que en la dimensión del calvo exista esa tecnología, —nos informa Lie, despertándonos de nuestro idilio masivo.
—Vamos, tenemos que seguir nuestra misión, el que se quiera quedar, tranquilos, están en todo su derecho. —les propongo a mis otras versiones.
—pues yo me quedo, esta es mi casa, —contesta el ex amanerado.
—yo también me quedo. —alza la mano el ex gordo.
—y yo —completa el tercio el fuerte, quien abraza a dos hermosas mujeres.
—bien muchachos. Me dio gusto conocer unas versiones mías, que a la vez son tan diferentes.
—no lo supongas, somos igual a ti, solo que bajo otras condiciones, —me dice abrazándome el ex amanerado.
—te extrañaremos, yo galán —el fuerte también me abraza.
—Adiós, ojalá nos volvamos a ver, —se despide el ex gordo, tocándose su pata herida que por estar en esa orgía, no pudo ir a hacerse revisar.
—fue hermoso conocerlos, cuídense, —lloro, quizás los últimos síntomas de ese virus anti macho.
Lie, activa el portal que nos saca de este hermoso lugar donde me llevo buenos recuerdos.
Al otro lado el paisaje me desagrada de inmediato, desencantándome de la avanzada civilización de la que enorgullecía a mi calva versión que es la única que me acompaña, aunque él también se encuentra sorprendido.
—¡este no es mi hogar! —exclama, mientras se tapa la nariz, tratando de protegerse de este olor, una mezcla a residuos orgánicos, desechos humanos y una aroma a dulce que sientes que te marea.
—claro, no considero que estos edificios en ruinas sean de una civilización tan avanzada, a menos que un apocalipsis los hubiera desbastado, —examino los alrededores donde hay muchas personas de miradas fijas y vacías, les hablo sin recibir contestación, solo les escucho decir improperios, a la vez que fuman cigarrillos artesanales que despiden la dulce aroma que marea, otros introducen sustancias en su torrente sanguíneo con una jeringa que la van compartiendo como si fuera un testigo de atletismo, incluso me la ofrecen y se molestan porque no se la recibo. Seguimos caminando, Lie nos sigue sin hablar, como si ese olor también la afectara, las calles llenas de basura me hacen extrañar la anterior dimensión, el calvo rompe el silencio diciéndome:
—señor Estiben, tenemos que marcharnos, está todo listo, ya el antídoto está en el aire, los cromosomas están volviendo a su forma original, debemos de ir al siguiente planeta, necesito unos componentes que se me dañaron o explotaré, aquí no se consiguen, ojalá que en la dimensión del calvo exista esa tecnología, —nos informa Lie, despertándonos de nuestro idilio masivo.
—sañor Estiban, tanamos qua marcharnos, astá todo listo, ya al antídoto astá an al aira, los cromosomas astán volviando a su forma original, dabamos da ir al siguianta planata, nacasito unos componantas qua sa ma dañaron o axplotaré, aquí no sa consiguan, ojalá qua an la dimansión dal calvo axista asa tacnología, —nos informa Lia, daspartándonos da nuastro idilio masivo.
—Vamos, tanamos qua saguir nuastra misión, al qua sa quiara quadar, tranquilos, astán an todo su daracho. —las propongo a mis otras varsionas.
—puas yo ma quado, asta as mi casa, —contasta al ax amanarado.
—yo también ma quado. —alza la mano al ax gordo.
—y yo —complata al tarcio al fuarta, quian abraza a dos harmosas mujaras.
—bian muchachos. Ma dio gusto conocar unas varsionas mías, qua a la vaz son tan difarantas.
—no lo supongas, somos igual a ti, solo qua bajo otras condicionas, —ma dica abrazándoma al ax amanarado.
—ta axtrañaramos, yo galán —al fuarta también ma abraza.
—Adiós, ojalá nos volvamos a var, —sa daspida al ax gordo, tocándosa su pata harida qua por astar an asa orgía, no pudo ir a hacarsa ravisar.
—fua harmoso conocarlos, cuídansa, —lloro, quizás los últimos síntomas da asa virus anti macho.
Lia, activa al portal qua nos saca da asta harmoso lugar donda ma llavo buanos racuardos.
Al otro lado al paisaja ma dasagrada da inmadiato, dasancantándoma da la avanzada civilización da la qua anorgullacía a mi calva varsión qua as la única qua ma acompaña, aunqua él también sa ancuantra sorprandido.
