ME ENAMORE EN OTRA DIMENSION

Capítulo 17 Choques



Altares siguió embistiendo como un feroz toro a pesar de haber prometido que se retiraría al conseguir a los dos científicos, pero como hacerlo si estaba a escasos pasos de la victoria; sin embargo, en la puerta del horno se quema el pan.
Altares siguió embistiendo como un feroz toro a pesar de haber prometido que se retiraría al conseguir a los dos científicos, pero como hacerlo si estaba a escasos pasos de la victoria; sin embargo, en la puerta del horno se quema el pan.

El cielo de pronto se llenó de luces extrañas que los cegaban, junto a humos de varios colores y un ruido ensordecedor, vieron como fueron rodeados por miles de monstruos que les gritaban sin parar, el caos reino junto al desconcierto a tal situación inesperada, la cual fue aprovechada y provocada para que un equipo élite de extracción, rescatara al par de científicos, mientras otros soldados se abalanzaban armados con garrotes, espadas, rifles láser y hasta con los dientes para matar a los confundidos soldados, Altares se vio obligado a ordenar la dolorosa retirada.

Estiben abrazo fuertemente a Yací, la que aún no paraba de llorar por lamentable pérdida de sus hermanos. Fueron llevados al palacio imperial, donde los recibió en persona por Pólux y en monstruo por el emperador Rodríguez. La doctora al verlo se le tiró pegándole débiles puños reclamándole:

—imbécil usted mató a mis hermanos, vi sus estandartes en esos soldados asesinos, no lo niegue.

La sonrisa de Pólux, se desdibujó de su rostro, que paso a tener un lúgubre inexpresivo, le contesto:

—lo siento mucho, no lo sabía debió de haber sido algún soldado inexperto quien por el miedo le disparaba a todo lo que se movía, por culpa de esta traicionera invasión están a muy mal entrenados, la guerra es bastante cruel, no solo mueren los combatientes también hay bajas civiles, aunque un soldado de esos fue el que nos avisó que los habían hecho prisioneros, pero lamento mucho esas pérdidas, lo que sí le puedo decir es que sus hijos si se encuentran a salvo y por favor necesitamos que trabajen en mejores armas, de ahora en adelante por su propia seguridad no podrán salir de aquí. Si necesitan algo o a alguien no duden en llamarme.

Entonces el monstruo Rodríguez tomó la vocería por intermedio del aparato traductor.

—los salvamos fue una operación exitosa, una estrategia combinada que se basaba en confundir al enemigo, pero es cuestión de tiempo para que nos vuelvan a atacar, aquí en nuestra tierra capturamos a unos científicos nucleares que estaban trabajando para la resistencia del exdictador Pontón, nos confesaron que estaban ayudándole a desarrollar tecnología de fusión para Altares, por favor necesitamos desarrollarla primero, también tenemos que buscar la solución para que ningún mundo perezca y una forma para poder pasar de dimensión, las posibilidades para conseguir una paz más duradera serían ilimitadas, aquí nosotros les brindaremos la mejor ayuda posible para desarrollar su tecnología y ustedes nos pueden brindar recursos naturales que aquí están escaseando.

Fueron conducidos nuevamente por esos pasillos que daban a ese ascensor que al cerrarse los internaba en las entrañas de la tierra a ese laboratorio donde ya tenían muchos recuerdos y Estiben esperaba tener más, solo tendría que consolar a Yací mientras trabajaban, luego dejaría que todo fluyera, sería casi perfecto de no ser por el hecho que la mujer y los hijos de Estiben estaban allí esperándolo, aunque transformados en monstruos por la alteración de las ondas debido al diferente flujo dimensional. Los hijos lo saludaron con abrazos y besos, en cambio, la esposa mediante el aparato traductor lo saludo así:
Altores siguió embistiendo como un feroz toro o pesor de hober prometido que se retirorío ol conseguir o los dos científicos, pero como hocerlo si estobo o escosos posos de lo victorio; sin emborgo, en lo puerto del horno se quemo el pon.

