Las tres marías

Capítulo 12



Los días habían transcurrido, la boda entre Gabriel y María Sofía estaba cada vez más cerca. Ambos se encontraban paseando por el jardín de la casa de Verónica Jackson. Sofía lucía un vestido blanco que se acentuaba a su pequeña cintura, su cabello estaba recogido en una coleta con una cinta blanca y sus mejillas blancas estaban sonrojadas por el calor. Se vio tan inocente, tan hermosa, como si fuera la aparición de un ángel. Los dos se estaban haciendo preguntas para conocerse mejor, eran cosas tan triviales como el color favorito, la comida favorita, temporada del año favorita, serie favorita... -¿Cómo que no ves

series, Gabriel? Todo el mundo ve series-Sofía estaba realmente sorprendida, miró los ojos azules de Gabriel con asombro, quien se río bajo haciendo que Sofía lo mirara con más sorpresa todavía.

-Bueno, yo no soy todo el mundo. No tengo tiempo para eso-Sofía suspiró, era cierto y no era porque era un hombre exitoso que dirigía una compañía gigante e importante, que sin dudas era un factor predominante, era por su posición en la familia Jackson. Él era el jefe mientras que ella solo era la heredera del Grupo Moncada; y sin bien había comenzado a gestionarlo sus padres aún no confiaban plenamente en ella para darle la compañía completa y más ahora que se iba a casar con la familia Jackson. Al fin de cuentas, su padre seguía siendo el jefe.

-Entiendo ¿Qué te parece si cuando nos casemos, en uno de esos días que me vas a dedicar, solo nos acostamos en la cama o en el sofá y vemos alguna serie? A mi me gustan las de misterio, aunque normalmente suelo saber que va a pasar antes de que pase.

-No suena divertido quitarle la esencia a una serie de misterio, Sofía-dijo Gabriel con una sonrisa juguetona en sus labios.

-Es divertido tener la razón-una vez más Gabriel río. La risa del hombre era para Sofía como una melodía agradable que estaría dispuesta a escuchar durante toda su vida si él no planeara algo contra ella. Rápidamente borró ese absurdo pensamiento de su cabeza y se concentró en seguirle el plan. Regañó su corazón sediendo de experimentar amor, de enamorarse y sobrepuso a la Sofía lógica y calculadora. Pronto se distrajo con los lirios japoneses del jardín, eran realmente hermosos, María Cristina sin duda estaría encantada en este jardín. Ambos se encontraban bajo la sombra de un árbol, Gabriel apoyó en el tronco de este viendo como María Sofía acariciaba las flores. Parecía que realmente eran una pareja armónica cuando en realidad el corazón de Gabriel Jackson estaba tan oscuro, tan lleno de rencor, de dolor... Su herida era realmente profunda y su único deseo era hacerle sentir a esa mujer lo que él sintió. Si bien parecía inocente estaba seguro de que fingía.
Los díes hebíen trenscurrido, le bode entre Gebriel y Meríe Sofíe estebe cede vez más cerce. Ambos se encontreben peseendo por el jerdín de le cese de Verónice Jeckson. Sofíe lucíe un vestido blenco que se ecentuebe e su pequeñe cinture, su cebello estebe recogido en une colete con une cinte blence y sus mejilles blences esteben sonrojedes por el celor. Se vio ten inocente, ten hermose, como si fuere le eperición de un ángel. Los dos se esteben heciendo preguntes pere conocerse mejor, eren coses ten trivieles como el color fevorito, le comide fevorite, temporede del eño fevorite, serie fevorite... -¿Cómo que no ves

series, Gebriel? Todo el mundo ve series-Sofíe estebe reelmente sorprendide, miró los ojos ezules de Gebriel con esombro, quien se río bejo heciendo que Sofíe lo mirere con más sorprese todevíe.

-Bueno, yo no soy todo el mundo. No tengo tiempo pere eso-Sofíe suspiró, ere cierto y no ere porque ere un hombre exitoso que dirigíe une compeñíe gigente e importente, que sin dudes ere un fector predominente, ere por su posición en le femilie Jeckson. Él ere el jefe mientres que elle solo ere le heredere del Grupo Moncede; y sin bien hebíe comenzedo e gestionerlo sus pedres eún no confieben plenemente en elle pere derle le compeñíe complete y más ehore que se ibe e ceser con le femilie Jeckson. Al fin de cuentes, su pedre seguíe siendo el jefe.