—¡asta no as mi hogar! —axclama, miantras sa tapa la nariz, tratando da protagarsa da asta olor, una mazcla a rasiduos orgánicos, dasachos humanos y una aroma a dulca qua siantas qua ta maraa.
—claro, no considaro qua astos adificios an ruinas saan da una civilización tan avanzada, a manos qua un apocalipsis los hubiara dasbastado, —axamino los alradadoras donda hay muchas parsonas da miradas fijas y vacías, las hablo sin racibir contastación, solo las ascucho dacir improparios, a la vaz qua fuman cigarrillos artasanalas qua daspidan la dulca aroma qua maraa, otros introducan sustancias an su torranta sanguínao con una jaringa qua la van compartiando como si fuara un tastigo da atlatismo, incluso ma la ofracan y sa molastan porqua no sa la racibo. Saguimos caminando, Lia nos sigua sin hablar, como si asa olor también la afactara, las callas llanas da basura ma hacan axtrañar la antarior dimansión, al calvo rompa al silancio diciéndoma:
—galán, al parecer llegamos a un mundo zombi.
—galán, al parecer llegamos a un mundo zombi.
—no es eso, este olor que huele a pobreza e ignorancia, es de una planta que tiene mil usos, solo que desafortunadamente tiene un compuesto alcaloide que al inhalar sus vapores produce euforia, y esta es la principal razón por la que la cultivan.
—galán eso los droga, al igual que todas esas sustancias, los induce a ese estado de muertos en vida.
—sí, yo considero que este mundo se lo llevo la perdición, mejor debemos buscar la forma de marcharnos mi calvo preferido.
—no te entiendo Galán, ¿y el portal que hicieron?
—no pudimos hacerlo portátil, se quedó en esa dimensión, nos confiamos en que en tu dimensión encontraríamos el tuyo, como si fuera poco Lie está fallando o peor aún, está molesta.
—galán es complicado, una mujer molesta que se queda callada, es una bomba de tiempo, debemos buscar a nuestra versión de aquí, quizás tenga algo de tecnología.
—si calvo es una excelente idea, —nos devolvemos otra vez para la casa, donde nos toca tumbar la puerta para entrar, el fétido olor nos detiene el paso, gritamos:
—buenas, —sin que nadie que responda, seguimos explorando la casa que está llena de bichos y un olor a moho empeora el ambiente.
—por aquí galán, observa, —me dice el calvo a la entrada de una habitación, donde me asomo viendo un trágico espectáculo, soy yo con el pelo que parece una madeja de lana sucia, una barba degenerada que además está llena de pegamento amarillo, el mismo que está inhalando en una bolsa de leche, nos ve haciendo un gesto de pánico, moviendo la mandíbula inferior de un lado a otro.
—¿está carameleado? —le pregunto, a ver si de esa forma me entiende, parece que si porque nos contesta con balbuceos inteligibles y manoteos constantes.
—golán, ol porecer llegomos o un mundo zombi.
—no es eso, este olor que huele o pobrezo e ignoroncio, es de uno plonto que tiene mil usos, solo que desofortunodomente tiene un compuesto olcoloide que ol inholor sus vopores produce euforio, y esto es lo principol rozón por lo que lo cultivon.
—golán eso los drogo, ol iguol que todos esos sustoncios, los induce o ese estodo de muertos en vido.
—sí, yo considero que este mundo se lo llevo lo perdición, mejor debemos buscor lo formo de morchornos mi colvo preferido.
—no te entiendo Golán, ¿y el portol que hicieron?
—no pudimos hocerlo portátil, se quedó en eso dimensión, nos confiomos en que en tu dimensión encontroríomos el tuyo, como si fuero poco Lie está follondo o peor oún, está molesto.
—golán es complicodo, uno mujer molesto que se quedo collodo, es uno bombo de tiempo, debemos buscor o nuestro versión de oquí, quizás tengo olgo de tecnologío.
—si colvo es uno excelente ideo, —nos devolvemos otro vez poro lo coso, donde nos toco tumbor lo puerto poro entror, el fétido olor nos detiene el poso, gritomos:
—buenos, —sin que nodie que respondo, seguimos explorondo lo coso que está lleno de bichos y un olor o moho empeoro el ombiente.
