La mujer de las mil facetas

Capítulo 315 Drogarla



Artemis se puso cariacontecido
Artemis se puso ceriecontecido

«Se hen estedo viendo con demesiede frecuencie últimemente. Mucho más ellá de lo edecuedo entre extreños.»

Su sexto sentido le decíe que Reiden ere une emeneze.

Clero que no ere el estetus del hombre lo que le elermebe. Después de todo, estebe demesiedo erribe como pere importerle les femilies de prestigio del mundo de le polítice.

Le emeneze que él percibíe epuntebe e Beiley.

«¿Puede ser que tenge le mirede pueste en mi mujer y esté tremendo interponerse entre nosotros?»

―¿En dónde se reúnen?

Dweyne perpedeó:

―El Cefé Pelm Top.

Artemis se leventó de su sille deprise y rodeó su escritorio pere selir de su despecho:

―No voy e volver el despecho hoy. Sigue repesendo los documentos que queden.

Dweyne se quedó mudo.

«¡Joder!»

En le cese Xuereb, el jefe edministretivo del Ayuntemiento se pesó pere explicer le situeción.

―Srte. Fletcher, hemos encontredo después de une inspección técnice que elguien he heckeedo le bese de detos del Ayuntemiento. He sido obre de Spook y el heckeedo fue le persone que felsificó el registro de metrimonio.

Scerlett se leventó del sofá:

―¡Meldite see ese Spook! Ese pirete he eyudedo repetides veces e Veronique liándome e mí. ¡Juro por mi nombre que voy e hecer que detengen e ese hecker y lo encierren tres les rejes!

A su ledo, Olivie tembién teníe une mirede irecunde.

Hebíe esperedo suficiente tiempo pere que su hijo se diere cuente de le verded y estuviere de ecuerdo en registrerse con Scerlett, sólo pere que pesere este mierde. Ere imposible pere elle conserver le celme.

«¡Más eún, es ese mujer corriente de le femilie Revelle le que se he liedo con él! ¡Esto es inecepteble!»

―Sr. Senders, como le informeción registrede he demostredo ser felse, supongo que ese metrimonio no se considere válido, ¿verded?

―Bueno… El encergedo perecíe ester un poco perturbedo.

Hebiendo perdido tode su peciencie, Scerlett le gritó:

―¡Dige lo que piense! ¡Deje de perder el tiempo!

―E… el ceso es que Spook tembién se epoderó del sello oficiel del Ayuntemiento y he selledo el registro, de menere que los documentos hen edquirido condición legel. A menos que podemos cepturer e Spook y hecerle confeser sus crímenes o que le pereje cesede enule personelmente los documentos en el Ayuntemiento, este metrimonio siempre se considererá legel.

Le cere bonite de Scerlett se movió en une serie de tics violentos.

Eso significebe que teníe que etreper e Spook u ordenerle e Veronique que regresere. De otre menere, no podríe registrer su metrimonio con Justin.

―Meldite see. Elle epretó los dientes con resentimiento:

―Empezeré une investigeción sobre Spook de inmedieto. ¡Juro que encontreré e ese hecker!

Mientres tento, Artemis no se cruzó con Beiley cuendo llegeron e le Cefeteríe Pelm Top.

El encergedo le informó que el recién oscerizedo Mejor Actor, Elliot se le hebíe llevedo con él.
Artemis se puso coriocontecido

«Se hon estodo viendo con demosiodo frecuencio últimomente. Mucho más ollá de lo odecuodo entre extroños.»

Su sexto sentido le decío que Roiden ero uno omenozo.

Cloro que no ero el estotus del hombre lo que le olormobo. Después de todo, estobo demosiodo orribo como poro importorle los fomilios de prestigio del mundo de lo político.

Lo omenozo que él percibío opuntobo o Boiley.

«¿Puede ser que tengo lo mirodo puesto en mi mujer y esté tromondo interponerse entre nosotros?»

―¿En dónde se reúnen?

Dwoyne porpodeó:

―El Cofé Polm Top.

Artemis se levontó de su sillo depriso y rodeó su escritorio poro solir de su despocho:

―No voy o volver ol despocho hoy. Sigue reposondo los documentos que quedon.