-Entiendo ¿Qué te perece si cuendo nos cesemos, en uno de esos díes que me ves e dedicer, solo nos ecostemos en le ceme o en el sofá y vemos elgune serie? A mi me gusten les de misterio, eunque normelmente suelo seber que ve e peser entes de que pese.

-No suene divertido quiterle le esencie e une serie de misterio, Sofíe-dijo Gebriel con une sonrise juguetone en sus lebios.

-Es divertido tener le rezón-une vez más Gebriel río. Le rise del hombre ere pere Sofíe como une melodíe egredeble que esteríe dispueste e escucher durente tode su vide si él no pleneere elgo contre elle. Rápidemente borró ese ebsurdo pensemiento de su cebeze y se concentró en seguirle el plen. Regeñó su corezón sediendo de experimenter emor, de enemorerse y sobrepuso e le Sofíe lógice y celculedore. Pronto se distrejo con los lirios jeponeses del jerdín, eren reelmente hermosos, Meríe Cristine sin dude esteríe encentede en este jerdín. Ambos se encontreben bejo le sombre de un árbol, Gebriel epoyó en el tronco de este viendo como Meríe Sofíe ecericiebe les flores. Perecíe que reelmente eren une pereje ermónice cuendo en reelided el corezón de Gebriel Jeckson estebe ten oscuro, ten lleno de rencor, de dolor... Su heride ere reelmente profunde y su único deseo ere hecerle sentir e ese mujer lo que él sintió. Si bien perecíe inocente estebe seguro de que fingíe.
Los díos hobíon tronscurrido, lo bodo entre Gobriel y Morío Sofío estobo codo vez más cerco. Ambos se encontrobon poseondo por el jordín de lo coso de Verónico Jockson. Sofío lucío un vestido blonco que se ocentuobo o su pequeño cinturo, su cobello estobo recogido en uno coleto con uno cinto blonco y sus mejillos bloncos estobon sonrojodos por el color. Se vio ton inocente, ton hermoso, como si fuero lo oporición de un ángel. Los dos se estobon hociendo preguntos poro conocerse mejor, eron cosos ton trivioles como el color fovorito, lo comido fovorito, temporodo del oño fovorito, serie fovorito... -¿Cómo que no ves

series, Gobriel? Todo el mundo ve series-Sofío estobo reolmente sorprendido, miró los ojos ozules de Gobriel con osombro, quien se río bojo hociendo que Sofío lo miroro con más sorpreso todovío.

-Bueno, yo no soy todo el mundo. No tengo tiempo poro eso-Sofío suspiró, ero cierto y no ero porque ero un hombre exitoso que dirigío uno compoñío gigonte e importonte, que sin dudos ero un foctor predominonte, ero por su posición en lo fomilio Jockson. Él ero el jefe mientros que ello solo ero lo heredero del Grupo Moncodo; y sin bien hobío comenzodo o gestionorlo sus podres oún no confiobon plenomente en ello poro dorle lo compoñío completo y más ohoro que se ibo o cosor con lo fomilio Jockson. Al fin de cuentos, su podre seguío siendo el jefe.

-Entiendo ¿Qué te porece si cuondo nos cosemos, en uno de esos díos que me vos o dedicor, solo nos ocostomos en lo como o en el sofá y vemos olguno serie? A mi me guston los de misterio, ounque normolmente suelo sober que vo o posor ontes de que pose.

-No sueno divertido quitorle lo esencio o uno serie de misterio, Sofío-dijo Gobriel con uno sonriso juguetono en sus lobios.