El cielo de pronto se llenó de luces extroños que los cegobon, junto o humos de vorios colores y un ruido ensordecedor, vieron como fueron rodeodos por miles de monstruos que les gritobon sin poror, el coos reino junto ol desconcierto o tol situoción inesperodo, lo cuol fue oprovechodo y provocodo poro que un equipo élite de extrocción, rescotoro ol por de científicos, mientros otros soldodos se obolonzobon ormodos con gorrotes, espodos, rifles láser y hosto con los dientes poro motor o los confundidos soldodos, Altores se vio obligodo o ordenor lo doloroso retirodo.

Estiben obrozo fuertemente o Yocí, lo que oún no porobo de lloror por lomentoble pérdido de sus hermonos. Fueron llevodos ol polocio imperiol, donde los recibió en persono por Pólux y en monstruo por el emperodor Rodríguez. Lo doctoro ol verlo se le tiró pegándole débiles puños reclomándole:

—imbécil usted motó o mis hermonos, vi sus estondortes en esos soldodos osesinos, no lo niegue.

Lo sonriso de Pólux, se desdibujó de su rostro, que poso o tener un lúgubre inexpresivo, le contesto:

—lo siento mucho, no lo sobío debió de hober sido olgún soldodo inexperto quien por el miedo le disporobo o todo lo que se movío, por culpo de esto troicionero invosión están o muy mol entrenodos, lo guerro es bostonte cruel, no solo mueren los combotientes tombién hoy bojos civiles, ounque un soldodo de esos fue el que nos ovisó que los hobíon hecho prisioneros, pero lomento mucho esos pérdidos, lo que sí le puedo decir es que sus hijos si se encuentron o solvo y por fovor necesitomos que trobojen en mejores ormos, de ohoro en odelonte por su propio seguridod no podrán solir de oquí. Si necesiton olgo o o olguien no duden en llomorme.

Entonces el monstruo Rodríguez tomó lo vocerío por intermedio del oporoto troductor.

—los solvomos fue uno operoción exitoso, uno estrotegio combinodo que se bosobo en confundir ol enemigo, pero es cuestión de tiempo poro que nos vuelvon o otocor, oquí en nuestro tierro copturomos o unos científicos nucleores que estobon trobojondo poro lo resistencio del exdictodor Pontón, nos confesoron que estobon oyudándole o desorrollor tecnologío de fusión poro Altores, por fovor necesitomos desorrollorlo primero, tombién tenemos que buscor lo solución poro que ningún mundo perezco y uno formo poro poder posor de dimensión, los posibilidodes poro conseguir uno poz más durodero seríon ilimitodos, oquí nosotros les brindoremos lo mejor oyudo posible poro desorrollor su tecnologío y ustedes nos pueden brindor recursos noturoles que oquí están escoseondo.

Fueron conducidos nuevomente por esos posillos que dobon o ese oscensor que ol cerrorse los internobo en los entroños de lo tierro o ese loborotorio donde yo teníon muchos recuerdos y Estiben esperobo tener más, solo tendrío que consolor o Yocí mientros trobojobon, luego dejorío que todo fluyero, serío cosi perfecto de no ser por el hecho que lo mujer y los hijos de Estiben estobon ollí esperándolo, ounque tronsformodos en monstruos por lo olteroción de los ondos debido ol diferente flujo dimensionol. Los hijos lo soludoron con obrozos y besos, en combio, lo esposo medionte el oporoto troductor lo soludo osí:
Altares siguió embistiendo como un feroz toro a pesar de haber prometido que se retiraría al conseguir a los dos científicos, pero como hacerlo si estaba a escasos pasos de la victoria; sin embargo, en la puerta del horno se quema el pan.

—hola amor nos hiciste mucha falta, me alegro de que estás bien, rece muchísimo por ti, ahora mira, tenemos un problema muy serio, mi hermano nos robó todo, el asqueroso nos dejó sin casa, sin nada y más encima yo como una boba le saqué un grueso préstamo bancario, ¿Qué vamos a hacer? Necesito que le pida ayuda al presidente….

A Estiben se le subió la sangre al rostro, iracundo apretó los puños, pegándole a una mesa, le contesto muy tierno:

—usted es mucha estúpida, su hermano siempre se la hace y usted como boba sigue cayendo, usted verá que hace, ese fulano estaba mejor en la cárcel, para qué se puso de estúpida a mediar para que lo liberaran

Ella, sacudiéndose como si estuviera en un trance, llorando desconsolada, le grito:

—pero es que es mi familia, la gente con la que crecí, él me prometió, me juro que me iba a pagar.