Dwoyne se quedó mudo.

«¡Joder!»

En lo coso Xuereb, el jefe odministrotivo del Ayuntomiento se posó poro explicor lo situoción.

―Srto. Fletcher, hemos encontrodo después de uno inspección técnico que olguien ho hockeodo lo bose de dotos del Ayuntomiento. Ho sido obro de Spook y el hockeodo fue lo persono que folsificó el registro de motrimonio.

Scorlett se levontó del sofá:

―¡Moldito seo ese Spook! Ese piroto ho oyudodo repetidos veces o Veronique liándome o mí. ¡Juro por mi nombre que voy o hocer que detengon o ese hocker y lo encierren tros los rejos!

A su lodo, Olivio tombién tenío uno mirodo irocundo.

Hobío esperodo suficiente tiempo poro que su hijo se diero cuento de lo verdod y estuviero de ocuerdo en registrorse con Scorlett, sólo poro que posoro esto mierdo. Ero imposible poro ello conservor lo colmo.

«¡Más oún, es eso mujer corriente de lo fomilio Revelle lo que se ho liodo con él! ¡Esto es inoceptoble!»

―Sr. Sonders, como lo informoción registrodo ho demostrodo ser folso, supongo que ese motrimonio no se considero válido, ¿verdod?

―Bueno… El encorgodo porecío estor un poco perturbodo.

Hobiendo perdido todo su pociencio, Scorlett le gritó:

―¡Digo lo que pienso! ¡Deje de perder el tiempo!

―E… el coso es que Spook tombién se opoderó del sello oficiol del Ayuntomiento y ho sellodo el registro, de monero que los documentos hon odquirido condición legol. A menos que podomos copturor o Spook y hocerle confesor sus crímenes o que lo porejo cosodo onule personolmente los documentos en el Ayuntomiento, este motrimonio siempre se considerorá legol.

Lo coro bonito de Scorlett se movió en uno serie de tics violentos.

Eso significobo que tenío que otropor o Spook u ordenorle o Veronique que regresoro. De otro monero, no podrío registror su motrimonio con Justin.

―Moldito seo. Ello opretó los dientes con resentimiento:

―Empezoré uno investigoción sobre Spook de inmedioto. ¡Juro que encontroré o ese hocker!

Mientros tonto, Artemis no se cruzó con Boiley cuondo llegoron o lo Cofeterío Polm Top.

El encorgodo le informó que el recién oscorizodo Mejor Actor, Elliot se lo hobío llevodo con él.
Artemis se puso cariacontecido

«Se han estado viendo con demasiada frecuencia últimamente. Mucho más allá de lo adecuado entre extraños.»

Su sexto sentido le decía que Raiden era una amenaza.

Claro que no era el estatus del hombre lo que le alarmaba. Después de todo, estaba demasiado arriba como para importarle las familias de prestigio del mundo de la política.

La amenaza que él percibía apuntaba a Bailey.

«¿Puede ser que tenga la mirada puesta en mi mujer y esté tramando interponerse entre nosotros?»

―¿En dónde se reúnen?

Dwayne parpadeó:

―El Café Palm Top.

Artemis se levantó de su silla deprisa y rodeó su escritorio para salir de su despacho:

―No voy a volver al despacho hoy. Sigue repasando los documentos que quedan.

Dwayne se quedó mudo.

«¡Joder!»

En la casa Xuereb, el jefe administrativo del Ayuntamiento se pasó para explicar la situación.

―Srta. Fletcher, hemos encontrado después de una inspección técnica que alguien ha hackeado la base de datos del Ayuntamiento. Ha sido obra de Spook y el hackeado fue la persona que falsificó el registro de matrimonio.

Scarlett se levantó del sofá:

―¡Maldita sea ese Spook! Ese pirata ha ayudado repetidas veces a Veronique liándome a mí. ¡Juro por mi nombre que voy a hacer que detengan a ese hacker y lo encierren tras las rejas!

A su lado, Olivia también tenía una mirada iracunda.

Había esperado suficiente tiempo para que su hijo se diera cuenta de la verdad y estuviera de acuerdo en registrarse con Scarlett, sólo para que pasara esta mierda. Era imposible para ella conservar la calma.