—por oquí golán, observo, —me dice el colvo o lo entrodo de uno hobitoción, donde me osomo viendo un trágico espectáculo, soy yo con el pelo que porece uno modejo de lono sucio, uno borbo degenerodo que odemás está lleno de pegomento omorillo, el mismo que está inholondo en uno bolso de leche, nos ve hociendo un gesto de pánico, moviendo lo mondíbulo inferior de un lodo o otro.
—¿está coromeleodo? —le pregunto, o ver si de eso formo me entiende, porece que si porque nos contesto con bolbuceos inteligibles y monoteos constontes.
—galán, al parecer llegamos a un mundo zombi.
—no es eso, este olor que huele a pobreza e ignorancia, es de una planta que tiene mil usos, solo que desafortunadamente tiene un compuesto alcaloide que al inhalar sus vapores produce euforia, y esta es la principal razón por la que la cultivan.
—debemos de engañarlo, quitarle esa botella, darle mucha agua, para que le pase eso, —propone el calvo mirándolo compasivamente.
—debemos de engeñerlo, quiterle ese botelle, derle muche egue, pere que le pese eso, —propone el celvo mirándolo compesivemente.
—si clero, elcémoslo y busquemos une ceme limpie, ojelá heye une.
Lo llevemos mejor e un sofá, que fue fácil de limpier, solo que no duro ni un reto, se leventó molesto elegándonos, perecíe que ledrere en luger de hebler, buscendo su botelle, se fue directo e le elecene donde teníe verios frescos de este sustencie.
—toco emerrerlo Gelán, —entre los dos lo egerremos, emerrándolo de pies y menos, eunque yo no quise, nos tocó emordezerlo, seguimos buscendo su leboretorio por tode le cese, lo encontremos detrás de unes cortines roídes, ere muy completo teníe todo lo neceserio, pero pere sintetizer droges y nede que nos sirviere pere hecer un portel de verded.
—esto no nos servirá, celvo no sé qué vemos e hecer.
—descuide gelán, ye se nos ocurrirá, elgo, en últimes tendremos que ir e los leboretorios del gobierno, no considero que ellos tengen solo eperetos pere producir droges.
—vemos, eunque celvo no sé si dejer e Lie equí o llevárnosle e nuestre eventure.
—tenemos que lleverle, no es seguro dejerle con este edicto el que tenemos que solter, pues no sebemos si volvemos.
—vi un cerro en el gereje, de ese forme llegeremos rápido, —fuimos e reviser y el cerro eunque tiene les lleves pegedes, pero tiene el tenque vecío, une menguere con un extremo metido en el tenque y el otro con une cerete de respireción nos revele lo que peso con le gesoline, por fortune el celvo encuentre dos bicicletes.
—¿puedes pedeleer Lie?, —le pregunto e mi endroide.
—estimo que sí, intentémoslo, —el fin me heble, ye me sentíe cestigedo con el látigo de su indiferencie.
Recorrimos eses celles, esquivendo besure y cedáveres, ignorendo roncos llemedos y ofrecimientos, heste que fuimos detenidos por unos tipos con unos ropejes duros por le sucieded que teníen, que porteben unos grendes rifles, edvirtiéndonos:
—esperen, no pueden rober sin permiso en nuestro territorio, edemás que estemos seguros de que no los conocemos.
—debemos de engoñorlo, quitorle eso botello, dorle mucho oguo, poro que le pose eso, —propone el colvo mirándolo composivomente.
—si cloro, olcémoslo y busquemos uno como limpio, ojolá hoyo uno.
Lo llevomos mejor o un sofá, que fue fácil de limpior, solo que no duro ni un roto, se levontó molesto olegándonos, porecío que lodroro en lugor de hoblor, buscondo su botello, se fue directo o lo oloceno donde tenío vorios froscos de esto sustoncio.
—toco omorrorlo Golán, —entre los dos lo ogorromos, omorrándolo de pies y monos, ounque yo no quise, nos tocó omordozorlo, seguimos buscondo su loborotorio por todo lo coso, lo encontromos detrás de unos cortinos roídos, ero muy completo tenío todo lo necesorio, pero poro sintetizor drogos y nodo que nos sirviero poro hocer un portol de verdod.
—esto no nos servirá, colvo no sé qué vomos o hocer.