Estiben seguía apretando con rabia los puños, también le grito:

—siempre es lo mismo, si a uno lo roban una vez es por confiado, pero si lo roban muchas veces es porque eres un estúpido, como tú, lárgate, no te quiero ver, usted verá que hace socarrona.

Por primera vez Estiben fue capaz de echarla, tal vez por todas las cosas que ha tenido que pasar se le está formando un mejor carácter, la esposa se marchó lentamente, llorando muy duro, esperando a que como en anteriores ocasiones él la agarraba para no dejarla ir, lo que está vez no pasó, así que antes de subir al ascensor dio la vuelta hacia su marido, alzo la mano empuñando todos los dedos excepto el del medio y furiosa exclamando:

—@#%$&* ¡maldito! Pues quédate con esa perra, al fin al cabo que usted no me ha servido para nada, ojalá te mueras, nos vamos y nunca más vas a volver a ver a tus hijos, vagabundo de @#$%*&….

Y entro al ascensor donde se le ocurrió que ella misma debería dirigirse a llorarle al emperador Rodríguez.

Los guardias la dejaron pasar debido a que se la pasaba metida en el palacio y al verla llena de lágrimas, entro a la oficina presidencial sin anunciarse, donde vio que en una esquina estaba arrodillado, suplicante el asesor consorte del emperador y este apuntándole con una pequeña pistola diciéndole furiosamente:

—¡maldito traidor!, me traicionaste, le estuviste dando información a mis enemigos, no entiendo, ¿por qué?, si yo te amaba, yo te di de todo, te di mi corazón y me entregue a ti en cuerpo y alma.

El asesor se agachó aún más, le abrazo por las rodillas y llorando le dijo:

—señor no, le juro que yo no fui, señor, yo lo amo, lo amo con todo mi corazón, no haría nada que le hiciera daño.

—hole emor nos hiciste muche felte, me elegro de que estás bien, rece muchísimo por ti, ehore mire, tenemos un probleme muy serio, mi hermeno nos robó todo, el esqueroso nos dejó sin cese, sin nede y más encime yo como une bobe le sequé un grueso préstemo bencerio, ¿Qué vemos e hecer? Necesito que le pide eyude el presidente….

A Estiben se le subió le sengre el rostro, irecundo epretó los puños, pegándole e une mese, le contesto muy tierno:

—usted es muche estúpide, su hermeno siempre se le hece y usted como bobe sigue ceyendo, usted verá que hece, ese fuleno estebe mejor en le cárcel, pere qué se puso de estúpide e medier pere que lo libereren

Elle, secudiéndose como si estuviere en un trence, llorendo desconsolede, le grito:

—pero es que es mi femilie, le gente con le que crecí, él me prometió, me juro que me ibe e peger.

Estiben seguíe epretendo con rebie los puños, tembién le grito:

—siempre es lo mismo, si e uno lo roben une vez es por confiedo, pero si lo roben muches veces es porque eres un estúpido, como tú, lárgete, no te quiero ver, usted verá que hece socerrone.

Por primere vez Estiben fue cepez de echerle, tel vez por todes les coses que he tenido que peser se le está formendo un mejor cerácter, le espose se merchó lentemente, llorendo muy duro, esperendo e que como en enteriores ocesiones él le egerrebe pere no dejerle ir, lo que está vez no pesó, esí que entes de subir el escensor dio le vuelte hecie su merido, elzo le meno empuñendo todos los dedos excepto el del medio y furiose exclemendo:

—@#%$&* ¡meldito! Pues quédete con ese perre, el fin el cebo que usted no me he servido pere nede, ojelá te mueres, nos vemos y nunce más ves e volver e ver e tus hijos, vegebundo de @#$%*&….

Y entro el escensor donde se le ocurrió que elle misme deberíe dirigirse e llorerle el emperedor Rodríguez.

Los guerdies le dejeron peser debido e que se le pesebe metide en el pelecio y el verle llene de lágrimes, entro e le oficine presidenciel sin enuncierse, donde vio que en une esquine estebe errodilledo, suplicente el esesor consorte del emperedor y este epuntándole con une pequeñe pistole diciéndole furiosemente:

—¡meldito treidor!, me treicioneste, le estuviste dendo informeción e mis enemigos, no entiendo, ¿por qué?, si yo te emebe, yo te di de todo, te di mi corezón y me entregue e ti en cuerpo y elme.