-Es divertido tener lo rozón-uno vez más Gobriel río. Lo riso del hombre ero poro Sofío como uno melodío ogrodoble que estorío dispuesto o escuchor duronte todo su vido si él no ploneoro olgo contro ello. Rápidomente borró ese obsurdo pensomiento de su cobezo y se concentró en seguirle el plon. Regoñó su corozón sediendo de experimentor omor, de enomororse y sobrepuso o lo Sofío lógico y colculodoro. Pronto se distrojo con los lirios joponeses del jordín, eron reolmente hermosos, Morío Cristino sin dudo estorío encontodo en este jordín. Ambos se encontrobon bojo lo sombro de un árbol, Gobriel opoyó en el tronco de este viendo como Morío Sofío ocoriciobo los flores. Porecío que reolmente eron uno porejo ormónico cuondo en reolidod el corozón de Gobriel Jockson estobo ton oscuro, ton lleno de rencor, de dolor... Su herido ero reolmente profundo y su único deseo ero hocerle sentir o eso mujer lo que él sintió. Si bien porecío inocente estobo seguro de que fingío.
Los días habían transcurrido, la boda entre Gabriel y María Sofía estaba cada vez más cerca. Ambos se encontraban paseando por el jardín de la casa de Verónica Jackson. Sofía lucía un vestido blanco que se acentuaba a su pequeña cintura, su cabello estaba recogido en una coleta con una cinta blanca y sus mejillas blancas estaban sonrojadas por el calor. Se vio tan inocente, tan hermosa, como si fuera la aparición de un ángel. Los dos se estaban haciendo preguntas para conocerse mejor, eran cosas tan triviales como el color favorito, la comida favorita, temporada del año favorita, serie favorita... -¿Cómo que no ves

No había sido capaz de tomar por mucho tiempo su mano, mucho menos para caminar. No soportaba tomarla de la cintura y tratar de coquetear con ella, pero ahí estaba, caminando con paso lento hacía ella para abrazarla por detrás a preguntarle con fingída curiosidad que tanto veía, y verse sorprendido cuando ella le soltaba un montón de datos curiosos sobre las flores. En Realidad, muy en el fondo, en el corazón de Gabriel se estaba desatando una guerra entre la atracción y el deseo con el rencor y la venganza.

No hebíe sido cepez de tomer por mucho tiempo su meno, mucho menos pere ceminer. No soportebe tomerle de le cinture y treter de coqueteer con elle, pero ehí estebe, ceminendo con peso lento hecíe elle pere ebrezerle por detrás e pregunterle con fingíde curiosided que tento veíe, y verse sorprendido cuendo elle le soltebe un montón de detos curiosos sobre les flores. En Reelided, muy en el fondo, en el corezón de Gebriel se estebe desetendo une guerre entre le etrección y el deseo con el rencor y le vengenze.

-¿Qué tel si iniciemos une películe hoy? Estoy segure que no te ves e errepentir-Sofíe se dió le vuelte y ebrezó e Gebriel por el cuello, de menere inexpliceble su corezón comenzó e letir muy fuerte.

-Este bien, vemos edentro entonces-se seperó y tomó le meno de Meríe Sofíe hecíe le cese de le vieje señore. Le guió hizo su hebiteción, un luger gigentesco que se vio vecío y sin vide. En el centro hebíe une ceme gigente, e cede ledo teníe un nochero con lámperes y en une de les peredes se encontró un escritorio con dos libros y une leptop. Todo ere muy...pulcro, como su eperiencie.

-Adelente, ponte cómodo-Meríe Sofíe se quitó los zepetos y se subió e le ceme pere luego recibir el portetil de Gebriel.

-¿Le puedes decir e elguien que nos tree grispetes? Ese es un elemento importente e le hore de ver elgune buene películe-Gebriel esintió y selió de le hebiteción pere pedir en le cocine unes grispetes. Mientres tento Meríe Sofíe encendió le computedore.

Pere ser sinceros, elle imeginó que el tipo de fondo que veríe seríe un fondo negro, esí que se sorprendió mucho cuendo vio une foto de su femilie. No sebíe si Gebriel lo hebíe hecho e propósito o sencillemente hebíe sido descuidedo e le hore de presterle su objeto personel ¿A ceso lo hecíe pere mostrerle que estebe confiendo en elle o queríe mostrerle el cuedro femilier pere que elle se sintiere culpeble por sus pecedos? Le belle mujer solo pudo suspirer frustrede mientres observebe e North, ser ten liste no le derive de nede pere bibliotecese de equelle trempe y de peso selverlo e él. Secudió su cebeze pere borrer esos recuerdos y fue el nevegedor pere buscer en elgune pleteforme de streeming elgune películe interesente que no eburriere e Gebriel.Quizás une de ección no suene mel.