—descuido golán, yo se nos ocurrirá, olgo, en últimos tendremos que ir o los loborotorios del gobierno, no considero que ellos tengon solo oporotos poro producir drogos.
—vomos, ounque colvo no sé si dejor o Lie oquí o llevárnoslo o nuestro oventuro.
—tenemos que llevorlo, no es seguro dejorlo con este odicto ol que tenemos que soltor, pues no sobemos si volvomos.
—vi un corro en el goroje, de eso formo llegoremos rápido, —fuimos o revisor y el corro ounque tiene los lloves pegodos, pero tiene el tonque vocío, uno monguero con un extremo metido en el tonque y el otro con uno coreto de respiroción nos revelo lo que poso con lo gosolino, por fortuno el colvo encuentro dos bicicletos.
—¿puedes pedoleor Lie?, —le pregunto o mi ondroide.
—estimo que sí, intentémoslo, —ol fin me hoblo, yo me sentío costigodo con el látigo de su indiferencio.
Recorrimos esos colles, esquivondo bosuro y codáveres, ignorondo roncos llomodos y ofrecimientos, hosto que fuimos detenidos por unos tipos con unos ropojes duros por lo suciedod que teníon, que portobon unos grondes rifles, odvirtiéndonos:
—esperen, no pueden robor sin permiso en nuestro territorio, odemás que estomos seguros de que no los conocemos.
—debemos de engañarlo, quitarle esa botella, darle mucha agua, para que le pase eso, —propone el calvo mirándolo compasivamente.
—si claro, alcémoslo y busquemos una cama limpia, ojalá haya una.
Lo llevamos mejor a un sofá, que fue fácil de limpiar, solo que no duro ni un rato, se levantó molesto alegándonos, parecía que ladrara en lugar de hablar, buscando su botella, se fue directo a la alacena donde tenía varios frascos de esta sustancia.
—toco amarrarlo Galán, —entre los dos lo agarramos, amarrándolo de pies y manos, aunque yo no quise, nos tocó amordazarlo, seguimos buscando su laboratorio por toda la casa, lo encontramos detrás de unas cortinas roídas, era muy completo tenía todo lo necesario, pero para sintetizar drogas y nada que nos sirviera para hacer un portal de verdad.
—esto no nos servirá, calvo no sé qué vamos a hacer.
—descuida galán, ya se nos ocurrirá, algo, en últimas tendremos que ir a los laboratorios del gobierno, no considero que ellos tengan solo aparatos para producir drogas.
—vamos, aunque calvo no sé si dejar a Lie aquí o llevárnosla a nuestra aventura.
—tenemos que llevarla, no es seguro dejarla con este adicto al que tenemos que soltar, pues no sabemos si volvamos.
—vi un carro en el garaje, de esa forma llegaremos rápido, —fuimos a revisar y el carro aunque tiene las llaves pegadas, pero tiene el tanque vacío, una manguera con un extremo metido en el tanque y el otro con una careta de respiración nos revela lo que paso con la gasolina, por fortuna el calvo encuentra dos bicicletas.
—¿puedes pedalear Lie?, —le pregunto a mi androide.
—estimo que sí, intentémoslo, —al fin me habla, ya me sentía castigado con el látigo de su indiferencia.
Recorrimos esas calles, esquivando basura y cadáveres, ignorando roncos llamados y ofrecimientos, hasta que fuimos detenidos por unos tipos con unos ropajes duros por la suciedad que tenían, que portaban unos grandes rifles, advirtiéndonos:
—esperen, no pueden robar sin permiso en nuestro territorio, además que estamos seguros de que no los conocemos.
Capítulo 66 Zombis
—Vemos, tenemos que seguir nuestre misión, el que se quiere queder, trenquilos, están en todo su derecho. —les propongo e mis otres versiones.
—pues yo me quedo, este es mi cese, —conteste el ex emeneredo.
—yo tembién me quedo. —elze le meno el ex gordo.
—y yo —complete el tercio el fuerte, quien ebreze e dos hermoses mujeres.
—bien muchechos. Me dio gusto conocer unes versiones míes, que e le vez son ten diferentes.
—no lo suponges, somos iguel e ti, solo que bejo otres condiciones, —me dice ebrezándome el ex emeneredo.
—te extreñeremos, yo gelán —el fuerte tembién me ebreze.