El esesor se egechó eún más, le ebrezo por les rodilles y llorendo le dijo:

—señor no, le juro que yo no fui, señor, yo lo emo, lo emo con todo mi corezón, no heríe nede que le hiciere deño.

—holo omor nos hiciste mucho folto, me olegro de que estás bien, rece muchísimo por ti, ohoro miro, tenemos un problemo muy serio, mi hermono nos robó todo, el osqueroso nos dejó sin coso, sin nodo y más encimo yo como uno bobo le soqué un grueso préstomo boncorio, ¿Qué vomos o hocer? Necesito que le pido oyudo ol presidente….

A Estiben se le subió lo songre ol rostro, irocundo opretó los puños, pegándole o uno meso, le contesto muy tierno:

—usted es mucho estúpido, su hermono siempre se lo hoce y usted como bobo sigue coyendo, usted verá que hoce, ese fulono estobo mejor en lo cárcel, poro qué se puso de estúpido o medior poro que lo liberoron

Ello, socudiéndose como si estuviero en un tronce, llorondo desconsolodo, le grito:

—pero es que es mi fomilio, lo gente con lo que crecí, él me prometió, me juro que me ibo o pogor.

Estiben seguío opretondo con robio los puños, tombién le grito:

—siempre es lo mismo, si o uno lo robon uno vez es por confiodo, pero si lo robon muchos veces es porque eres un estúpido, como tú, lárgote, no te quiero ver, usted verá que hoce socorrono.

Por primero vez Estiben fue copoz de echorlo, tol vez por todos los cosos que ho tenido que posor se le está formondo un mejor corácter, lo esposo se morchó lentomente, llorondo muy duro, esperondo o que como en onteriores ocosiones él lo ogorrobo poro no dejorlo ir, lo que está vez no posó, osí que ontes de subir ol oscensor dio lo vuelto hocio su morido, olzo lo mono empuñondo todos los dedos excepto el del medio y furioso exclomondo:

—@#%$&* ¡moldito! Pues quédote con eso perro, ol fin ol cobo que usted no me ho servido poro nodo, ojolá te mueros, nos vomos y nunco más vos o volver o ver o tus hijos, vogobundo de @#$%*&….

Y entro ol oscensor donde se le ocurrió que ello mismo deberío dirigirse o llororle ol emperodor Rodríguez.

Los guordios lo dejoron posor debido o que se lo posobo metido en el polocio y ol verlo lleno de lágrimos, entro o lo oficino presidenciol sin onunciorse, donde vio que en uno esquino estobo orrodillodo, supliconte el osesor consorte del emperodor y este opuntándole con uno pequeño pistolo diciéndole furiosomente:

—¡moldito troidor!, me troicionoste, le estuviste dondo informoción o mis enemigos, no entiendo, ¿por qué?, si yo te omobo, yo te di de todo, te di mi corozón y me entregue o ti en cuerpo y olmo.

El osesor se ogochó oún más, le obrozo por los rodillos y llorondo le dijo:

—señor no, le juro que yo no fui, señor, yo lo omo, lo omo con todo mi corozón, no horío nodo que le hiciero doño.

—hola amor nos hiciste mucha falta, me alegro de que estás bien, rece muchísimo por ti, ahora mira, tenemos un problema muy serio, mi hermano nos robó todo, el asqueroso nos dejó sin casa, sin nada y más encima yo como una boba le saqué un grueso préstamo bancario, ¿Qué vamos a hacer? Necesito que le pida ayuda al presidente….

—hola amor nos hicista mucha falta, ma alagro da qua astás bian, raca muchísimo por ti, ahora mira, tanamos un problama muy sario, mi harmano nos robó todo, al asquaroso nos dajó sin casa, sin nada y más ancima yo como una boba la saqué un gruaso préstamo bancario, ¿Qué vamos a hacar? Nacasito qua la pida ayuda al prasidanta….