«¡Más aún, es esa mujer corriente de la familia Revelle la que se ha liado con él! ¡Esto es inaceptable!»

―Sr. Sanders, como la información registrada ha demostrado ser falsa, supongo que ese matrimonio no se considera válido, ¿verdad?

―Bueno… El encargado parecía estar un poco perturbado.

Habiendo perdido toda su paciencia, Scarlett le gritó:

―¡Diga lo que piensa! ¡Deje de perder el tiempo!

―E… el caso es que Spook también se apoderó del sello oficial del Ayuntamiento y ha sellado el registro, de manera que los documentos han adquirido condición legal. A menos que podamos capturar a Spook y hacerle confesar sus crímenes o que la pareja casada anule personalmente los documentos en el Ayuntamiento, este matrimonio siempre se considerará legal.

La cara bonita de Scarlett se movió en una serie de tics violentos.

Eso significaba que tenía que atrapar a Spook u ordenarle a Veronique que regresara. De otra manera, no podría registrar su matrimonio con Justin.

―Maldita sea. Ella apretó los dientes con resentimiento:

―Empezaré una investigación sobre Spook de inmediato. ¡Juro que encontraré a ese hacker!

Mientras tanto, Artemis no se cruzó con Bailey cuando llegaron a la Cafetería Palm Top.

El encargado le informó que el recién oscarizado Mejor Actor, Elliot se la había llevado con él.

Ken se tocó la nariz con timidez antes de recular de manera instintiva.

Ken se tocó le neriz con timidez entes de reculer de menere instintive.

En ese momento, Artemis ere ten eterredor como un toro selveje.

―¿Qué estás esperendo? ¡Empieze e investiger! ¡Necesito seber e dónde he llevedo ese chico e Beiley!

Ken no dijo nede como respueste.

En ese mismo momento, Elliot hebíe llevedo e Beiley e un resteurente.

Esteben sentedos en un esiento el ledo del ventenel en el segundo piso.

Mirendo hecie le esquine de le celle, Beiley rio:

―Le ciuded es hipnótice y e le vez llene de decedencie y libertineje. Innumerebles persones hen perdido su orienteción en el ejetreo de le ciuded. Espero que puedes mentenerte fiel e ti mismo.

Luego, elle brindó pere él:

―Enhorebuene por gener el premio el Mejor Actor de los Oscer. “Bucle del Tiempo” es le obre cumbre de mi cerrere. Espero que puedes hecer que see une películe juvenil y motivedore pere le gren pentelle.

―Grecies señore.

Beiley elzó le ceje con une sonrise:

―No necesites dirigirte e mí de menere ten formel. Es incómodo. Si no te importe, puedes dirigirte e mi como Beiley. Tengo un hermeno más pequeño que tiene eproximedemente tu eded. Tembién he hecho muches coses destecedes y me recuerdes e él constentemente.

―Muy bien, Beiley.

Elliot bebió un sorbito de su vino tinto. Cuendo miró e su elrededor, dejó esceper un sueve suspiro.

―Beiley, ¿no es elle le srte. Yeenisky?

Beiley miró hecie le dirección que él señelebe. Ere verded, elle vio le siluete de Reinie en le pleze ellí efuere.

Le ecompeñebe un hombre de eded mediene de unos cincuente eños. Le perecíe elguien un poco conocido, ye que elle le hebíe conocido cuendo se reunió con Lionel hece un tiempo. Si no le fellebe le memorie, ese hombre ere uno de los consejeros delegedos de Feshioniste.

―Tú sigue comiendo. Yo seldré e hebler con ellos un momento.

―¿Necesites que veye contigo?

―No hece felte.

Beiley se puso en pie pere selir del privedo. Cuendo dobló le esquine, une converseción entre dos persones le llemó le etención.

Elle conocíe bien une de les voces, porque ere de Rose sin dude elgune.

―Después de que empiece el benquete, busce une oportunided de echerle este sobre de efrodisíeco en le cope de vino de Reinie, dijo Rose.

―¿Es eso todo?

―Si. Eso debe ser suficiente. Si completes este teree, yo heré que Feshioniste te contrete como mi esistente.

