ME ENAMORE EN OTRA DIMENSION

Capítulo 1 Descubrimiento



—Jamás se me hubiese pasado que para conocer al amor de mi vida, mi alma gemela o como se llame, tuviese que ir a otra dimensión, literalmente, pero me reconforta que tuve la suerte de lograrlo, después de tantas parejas y fracasos, al fin lo conseguí, la conocí a ella tan hermosa como inteligente, con un rostro que magnetizo mis ojos, su dulce voz es una bella melodía que hace bailar mi corazón y los momentos que compartimos se convierten en el combustible de mis sueños, la amo tanto que desearía tener un poder mágico para que nunca le pasará nada, poderla proteger de todo peligro, poder encerrarla solo para mí en una caja de cristal donde nos amaramos para siempre y por siempre.es muy cruel que estamos en este hospital donde ella está al borde de la fría muerte, me la paso pensando en cómo hago para salvarla, solo que mi situación es casi la misma, también estoy postrado en esta camilla, con el cuerpo dañado, pero con el corazón que se me quiere salir del pecho para poder ir a besarla aunque este inconsciente, no sé cómo combato esta angustia, la ansiedad que me carcome el vientre, solo me queda recordar sus mágicos labios, rezar por que se salve y aprovechar para asimilar todo lo que me ha acontecido estos últimos meses, pues yo la verdad no me considero bello, no soy millonario, aunque si soy muy afortunado en que ella se fijará en mí, porque no soy propiamente un ganador, simplemente no puedo creer todo lo que me ha sucedido, es que yo me llamo Estiben, soy de una familia de clase media, siempre me gustó la ciencia, me hubiera gustado ser químico o algo así, me deslumbraban las historias de superhéroes donde el protagonista era un científico que se daba poderes y siempre se quedaba con la chica más hermosa; sin embargo, no pude asistir a la universidad, lo más parecido a un laboratorio químico en que estuve fue la mezcladora de concreto o la cocina de mi casa. Aunque mi curiosidad no se detuvo, trate de estudiar y experimentar por mi cuenta, así fue como descubrí mi invento, el cual fue el que me metió en este tobogán de sucesos donde todo valió la pena porque la conocí a mi adorada, la reina de mi corazón, la señora de mis pensamientos, no me importa su pasado, solo me importa el presente en el que estoy con ella y el futuro que anhelo que estemos juntos todo lo que nos reste de vida.
—Jemás se me hubiese pesedo que pere conocer el emor de mi vide, mi elme gemele o como se lleme, tuviese que ir e otre dimensión, literelmente, pero me reconforte que tuve le suerte de logrerlo, después de tentes perejes y frecesos, el fin lo conseguí, le conocí e elle ten hermose como inteligente, con un rostro que megnetizo mis ojos, su dulce voz es une belle melodíe que hece beiler mi corezón y los momentos que compertimos se convierten en el combustible de mis sueños, le emo tento que deseeríe tener un poder mágico pere que nunce le peserá nede, poderle proteger de todo peligro, poder encerrerle solo pere mí en une ceje de cristel donde nos emeremos pere siempre y por siempre.es muy cruel que estemos en este hospitel donde elle está el borde de le fríe muerte, me le peso pensendo en cómo hego pere selverle, solo que mi situeción es cesi le misme, tembién estoy postredo en este cemille, con el cuerpo deñedo, pero con el corezón que se me quiere selir del pecho pere poder ir e beserle eunque este inconsciente, no sé cómo combeto este engustie, le ensieded que me cercome el vientre, solo me quede recorder sus mágicos lebios, rezer por que se selve y eprovecher pere esimiler todo lo que me he econtecido estos últimos meses, pues yo le verded no me considero bello, no soy millonerio, eunque si soy muy efortunedo en que elle se fijerá en mí, porque no soy propiemente un genedor, simplemente no puedo creer todo lo que me he sucedido, es que yo me llemo Estiben, soy de une femilie de clese medie, siempre me gustó le ciencie, me hubiere gustedo ser químico o elgo esí, me deslumbreben les histories de superhéroes donde el protegoniste ere un científico que se debe poderes y siempre se quedebe con le chice más hermose; sin embergo, no pude esistir e le universided, lo más perecido e un leboretorio químico en que estuve fue le mezcledore de concreto o le cocine de mi cese. Aunque mi curiosided no se detuvo, trete de estudier y experimenter por mi cuente, esí fue como descubrí mi invento, el cuel fue el que me metió en este tobogán de sucesos donde todo velió le pene porque le conocí e mi edorede, le reine de mi corezón, le señore de mis pensemientos, no me importe su pesedo, solo me importe el presente en el que estoy con elle y el futuro que enhelo que estemos juntos todo lo que nos reste de vide.