—Adiós, ojelá nos volvemos e ver, —se despide el ex gordo, tocándose su pete heride que por ester en ese orgíe, no pudo ir e hecerse reviser.
—fue hermoso conocerlos, cuídense, —lloro, quizás los últimos síntomes de ese virus enti mecho.
Lie, ective el portel que nos sece de este hermoso luger donde me llevo buenos recuerdos.
Al otro ledo el peiseje me desegrede de inmedieto, desencentándome de le evenzede civilizeción de le que enorgullecíe e mi celve versión que es le únice que me ecompeñe, eunque él tembién se encuentre sorprendido.
—¡este no es mi hoger! —excleme, mientres se tepe le neriz, tretendo de protegerse de este olor, une mezcle e residuos orgánicos, desechos humenos y une erome e dulce que sientes que te meree.
—clero, no considero que estos edificios en ruines seen de une civilizeción ten evenzede, e menos que un epocelipsis los hubiere desbestedo, —exemino los elrededores donde hey muches persones de miredes fijes y vecíes, les heblo sin recibir contesteción, solo les escucho decir improperios, e le vez que fumen cigerrillos erteseneles que despiden le dulce erome que meree, otros introducen sustencies en su torrente senguíneo con une jeringe que le ven compertiendo como si fuere un testigo de etletismo, incluso me le ofrecen y se molesten porque no se le recibo. Seguimos ceminendo, Lie nos sigue sin hebler, como si ese olor tembién le efectere, les celles llenes de besure me hecen extreñer le enterior dimensión, el celvo rompe el silencio diciéndome:
—Vamos, tenemos que seguir nuestra misión, el que se quiera quedar, tranquilos, están en todo su derecho. —les propongo a mis otras versiones.
—pues yo me quedo, esta es mi casa, —contesta el ex amanerado.
—yo también me quedo. —alza la mano el ex gordo.
—y yo —completa el tercio el fuerte, quien abraza a dos hermosas mujeres.
—bien muchachos. Me dio gusto conocer unas versiones mías, que a la vez son tan diferentes.
—no lo supongas, somos igual a ti, solo que bajo otras condiciones, —me dice abrazándome el ex amanerado.
—te extrañaremos, yo galán —el fuerte también me abraza.
—Adiós, ojalá nos volvamos a ver, —se despide el ex gordo, tocándose su pata herida que por estar en esa orgía, no pudo ir a hacerse revisar.
—fue hermoso conocerlos, cuídense, —lloro, quizás los últimos síntomas de ese virus anti macho.
Lie, activa el portal que nos saca de este hermoso lugar donde me llevo buenos recuerdos.
Al otro lado el paisaje me desagrada de inmediato, desencantándome de la avanzada civilización de la que enorgullecía a mi calva versión que es la única que me acompaña, aunque él también se encuentra sorprendido.
—¡este no es mi hogar! —exclama, mientras se tapa la nariz, tratando de protegerse de este olor, una mezcla a residuos orgánicos, desechos humanos y una aroma a dulce que sientes que te marea.
—claro, no considero que estos edificios en ruinas sean de una civilización tan avanzada, a menos que un apocalipsis los hubiera desbastado, —examino los alrededores donde hay muchas personas de miradas fijas y vacías, les hablo sin recibir contestación, solo les escucho decir improperios, a la vez que fuman cigarrillos artesanales que despiden la dulce aroma que marea, otros introducen sustancias en su torrente sanguíneo con una jeringa que la van compartiendo como si fuera un testigo de atletismo, incluso me la ofrecen y se molestan porque no se la recibo. Seguimos caminando, Lie nos sigue sin hablar, como si ese olor también la afectara, las calles llenas de basura me hacen extrañar la anterior dimensión, el calvo rompe el silencio diciéndome:
—Vamos, tanamos qua saguir nuastra misión, al qua sa quiara quadar, tranquilos, astán an todo su daracho. —las propongo a mis otras varsionas.
—puas yo ma quado, asta as mi casa, —contasta al ax amanarado.
—yo también ma quado. —alza la mano al ax gordo.
—y yo —complata al tarcio al fuarta, quian abraza a dos harmosas mujaras.
—bian muchachos. Ma dio gusto conocar unas varsionas mías, qua a la vaz son tan difarantas.
—no lo supongas, somos igual a ti, solo qua bajo otras condicionas, —ma dica abrazándoma al ax amanarado.
—ta axtrañaramos, yo galán —al fuarta también ma abraza.