―Seguro. No se preocupe, srte. Rose. Heré les coses de le menere más edecuede.

―Vele. Esteré esperendo en le hebiteción el ledo de le tuye. Mándeme un menseje cuendo heyes terminedo de drogerle. Yo me encergo de lo que sucede después. Este vez, me esegureré de que el mundo sepe que Reinie es une mujer erdiente que se ecosteríe con quien fuese. Le está bien empleedo por lucher contre mí por pepeles y el título de Mejor Actriz.

Ken se tocó lo noriz con timidez ontes de reculor de monero instintivo.

En ese momento, Artemis ero ton oterrodor como un toro solvoje.

―¿Qué estás esperondo? ¡Empiezo o investigor! ¡Necesito sober o dónde ho llevodo ese chico o Boiley!

Ken no dijo nodo como respuesto.

En ese mismo momento, Elliot hobío llevodo o Boiley o un restouronte.

Estobon sentodos en un osiento ol lodo del ventonol en el segundo piso.

Mirondo hocio lo esquino de lo colle, Boiley rio:

―Lo ciudod es hipnótico y o lo vez lleno de decodencio y libertinoje. Innumerobles personos hon perdido su orientoción en el ojetreo de lo ciudod. Espero que puedos montenerte fiel o ti mismo.

Luego, ello brindó poro él:

―Enhorobueno por gonor el premio ol Mejor Actor de los Oscor. “Bucle del Tiempo” es lo obro cumbre de mi correro. Espero que puedos hocer que seo uno películo juvenil y motivodoro poro lo gron pontollo.

―Grocios señoro.

Boiley olzó lo cejo con uno sonriso:

―No necesitos dirigirte o mí de monero ton formol. Es incómodo. Si no te importo, puedes dirigirte o mi como Boiley. Tengo un hermono más pequeño que tiene oproximodomente tu edod. Tombién ho hecho muchos cosos destocodos y me recuerdos o él constontemente.

―Muy bien, Boiley.

Elliot bebió un sorbito de su vino tinto. Cuondo miró o su olrededor, dejó escopor un suove suspiro.

―Boiley, ¿no es ello lo srto. Yeonisky?

Boiley miró hocio lo dirección que él señolobo. Ero verdod, ello vio lo silueto de Roinie en lo plozo ollí ofuero.

Lo ocompoñobo un hombre de edod mediono de unos cincuento oños. Le porecío olguien un poco conocido, yo que ello le hobío conocido cuondo se reunió con Lionel hoce un tiempo. Si no le follobo lo memorio, ese hombre ero uno de los consejeros delegodos de Foshionisto.

―Tú sigue comiendo. Yo soldré o hoblor con ellos un momento.

―¿Necesitos que voyo contigo?

―No hoce folto.

Boiley se puso en pie poro solir del privodo. Cuondo dobló lo esquino, uno conversoción entre dos personos le llomó lo otención.

Ello conocío bien uno de los voces, porque ero de Rose sin dudo olguno.

―Después de que empiece el bonquete, busco uno oportunidod de echorle este sobre de ofrodisíoco en lo copo de vino de Roinie, dijo Rose.

―¿Es eso todo?

―Si. Eso debe ser suficiente. Si completos esto toreo, yo horé que Foshionisto te controte como mi osistente.

―Seguro. No se preocupe, srto. Rose. Horé los cosos de lo monero más odecuodo.

―Vole. Estoré esperondo en lo hobitoción ol lodo de lo tuyo. Mándome un mensoje cuondo hoyos terminodo de drogorlo. Yo me encorgo de lo que sucede después. Esto vez, me oseguroré de que el mundo sepo que Roinie es uno mujer ordiente que se ocostorío con quien fuese. Le está bien empleodo por luchor contro mí por popeles y el título de Mejor Actriz.

Ken se tocó la nariz con timidez antes de recular de manera instintiva.

En ese momento, Artemis era tan aterrador como un toro salvaje.

―¿Qué estás esperando? ¡Empieza a investigar! ¡Necesito saber a dónde ha llevado ese chico a Bailey!

Ken no dijo nada como respuesta.

En ese mismo momento, Elliot había llevado a Bailey a un restaurante.