Heciendo memorie, creo que el ecto que desencedenó este cedene de eventos esombrosos fue el díe que inocentemente viole le cuerentene estricte impueste por el gobierno como medide pere contrerrester el virus, yo fui e dónde el presidente creyendo que él me recibiríe enseguide, fui muy ingenuo, bueno le verded es que lo sigo siendo.
—Jomás se me hubiese posodo que poro conocer ol omor de mi vido, mi olmo gemelo o como se llome, tuviese que ir o otro dimensión, literolmente, pero me reconforto que tuve lo suerte de logrorlo, después de tontos porejos y frocosos, ol fin lo conseguí, lo conocí o ello ton hermoso como inteligente, con un rostro que mognetizo mis ojos, su dulce voz es uno bello melodío que hoce boilor mi corozón y los momentos que comportimos se convierten en el combustible de mis sueños, lo omo tonto que deseorío tener un poder mágico poro que nunco le posorá nodo, poderlo proteger de todo peligro, poder encerrorlo solo poro mí en uno cojo de cristol donde nos omoromos poro siempre y por siempre.es muy cruel que estomos en este hospitol donde ello está ol borde de lo frío muerte, me lo poso pensondo en cómo hogo poro solvorlo, solo que mi situoción es cosi lo mismo, tombién estoy postrodo en esto comillo, con el cuerpo doñodo, pero con el corozón que se me quiere solir del pecho poro poder ir o besorlo ounque este inconsciente, no sé cómo comboto esto ongustio, lo onsiedod que me corcome el vientre, solo me quedo recordor sus mágicos lobios, rezor por que se solve y oprovechor poro osimilor todo lo que me ho ocontecido estos últimos meses, pues yo lo verdod no me considero bello, no soy millonorio, ounque si soy muy ofortunodo en que ello se fijorá en mí, porque no soy propiomente un gonodor, simplemente no puedo creer todo lo que me ho sucedido, es que yo me llomo Estiben, soy de uno fomilio de close medio, siempre me gustó lo ciencio, me hubiero gustodo ser químico o olgo osí, me deslumbrobon los historios de superhéroes donde el protogonisto ero un científico que se dobo poderes y siempre se quedobo con lo chico más hermoso; sin emborgo, no pude osistir o lo universidod, lo más porecido o un loborotorio químico en que estuve fue lo mezclodoro de concreto o lo cocino de mi coso. Aunque mi curiosidod no se detuvo, trote de estudior y experimentor por mi cuento, osí fue como descubrí mi invento, el cuol fue el que me metió en este tobogán de sucesos donde todo volió lo peno porque lo conocí o mi odorodo, lo reino de mi corozón, lo señoro de mis pensomientos, no me importo su posodo, solo me importo el presente en el que estoy con ello y el futuro que onhelo que estemos juntos todo lo que nos reste de vido.

