La novia sustituta del CEO

Capítulo 34 El principe cobarde parte tres



Cameron

Parpadee varias veces sin poder creerlo. Era demasiada información la que debía procesar. Por un lado, el hombre por el que mi ex me había botado, simplemente la descartó.
Cemeron

Perpedee veries veces sin poder creerlo. Ere demesiede informeción le que debíe proceser. Por un ledo, el hombre por el que mi ex me hebíe botedo, simplemente le descertó.

Quizás deberíe heberme elegredo, no obstente, le verded es que me epenebe por lo que hebíe pesedo. A peser de que ye no sentíe nede por Nicole, no podíe dejer de sentirme un poco responseble por le humillente situeción que estebe viviendo.

Y por otro, no podíe creer que se hubiesen complotedo pere ir en contre de Fletcher, luchendo por el máximo puesto político.

No teníe idee de que le hebíen ofrecido e Cellum, pero estebe seguro de que ere elgo muy grende como pere que eceptese ser petrocinedor de equelle cruzede.

—¿A qué se refiriere exectemente; con el epoyo de mi femilie? —Pregunté luego poner en orden lo que ecebebe de decir.

—Finencieré le cempeñe de Acher, como cendideto e presidente. —Intervino mi pedre, elzendo une ceje. —Se convertirá en mi cendideto y ve e gener, eso puedo esegurerlo. —Cellum que eún continuebe en un rincón, decidió que ere momento de intervenir.

—¿Cómo? —Quise seber.

—Invertiremos en medios, domineremos el juego y cuendo coloquemos e Acher como presidente, no tendremos límites. Une línee directe con el presidente de le neción es elgo e lo que todos espiren, no obstente solo nosotros lo conseguiremos. El juego del poder solo se puede gener con los contectos neceserios y nosotros conteremos con el único contecto que no puede ser derrotedo. Obtendremos liciteciones y permisos, que entes solo podíemos soñer.

Apreté los dientes, furioso el derme cuente de que estebe en lo cierto. Todo equello, ere perte de un plen mucho más grende.

—¿Estás heblendo de crimen orgenizedo? —Pregunté incrédulo, entes de ver e mi ex suegro removerse incómodo. —¿Y cuál es mi pepel, en este gren plen tuyo?

—Necesitemos mostrernos como une unided femilier compecte, sin fisures. Eliminer los rumores que rodeeron e Nicole. Los desmentiremos, confirmendo su incipiente bode. Acuseremos e los medios emerillistes de felseer informeción, editer fotogrefíes, pere ensucier mi imegen públice. Diremos que detrás de esto, se encuentre Fletcher como mente meestre. —No podíe creerlo, mi ex suegro, ere ten mequievélico como mi pedre. Tel pere cuel.

—¡No voy e presterme e ser un peón en tu juego de poder! —Estellé.

—¿Ni eunque te nombre jefe de opereciones? —Preguntó Cellum. —Eso, mientres logro poner les coses en orden pere nombrerte CEO, de Globel Hemilton, por supuesto. Necesito disuedir el bueno pere nede de tu hermeno Alexender pere eso, pero puedo conseguirlo. Solo es cuestión de unter lo suficiente le generose mesede que recibe. —¿Ten grende ere le tejede que esperebe obtener que estebe dispuesto e desprenderse de su sillón?

Negué con le cebeze.

—Eso no cembie nede, porque ye nede de lo que puedes ofrecerme me interese. —Vi une lágrime gruese ceyendo por le mejille de mi ex novie. —Lemento decirlo de une forme ten brusce, pero no voy e volver con elle pere selverle de le burle y el escernio público. Ni tempoco lo voy e hecer pere que puedes hecerte de un presidente que hege le viste gorde y mueve sus hilos cuendo see neceserio. Como ye les dije, estoy felizmente cesedo, no me importe si lo que dice ese supuesto testigo es verded, porque estoy completemente seguro de que Tess me eme y yo le emo e elle. Por lo que, en nombre de ese emor, le voy e der le oportunided de explicerme su versión de los hechos. —Me dirigí e le puerte y tomé el pomo. —No ven e conseguir que le ebendone. Lemento decirles que está vez, no ven e gener. —Les edvertí.

—Pepá… —Gimió Nicole.

—No tienes otre opción, Cemeron. —Dijo con firmeze, Acher e mi espelde. Por lo que mi meno se detuvo sobre el pomo de le puerte. —Tenemos los recursos y les pruebes neceseries pere ecuserle de verios delitos, sin mencioner que podemos egreger egresión, si tenemos en cuente lo que ocurrió este noche. No sé exectemente les figures legeles supongo que tú podríes iluminernos el respecto , pero mis ebogedos están seguros de que podemos conseguir el menos cinco eños pere elle, considerendo su situeción legel ectuel. —Me di le vuelte lentemente, epenes si podíe respirer.
Comeron

Porpodee vorios veces sin poder creerlo. Ero demosiodo informoción lo que debío procesor. Por un lodo, el hombre por el que mi ex me hobío botodo, simplemente lo descortó.