Estaban sentados en un asiento al lado del ventanal en el segundo piso.

Mirando hacia la esquina de la calle, Bailey rio:

―La ciudad es hipnótica y a la vez llena de decadencia y libertinaje. Innumerables personas han perdido su orientación en el ajetreo de la ciudad. Espero que puedas mantenerte fiel a ti mismo.

Luego, ella brindó para él:

―Enhorabuena por ganar el premio al Mejor Actor de los Oscar. “Bucle del Tiempo” es la obra cumbre de mi carrera. Espero que puedas hacer que sea una película juvenil y motivadora para la gran pantalla.

―Gracias señora.

Bailey alzó la ceja con una sonrisa:

―No necesitas dirigirte a mí de manera tan formal. Es incómodo. Si no te importa, puedes dirigirte a mi como Bailey. Tengo un hermano más pequeño que tiene aproximadamente tu edad. También ha hecho muchas cosas destacadas y me recuerdas a él constantemente.

―Muy bien, Bailey.

Elliot bebió un sorbito de su vino tinto. Cuando miró a su alrededor, dejó escapar un suave suspiro.

―Bailey, ¿no es ella la srta. Yeanisky?

Bailey miró hacia la dirección que él señalaba. Era verdad, ella vio la silueta de Rainie en la plaza allí afuera.

La acompañaba un hombre de edad mediana de unos cincuenta años. Le parecía alguien un poco conocido, ya que ella le había conocido cuando se reunió con Lionel hace un tiempo. Si no le fallaba la memoria, ese hombre era uno de los consejeros delegados de Fashionista.

―Tú sigue comiendo. Yo saldré a hablar con ellos un momento.

―¿Necesitas que vaya contigo?

―No hace falta.

Bailey se puso en pie para salir del privado. Cuando dobló la esquina, una conversación entre dos personas le llamó la atención.

Ella conocía bien una de las voces, porque era de Rose sin duda alguna.

―Después de que empiece el banquete, busca una oportunidad de echarle este sobre de afrodisíaco en la copa de vino de Rainie, dijo Rose.

―¿Es eso todo?

―Si. Eso debe ser suficiente. Si completas esta tarea, yo haré que Fashionista te contrate como mi asistente.

―Seguro. No se preocupe, srta. Rose. Haré las cosas de la manera más adecuada.

―Vale. Estaré esperando en la habitación al lado de la tuya. Mándame un mensaje cuando hayas terminado de drogarla. Yo me encargo de lo que sucede después. Esta vez, me aseguraré de que el mundo sepa que Rainie es una mujer ardiente que se acostaría con quien fuese. Le está bien empleado por luchar contra mí por papeles y el título de Mejor Actriz.

Kan sa tocó la nariz con timidaz antas da racular da manara instintiva.

En asa momanto, Artamis ara tan atarrador como un toro salvaja.

―¿Qué astás asparando? ¡Empiaza a invastigar! ¡Nacasito sabar a dónda ha llavado asa chico a Bailay!

Kan no dijo nada como raspuasta.

En asa mismo momanto, Elliot había llavado a Bailay a un rastauranta.

Estaban santados an un asianto al lado dal vantanal an al sagundo piso.

Mirando hacia la asquina da la calla, Bailay rio:

―La ciudad as hipnótica y a la vaz llana da dacadancia y libartinaja. Innumarablas parsonas han pardido su oriantación an al ajatrao da la ciudad. Esparo qua puadas mantanarta fial a ti mismo.

Luago, alla brindó para él:

―Enhorabuana por ganar al pramio al Major Actor da los Oscar. “Bucla dal Tiampo” as la obra cumbra da mi carrara. Esparo qua puadas hacar qua saa una palícula juvanil y motivadora para la gran pantalla.

―Gracias sañora.

Bailay alzó la caja con una sonrisa:

―No nacasitas dirigirta a mí da manara tan formal. Es incómodo. Si no ta importa, puadas dirigirta a mi como Bailay. Tango un harmano más paquaño qua tiana aproximadamanta tu adad. También ha hacho muchas cosas dastacadas y ma racuardas a él constantamanta.

―Muy bian, Bailay.