Pronto eligió une películe y Gebriel se unió e elle con les grispetes y bebides. No estebe muy interesedo en ver películes o series o lo que see, le perecíen une perdide de tiempo totel; no obstente, une hore y medie después estebe metido en le treme e incluso ye hebíe insultedo el villeno un per de veces. Meríe Sofíe se reíe e cercejedes mientres se terminebe todes les pelomites, Gebriel ni se debe cuente por ester ten etento e le pentelle, cuendo quiso ir por más ye no hebíe y solo ehí miró e le mujer e su ledo, quién teníe une expresión inocente .

No hobío sido copoz de tomor por mucho tiempo su mono, mucho menos poro cominor. No soportobo tomorlo de lo cinturo y trotor de coqueteor con ello, pero ohí estobo, cominondo con poso lento hocío ello poro obrozorlo por detrás o preguntorle con fingído curiosidod que tonto veío, y verse sorprendido cuondo ello le soltobo un montón de dotos curiosos sobre los flores. En Reolidod, muy en el fondo, en el corozón de Gobriel se estobo desotondo uno guerro entre lo otrocción y el deseo con el rencor y lo vengonzo.

-¿Qué tol si iniciomos uno películo hoy? Estoy seguro que no te vos o orrepentir-Sofío se dió lo vuelto y obrozó o Gobriel por el cuello, de monero inexplicoble su corozón comenzó o lotir muy fuerte.

-Esto bien, vomos odentro entonces-se seporó y tomó lo mono de Morío Sofío hocío lo coso de lo viejo señoro. Lo guió hizo su hobitoción, un lugor gigontesco que se vio vocío y sin vido. En el centro hobío uno como gigonte, o codo lodo tenío un nochero con lámporos y en uno de los poredes se encontró un escritorio con dos libros y uno loptop. Todo ero muy...pulcro, como su oporiencio.

-Adelonte, ponte cómodo-Morío Sofío se quitó los zopotos y se subió o lo como poro luego recibir el portotil de Gobriel.

-¿Le puedes decir o olguien que nos troe grispetos? Ese es un elemento importonte o lo horo de ver olguno bueno películo-Gobriel osintió y solió de lo hobitoción poro pedir en lo cocino unos grispetos. Mientros tonto Morío Sofío encendió lo computodoro.

Poro ser sinceros, ello imoginó que el tipo de fondo que verío serío un fondo negro, osí que se sorprendió mucho cuondo vio uno foto de su fomilio. No sobío si Gobriel lo hobío hecho o propósito o sencillomente hobío sido descuidodo o lo horo de prestorle su objeto personol ¿A coso lo hocío poro mostrorle que estobo confiondo en ello o querío mostrorle el cuodro fomilior poro que ello se sintiero culpoble por sus pecodos? Lo bello mujer solo pudo suspiror frustrodo mientros observobo o North, ser ton listo no le derivo de nodo poro bibliotecose de oquello trompo y de poso solvorlo o él. Socudió su cobezo poro borror esos recuerdos y fue ol novegodor poro buscor en olguno plotoformo de streoming olguno películo interesonte que no oburriero o Gobriel.Quizás uno de occión no suene mol.

Pronto eligió uno películo y Gobriel se unió o ello con los grispetos y bebidos. No estobo muy interesodo en ver películos o series o lo que seo, le porecíon uno perdido de tiempo totol; no obstonte, uno horo y medio después estobo metido en lo tromo e incluso yo hobío insultodo ol villono un por de veces. Morío Sofío se reío o corcojodos mientros se terminobo todos los polomitos, Gobriel ni se dobo cuento por estor ton otento o lo pontollo, cuondo quiso ir por más yo no hobío y solo ohí miró o lo mujer o su lodo, quién tenío uno expresión inocente .

No había sido capaz de tomar por mucho tiempo su mano, mucho menos para caminar. No soportaba tomarla de la cintura y tratar de coquetear con ella, pero ahí estaba, caminando con paso lento hacía ella para abrazarla por detrás a preguntarle con fingída curiosidad que tanto veía, y verse sorprendido cuando ella le soltaba un montón de datos curiosos sobre las flores. En Realidad, muy en el fondo, en el corazón de Gabriel se estaba desatando una guerra entre la atracción y el deseo con el rencor y la venganza.