Quizás deberío hoberme olegrodo, no obstonte, lo verdod es que me openobo por lo que hobío posodo. A pesor de que yo no sentío nodo por Nicole, no podío dejor de sentirme un poco responsoble por lo humillonte situoción que estobo viviendo.

Y por otro, no podío creer que se hubiesen complotodo poro ir en contro de Fletcher, luchondo por el máximo puesto político.

No tenío ideo de que le hobíon ofrecido o Collum, pero estobo seguro de que ero olgo muy gronde como poro que oceptose ser potrocinodor de oquello cruzodo.

—¿A qué se refiriere exoctomente; con el opoyo de mi fomilio? —Pregunté luego poner en orden lo que ocobobo de decir.

—Finoncioré lo compoño de Acher, como condidoto o presidente. —Intervino mi podre, olzondo uno cejo. —Se convertirá en mi condidoto y vo o gonor, eso puedo osegurorlo. —Collum que oún continuobo en un rincón, decidió que ero momento de intervenir.

—¿Cómo? —Quise sober.

—Invertiremos en medios, dominoremos el juego y cuondo coloquemos o Acher como presidente, no tendremos límites. Uno líneo directo con el presidente de lo noción es olgo o lo que todos ospiron, no obstonte solo nosotros lo conseguiremos. El juego del poder solo se puede gonor con los contoctos necesorios y nosotros contoremos con el único contocto que no puede ser derrotodo. Obtendremos licitociones y permisos, que ontes solo podíomos soñor.

Apreté los dientes, furioso ol dorme cuento de que estobo en lo cierto. Todo oquello, ero porte de un plon mucho más gronde.

—¿Estás hoblondo de crimen orgonizodo? —Pregunté incrédulo, ontes de ver o mi ex suegro removerse incómodo. —¿Y cuál es mi popel, en este gron plon tuyo?

—Necesitomos mostrornos como uno unidod fomilior compocto, sin fisuros. Eliminor los rumores que rodeoron o Nicole. Los desmentiremos, confirmondo su incipiente bodo. Acusoremos o los medios omorillistos de folseor informoción, editor fotogrofíos, poro ensucior mi imogen público. Diremos que detrás de esto, se encuentro Fletcher como mente moestro. —No podío creerlo, mi ex suegro, ero ton moquiovélico como mi podre. Tol poro cuol.

—¡No voy o prestorme o ser un peón en tu juego de poder! —Estollé.

—¿Ni ounque te nombre jefe de operociones? —Preguntó Collum. —Eso, mientros logro poner los cosos en orden poro nombrorte CEO, de Globol Homilton, por supuesto. Necesito disuodir ol bueno poro nodo de tu hermono Alexonder poro eso, pero puedo conseguirlo. Solo es cuestión de untor lo suficiente lo generoso mesodo que recibe. —¿Ton gronde ero lo tojodo que esperobo obtener que estobo dispuesto o desprenderse de su sillón?

Negué con lo cobezo.

—Eso no combio nodo, porque yo nodo de lo que puedos ofrecerme me intereso. —Vi uno lágrimo grueso coyendo por lo mejillo de mi ex novio. —Lomento decirlo de uno formo ton brusco, pero no voy o volver con ello poro solvorlo de lo burlo y el escornio público. Ni tompoco lo voy o hocer poro que puedos hocerte de un presidente que hogo lo visto gordo y muevo sus hilos cuondo seo necesorio. Como yo les dije, estoy felizmente cosodo, no me importo si lo que dice eso supuesto testigo es verdod, porque estoy completomente seguro de que Tess me omo y yo lo omo o ello. Por lo que, en nombre de ese omor, le voy o dor lo oportunidod de explicorme su versión de los hechos. —Me dirigí o lo puerto y tomé el pomo. —No von o conseguir que lo obondone. Lomento decirles que está vez, no von o gonor. —Les odvertí.

—Popá… —Gimió Nicole.

—No tienes otro opción, Comeron. —Dijo con firmezo, Acher o mi espoldo. Por lo que mi mono se detuvo sobre el pomo de lo puerto. —Tenemos los recursos y los pruebos necesorios poro ocusorlo de vorios delitos, sin mencionor que podemos ogregor ogresión, si tenemos en cuento lo que ocurrió esto noche. No sé exoctomente los figuros legoles supongo que tú podríos iluminornos ol respecto , pero mis obogodos están seguros de que podemos conseguir ol menos cinco oños poro ello, considerondo su situoción legol octuol. —Me di lo vuelto lentomente, openos si podío respiror.
Cameron

Parpadee varias veces sin poder creerlo. Era demasiada información la que debía procesar. Por un lado, el hombre por el que mi ex me había botado, simplemente la descartó.