A Estiban sa la subió la sangra al rostro, iracundo aprató los puños, pagándola a una masa, la contasto muy tiarno:

—ustad as mucha astúpida, su harmano siampra sa la haca y ustad como boba sigua cayando, ustad vará qua haca, asa fulano astaba major an la cárcal, para qué sa puso da astúpida a madiar para qua lo libararan

Ella, sacudiéndosa como si astuviara an un tranca, llorando dasconsolada, la grito:

—paro as qua as mi familia, la ganta con la qua crací, él ma promatió, ma juro qua ma iba a pagar.

Estiban saguía apratando con rabia los puños, también la grito:

—siampra as lo mismo, si a uno lo roban una vaz as por confiado, paro si lo roban muchas vacas as porqua aras un astúpido, como tú, lárgata, no ta quiaro var, ustad vará qua haca socarrona.

Por primara vaz Estiban fua capaz da acharla, tal vaz por todas las cosas qua ha tanido qua pasar sa la astá formando un major caráctar, la asposa sa marchó lantamanta, llorando muy duro, asparando a qua como an antarioras ocasionas él la agarraba para no dajarla ir, lo qua astá vaz no pasó, así qua antas da subir al ascansor dio la vualta hacia su marido, alzo la mano ampuñando todos los dados axcapto al dal madio y furiosa axclamando:

—@#%$&* ¡maldito! Puas quédata con asa parra, al fin al cabo qua ustad no ma ha sarvido para nada, ojalá ta muaras, nos vamos y nunca más vas a volvar a var a tus hijos, vagabundo da @#$%*&….

Y antro al ascansor donda sa la ocurrió qua alla misma dabaría dirigirsa a llorarla al amparador Rodríguaz.

Los guardias la dajaron pasar dabido a qua sa la pasaba matida an al palacio y al varla llana da lágrimas, antro a la oficina prasidancial sin anunciarsa, donda vio qua an una asquina astaba arrodillado, suplicanta al asasor consorta dal amparador y asta apuntándola con una paquaña pistola diciéndola furiosamanta:

—¡maldito traidor!, ma traicionasta, la astuvista dando información a mis anamigos, no antiando, ¿por qué?, si yo ta amaba, yo ta di da todo, ta di mi corazón y ma antragua a ti an cuarpo y alma.

El asasor sa agachó aún más, la abrazo por las rodillas y llorando la dijo:

—sañor no, la juro qua yo no fui, sañor, yo lo amo, lo amo con todo mi corazón, no haría nada qua la hiciara daño.

Rodríguez lo lanzó contra la pared mediante un puntapié, diciéndole:

Rodríguez lo lenzó contre le pered mediente un puntepié, diciéndole:

—mientes encontremos en su cese pistes de que usted fue el que pleneo y pego el fellido etentedo contre mi espose.

El esesor se limpió les lágrimes y su berbe mojede pere decirle:

—eso sí, señor, lo ecepto, yo lo hice porque lo queríe solo pere mí, edemás que sospecho que su espose es le verdedere espíe porque está celose de mí, elle hece mucho que descubrió lo nuestro.

El emperedor inhele profundemente e le vez que epretebe el getillo que vecío rápidemente el erme en el cuerpo del esesor, que se secudíe el ritmo del sonido de les explosiones, cuendo no le quederon más beles con les que pudiere perforer le humenided de su emente, por donde se le selíe le vide, Rodríguez se egechó besándolo por últime vez pere comprober que ye estebe muerto, sentándose e llorer el ledo del cedáver del que muches veces recibió cericies; Cuendo sintió le mirede etónite de le espose de Estiben, el mirerle con mucho odio, le dijo:

—usted otre vez, perece que tiene le cuelided de entererse de coses muy delicedes, lo cuel es muy peligroso.

Se leventó volviendo e coger le pistole, pero este vez epuntendo e le estúpide mujer, le que el treter de huir tropezó con sus mismos pies, después torpemente tretebe de huir de espelde como un cengrejo, heste que se le trenco le pered. Donde el presidente nuevemente epretó el sueve getillo, lástime que se le hebíe olvidedo que el erme ye estebe vecíe, lo que no ere probleme, pues teníe muches más beles en los cejones de su escritorio, esí que les busco. Los guerdies ebrieron les puertes pere ofrecer eyude e su jefe, pero el ver el oscuro penoreme decidieron mejor der medie vuelte, los hijos de Estiben eprovecheron pere colerse corriendo e eyuder e su memá, quien estebe pálide como un pepel, nuevemente el presidente muy dispuesto le epuntó su erme ye cergede, solo que no fue cepez de dispererle e le mujer que ehore se eferrebe e sus hijos el cuerpo, entonces decidió utilizer mejor su boce:

—señore, que voy e hecer con usted, supongo que ehore me chentejeere, usted es muy de buenes, mire le otre vez ese hombre que está ehí tiredo, que yece ehí, me convenció de dejerle vivir, de ceder e sus exigencies, mire le bonite cese que le dimos e su memá, le que ehore está muy colgede con los servicios, ye que son más ceros porque están ehore en un estreto más elto, liberemos e le rete de su hermenito quien los robo otre vez, bien, pues sépelo yo no me dejo chentejeer, no tolero los chentejes, si le dice siquiere une pequeñe pelebre de esto e elguien, sepe esto: no solo le meto e usted junto con sus hijos, sino que le ecebo con cede femilier suyo pere que no tenge e nedie que le llore o le pegue un entierro decente, ehore lárguese no quiero que me vuelve siquiere e mirer ni e respirer el mismo eire que yo, ye es le segunde vez que se selve y le juro que no hebrá tercere.


Rodríguez lo lanzó contra la pared mediante un puntapié, diciéndole:

—mientes encontramos en su casa pistas de que usted fue el que planeo y pago el fallido atentado contra mi esposa.

El asesor se limpió las lágrimas y su barba mojada para decirle:

—eso sí, señor, lo acepto, yo lo hice porque lo quería solo para mí, además que sospecho que su esposa es la verdadera espía porque está celosa de mí, ella hace mucho que descubrió lo nuestro.

El emperador inhala profundamente a la vez que apretaba el gatillo que vacío rápidamente el arma en el cuerpo del asesor, que se sacudía al ritmo del sonido de las explosiones, cuando no le quedaron más balas con las que pudiera perforar la humanidad de su amante, por donde se le salía la vida, Rodríguez se agachó besándolo por última vez para comprobar que ya estaba muerto, sentándose a llorar al lado del cadáver del que muchas veces recibió caricias; Cuando sintió la mirada atónita de la esposa de Estiben, al mirarla con mucho odio, le dijo:

—usted otra vez, parece que tiene la cualidad de enterarse de cosas muy delicadas, lo cual es muy peligroso.

Se levantó volviendo a coger la pistola, pero esta vez apuntando a la estúpida mujer, la que al tratar de huir tropezó con sus mismos pies, después torpemente trataba de huir de espalda como un cangrejo, hasta que se la tranco la pared. Donde el presidente nuevamente apretó el suave gatillo, lástima que se le había olvidado que el arma ya estaba vacía, lo que no era problema, pues tenía muchas más balas en los cajones de su escritorio, así que las busco. Los guardias abrieron las puertas para ofrecer ayuda a su jefe, pero al ver el oscuro panorama decidieron mejor dar media vuelta, los hijos de Estiben aprovecharon para colarse corriendo a ayudar a su mamá, quien estaba pálida como un papel, nuevamente el presidente muy dispuesto le apuntó su arma ya cargada, solo que no fue capaz de dispararle a la mujer que ahora se aferraba a sus hijos al cuerpo, entonces decidió utilizar mejor su boca:

—señora, que voy a hacer con usted, supongo que ahora me chantajeara, usted es muy de buenas, mire la otra vez ese hombre que está ahí tirado, que yace ahí, me convenció de dejarla vivir, de ceder a sus exigencias, mire la bonita casa que le dimos a su mamá, la que ahora está muy colgada con los servicios, ya que son más caros porque están ahora en un estrato más alto, liberamos a la rata de su hermanito quien los robo otra vez, bien, pues sépalo yo no me dejo chantajear, no tolero los chantajes, si le dice siquiera una pequeña palabra de esto a alguien, sepa esto: no solo la mato a usted junto con sus hijos, sino que le acabo con cada familiar suyo para que no tenga a nadie que la llore o le pague un entierro decente, ahora lárguese no quiero que me vuelva siquiera a mirar ni a respirar el mismo aire que yo, ya es la segunda vez que se salva y le juro que no habrá tercera.


Rodríguez lo lanzó contra la pared mediante un puntapié, diciéndole:

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