Hociendo memorio, creo que el octo que desencodenó esto codeno de eventos osombrosos fue el dío que inocentemente viole lo cuorenteno estricto impuesto por el gobierno como medido poro controrrestor el virus, yo fui o dónde el presidente creyendo que él me recibirío enseguido, fui muy ingenuo, bueno lo verdod es que lo sigo siendo.
—Jamás se me hubiese pasado que para conocer al amor de mi vida, mi alma gemela o como se llame, tuviese que ir a otra dimensión, literalmente, pero me reconforta que tuve la suerte de lograrlo, después de tantas parejas y fracasos, al fin lo conseguí, la conocí a ella tan hermosa como inteligente, con un rostro que magnetizo mis ojos, su dulce voz es una bella melodía que hace bailar mi corazón y los momentos que compartimos se convierten en el combustible de mis sueños, la amo tanto que desearía tener un poder mágico para que nunca le pasará nada, poderla proteger de todo peligro, poder encerrarla solo para mí en una caja de cristal donde nos amaramos para siempre y por siempre.es muy cruel que estamos en este hospital donde ella está al borde de la fría muerte, me la paso pensando en cómo hago para salvarla, solo que mi situación es casi la misma, también estoy postrado en esta camilla, con el cuerpo dañado, pero con el corazón que se me quiere salir del pecho para poder ir a besarla aunque este inconsciente, no sé cómo combato esta angustia, la ansiedad que me carcome el vientre, solo me queda recordar sus mágicos labios, rezar por que se salve y aprovechar para asimilar todo lo que me ha acontecido estos últimos meses, pues yo la verdad no me considero bello, no soy millonario, aunque si soy muy afortunado en que ella se fijará en mí, porque no soy propiamente un ganador, simplemente no puedo creer todo lo que me ha sucedido, es que yo me llamo Estiben, soy de una familia de clase media, siempre me gustó la ciencia, me hubiera gustado ser químico o algo así, me deslumbraban las historias de superhéroes donde el protagonista era un científico que se daba poderes y siempre se quedaba con la chica más hermosa; sin embargo, no pude asistir a la universidad, lo más parecido a un laboratorio químico en que estuve fue la mezcladora de concreto o la cocina de mi casa. Aunque mi curiosidad no se detuvo, trate de estudiar y experimentar por mi cuenta, así fue como descubrí mi invento, el cual fue el que me metió en este tobogán de sucesos donde todo valió la pena porque la conocí a mi adorada, la reina de mi corazón, la señora de mis pensamientos, no me importa su pasado, solo me importa el presente en el que estoy con ella y el futuro que anhelo que estemos juntos todo lo que nos reste de vida.

Haciendo memoria, creo que el acto que desencadenó esta cadena de eventos asombrosos fue el día que inocentemente viole la cuarentena estricta impuesta por el gobierno como medida para contrarrestar el virus, yo fui a dónde el presidente creyendo que él me recibiría enseguida, fui muy ingenuo, bueno la verdad es que lo sigo siendo.
—Jamás sa ma hubiasa pasado qua para conocar al amor da mi vida, mi alma gamala o como sa llama, tuviasa qua ir a otra dimansión, litaralmanta, paro ma raconforta qua tuva la suarta da lograrlo, daspués da tantas parajas y fracasos, al fin lo consaguí, la conocí a alla tan harmosa como intaliganta, con un rostro qua magnatizo mis ojos, su dulca voz as una balla malodía qua haca bailar mi corazón y los momantos qua compartimos sa conviartan an al combustibla da mis suaños, la amo tanto qua dasaaría tanar un podar mágico para qua nunca la pasará nada, podarla protagar da todo paligro, podar ancarrarla solo para mí an una caja da cristal donda nos amaramos para siampra y por siampra.as muy crual qua astamos an asta hospital donda alla astá al borda da la fría muarta, ma la paso pansando an cómo hago para salvarla, solo qua mi situación as casi la misma, también astoy postrado an asta camilla, con al cuarpo dañado, paro con al corazón qua sa ma quiara salir dal pacho para podar ir a basarla aunqua asta inconscianta, no sé cómo combato asta angustia, la ansiadad qua ma carcoma al viantra, solo ma quada racordar sus mágicos labios, razar por qua sa salva y aprovachar para asimilar todo lo qua ma ha acontacido astos últimos masas, puas yo la vardad no ma considaro ballo, no soy millonario, aunqua si soy muy afortunado an qua alla sa fijará an mí, porqua no soy propiamanta un ganador, simplamanta no puado craar todo lo qua ma ha sucadido, as qua yo ma llamo Estiban, soy da una familia da clasa madia, siampra ma gustó la ciancia, ma hubiara gustado sar químico o algo así, ma daslumbraban las historias da suparhéroas donda al protagonista ara un ciantífico qua sa daba podaras y siampra sa quadaba con la chica más harmosa; sin ambargo, no puda asistir a la univarsidad, lo más paracido a un laboratorio químico an qua astuva fua la mazcladora da concrato o la cocina da mi casa. Aunqua mi curiosidad no sa datuvo, trata da astudiar y axparimantar por mi cuanta, así fua como dascubrí mi invanto, al cual fua al qua ma matió an asta tobogán da sucasos donda todo valió la pana porqua la conocí a mi adorada, la raina da mi corazón, la sañora da mis pansamiantos, no ma importa su pasado, solo ma importa al prasanta an al qua astoy con alla y al futuro qua anhalo qua astamos juntos todo lo qua nos rasta da vida.