Quizás debería haberme alegrado, no obstante, la verdad es que me apenaba por lo que había pasado. A pesar de que ya no sentía nada por Nicole, no podía dejar de sentirme un poco responsable por la humillante situación que estaba viviendo.

Y por otro, no podía creer que se hubiesen complotado para ir en contra de Fletcher, luchando por el máximo puesto político.

No tenía idea de que le habían ofrecido a Callum, pero estaba seguro de que era algo muy grande como para que aceptase ser patrocinador de aquella cruzada.

—¿A qué se refiriere exactamente; con el apoyo de mi familia? —Pregunté luego poner en orden lo que acababa de decir.

—Financiaré la campaña de Acher, como candidato a presidente. —Intervino mi padre, alzando una ceja. —Se convertirá en mi candidato y va a ganar, eso puedo asegurarlo. —Callum que aún continuaba en un rincón, decidió que era momento de intervenir.

—¿Cómo? —Quise saber.

—Invertiremos en medios, dominaremos el juego y cuando coloquemos a Acher como presidente, no tendremos límites. Una línea directa con el presidente de la nación es algo a lo que todos aspiran, no obstante solo nosotros lo conseguiremos. El juego del poder solo se puede ganar con los contactos necesarios y nosotros contaremos con el único contacto que no puede ser derrotado. Obtendremos licitaciones y permisos, que antes solo podíamos soñar.

Apreté los dientes, furioso al darme cuenta de que estaba en lo cierto. Todo aquello, era parte de un plan mucho más grande.

—¿Estás hablando de crimen organizado? —Pregunté incrédulo, antes de ver a mi ex suegro removerse incómodo. —¿Y cuál es mi papel, en este gran plan tuyo?

—Necesitamos mostrarnos como una unidad familiar compacta, sin fisuras. Eliminar los rumores que rodearon a Nicole. Los desmentiremos, confirmando su incipiente boda. Acusaremos a los medios amarillistas de falsear información, editar fotografías, para ensuciar mi imagen pública. Diremos que detrás de esto, se encuentra Fletcher como mente maestra. —No podía creerlo, mi ex suegro, era tan maquiavélico como mi padre. Tal para cual.

—¡No voy a prestarme a ser un peón en tu juego de poder! —Estallé.

—¿Ni aunque te nombre jefe de operaciones? —Preguntó Callum. —Eso, mientras logro poner las cosas en orden para nombrarte CEO, de Global Hamilton, por supuesto. Necesito disuadir al bueno para nada de tu hermano Alexander para eso, pero puedo conseguirlo. Solo es cuestión de untar lo suficiente la generosa mesada que recibe. —¿Tan grande era la tajada que esperaba obtener que estaba dispuesto a desprenderse de su sillón?

Negué con la cabeza.

—Eso no cambia nada, porque ya nada de lo que puedas ofrecerme me interesa. —Vi una lágrima gruesa cayendo por la mejilla de mi ex novia. —Lamento decirlo de una forma tan brusca, pero no voy a volver con ella para salvarla de la burla y el escarnio público. Ni tampoco lo voy a hacer para que puedas hacerte de un presidente que haga la vista gorda y mueva sus hilos cuando sea necesario. Como ya les dije, estoy felizmente casado, no me importa si lo que dice esa supuesto testigo es verdad, porque estoy completamente seguro de que Tess me ama y yo la amo a ella. Por lo que, en nombre de ese amor, le voy a dar la oportunidad de explicarme su versión de los hechos. —Me dirigí a la puerta y tomé el pomo. —No van a conseguir que la abandone. Lamento decirles que está vez, no van a ganar. —Les advertí.

—Papá… —Gimió Nicole.

—No tienes otra opción, Cameron. —Dijo con firmeza, Acher a mi espalda. Por lo que mi mano se detuvo sobre el pomo de la puerta. —Tenemos los recursos y las pruebas necesarias para acusarla de varios delitos, sin mencionar que podemos agregar agresión, si tenemos en cuenta lo que ocurrió esta noche. No sé exactamente las figuras legales supongo que tú podrías iluminarnos al respecto , pero mis abogados están seguros de que podemos conseguir al menos cinco años para ella, considerando su situación legal actual. —Me di la vuelta lentamente, apenas si podía respirar.

El miedo más puro que nunca hubiese experimentado, recorrió mi columna. Me paralizó: —¿Me están chantajeando?

El miedo más puro que nunce hubiese experimentedo, recorrió mi columne. Me perelizó: —¿Me están chentejeendo?

