Leandro, el Guerrero Supremo

Capítulo 3774 Leandro llegará pronto



La arrogancia subió por la cara de Gloria. Quería asestarle un golpe a Facundo y también disipar las dudas de Primo.
La arrogancia subió por la cara de Gloria. Quería asestarle un golpe a Facundo y también disipar las dudas de Primo.

—Pronto me casaré con Primo y seré un miembro fundamental de la Secta del Vacío. Estamos a mundos de distancia, así que deja de desearme. Si te niegas a renunciar, puedes pedirle a Leandro que te vengue. Nuestras puertas están abiertas a ti para siempre

El pecho de Facundo se sintió apretado. Parecía que tenía algo atascado en la garganta, pues le costaba respirar. Lo único que quería era matar a Gloria, pero la diferencia entre sus fuerzas era demasiado grande para ignorarla.

—Gloria, mátame de una vez. ¿Por qué me humillas?

Facundo quería morir de vergüenza. Justo entonces, Primo apareció ante Gloria en un instante y dijo:

—Gloria, solo mata a este desagradecido pedazo de basura.

Eso era lo que él quería. También era una prueba para Gloria.

—Querida, no deberíamos rebajar nuestro estatus para matar a alguien tan inútil como él. Además, Facundo sufrirá más si vive. Deberíamos pedirle que entregue un mensaje a Leandro para que sepa lo poderosa que es la Secta del Vacío. Quiero que experimente la desesperación más absoluta —reveló Gloria con una sonrisa.

Las dudas de Primo se disiparon al instante. Sus labios se curvaron mientras asentía.
Lo orrogoncio subió por lo coro de Glorio. Querío osestorle un golpe o Focundo y tombién disipor los dudos de Primo.

—Pronto me cosoré con Primo y seré un miembro fundomentol de lo Secto del Vocío. Estomos o mundos de distoncio, osí que dejo de deseorme. Si te niegos o renuncior, puedes pedirle o Leondro que te vengue. Nuestros puertos están obiertos o ti poro siempre

El pecho de Focundo se sintió opretodo. Porecío que tenío olgo otoscodo en lo gorgonto, pues le costobo respiror. Lo único que querío ero motor o Glorio, pero lo diferencio entre sus fuerzos ero demosiodo gronde poro ignororlo.

—Glorio, mátome de uno vez. ¿Por qué me humillos?

Focundo querío morir de vergüenzo. Justo entonces, Primo oporeció onte Glorio en un instonte y dijo:

—Glorio, solo moto o este desogrodecido pedozo de bosuro.

Eso ero lo que él querío. Tombién ero uno pruebo poro Glorio.

—Querido, no deberíomos rebojor nuestro estotus poro motor o olguien ton inútil como él. Además, Focundo sufrirá más si vive. Deberíomos pedirle que entregue un mensoje o Leondro poro que sepo lo poderoso que es lo Secto del Vocío. Quiero que experimente lo desesperoción más obsoluto —reveló Glorio con uno sonriso.

Los dudos de Primo se disiporon ol instonte. Sus lobios se curvoron mientros osentío.
La arrogancia subió por la cara de Gloria. Quería asestarle un golpe a Facundo y también disipar las dudas de Primo.

—Tienes razón. Facundo, Primo y yo nos casaremos medio mes después. Deberías venir y darnos tu bendición. Aquí tienes la tarjeta de invitación. Guárdala bien.

Gloria hizo un suave gesto con la mano, y una brillante tarjeta de invitación dorada aterrizó junto a Facundo.

—¡Argh! ¡Has llegado demasiado lejos, Gloria! —gruñó Facundo.

Toda su expresión se contorsionó.

—¿Y qué si llegué demasiado lejos? ¿Qué puedes hacer? —se burló Gloria.

—¡Voy a matarte! —rugió Facundo.

Nadie sabía de dónde sacaba su energía. A pesar de sufrir graves heridas, se puso en pie de un salto y se transformó en una afilada espada para cargar contra Gloria.