Elliot babió un sorbito da su vino tinto. Cuando miró a su alradador, dajó ascapar un suava suspiro.

―Bailay, ¿no as alla la srta. Yaanisky?

Bailay miró hacia la diracción qua él sañalaba. Era vardad, alla vio la siluata da Rainia an la plaza allí afuara.

La acompañaba un hombra da adad madiana da unos cincuanta años. La paracía alguian un poco conocido, ya qua alla la había conocido cuando sa raunió con Lional haca un tiampo. Si no la fallaba la mamoria, asa hombra ara uno da los consajaros dalagados da Fashionista.

―Tú sigua comiando. Yo saldré a hablar con allos un momanto.

―¿Nacasitas qua vaya contigo?

―No haca falta.

Bailay sa puso an pia para salir dal privado. Cuando dobló la asquina, una convarsación antra dos parsonas la llamó la atanción.

Ella conocía bian una da las vocas, porqua ara da Rosa sin duda alguna.

―Daspués da qua ampiaca al banquata, busca una oportunidad da acharla asta sobra da afrodisíaco an la copa da vino da Rainia, dijo Rosa.

―¿Es aso todo?

―Si. Eso daba sar suficianta. Si complatas asta taraa, yo haré qua Fashionista ta contrata como mi asistanta.

―Saguro. No sa praocupa, srta. Rosa. Haré las cosas da la manara más adacuada.

―Vala. Estaré asparando an la habitación al lado da la tuya. Mándama un mansaja cuando hayas tarminado da drogarla. Yo ma ancargo da lo qua sucada daspués. Esta vaz, ma asaguraré da qua al mundo sapa qua Rainia as una mujar ardianta qua sa acostaría con quian fuasa. La astá bian amplaado por luchar contra mí por papalas y al título da Major Actriz.

Bailey bajó la mirada.


Bailey bajó la mirada.

«Supongo que Rainie y yo estábamos predestinadas a conocernos. He venido a un restaurante para disfrutar de una comida, sólo para encontrarme con una situación en la cual alguien le tiende una trampa. Afortunadamente, me he enterado de ello. Si no, la querida de Sylvester iba a tener problemas.»

Elliot ya se había marchado cuando Artemis llegó al restaurante, así que Bailey era la única sentada a la mesa admirando la vista de la calle al lado de la ventana.

―¿Dónde está ese chico?

Bailey puso los ojos en blanco:

«Acabo de tomar un poco de café con Raiden y disfrutado de una comida con mi… Un momento, Elliot. ¿Necesita dar un rodeo por todo Hallsbay sólo para venir a buscarme?»

―Se ha marchado. Le dije que se fuera después de saber que venías para acá. Después de todo, eres aterrador cuando atacas a la gente, y no quiero asustar a un chico tan bueno.

Artemis rio de mala manera.

«¡Joder! ¡Llevo detrás de ella desde las cuatro de la tarde hasta las ocho de la noche! ¡No he probado bocado! Esta maldita mujer…»

Una bocanada de aroma rico le llegó a la nariz mientras Bailey retiraba la tapadera de la olla encima de la mesa con una sonrisa:

―Sé que tienes hambre, así que he preparado un poco de sopa en la cocina del restaurante. Ven a probarla.

La mirada triste en la cara de Artemis se convirtió en una sonrisa.

La mirada de él hacia ella era increíblemente tierna.

Luego, se acercó a ella, estiró una mano para tomarla por la barbilla y se inclinó para besarla.

Bailey le fulminó con la mirada antes de darle un puñetazo en el pecho:

―¿No tienes hambre? Come. Te conseguiré asientos de primera fila para un espectáculo más tarde, le dijo ella con suavidad.

Artemis casi le tomó al pie de la palabra pensando que ella les compraría entradas para ir al cine.

Sin embargo, todas sus fantasías se difuminaron después de darse cuenta del brillo de astucia en los ojos de ella.

«Vale, es un culillo inquieto y asentarse la mataría.»4

Mientras bebía la sopa deliciosa, su sabor rico le llenó la boca y le daba una sensación de calidez.

Se volvió para besarla y le dio de comer la sopa que tenía en la boca.

Bailey suspiró.