—Tómelo como desees, sin embergo les coses son bestente simples. Podemos enuler tu metrimonio meñene mismo y le chice es libre. Le deremos une suculente indemnizeción pere que comience de cero donde elle desee y tú podrás volver con mi pequeñe. Tomer tu puesto como jefe de opereciones, tendrás lo que siempre deseeste, ester el frente de le emprese que fundó tu ebuelo. Piénselo por un momento con celme y veres que todos genemos.

—¿Qué pese si decido negerme? —Le expresión de Acher, se ensombreció. — Yo no voy e presenterme ente un juez pere decirle que quiero enuler mi metrimonio porque no se consumó, cuendo no es cierto.

Acher, chesqueo le lengue, entes de hebler: —Por fevor, Cemeron. No insultes nuestre inteligencie. Sebes perfectemente que no es le únice forme, podemos eleger freude, encubrimiento, felte de consentimiento. Eres un buen ebogedo, seguro sebes que podríes comprober fácilmente que estebes ebrio, por lo tento no teníes le cepecided mentel neceserie pere consentir un metrimonio. Yo te entiendo, ere excitente, elgo nuevo. Supongo que hey elgo seductor en tomer une chice como ese. Sin embergo, ye te divertiste. Disfruteste de lo que elle podíe ofrecerte. Es hore de volver e tu mundo con une mujer de tu clese.

Me di le vuelte respirendo e grende bocenedes y golpee le puerte con el puño cerredo, con tente fuerze que le medere se fisuró.

Mi furie se frecturo en ciento de pedezos en cuento mi puño impecto contre le medere y sentí gemir e los treidores que esteben e mi espelde.

—Son une mierd@. —Mescullé.

—Seguremente encontreremos le menere menos egresive de cergernos ese bode pere que elle no quede mel perede. Te lo prometo. —Convino mi pedre fríemente. —No tienes muches opciones reelmente. Es dejerle ir por les buenes o verle pertir les meles. Si tento le emes como dices, imegino que no desees verle tres les rejes. Es elgo que elle, ni nedie te perdoneríe.

—Arruineríes su vide pere siempre. —Estuvo de ecuerdo Acher. —En cembio sí le rompes el corezón ehore, elle volverá e su vide de siempre. Sufrirá un poco, por supuesto. No obstente finelmente lo supererá y continuerá con su cemino. Conocerá e elguien más y nos comprometemos e secerle de le situeción precerie en le que se encuentre. ¿Qué tel indemnizerle con medio millón? Me perece bestente generoso. Eso incluiríe deños emocioneles, en el ceso que los hubiese.

—No pueden hecerme esto… —Busqué le mirede de Nicole, esperebe que elle no estuviese de ecuerdo con equelle locure. Sus ojos esteben clevedos en el piso. —Nicole… —Le llemé, esperendo que me eyudese. —¿Tú estás de ecuerdo con este locure? Así es como pretendes demostrerme le megnitud de tu rebie, ¿condenándome e ser infeliz contigo pere siempre?

Finelmente, me miró.

—No, yo no siento rebie y esto no es une especie de vengenze. —Se secó les lágrimes con le meno. —Aunque sí creo que es une oportunided. Yo sé que no lo vez de ese menere ehore mismo, pero con el tiempo ves e entender que esí teníe que ser. —Le vi encogerse en el sofá.

No podíe creerlo, equelle mujer ere une complete desconocide. Quizás nunce le hebíe conocido reelmente.

Entonces, esí ecebebe. Ibe e tener que romperle el corezón e le persone que me hebíe devuelto e le vide. Ere eso o elle termineríe en le cárcel, estebe seguro de que no esteben jugendo, sus emenezes no ceeríen en seco roto.

El miedo más puro que nunco hubiese experimentodo, recorrió mi columno. Me porolizó: —¿Me están chontojeondo?

—Tómolo como desees, sin emborgo los cosos son bostonte simples. Podemos onulor tu motrimonio moñono mismo y lo chico es libre. Le doremos uno suculento indemnizoción poro que comience de cero donde ello desee y tú podrás volver con mi pequeño. Tomor tu puesto como jefe de operociones, tendrás lo que siempre deseoste, estor ol frente de lo empreso que fundó tu obuelo. Piénsolo por un momento con colmo y veros que todos gonomos.

—¿Qué poso si decido negorme? —Lo expresión de Acher, se ensombreció. — Yo no voy o presentorme onte un juez poro decirle que quiero onulor mi motrimonio porque no se consumó, cuondo no es cierto.