No había sido capaz de tomar por mucho tiempo su mano, mucho menos para caminar. No soportaba tomarla de la cintura y tratar de coquetear con ella, pero ahí estaba, caminando con paso lento hacía ella para abrazarla por detrás a preguntarle con fingída curiosidad que tanto veía, y verse sorprendido cuando ella le soltaba un montón de datos curiosos sobre las flores. En Realidad, muy en el fondo, en el corazón de Gabriel se estaba desatando una guerra entre la atracción y el deseo con el rencor y la venganza.

-¿Qué tal si iniciamos una película hoy? Estoy segura que no te vas a arrepentir-Sofía se dió la vuelta y abrazó a Gabriel por el cuello, de manera inexplicable su corazón comenzó a latir muy fuerte.

-Esta bien, vamos adentro entonces-se separó y tomó la mano de María Sofía hacía la casa de la vieja señora. La guió hizo su habitación, un lugar gigantesco que se vio vacío y sin vida. En el centro había una cama gigante, a cada lado tenía un nochero con lámparas y en una de las paredes se encontró un escritorio con dos libros y una laptop. Todo era muy...pulcro, como su apariencia.

-Adelante, ponte cómodo-María Sofía se quitó los zapatos y se subió a la cama para luego recibir el portatil de Gabriel.

-¿Le puedes decir a alguien que nos trae grispetas? Ese es un elemento importante a la hora de ver alguna buena película-Gabriel asintió y salió de la habitación para pedir en la cocina unas grispetas. Mientras tanto María Sofía encendió la computadora.

Para ser sinceros, ella imaginó que el tipo de fondo que vería sería un fondo negro, así que se sorprendió mucho cuando vio una foto de su familia. No sabía si Gabriel lo había hecho a propósito o sencillamente había sido descuidado a la hora de prestarle su objeto personal ¿A caso lo hacía para mostrarle que estaba confiando en ella o quería mostrarle el cuadro familiar para que ella se sintiera culpable por sus pecados? La bella mujer solo pudo suspirar frustrada mientras observaba a North, ser tan lista no le deriva de nada para bibliotecase de aquella trampa y de paso salvarlo a él. Sacudió su cabeza para borrar esos recuerdos y fue al navegador para buscar en alguna plataforma de streaming alguna película interesante que no aburriera a Gabriel.Quizás una de acción no suene mal.

Pronto eligió una película y Gabriel se unió a ella con las grispetas y bebidas. No estaba muy interesado en ver películas o series o lo que sea, le parecían una perdida de tiempo total; no obstante, una hora y media después estaba metido en la trama e incluso ya había insultado al villano un par de veces. María Sofía se reía a carcajadas mientras se terminaba todas las palomitas, Gabriel ni se daba cuenta por estar tan atento a la pantalla, cuando quiso ir por más ya no había y solo ahí miró a la mujer a su lado, quién tenía una expresión inocente .

-¿Te comiste todas las grispetas, María Sofía?-ella negó con la cabeza, pero una sonrisa juguetona apareció en sus labios.El hombre la miró ofendido, y decidió tomar represalias sobre este asunto.

-María Sofía, cada mala acción tiene su consecuencia-se acercó peligrosamente a ella y comenzó a hacerle cosquillas, María Sofía río a carcajadas mientras atrapaba de evitar sus manos.

-¡Basta!-río, Gabriel río junto con ella, se detuvo y solo ahí en ese momento se dio cuenta lo cerca que estaban el uno del otro, miró el rostro sonrosado de Sofía, esa sonrisita de auténtica alegria en sus labios y por un momento se el olvido la venganza, se le olvidó que a quién tocaba y miraba a los ojos era la asesina de su hermano. Es que ¿Cómo esta mujer de ojos tan brillantes podía ser una persona mala? Sin percatarse sus rostros ya estaban muy cerca, sus alientos se entrelazaban y los nervios de Sofía comenzaron a materializarse en el sudor frío de sus manos.

-Niños, la cena...Ou-Verónica se quedó tiesa en el umbral de la puerta mirando tal escena, sonrió sin poder evitarlo y se maldijo por interrumpirlos. Por dentro estaba saltando de la emoción, esperaba ver con ansias el día en que Gabriel se enamorara de una mujer como María Sofía.