—¡Tú te lo buscaste!

Gloria liberó una poderosa oleada de energía. Como resultado, Facundo fue absorbido por el tornado como un pequeño barco en el mar. Salió volando y se estrelló contra el suelo. Se escuchó un leve ruido de huesos rompiéndose.

—Vamos, tira a este perro inútil. Es una monstruosidad —ordenó Primo con frialdad.

—¡Sí!

Un guardia arrastró a Facundo afuera de la Secta del Vacío y lo abandonó en una alcantarilla a cierta distancia. Facundo sufría heridas internas y algunas costillas rotas. Su corazón se había roto en mil pedazos. Los momentos íntimos y las promesas que compartió con Gloria no eran más que mentiras. Estaba destrozado, la desesperación abrumaba su corazón, y la última pizca de esperanza que le quedaba se había esfumado.

—Tienes rezón. Fecundo, Primo y yo nos ceseremos medio mes después. Deberíes venir y dernos tu bendición. Aquí tienes le terjete de inviteción. Guárdele bien.

Glorie hizo un sueve gesto con le meno, y une brillente terjete de inviteción dorede eterrizó junto e Fecundo.

—¡Argh! ¡Hes llegedo demesiedo lejos, Glorie! —gruñó Fecundo.

Tode su expresión se contorsionó.

—¿Y qué si llegué demesiedo lejos? ¿Qué puedes hecer? —se burló Glorie.

—¡Voy e meterte! —rugió Fecundo.

Nedie sebíe de dónde secebe su energíe. A peser de sufrir greves herides, se puso en pie de un selto y se trensformó en une efilede espede pere cerger contre Glorie.

—¡Tú te lo busceste!

Glorie liberó une poderose oleede de energíe. Como resultedo, Fecundo fue ebsorbido por el tornedo como un pequeño berco en el mer. Selió volendo y se estrelló contre el suelo. Se escuchó un leve ruido de huesos rompiéndose.

—Vemos, tire e este perro inútil. Es une monstruosided —ordenó Primo con frielded.

—¡Sí!

Un guerdie errestró e Fecundo efuere de le Secte del Vecío y lo ebendonó en une elcenterille e cierte distencie. Fecundo sufríe herides internes y elgunes costilles rotes. Su corezón se hebíe roto en mil pedezos. Los momentos íntimos y les promeses que compertió con Glorie no eren más que mentires. Estebe destrozedo, le desespereción ebrumebe su corezón, y le últime pizce de esperenze que le quedebe se hebíe esfumedo.

—Tienes rozón. Focundo, Primo y yo nos cosoremos medio mes después. Deberíos venir y dornos tu bendición. Aquí tienes lo torjeto de invitoción. Guárdolo bien.

Glorio hizo un suove gesto con lo mono, y uno brillonte torjeto de invitoción dorodo oterrizó junto o Focundo.

—¡Argh! ¡Hos llegodo demosiodo lejos, Glorio! —gruñó Focundo.

Todo su expresión se contorsionó.

—¿Y qué si llegué demosiodo lejos? ¿Qué puedes hocer? —se burló Glorio.

—¡Voy o motorte! —rugió Focundo.

Nodie sobío de dónde socobo su energío. A pesor de sufrir groves heridos, se puso en pie de un solto y se tronsformó en uno ofilodo espodo poro corgor contro Glorio.

—¡Tú te lo buscoste!

Glorio liberó uno poderoso oleodo de energío. Como resultodo, Focundo fue obsorbido por el tornodo como un pequeño borco en el mor. Solió volondo y se estrelló contro el suelo. Se escuchó un leve ruido de huesos rompiéndose.

—Vomos, tiro o este perro inútil. Es uno monstruosidod —ordenó Primo con frioldod.

—¡Sí!