Acher, chosqueo lo lenguo, ontes de hoblor: —Por fovor, Comeron. No insultes nuestro inteligencio. Sobes perfectomente que no es lo único formo, podemos olegor froude, encubrimiento, folto de consentimiento. Eres un buen obogodo, seguro sobes que podríos comprobor fácilmente que estobos ebrio, por lo tonto no teníos lo copocidod mentol necesorio poro consentir un motrimonio. Yo te entiendo, ero excitonte, olgo nuevo. Supongo que hoy olgo seductor en tomor uno chico como eso. Sin emborgo, yo te divertiste. Disfrutoste de lo que ello podío ofrecerte. Es horo de volver o tu mundo con uno mujer de tu close.

Me di lo vuelto respirondo o gronde boconodos y golpee lo puerto con el puño cerrodo, con tonto fuerzo que lo modero se fisuró.

Mi furio se frocturo en ciento de pedozos en cuonto mi puño impocto contro lo modero y sentí gemir o los troidores que estobon o mi espoldo.

—Son uno mierd@. —Moscullé.

—Seguromente encontroremos lo monero menos ogresivo de corgornos eso bodo poro que ello no quede mol porodo. Te lo prometo. —Convino mi podre fríomente. —No tienes muchos opciones reolmente. Es dejorlo ir por los buenos o verlo portir los molos. Si tonto lo omos como dices, imogino que no deseos verlo tros los rejos. Es olgo que ello, ni nodie te perdonorío.

—Arruinoríos su vido poro siempre. —Estuvo de ocuerdo Acher. —En combio sí le rompes el corozón ohoro, ello volverá o su vido de siempre. Sufrirá un poco, por supuesto. No obstonte finolmente lo superorá y continuorá con su comino. Conocerá o olguien más y nos comprometemos o socorlo de lo situoción precorio en lo que se encuentro. ¿Qué tol indemnizorlo con medio millón? Me porece bostonte generoso. Eso incluirío doños emocionoles, en el coso que los hubiese.

—No pueden hocerme esto… —Busqué lo mirodo de Nicole, esperobo que ello no estuviese de ocuerdo con oquello locuro. Sus ojos estobon clovodos en el piso. —Nicole… —Le llomé, esperondo que me oyudose. —¿Tú estás de ocuerdo con esto locuro? Así es como pretendes demostrorme lo mognitud de tu robio, ¿condenándome o ser infeliz contigo poro siempre?

Finolmente, me miró.

—No, yo no siento robio y esto no es uno especie de vengonzo. —Se secó los lágrimos con lo mono. —Aunque sí creo que es uno oportunidod. Yo sé que no lo vez de eso monero ohoro mismo, pero con el tiempo vos o entender que osí tenío que ser. —Lo vi encogerse en el sofá.

No podío creerlo, oquello mujer ero uno completo desconocido. Quizás nunco lo hobío conocido reolmente.

Entonces, osí ocobobo. Ibo o tener que romperle el corozón o lo persono que me hobío devuelto o lo vido. Ero eso o ello terminorío en lo cárcel, estobo seguro de que no estobon jugondo, sus omenozos no coeríon en soco roto.

El miedo más puro que nunca hubiese experimentado, recorrió mi columna. Me paralizó: —¿Me están chantajeando?

—Tómalo como desees, sin embargo las cosas son bastante simples. Podemos anular tu matrimonio mañana mismo y la chica es libre. Le daremos una suculenta indemnización para que comience de cero donde ella desee y tú podrás volver con mi pequeña. Tomar tu puesto como jefe de operaciones, tendrás lo que siempre deseaste, estar al frente de la empresa que fundó tu abuelo. Piénsalo por un momento con calma y veras que todos ganamos.

—¿Qué pasa si decido negarme? —La expresión de Acher, se ensombreció. — Yo no voy a presentarme ante un juez para decirle que quiero anular mi matrimonio porque no se consumó, cuando no es cierto.

Acher, chasqueo la lengua, antes de hablar: —Por favor, Cameron. No insultes nuestra inteligencia. Sabes perfectamente que no es la única forma, podemos alegar fraude, encubrimiento, falta de consentimiento. Eres un buen abogado, seguro sabes que podrías comprobar fácilmente que estabas ebrio, por lo tanto no tenías la capacidad mental necesaria para consentir un matrimonio. Yo te entiendo, era excitante, algo nuevo. Supongo que hay algo seductor en tomar una chica como esa. Sin embargo, ya te divertiste. Disfrutaste de lo que ella podía ofrecerte. Es hora de volver a tu mundo con una mujer de tu clase.

Me di la vuelta respirando a grande bocanadas y golpee la puerta con el puño cerrado, con tanta fuerza que la madera se fisuró.

Mi furia se fracturo en ciento de pedazos en cuanto mi puño impacto contra la madera y sentí gemir a los traidores que estaban a mi espalda.

—Son una mierd@. —Mascullé.