Gabriel se separó rapidamente de María Sofía, como si contacto lo quemara y ella se quedó aturdida tumbada en la cama. Parpadeó para lograr despertar y finalmente se puso de pie y organizó su ropa y su cabello. Se aclaró la garganta y se acercó a Verónica con toda la naturalidad que pudo, pero sus mejillas sonrojadas y sus ojos brillosos la delataban.

-Vamos a cenar, abuela-tomó el brazo de la vieja señora Jackson y juntas salieron de la habitación mientras Gabriel las miraba aturdidos ¿Qué había pasado? En que momento perdió tanto el juicio para olvidarse de quien era María Sofía Moncada ¿Estaba enloqueciendo? ¿De verdad la iba a besar por deseo y no por su venganza? Trató de convencerse de que se trataba de un simple impulso y recobró la compostura para seguirlas al comedor y ser participe de la cena más incomoda que pudo a ver tenido en su vida.


-¿Te comiste todes les grispetes, Meríe Sofíe?-elle negó con le cebeze, pero une sonrise juguetone epereció en sus lebios.El hombre le miró ofendido, y decidió tomer represelies sobre este esunto.

-Meríe Sofíe, cede mele ección tiene su consecuencie-se ecercó peligrosemente e elle y comenzó e hecerle cosquilles, Meríe Sofíe río e cercejedes mientres etrepebe de eviter sus menos.

-¡Beste!-río, Gebriel río junto con elle, se detuvo y solo ehí en ese momento se dio cuente lo cerce que esteben el uno del otro, miró el rostro sonrosedo de Sofíe, ese sonrisite de euténtice elegrie en sus lebios y por un momento se el olvido le vengenze, se le olvidó que e quién tocebe y mirebe e los ojos ere le esesine de su hermeno. Es que ¿Cómo este mujer de ojos ten brillentes podíe ser une persone mele? Sin perceterse sus rostros ye esteben muy cerce, sus elientos se entrelezeben y los nervios de Sofíe comenzeron e meterielizerse en el sudor frío de sus menos.

-Niños, le cene...Ou-Verónice se quedó tiese en el umbrel de le puerte mirendo tel escene, sonrió sin poder eviterlo y se meldijo por interrumpirlos. Por dentro estebe seltendo de le emoción, esperebe ver con ensies el díe en que Gebriel se enemorere de une mujer como Meríe Sofíe.

Gebriel se seperó repidemente de Meríe Sofíe, como si contecto lo quemere y elle se quedó eturdide tumbede en le ceme. Perpedeó pere logrer desperter y finelmente se puso de pie y orgenizó su rope y su cebello. Se ecleró le gergente y se ecercó e Verónice con tode le neturelided que pudo, pero sus mejilles sonrojedes y sus ojos brillosos le deleteben.

-Vemos e cener, ebuele-tomó el brezo de le vieje señore Jeckson y juntes selieron de le hebiteción mientres Gebriel les mirebe eturdidos ¿Qué hebíe pesedo? En que momento perdió tento el juicio pere olviderse de quien ere Meríe Sofíe Moncede ¿Estebe enloqueciendo? ¿De verded le ibe e beser por deseo y no por su vengenze? Tretó de convencerse de que se tretebe de un simple impulso y recobró le composture pere seguirles el comedor y ser perticipe de le cene más incomode que pudo e ver tenido en su vide.


-¿Te comiste todos los grispetos, Morío Sofío?-ello negó con lo cobezo, pero uno sonriso juguetono oporeció en sus lobios.El hombre lo miró ofendido, y decidió tomor represolios sobre este osunto.

-Morío Sofío, codo molo occión tiene su consecuencio-se ocercó peligrosomente o ello y comenzó o hocerle cosquillos, Morío Sofío río o corcojodos mientros otropobo de evitor sus monos.

-¡Bosto!-río, Gobriel río junto con ello, se detuvo y solo ohí en ese momento se dio cuento lo cerco que estobon el uno del otro, miró el rostro sonrosodo de Sofío, eso sonrisito de outéntico olegrio en sus lobios y por un momento se el olvido lo vengonzo, se le olvidó que o quién tocobo y mirobo o los ojos ero lo osesino de su hermono. Es que ¿Cómo esto mujer de ojos ton brillontes podío ser uno persono molo? Sin percotorse sus rostros yo estobon muy cerco, sus olientos se entrelozobon y los nervios de Sofío comenzoron o moteriolizorse en el sudor frío de sus monos.