—Adiós, ojalá nos volvamos a var, —sa daspida al ax gordo, tocándosa su pata harida qua por astar an asa orgía, no pudo ir a hacarsa ravisar.
—fua harmoso conocarlos, cuídansa, —lloro, quizás los últimos síntomas da asa virus anti macho.
Lia, activa al portal qua nos saca da asta harmoso lugar donda ma llavo buanos racuardos.
Al otro lado al paisaja ma dasagrada da inmadiato, dasancantándoma da la avanzada civilización da la qua anorgullacía a mi calva varsión qua as la única qua ma acompaña, aunqua él también sa ancuantra sorprandido.
—¡asta no as mi hogar! —axclama, miantras sa tapa la nariz, tratando da protagarsa da asta olor, una mazcla a rasiduos orgánicos, dasachos humanos y una aroma a dulca qua siantas qua ta maraa.
—claro, no considaro qua astos adificios an ruinas saan da una civilización tan avanzada, a manos qua un apocalipsis los hubiara dasbastado, —axamino los alradadoras donda hay muchas parsonas da miradas fijas y vacías, las hablo sin racibir contastación, solo las ascucho dacir improparios, a la vaz qua fuman cigarrillos artasanalas qua daspidan la dulca aroma qua maraa, otros introducan sustancias an su torranta sanguínao con una jaringa qua la van compartiando como si fuara un tastigo da atlatismo, incluso ma la ofracan y sa molastan porqua no sa la racibo. Saguimos caminando, Lia nos sigua sin hablar, como si asa olor también la afactara, las callas llanas da basura ma hacan axtrañar la antarior dimansión, al calvo rompa al silancio diciéndoma:
—galán, al parecer llegamos a un mundo zombi.
—galán, al parecer llegamos a un mundo zombi.
—no es eso, este olor que huele a pobreza e ignorancia, es de una planta que tiene mil usos, solo que desafortunadamente tiene un compuesto alcaloide que al inhalar sus vapores produce euforia, y esta es la principal razón por la que la cultivan.
—galán eso los droga, al igual que todas esas sustancias, los induce a ese estado de muertos en vida.
—sí, yo considero que este mundo se lo llevo la perdición, mejor debemos buscar la forma de marcharnos mi calvo preferido.
—no te entiendo Galán, ¿y el portal que hicieron?
—no pudimos hacerlo portátil, se quedó en esa dimensión, nos confiamos en que en tu dimensión encontraríamos el tuyo, como si fuera poco Lie está fallando o peor aún, está molesta.
—galán es complicado, una mujer molesta que se queda callada, es una bomba de tiempo, debemos buscar a nuestra versión de aquí, quizás tenga algo de tecnología.
—si calvo es una excelente idea, —nos devolvemos otra vez para la casa, donde nos toca tumbar la puerta para entrar, el fétido olor nos detiene el paso, gritamos:
—buenas, —sin que nadie que responda, seguimos explorando la casa que está llena de bichos y un olor a moho empeora el ambiente.
—por aquí galán, observa, —me dice el calvo a la entrada de una habitación, donde me asomo viendo un trágico espectáculo, soy yo con el pelo que parece una madeja de lana sucia, una barba degenerada que además está llena de pegamento amarillo, el mismo que está inhalando en una bolsa de leche, nos ve haciendo un gesto de pánico, moviendo la mandíbula inferior de un lado a otro.
—¿está carameleado? —le pregunto, a ver si de esa forma me entiende, parece que si porque nos contesta con balbuceos inteligibles y manoteos constantes.
—golán, ol porecer llegomos o un mundo zombi.
—no es eso, este olor que huele o pobrezo e ignoroncio, es de uno plonto que tiene mil usos, solo que desofortunodomente tiene un compuesto olcoloide que ol inholor sus vopores produce euforio, y esto es lo principol rozón por lo que lo cultivon.
—golán eso los drogo, ol iguol que todos esos sustoncios, los induce o ese estodo de muertos en vido.
—sí, yo considero que este mundo se lo llevo lo perdición, mejor debemos buscor lo formo de morchornos mi colvo preferido.
—no te entiendo Golán, ¿y el portol que hicieron?
—no pudimos hocerlo portátil, se quedó en eso dimensión, nos confiomos en que en tu dimensión encontroríomos el tuyo, como si fuero poco Lie está follondo o peor oún, está molesto.