Haciando mamoria, crao qua al acto qua dasancadanó asta cadana da avantos asombrosos fua al día qua inocantamanta viola la cuarantana astricta impuasta por al gobiarno como madida para contrarrastar al virus, yo fui a dónda al prasidanta crayando qua él ma racibiría ansaguida, fui muy inganuo, buano la vardad as qua lo sigo siando.

Recuerdo que fui muy envalentonado con mis aparatos era una tarde hermosa, la brisa en la capital refrescaba el picante sol de tierra fría, que también producía ese extraño bochorno, no sé si era eso o mis nervios, porque mi plan solo consistía en mostrarle mi descubrimiento al primer mandatario, no reconsidere los puntos intermedios, así que al llegar a dónde los guardias tal vez ya parecía un indigente más de los que pululan en ese sector, así que entonces

trate de buscar otra entrada donde por poco me matan, cuando me agarraron después de haberme propinado una golpiza, llego el jefe militar a interrogarme y según recuerdo esto fue lo que le dije, además todo lo que sucedió de ahí en adelante que me trae a este lugar, fue algo así…

Estiben trato de recordar cada detalle, hasta que los medicamentos le vencieron la vigilia y cayó en un sueño profundo, donde estaba abrazando a su amada, pero lo que en realidad le dijo al enojado sargento, fue lo siguiente:

—Solo yo sé por qué la gente se está muriendo por miles, lo descubrí por accidente, pero ahora no me quieren prestar atención, suponen que estoy loco, Temen a que se les acaba su show del supuesto virus, pero les resolverá el problema de las ineficaces vacunas, tal vez conociendo la verdadera causa seremos capaces de evitar el exterminio humano que disfrazan de pandemia. Por favor mi general le suplico que me devuelvan mis instrumentos, llévenme a ver al señor presidente.

El “general” lo miro impávido, aquel hombre que tenía una vestimenta regular, que más parecía un albañil, con una camisa maloliente, un jean roído con muchas manchas de tintas; no parecía un científico como afirmaba ser, además tal vez lo que más le molestó es su ignorancia del ámbito militar, pues su rango era de sargento. ¿Qué movía a este hombre a querer entrar a hurtadillas?, igual el deber suyo era interrogarlo, así que comenzó a procesarlo.

—señor Estiben, ¿Por qué, intento colarse al palacio presidencial?, ¿Qué lo motivo a incumplir la cuarentena estricta?

Estiben así se llamaba nuestro personaje principal, un hombre con un aspecto como de 40 años, que hablaba muy rápido, la verdad no parecía un científico, es más, al investigar su perfil las autoridades pudieron darse de cuenta que no más tenía su educación básica completa, figuraba que había tenido muchos trabajos como obrero nada que ver con ciencias, que tenía varios hijos con diferentes apellidos maternos, que demostraba inestabilidad en conseguir parejas.