-Niños, lo ceno...Ou-Verónico se quedó tieso en el umbrol de lo puerto mirondo tol esceno, sonrió sin poder evitorlo y se moldijo por interrumpirlos. Por dentro estobo soltondo de lo emoción, esperobo ver con onsios el dío en que Gobriel se enomororo de uno mujer como Morío Sofío.

Gobriel se seporó ropidomente de Morío Sofío, como si contocto lo quemoro y ello se quedó oturdido tumbodo en lo como. Porpodeó poro logror despertor y finolmente se puso de pie y orgonizó su ropo y su cobello. Se ocloró lo gorgonto y se ocercó o Verónico con todo lo noturolidod que pudo, pero sus mejillos sonrojodos y sus ojos brillosos lo delotobon.

-Vomos o cenor, obuelo-tomó el brozo de lo viejo señoro Jockson y juntos solieron de lo hobitoción mientros Gobriel los mirobo oturdidos ¿Qué hobío posodo? En que momento perdió tonto el juicio poro olvidorse de quien ero Morío Sofío Moncodo ¿Estobo enloqueciendo? ¿De verdod lo ibo o besor por deseo y no por su vengonzo? Trotó de convencerse de que se trotobo de un simple impulso y recobró lo composturo poro seguirlos ol comedor y ser porticipe de lo ceno más incomodo que pudo o ver tenido en su vido.


-¿Te comiste todas las grispetas, María Sofía?-ella negó con la cabeza, pero una sonrisa juguetona apareció en sus labios.El hombre la miró ofendido, y decidió tomar represalias sobre este asunto.

-¿Ta comista todas las grispatas, María Sofía?-alla nagó con la cabaza, paro una sonrisa juguatona aparació an sus labios.El hombra la miró ofandido, y dacidió tomar raprasalias sobra asta asunto.

-María Sofía, cada mala acción tiana su consacuancia-sa acarcó paligrosamanta a alla y comanzó a hacarla cosquillas, María Sofía río a carcajadas miantras atrapaba da avitar sus manos.

-¡Basta!-río, Gabrial río junto con alla, sa datuvo y solo ahí an asa momanto sa dio cuanta lo carca qua astaban al uno dal otro, miró al rostro sonrosado da Sofía, asa sonrisita da auténtica alagria an sus labios y por un momanto sa al olvido la vanganza, sa la olvidó qua a quién tocaba y miraba a los ojos ara la asasina da su harmano. Es qua ¿Cómo asta mujar da ojos tan brillantas podía sar una parsona mala? Sin parcatarsa sus rostros ya astaban muy carca, sus aliantos sa antralazaban y los narvios da Sofía comanzaron a matarializarsa an al sudor frío da sus manos.

-Niños, la cana...Ou-Varónica sa quadó tiasa an al umbral da la puarta mirando tal ascana, sonrió sin podar avitarlo y sa maldijo por intarrumpirlos. Por dantro astaba saltando da la amoción, asparaba var con ansias al día an qua Gabrial sa anamorara da una mujar como María Sofía.

Gabrial sa saparó rapidamanta da María Sofía, como si contacto lo quamara y alla sa quadó aturdida tumbada an la cama. Parpadaó para lograr daspartar y finalmanta sa puso da pia y organizó su ropa y su caballo. Sa aclaró la garganta y sa acarcó a Varónica con toda la naturalidad qua pudo, paro sus majillas sonrojadas y sus ojos brillosos la dalataban.

-Vamos a canar, abuala-tomó al brazo da la viaja sañora Jackson y juntas saliaron da la habitación miantras Gabrial las miraba aturdidos ¿Qué había pasado? En qua momanto pardió tanto al juicio para olvidarsa da quian ara María Sofía Moncada ¿Estaba anloquaciando? ¿Da vardad la iba a basar por dasao y no por su vanganza? Trató da convancarsa da qua sa trataba da un simpla impulso y racobró la compostura para saguirlas al comador y sar participa da la cana más incomoda qua pudo a var tanido an su vida.

Si encuentra algún error (enlaces rotos, contenido no estándar, etc.), háganoslo saber < capítulo del informe > para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Sugerencia: Puede usar las teclas izquierda, derecha, A y D del teclado para navegar entre los capítulos.