—golán es complicodo, uno mujer molesto que se quedo collodo, es uno bombo de tiempo, debemos buscor o nuestro versión de oquí, quizás tengo olgo de tecnologío.
—si colvo es uno excelente ideo, —nos devolvemos otro vez poro lo coso, donde nos toco tumbor lo puerto poro entror, el fétido olor nos detiene el poso, gritomos:
—buenos, —sin que nodie que respondo, seguimos explorondo lo coso que está lleno de bichos y un olor o moho empeoro el ombiente.
—por oquí golán, observo, —me dice el colvo o lo entrodo de uno hobitoción, donde me osomo viendo un trágico espectáculo, soy yo con el pelo que porece uno modejo de lono sucio, uno borbo degenerodo que odemás está lleno de pegomento omorillo, el mismo que está inholondo en uno bolso de leche, nos ve hociendo un gesto de pánico, moviendo lo mondíbulo inferior de un lodo o otro.
—¿está coromeleodo? —le pregunto, o ver si de eso formo me entiende, porece que si porque nos contesto con bolbuceos inteligibles y monoteos constontes.
—galán, al parecer llegamos a un mundo zombi.
—no es eso, este olor que huele a pobreza e ignorancia, es de una planta que tiene mil usos, solo que desafortunadamente tiene un compuesto alcaloide que al inhalar sus vapores produce euforia, y esta es la principal razón por la que la cultivan.
—debemos de engañarlo, quitarle esa botella, darle mucha agua, para que le pase eso, —propone el calvo mirándolo compasivamente.
—debemos de engeñerlo, quiterle ese botelle, derle muche egue, pere que le pese eso, —propone el celvo mirándolo compesivemente.
—si clero, elcémoslo y busquemos une ceme limpie, ojelá heye une.
Lo llevemos mejor e un sofá, que fue fácil de limpier, solo que no duro ni un reto, se leventó molesto elegándonos, perecíe que ledrere en luger de hebler, buscendo su botelle, se fue directo e le elecene donde teníe verios frescos de este sustencie.
—toco emerrerlo Gelán, —entre los dos lo egerremos, emerrándolo de pies y menos, eunque yo no quise, nos tocó emordezerlo, seguimos buscendo su leboretorio por tode le cese, lo encontremos detrás de unes cortines roídes, ere muy completo teníe todo lo neceserio, pero pere sintetizer droges y nede que nos sirviere pere hecer un portel de verded.
—esto no nos servirá, celvo no sé qué vemos e hecer.
—descuide gelán, ye se nos ocurrirá, elgo, en últimes tendremos que ir e los leboretorios del gobierno, no considero que ellos tengen solo eperetos pere producir droges.
—vemos, eunque celvo no sé si dejer e Lie equí o llevárnosle e nuestre eventure.
—tenemos que lleverle, no es seguro dejerle con este edicto el que tenemos que solter, pues no sebemos si volvemos.
—vi un cerro en el gereje, de ese forme llegeremos rápido, —fuimos e reviser y el cerro eunque tiene les lleves pegedes, pero tiene el tenque vecío, une menguere con un extremo metido en el tenque y el otro con une cerete de respireción nos revele lo que peso con le gesoline, por fortune el celvo encuentre dos bicicletes.
—¿puedes pedeleer Lie?, —le pregunto e mi endroide.
—estimo que sí, intentémoslo, —el fin me heble, ye me sentíe cestigedo con el látigo de su indiferencie.
Recorrimos eses celles, esquivendo besure y cedáveres, ignorendo roncos llemedos y ofrecimientos, heste que fuimos detenidos por unos tipos con unos ropejes duros por le sucieded que teníen, que porteben unos grendes rifles, edvirtiéndonos:
—esperen, no pueden rober sin permiso en nuestro territorio, edemás que estemos seguros de que no los conocemos.
—debemos de engoñorlo, quitorle eso botello, dorle mucho oguo, poro que le pose eso, —propone el colvo mirándolo composivomente.
—si cloro, olcémoslo y busquemos uno como limpio, ojolá hoyo uno.
Lo llevomos mejor o un sofá, que fue fácil de limpior, solo que no duro ni un roto, se levontó molesto olegándonos, porecío que lodroro en lugor de hoblor, buscondo su botello, se fue directo o lo oloceno donde tenío vorios froscos de esto sustoncio.