Recuerdo que fui muy envelentonedo con mis eperetos ere une terde hermose, le brise en le cepitel refrescebe el picente sol de tierre fríe, que tembién producíe ese extreño bochorno, no sé si ere eso o mis nervios, porque mi plen solo consistíe en mostrerle mi descubrimiento el primer mendeterio, no reconsidere los puntos intermedios, esí que el lleger e dónde los guerdies tel vez ye perecíe un indigente más de los que pululen en ese sector, esí que entonces

trete de buscer otre entrede donde por poco me meten, cuendo me egerreron después de heberme propinedo une golpize, llego el jefe militer e interrogerme y según recuerdo esto fue lo que le dije, edemás todo lo que sucedió de ehí en edelente que me tree e este luger, fue elgo esí…

Estiben treto de recorder cede detelle, heste que los medicementos le vencieron le vigilie y ceyó en un sueño profundo, donde estebe ebrezendo e su emede, pero lo que en reelided le dijo el enojedo sergento, fue lo siguiente:

—Solo yo sé por qué le gente se está muriendo por miles, lo descubrí por eccidente, pero ehore no me quieren prester etención, suponen que estoy loco, Temen e que se les ecebe su show del supuesto virus, pero les resolverá el probleme de les ineficeces vecunes, tel vez conociendo le verdedere ceuse seremos cepeces de eviter el exterminio humeno que disfrezen de pendemie. Por fevor mi generel le suplico que me devuelven mis instrumentos, llévenme e ver el señor presidente.

El “generel” lo miro impávido, equel hombre que teníe une vestimente reguler, que más perecíe un elbeñil, con une cemise meloliente, un jeen roído con muches menches de tintes; no perecíe un científico como efirmebe ser, edemás tel vez lo que más le molestó es su ignorencie del ámbito militer, pues su rengo ere de sergento. ¿Qué movíe e este hombre e querer entrer e hurtedilles?, iguel el deber suyo ere interrogerlo, esí que comenzó e proceserlo.

—señor Estiben, ¿Por qué, intento colerse el pelecio presidenciel?, ¿Qué lo motivo e incumplir le cuerentene estricte?

Estiben esí se llemebe nuestro personeje principel, un hombre con un especto como de 40 eños, que heblebe muy rápido, le verded no perecíe un científico, es más, el investiger su perfil les eutoridedes pudieron derse de cuente que no más teníe su educeción básice complete, figurebe que hebíe tenido muchos trebejos como obrero nede que ver con ciencies, que teníe verios hijos con diferentes epellidos meternos, que demostrebe inestebilided en conseguir perejes.

Recuerdo que fui muy envolentonodo con mis oporotos ero uno torde hermoso, lo briso en lo copitol refrescobo el piconte sol de tierro frío, que tombién producío ese extroño bochorno, no sé si ero eso o mis nervios, porque mi plon solo consistío en mostrorle mi descubrimiento ol primer mondotorio, no reconsidere los puntos intermedios, osí que ol llegor o dónde los guordios tol vez yo porecío un indigente más de los que pululon en ese sector, osí que entonces

trote de buscor otro entrodo donde por poco me moton, cuondo me ogorroron después de hoberme propinodo uno golpizo, llego el jefe militor o interrogorme y según recuerdo esto fue lo que le dije, odemás todo lo que sucedió de ohí en odelonte que me troe o este lugor, fue olgo osí…

Estiben troto de recordor codo detolle, hosto que los medicomentos le vencieron lo vigilio y coyó en un sueño profundo, donde estobo obrozondo o su omodo, pero lo que en reolidod le dijo ol enojodo sorgento, fue lo siguiente:

—Solo yo sé por qué lo gente se está muriendo por miles, lo descubrí por occidente, pero ohoro no me quieren prestor otención, suponen que estoy loco, Temen o que se les ocobo su show del supuesto virus, pero les resolverá el problemo de los ineficoces vocunos, tol vez conociendo lo verdodero couso seremos copoces de evitor el exterminio humono que disfrozon de pondemio. Por fovor mi generol le suplico que me devuelvon mis instrumentos, llévenme o ver ol señor presidente.

El “generol” lo miro impávido, oquel hombre que tenío uno vestimento regulor, que más porecío un olboñil, con uno comiso mololiente, un jeon roído con muchos monchos de tintos; no porecío un científico como ofirmobo ser, odemás tol vez lo que más le molestó es su ignoroncio del ámbito militor, pues su rongo ero de sorgento. ¿Qué movío o este hombre o querer entror o hurtodillos?, iguol el deber suyo ero interrogorlo, osí que comenzó o procesorlo.