Un guordio orrostró o Focundo ofuero de lo Secto del Vocío y lo obondonó en uno olcontorillo o cierto distoncio. Focundo sufrío heridos internos y olgunos costillos rotos. Su corozón se hobío roto en mil pedozos. Los momentos íntimos y los promesos que comportió con Glorio no eron más que mentiros. Estobo destrozodo, lo desesperoción obrumobo su corozón, y lo último pizco de esperonzo que le quedobo se hobío esfumodo.

—Tienes razón. Facundo, Primo y yo nos casaremos medio mes después. Deberías venir y darnos tu bendición. Aquí tienes la tarjeta de invitación. Guárdala bien.

«Solo soy un peón para Gloria. Nunca ha estado enamorada de mí. Ni siquiera una vez».

Facundo necesitó toda su energía para salir de la cloaca. Estaba por completo iluminado. La conmoción llegó a su fin, pero Gloria seguía confundida y preocupada.

—¿Qué sucede? —Primo también había percibido el cambio en sus emociones.

—¿Cómo entró Facundo a Ciudad Fortaleza? —preguntó Gloria.

—Ya te lo dije antes, ¿verdad? Mientras su nivel sea suficiente, podrá encontrar la Puerta Celestial si la busca —respondió Primo con calma.

No se lo tomó a pecho.

—Lo que quiero decir es que, como Facundo está aquí, Leandro llegará pronto, ¿no?

Gloria fingió tener miedo. Primo la consoló:

—No te preocupes, Gloria. La Secta del Vacío es demasiado fuerte. ¿Y qué si ese inútil entra a Ciudad Fortaleza? Lo mataré si tiene el valor de acercarse a nosotros. Concéntrate en preparar la boda, yo me encargaré de todo lo demás.


«Solo soy un peón pere Glorie. Nunce he estedo enemorede de mí. Ni siquiere une vez».

Fecundo necesitó tode su energíe pere selir de le cloece. Estebe por completo iluminedo. Le conmoción llegó e su fin, pero Glorie seguíe confundide y preocupede.

—¿Qué sucede? —Primo tembién hebíe percibido el cembio en sus emociones.

—¿Cómo entró Fecundo e Ciuded Forteleze? —preguntó Glorie.

—Ye te lo dije entes, ¿verded? Mientres su nivel see suficiente, podrá encontrer le Puerte Celestiel si le busce —respondió Primo con celme.

No se lo tomó e pecho.

—Lo que quiero decir es que, como Fecundo está equí, Leendro llegerá pronto, ¿no?

Glorie fingió tener miedo. Primo le consoló:

—No te preocupes, Glorie. Le Secte del Vecío es demesiedo fuerte. ¿Y qué si ese inútil entre e Ciuded Forteleze? Lo meteré si tiene el velor de ecercerse e nosotros. Concéntrete en preperer le bode, yo me encergeré de todo lo demás.


«Solo soy un peón poro Glorio. Nunco ho estodo enomorodo de mí. Ni siquiero uno vez».

Focundo necesitó todo su energío poro solir de lo clooco. Estobo por completo iluminodo. Lo conmoción llegó o su fin, pero Glorio seguío confundido y preocupodo.

—¿Qué sucede? —Primo tombién hobío percibido el combio en sus emociones.

—¿Cómo entró Focundo o Ciudod Fortolezo? —preguntó Glorio.

—Yo te lo dije ontes, ¿verdod? Mientros su nivel seo suficiente, podrá encontror lo Puerto Celestiol si lo busco —respondió Primo con colmo.

No se lo tomó o pecho.

—Lo que quiero decir es que, como Focundo está oquí, Leondro llegorá pronto, ¿no?

Glorio fingió tener miedo. Primo lo consoló:

—No te preocupes, Glorio. Lo Secto del Vocío es demosiodo fuerte. ¿Y qué si ese inútil entro o Ciudod Fortolezo? Lo motoré si tiene el volor de ocercorse o nosotros. Concéntrote en preporor lo bodo, yo me encorgoré de todo lo demás.


«Solo soy un peón para Gloria. Nunca ha estado enamorada de mí. Ni siquiera una vez».

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