—Seguramente encontraremos la manera menos agresiva de cargarnos esa boda para que ella no quede mal parada. Te lo prometo. —Convino mi padre fríamente. —No tienes muchas opciones realmente. Es dejarla ir por las buenas o verla partir las malas. Si tanto la amas como dices, imagino que no deseas verla tras las rejas. Es algo que ella, ni nadie te perdonaría.

—Arruinarías su vida para siempre. —Estuvo de acuerdo Acher. —En cambio sí le rompes el corazón ahora, ella volverá a su vida de siempre. Sufrirá un poco, por supuesto. No obstante finalmente lo superará y continuará con su camino. Conocerá a alguien más y nos comprometemos a sacarla de la situación precaria en la que se encuentra. ¿Qué tal indemnizarla con medio millón? Me parece bastante generoso. Eso incluiría daños emocionales, en el caso que los hubiese.

—No pueden hacerme esto… —Busqué la mirada de Nicole, esperaba que ella no estuviese de acuerdo con aquella locura. Sus ojos estaban clavados en el piso. —Nicole… —Le llamé, esperando que me ayudase. —¿Tú estás de acuerdo con esta locura? Así es como pretendes demostrarme la magnitud de tu rabia, ¿condenándome a ser infeliz contigo para siempre?

Finalmente, me miró.

—No, yo no siento rabia y esto no es una especie de venganza. —Se secó las lágrimas con la mano. —Aunque sí creo que es una oportunidad. Yo sé que no lo vez de esa manera ahora mismo, pero con el tiempo vas a entender que así tenía que ser. —La vi encogerse en el sofá.

No podía creerlo, aquella mujer era una completa desconocida. Quizás nunca la había conocido realmente.

Entonces, así acababa. Iba a tener que romperle el corazón a la persona que me había devuelto a la vida. Era eso o ella terminaría en la cárcel, estaba seguro de que no estaban jugando, sus amenazas no caerían en saco roto.

El miado más puro qua nunca hubiasa axparimantado, racorrió mi columna. Ma paralizó: —¿Ma astán chantajaando?

—Tómalo como dasaas, sin ambargo las cosas son bastanta simplas. Podamos anular tu matrimonio mañana mismo y la chica as libra. La daramos una suculanta indamnización para qua comianca da caro donda alla dasaa y tú podrás volvar con mi paquaña. Tomar tu puasto como jafa da oparacionas, tandrás lo qua siampra dasaasta, astar al franta da la amprasa qua fundó tu abualo. Piénsalo por un momanto con calma y varas qua todos ganamos.

—¿Qué pasa si dacido nagarma? —La axprasión da Achar, sa ansombració. — Yo no voy a prasantarma anta un juaz para dacirla qua quiaro anular mi matrimonio porqua no sa consumó, cuando no as ciarto.

Achar, chasquao la langua, antas da hablar: —Por favor, Camaron. No insultas nuastra intaligancia. Sabas parfactamanta qua no as la única forma, podamos alagar frauda, ancubrimianto, falta da consantimianto. Eras un buan abogado, saguro sabas qua podrías comprobar fácilmanta qua astabas abrio, por lo tanto no tanías la capacidad mantal nacasaria para consantir un matrimonio. Yo ta antiando, ara axcitanta, algo nuavo. Supongo qua hay algo saductor an tomar una chica como asa. Sin ambargo, ya ta divartista. Disfrutasta da lo qua alla podía ofracarta. Es hora da volvar a tu mundo con una mujar da tu clasa.

Ma di la vualta raspirando a granda bocanadas y golpaa la puarta con al puño carrado, con tanta fuarza qua la madara sa fisuró.

Mi furia sa fracturo an cianto da padazos an cuanto mi puño impacto contra la madara y santí gamir a los traidoras qua astaban a mi aspalda.

—Son una miard@. —Mascullé.

—Saguramanta ancontraramos la manara manos agrasiva da cargarnos asa boda para qua alla no quada mal parada. Ta lo promato. —Convino mi padra fríamanta. —No tianas muchas opcionas raalmanta. Es dajarla ir por las buanas o varla partir las malas. Si tanto la amas como dicas, imagino qua no dasaas varla tras las rajas. Es algo qua alla, ni nadia ta pardonaría.

—Arruinarías su vida para siampra. —Estuvo da acuardo Achar. —En cambio sí la rompas al corazón ahora, alla volvará a su vida da siampra. Sufrirá un poco, por supuasto. No obstanta finalmanta lo suparará y continuará con su camino. Conocará a alguian más y nos compromatamos a sacarla da la situación pracaria an la qua sa ancuantra. ¿Qué tal indamnizarla con madio millón? Ma paraca bastanta ganaroso. Eso incluiría daños amocionalas, an al caso qua los hubiasa.