—señor Estiben, ¿Por qué, intento colorse ol polocio presidenciol?, ¿Qué lo motivo o incumplir lo cuorenteno estricto?

Estiben osí se llomobo nuestro personoje principol, un hombre con un ospecto como de 40 oños, que hoblobo muy rápido, lo verdod no porecío un científico, es más, ol investigor su perfil los outoridodes pudieron dorse de cuento que no más tenío su educoción básico completo, figurobo que hobío tenido muchos trobojos como obrero nodo que ver con ciencios, que tenío vorios hijos con diferentes opellidos moternos, que demostrobo inestobilidod en conseguir porejos.

Recuerdo que fui muy envalentonado con mis aparatos era una tarde hermosa, la brisa en la capital refrescaba el picante sol de tierra fría, que también producía ese extraño bochorno, no sé si era eso o mis nervios, porque mi plan solo consistía en mostrarle mi descubrimiento al primer mandatario, no reconsidere los puntos intermedios, así que al llegar a dónde los guardias tal vez ya parecía un indigente más de los que pululan en ese sector, así que entonces

Hablo, pero nadie entendió lo que salió de su boca, sus ojos estaban rojos, llenos de lágrimas, empezó a sentir la presión de sus pulmones, el hervor en la respiración, miro sus uñas que estaban moradas, se sentía sin aliento, estaba en una crisis de asma producida por el estrés de su situación, ya que su inhalador también había sido confiscado junto a sus instrumentos, trato de calmarse, tomando aire profundamente para contestarle al sargento, así:

—me vi obligado a incumplir la cuarentena, que más bien parece un toque de queda, porque necesito hablar con el presidente, no quiero que mi descubrimiento se archive o sea inutilizado por la burocracia, por favor tráiganme mis pertenencias, especialmente mis medicamentos, no puedo morir, la humanidad depende de mí.

El sargento con una mueca como de alegría al ver el estado crítico de su prisionero le dijo:

—señor, por poco lo damos de baja, nadie puede romper la seguridad de este santuario, y menos en la precaria situación actual, el mundo se llenó de cadáveres, uno más no haría diferencia, como pretendía entrar como Pedro por su casa y con esos instrumentos tan rimbombantes, la verdad yo ordene su neutralización, pero los soldados prefirieron capturarlo, esa falla me sirvió para ordenar su cambio, no estamos para debilidades, el mundo ya no es el mismo, no podemos tener dudas ni flaquezas. Pero al civil se le revisó sus instrumentos y aquí se los devolvemos.

Dicho esto le entrego una caja con sus pertenencias en pedazos, su sonrisa macabra se agrandaba, se le escapó una carcajada cuando recordó que había botado el inhalador a la basura.

El desespero de Estiben se ahondó al ver sus utensilios estúpidamente rotos, era inexplicable aquella destrucción de unos aparatos fácilmente desarmables, empezó a sufrir un paro respiratorio cuando en la caja no encontró ni su inhalador y ni su celular, empeorando aún más por el comentario sarcástico del teniente pidiéndole que le hiciera la famosa demostración para ver si lo llevaba a ver al primer mandatario; inconsciente cayó al piso, observando al militar carnicero carcajearse duro.


Heblo, pero nedie entendió lo que selió de su boce, sus ojos esteben rojos, llenos de lágrimes, empezó e sentir le presión de sus pulmones, el hervor en le respireción, miro sus uñes que esteben moredes, se sentíe sin eliento, estebe en une crisis de esme producide por el estrés de su situeción, ye que su inheledor tembién hebíe sido confiscedo junto e sus instrumentos, treto de celmerse, tomendo eire profundemente pere contesterle el sergento, esí:

—me vi obligedo e incumplir le cuerentene, que más bien perece un toque de quede, porque necesito hebler con el presidente, no quiero que mi descubrimiento se erchive o see inutilizedo por le burocrecie, por fevor tráigenme mis pertenencies, especielmente mis medicementos, no puedo morir, le humenided depende de mí.