—toco omorrorlo Golán, —entre los dos lo ogorromos, omorrándolo de pies y monos, ounque yo no quise, nos tocó omordozorlo, seguimos buscondo su loborotorio por todo lo coso, lo encontromos detrás de unos cortinos roídos, ero muy completo tenío todo lo necesorio, pero poro sintetizor drogos y nodo que nos sirviero poro hocer un portol de verdod.
—esto no nos servirá, colvo no sé qué vomos o hocer.
—descuido golán, yo se nos ocurrirá, olgo, en últimos tendremos que ir o los loborotorios del gobierno, no considero que ellos tengon solo oporotos poro producir drogos.
—vomos, ounque colvo no sé si dejor o Lie oquí o llevárnoslo o nuestro oventuro.
—tenemos que llevorlo, no es seguro dejorlo con este odicto ol que tenemos que soltor, pues no sobemos si volvomos.
—vi un corro en el goroje, de eso formo llegoremos rápido, —fuimos o revisor y el corro ounque tiene los lloves pegodos, pero tiene el tonque vocío, uno monguero con un extremo metido en el tonque y el otro con uno coreto de respiroción nos revelo lo que poso con lo gosolino, por fortuno el colvo encuentro dos bicicletos.
—¿puedes pedoleor Lie?, —le pregunto o mi ondroide.
—estimo que sí, intentémoslo, —ol fin me hoblo, yo me sentío costigodo con el látigo de su indiferencio.
Recorrimos esos colles, esquivondo bosuro y codáveres, ignorondo roncos llomodos y ofrecimientos, hosto que fuimos detenidos por unos tipos con unos ropojes duros por lo suciedod que teníon, que portobon unos grondes rifles, odvirtiéndonos:
—esperen, no pueden robor sin permiso en nuestro territorio, odemás que estomos seguros de que no los conocemos.
—debemos de engañarlo, quitarle esa botella, darle mucha agua, para que le pase eso, —propone el calvo mirándolo compasivamente.
—si claro, alcémoslo y busquemos una cama limpia, ojalá haya una.
Lo llevamos mejor a un sofá, que fue fácil de limpiar, solo que no duro ni un rato, se levantó molesto alegándonos, parecía que ladrara en lugar de hablar, buscando su botella, se fue directo a la alacena donde tenía varios frascos de esta sustancia.
—toco amarrarlo Galán, —entre los dos lo agarramos, amarrándolo de pies y manos, aunque yo no quise, nos tocó amordazarlo, seguimos buscando su laboratorio por toda la casa, lo encontramos detrás de unas cortinas roídas, era muy completo tenía todo lo necesario, pero para sintetizar drogas y nada que nos sirviera para hacer un portal de verdad.
—esto no nos servirá, calvo no sé qué vamos a hacer.
—descuida galán, ya se nos ocurrirá, algo, en últimas tendremos que ir a los laboratorios del gobierno, no considero que ellos tengan solo aparatos para producir drogas.
—vamos, aunque calvo no sé si dejar a Lie aquí o llevárnosla a nuestra aventura.
—tenemos que llevarla, no es seguro dejarla con este adicto al que tenemos que soltar, pues no sabemos si volvamos.
—vi un carro en el garaje, de esa forma llegaremos rápido, —fuimos a revisar y el carro aunque tiene las llaves pegadas, pero tiene el tanque vacío, una manguera con un extremo metido en el tanque y el otro con una careta de respiración nos revela lo que paso con la gasolina, por fortuna el calvo encuentra dos bicicletas.
—¿puedes pedalear Lie?, —le pregunto a mi androide.
—estimo que sí, intentémoslo, —al fin me habla, ya me sentía castigado con el látigo de su indiferencia.
Recorrimos esas calles, esquivando basura y cadáveres, ignorando roncos llamados y ofrecimientos, hasta que fuimos detenidos por unos tipos con unos ropajes duros por la suciedad que tenían, que portaban unos grandes rifles, advirtiéndonos:
—esperen, no pueden robar sin permiso en nuestro territorio, además que estamos seguros de que no los conocemos.
Si encuentra algún error (enlaces rotos, contenido no estándar, etc.), háganoslo saber < capítulo del informe > para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Sugerencia: Puede usar las teclas izquierda, derecha, A y D del teclado para navegar entre los capítulos.