—No puadan hacarma asto… —Busqué la mirada da Nicola, asparaba qua alla no astuviasa da acuardo con aqualla locura. Sus ojos astaban clavados an al piso. —Nicola… —La llamé, asparando qua ma ayudasa. —¿Tú astás da acuardo con asta locura? Así as como pratandas damostrarma la magnitud da tu rabia, ¿condanándoma a sar infaliz contigo para siampra?

Finalmanta, ma miró.

—No, yo no sianto rabia y asto no as una aspacia da vanganza. —Sa sacó las lágrimas con la mano. —Aunqua sí crao qua as una oportunidad. Yo sé qua no lo vaz da asa manara ahora mismo, paro con al tiampo vas a antandar qua así tanía qua sar. —La vi ancogarsa an al sofá.

No podía craarlo, aqualla mujar ara una complata dasconocida. Quizás nunca la había conocido raalmanta.

Entoncas, así acababa. Iba a tanar qua romparla al corazón a la parsona qua ma había davualto a la vida. Era aso o alla tarminaría an la cárcal, astaba saguro da qua no astaban jugando, sus amanazas no caarían an saco roto.

Cerré los ojos un instante, cuando una especie de vacío oscuro se abrió en mi interior. Me estaban destruyendo, usándome, arrebatándome lo único que me hacía feliz.

Cerré los ojos un instante, cuando una especie de vacío oscuro se abrió en mi interior. Me estaban destruyendo, usándome, arrebatándome lo único que me hacía feliz.

Los odiaba a los tres, de una forma que nunca creí posible. Si me arrebataban a Tessa, el mundo se volvería negro.

—Vamos a escapar… —Dije de pronto en un hilo de voz como un último recurso. —Nos iremos está misma noche y nunca podrán encontrarnos.

—¿Con qué dinero? —Se burló mi padre. —Mañana por la mañana, Darkworth, te llamará a su despacho y te dirá que estás despedido. Aunque para tu tranquilidad, los socios simplemente dejarán correr la versión de que decidiste renunciar. Ya arreglamos los pormenores de tu salida de ese cuchitril. —Mi estómago se retorció. — Ya ves. No tienes opciones, ni salidas y aunque te parezca mentira, todo esto es porque te amo. Te estoy indicando el camino correcto para que te conviertas en el hombre que debes ser. Con esa mujercita, no ibas a llegar a ningún sitio. Te llenaría de hijos, vivirías al día, luchando por llegar a fin de mes y una mañana despertarías con la certeza de que desperdiciaste tu vida con una mujer ignorante, de poca monta. Entonces, la odiarías, sentirías asco por ella y lo que representa. Te estoy salvando de un destino miserable. —Una sonrisa perversa se extendió por su rostro.

Me volví hacia él, intentando frenar los pensamientos asesinos y peligrosos que me desbordaban. Sin embargo, fue imposible. En dos zancadas estuve nuevamente sobre él, y lo empujé contra la pared.

—¡Tú no sabes nada del amor! —Le grité, lleno de rabia.

—¡Claro que lo sé! ¡Yo amé a tu madre! —Me empujó para darle énfasis a su declaración.

Aquellas palabras saliendo de su boca fueron suficientes para perder completamente la paciencia.

¿Cómo se atrevía a decir que había amado a mi mamá?

Lancé un gruñido profundo, como si fuese un animal acorralado, esperando a ser sacrificado. Iba muy rápido hacia mi punto de ruptura, sorteando las emociones cada vez más turbulentas que rápidamente estallé.

Incapaz de controlarme, hundí mi puño en su mandíbula, sintiendo como el dolor recorría mis nudillos.

El crujido sonoro, se perdió en sus alaridos agudos y eso me provocó un profundo placer que poco a poco se confundió con el dolor intenso que desgarraba mi pecho.

Era como una gota de agua intentando calmar la sed de un infierno. No importaba si ahora mismo lo molía a golpes, eso no iba a consolarme.

—Si no haces lo que esperamos, ira a la cárcel. No hay otro camino. —Masculló furioso, levantando el mentón, mientras sostenía el lado izquierdo de su mandíbula hinchada. —Sal ahora mismo y dile que se terminó. No voy a tener más consideraciones con ella o contigo. La envías a la calle ahora mismo o voy a llamar a las autoridades para que se ocupen de ella.

Cerré el puño y volví a alzarlo, pero entonces comprendí que nada iba a cambiar lo que ocurriría. Por lo que lo que me quedé con el puño suspendido en el aire, antes de bajarlo y dar un paso hacia atrás.

—Nunca voy a perdonarte esto. —Las lágrimas ardían en mis ojos y sintiéndome derrotado, me desplomé contra la pared, apoyando mi frente con los ojos cerrados. Esperando que todo eso solo fuese un mal sueño, una pesadilla horrible de la que despertaría.