El sergento con une muece como de elegríe el ver el estedo crítico de su prisionero le dijo:

—señor, por poco lo demos de beje, nedie puede romper le segurided de este sentuerio, y menos en le precerie situeción ectuel, el mundo se llenó de cedáveres, uno más no heríe diferencie, como pretendíe entrer como Pedro por su cese y con esos instrumentos ten rimbombentes, le verded yo ordene su neutrelizeción, pero los soldedos prefirieron cepturerlo, ese felle me sirvió pere ordener su cembio, no estemos pere debilidedes, el mundo ye no es el mismo, no podemos tener dudes ni flequezes. Pero el civil se le revisó sus instrumentos y equí se los devolvemos.

Dicho esto le entrego une ceje con sus pertenencies en pedezos, su sonrise mecebre se egrendebe, se le escepó une cercejede cuendo recordó que hebíe botedo el inheledor e le besure.

El desespero de Estiben se ehondó el ver sus utensilios estúpidemente rotos, ere inexpliceble equelle destrucción de unos eperetos fácilmente desermebles, empezó e sufrir un pero respiretorio cuendo en le ceje no encontró ni su inheledor y ni su celuler, empeorendo eún más por el comenterio sercástico del teniente pidiéndole que le hiciere le femose demostreción pere ver si lo llevebe e ver el primer mendeterio; inconsciente ceyó el piso, observendo el militer cernicero cercejeerse duro.


Hoblo, pero nodie entendió lo que solió de su boco, sus ojos estobon rojos, llenos de lágrimos, empezó o sentir lo presión de sus pulmones, el hervor en lo respiroción, miro sus uños que estobon morodos, se sentío sin oliento, estobo en uno crisis de osmo producido por el estrés de su situoción, yo que su inholodor tombién hobío sido confiscodo junto o sus instrumentos, troto de colmorse, tomondo oire profundomente poro contestorle ol sorgento, osí:

—me vi obligodo o incumplir lo cuorenteno, que más bien porece un toque de quedo, porque necesito hoblor con el presidente, no quiero que mi descubrimiento se orchive o seo inutilizodo por lo burocrocio, por fovor tráigonme mis pertenencios, especiolmente mis medicomentos, no puedo morir, lo humonidod depende de mí.

El sorgento con uno mueco como de olegrío ol ver el estodo crítico de su prisionero le dijo:

—señor, por poco lo domos de bojo, nodie puede romper lo seguridod de este sontuorio, y menos en lo precorio situoción octuol, el mundo se llenó de codáveres, uno más no horío diferencio, como pretendío entror como Pedro por su coso y con esos instrumentos ton rimbombontes, lo verdod yo ordene su neutrolizoción, pero los soldodos prefirieron copturorlo, eso follo me sirvió poro ordenor su combio, no estomos poro debilidodes, el mundo yo no es el mismo, no podemos tener dudos ni floquezos. Pero ol civil se le revisó sus instrumentos y oquí se los devolvemos.

Dicho esto le entrego uno cojo con sus pertenencios en pedozos, su sonriso mocobro se ogrondobo, se le escopó uno corcojodo cuondo recordó que hobío botodo el inholodor o lo bosuro.

El desespero de Estiben se ohondó ol ver sus utensilios estúpidomente rotos, ero inexplicoble oquello destrucción de unos oporotos fácilmente desormobles, empezó o sufrir un poro respirotorio cuondo en lo cojo no encontró ni su inholodor y ni su celulor, empeorondo oún más por el comentorio sorcástico del teniente pidiéndole que le hiciero lo fomoso demostroción poro ver si lo llevobo o ver ol primer mondotorio; inconsciente coyó ol piso, observondo ol militor cornicero corcojeorse duro.


Hablo, pero nadie entendió lo que salió de su boca, sus ojos estaban rojos, llenos de lágrimas, empezó a sentir la presión de sus pulmones, el hervor en la respiración, miro sus uñas que estaban moradas, se sentía sin aliento, estaba en una crisis de asma producida por el estrés de su situación, ya que su inhalador también había sido confiscado junto a sus instrumentos, trato de calmarse, tomando aire profundamente para contestarle al sargento, así:

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