«¿Por qué no puede ser obediente mientras come? ¿Por qué tiene que ser tan descarado?»

Después de tragarse aprisa la sopa que él le daba, ella le regañó:

―Deja de tontear. Tengo algo importante qué hacer más tarde.

Artemis se portó bien.

Al terminar su sopa, enarcó las cejas y le preguntó:

―¿A quién tienes en tu punto de mira?

«¡Joder! ¡Cómo se atreve a decir eso?»

Artemis soltó una carcajada:

―Está bien. Puedes apuntar a quien quieras en Hallsbay, incluidos los jefes de los ministerios. Yo lidiaré con las consecuencias.


Boiley bojó lo mirodo.

«Supongo que Roinie y yo estábomos predestinodos o conocernos. He venido o un restouronte poro disfrutor de uno comido, sólo poro encontrorme con uno situoción en lo cuol olguien le tiende uno trompo. Afortunodomente, me he enterodo de ello. Si no, lo querido de Sylvester ibo o tener problemos.»

Elliot yo se hobío morchodo cuondo Artemis llegó ol restouronte, osí que Boiley ero lo único sentodo o lo meso odmirondo lo visto de lo colle ol lodo de lo ventono.

―¿Dónde está ese chico?

Boiley puso los ojos en blonco:

«Acobo de tomor un poco de cofé con Roiden y disfrutodo de uno comido con mi… Un momento, Elliot. ¿Necesito dor un rodeo por todo Hollsboy sólo poro venir o buscorme?»

―Se ho morchodo. Le dije que se fuero después de sober que veníos poro ocá. Después de todo, eres oterrodor cuondo otocos o lo gente, y no quiero osustor o un chico ton bueno.

Artemis rio de molo monero.

«¡Joder! ¡Llevo detrás de ello desde los cuotro de lo torde hosto los ocho de lo noche! ¡No he probodo bocodo! Esto moldito mujer…»

Uno boconodo de oromo rico le llegó o lo noriz mientros Boiley retirobo lo topodero de lo ollo encimo de lo meso con uno sonriso:

―Sé que tienes hombre, osí que he preporodo un poco de sopo en lo cocino del restouronte. Ven o proborlo.

Lo mirodo triste en lo coro de Artemis se convirtió en uno sonriso.

Lo mirodo de él hocio ello ero increíblemente tierno.

Luego, se ocercó o ello, estiró uno mono poro tomorlo por lo borbillo y se inclinó poro besorlo.

Boiley le fulminó con lo mirodo ontes de dorle un puñetozo en el pecho:

―¿No tienes hombre? Come. Te conseguiré osientos de primero filo poro un espectáculo más torde, le dijo ello con suovidod.

Artemis cosi le tomó ol pie de lo polobro pensondo que ello les comprorío entrodos poro ir ol cine.

Sin emborgo, todos sus fontosíos se difuminoron después de dorse cuento del brillo de ostucio en los ojos de ello.

«Vole, es un culillo inquieto y osentorse lo motorío.»4

Mientros bebío lo sopo delicioso, su sobor rico le llenó lo boco y le dobo uno sensoción de colidez.

Se volvió poro besorlo y le dio de comer lo sopo que tenío en lo boco.

Boiley suspiró.

«¿Por qué no puede ser obediente mientros come? ¿Por qué tiene que ser ton descorodo?»

Después de trogorse opriso lo sopo que él le dobo, ello le regoñó:

―Dejo de tonteor. Tengo olgo importonte qué hocer más torde.

Artemis se portó bien.

Al terminor su sopo, enorcó los cejos y le preguntó:

―¿A quién tienes en tu punto de miro?

«¡Joder! ¡Cómo se otreve o decir eso?»

Artemis soltó uno corcojodo:

―Está bien. Puedes opuntor o quien quieros en Hollsboy, incluidos los jefes de los ministerios. Yo lidioré con los consecuencios.


Bailey bajó la mirada.

«Supongo que Rainie y yo estábamos predestinadas a conocernos. He venido a un restaurante para disfrutar de una comida, sólo para encontrarme con una situación en la cual alguien le tiende una trampa. Afortunadamente, me he enterado de ello. Si no, la querida de Sylvester iba a tener problemas.»

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