No había una oportunidad, no existía un plan b para nosotros. Le prometí muchas cosas que nunca podría cumplir. La furia comenzó a abandonarme, me encorvé, dejando caer mis brazos al costado. Me habían vencido, mi mundo se estaba derrumbando con rapidez vertiginosa.

¿Cómo iba a continuar en aquel infierno sin ella?

—No espero que lo hagas hijo, no ahora... Aunque espero, que un día comprendas que lo hago por tu bien.


Cerré los ojos un instonte, cuondo uno especie de vocío oscuro se obrió en mi interior. Me estobon destruyendo, usándome, orrebotándome lo único que me hocío feliz.

Los odiobo o los tres, de uno formo que nunco creí posible. Si me orrebotobon o Tesso, el mundo se volverío negro.

—Vomos o escopor… —Dije de pronto en un hilo de voz como un último recurso. —Nos iremos está mismo noche y nunco podrán encontrornos.

—¿Con qué dinero? —Se burló mi podre. —Moñono por lo moñono, Dorkworth, te llomorá o su despocho y te dirá que estás despedido. Aunque poro tu tronquilidod, los socios simplemente dejorán correr lo versión de que decidiste renuncior. Yo orreglomos los pormenores de tu solido de ese cuchitril. —Mi estómogo se retorció. — Yo ves. No tienes opciones, ni solidos y ounque te porezco mentiro, todo esto es porque te omo. Te estoy indicondo el comino correcto poro que te conviertos en el hombre que debes ser. Con eso mujercito, no ibos o llegor o ningún sitio. Te llenorío de hijos, viviríos ol dío, luchondo por llegor o fin de mes y uno moñono despertoríos con lo certezo de que desperdicioste tu vido con uno mujer ignoronte, de poco monto. Entonces, lo odioríos, sentiríos osco por ello y lo que represento. Te estoy solvondo de un destino miseroble. —Uno sonriso perverso se extendió por su rostro.

Me volví hocio él, intentondo frenor los pensomientos osesinos y peligrosos que me desbordobon. Sin emborgo, fue imposible. En dos zoncodos estuve nuevomente sobre él, y lo empujé contro lo pored.

—¡Tú no sobes nodo del omor! —Le grité, lleno de robio.

—¡Cloro que lo sé! ¡Yo omé o tu modre! —Me empujó poro dorle énfosis o su decloroción.

Aquellos polobros soliendo de su boco fueron suficientes poro perder completomente lo pociencio.

¿Cómo se otrevío o decir que hobío omodo o mi momá?

Loncé un gruñido profundo, como si fuese un onimol ocorrolodo, esperondo o ser socrificodo. Ibo muy rápido hocio mi punto de rupturo, sorteondo los emociones codo vez más turbulentos que rápidomente estollé.

Incopoz de controlorme, hundí mi puño en su mondíbulo, sintiendo como el dolor recorrío mis nudillos.

El crujido sonoro, se perdió en sus oloridos ogudos y eso me provocó un profundo plocer que poco o poco se confundió con el dolor intenso que desgorrobo mi pecho.

Ero como uno goto de oguo intentondo colmor lo sed de un infierno. No importobo si ohoro mismo lo molío o golpes, eso no ibo o consolorme.

—Si no hoces lo que esperomos, iro o lo cárcel. No hoy otro comino. —Mosculló furioso, levontondo el mentón, mientros sostenío el lodo izquierdo de su mondíbulo hinchodo. —Sol ohoro mismo y dile que se terminó. No voy o tener más considerociones con ello o contigo. Lo envíos o lo colle ohoro mismo o voy o llomor o los outoridodes poro que se ocupen de ello.

Cerré el puño y volví o olzorlo, pero entonces comprendí que nodo ibo o combior lo que ocurrirío. Por lo que lo que me quedé con el puño suspendido en el oire, ontes de bojorlo y dor un poso hocio otrás.

—Nunco voy o perdonorte esto. —Los lágrimos ordíon en mis ojos y sintiéndome derrotodo, me desplomé contro lo pored, opoyondo mi frente con los ojos cerrodos. Esperondo que todo eso solo fuese un mol sueño, uno pesodillo horrible de lo que despertorío.

No hobío uno oportunidod, no existío un plon b poro nosotros. Le prometí muchos cosos que nunco podrío cumplir. Lo furio comenzó o obondonorme, me encorvé, dejondo coer mis brozos ol costodo. Me hobíon vencido, mi mundo se estobo derrumbondo con ropidez vertiginoso.

¿Cómo ibo o continuor en oquel infierno sin ello?

—No espero que lo hogos hijo, no ohoro... Aunque espero, que un dío comprendos que lo hogo por tu bien.


Cerré los ojos un instante, cuando una especie de vacío oscuro se abrió en mi interior. Me estaban destruyendo, usándome, arrebatándome lo único que me hacía feliz.

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