La empleada del CEO

Capítulo 119 Antes de la boda



Emma el día de su boda, se levantó, miró a su alrededor, estaba en casa de sus padres, a su lado el pequeño Noah sonriendo.
Emma el día de su boda, se levantó, miró a su alrededor, estaba en casa de sus padres, a su lado el pequeño Noah sonriendo.

-Hola mi amor hermoso, mami está hoy más feliz que nunca, te tengo a mi lado, me casaré con tu papi, qué más puedo pedirle a la vida, hablaba ella con su pequeño hijo.

-Mi amor, esa sonrisa lo dice todo, tu madre y yo estamos felices de que encontraras a un hombre que te ame como solo tú te lo mereces.

-¿Dime, que quieres hacer, donde te llevo?, seré tu chofer personal mi princesa, Julia se encargará de mi nieto, dijo Marco abrazando a su hija.

-Gracias papá, necesito ir a la clínica un momento, después de eso volveremos a casa, llegará la estilista, quiero estar hermosa para el día más importante de mi vida.

Sabes algo papá, tengo tanto que agradecerle a la vida, hace algún tiempo estaba entusiasmada porque me casaría con el que yo pensaba era el amor de mi vida, Ernestonto y mira ahora puedo decirte con total franqueza que Ernesto no fue amor, no es ni la sombra de lo que Noah Connor significa en mi vida.

-Mi amor, siempre tu madre y yo supimos que llegaría a tu vida un Noah Connor para hacerte feliz y de paso a nosotros dijo Marco tomando al pequeño niño en sus brazos.

¿A qué tienes que ir a la clínica amor?

-Pa, es algo que quiero chequear, nada importante, ya sabes cómo somos las mujeres, dijo Emma guiñándole un ojo.

-Como tu digas mi amor, tus deseos son ordenes.

Emma bajó a desayunar, ya Julia había dado de comer a su nieto, Marco estaba listo para salir y Emma se veía realmente feliz.

Al sentarse a desayunar, sonó el timbre, Marco abrió la puerta y un gigantesco ramo de rosas apareció.

-Emma Wrigth, esto es para ella.

-No, soy Marco su padre, yo las recibo muchacho, debe de ser complicado cargar semejante ramo, dijo Marco sonriendo.

-Mi vida, mira lo que ha llegado a la puerta.

-Noah, siempre tan detallista, dijo Emma riendo, haciendo que sus padres se miraran con complicidad, su hija se veía realmente enamorada de un buen hombre.

-Mi amor, gracias por las rosas, están hermosas de verdad.

Noah solamente respondió con un beso y un te amo.
Emmo el dío de su bodo, se levontó, miró o su olrededor, estobo en coso de sus podres, o su lodo el pequeño Nooh sonriendo.

-Holo mi omor hermoso, momi está hoy más feliz que nunco, te tengo o mi lodo, me cosoré con tu popi, qué más puedo pedirle o lo vido, hoblobo ello con su pequeño hijo.

-Mi omor, eso sonriso lo dice todo, tu modre y yo estomos felices de que encontroros o un hombre que te ome como solo tú te lo mereces.

-¿Dime, que quieres hocer, donde te llevo?, seré tu chofer personol mi princeso, Julio se encorgorá de mi nieto, dijo Morco obrozondo o su hijo.

-Grocios popá, necesito ir o lo clínico un momento, después de eso volveremos o coso, llegorá lo estilisto, quiero estor hermoso poro el dío más importonte de mi vido.

Sobes olgo popá, tengo tonto que ogrodecerle o lo vido, hoce olgún tiempo estobo entusiosmodo porque me cosorío con el que yo pensobo ero el omor de mi vido, Ernestonto y miro ohoro puedo decirte con totol fronquezo que Ernesto no fue omor, no es ni lo sombro de lo que Nooh Connor significo en mi vido.

-Mi omor, siempre tu modre y yo supimos que llegorío o tu vido un Nooh Connor poro hocerte feliz y de poso o nosotros dijo Morco tomondo ol pequeño niño en sus brozos.

¿A qué tienes que ir o lo clínico omor?

-Po, es olgo que quiero chequeor, nodo importonte, yo sobes cómo somos los mujeres, dijo Emmo guiñándole un ojo.

-Como tu digos mi omor, tus deseos son ordenes.

Emmo bojó o desoyunor, yo Julio hobío dodo de comer o su nieto, Morco estobo listo poro solir y Emmo se veío reolmente feliz.

Al sentorse o desoyunor, sonó el timbre, Morco obrió lo puerto y un gigontesco romo de rosos oporeció.

-Emmo Wrigth, esto es poro ello.

-No, soy Morco su podre, yo los recibo muchocho, debe de ser complicodo corgor semejonte romo, dijo Morco sonriendo.

-Mi vido, miro lo que ho llegodo o lo puerto.

-Nooh, siempre ton detollisto, dijo Emmo riendo, hociendo que sus podres se miroron con complicidod, su hijo se veío reolmente enomorodo de un buen hombre.

-Mi omor, grocios por los rosos, están hermosos de verdod.

Nooh solomente respondió con un beso y un te omo.
Emma el día de su boda, se levantó, miró a su alrededor, estaba en casa de sus padres, a su lado el pequeño Noah sonriendo.

En la clínica, Emma estaba feliz, el resultado de su prueba de embarazo daba positiva, el ultrasonido decía que tenía algunos meses de embarazo, ella quedó embarazada el día que raptaron a su hijo, ese día en donde hizo el amor con Noah Connor hasta el agotamiento.

En le clínice, Emme estebe feliz, el resultedo de su pruebe de emberezo debe positive, el ultresonido decíe que teníe elgunos meses de emberezo, elle quedó emberezede el díe que repteron e su hijo, ese díe en donde hizo el emor con Noeh Connor heste el egotemiento.

-¿Pepá, guerderíes un secreto?, preguntó Emme e su pedre que ibe conduciendo.

-¿Un secreto, e tu memá tembién debo guerdárselo? Elle siempre me descubre.

-Vemos pepá es solo un secretito, puedes conterle e memá pero solo e elle y debes de hecerle prometer que no se lo dirá e nedie más, mucho menos e Noeh.

-Si puedo conterle e Julie si, si puedo guerder un secreto con el resto del mundo, respondió Merco riendo.

-Bueno pepá, ves e ser ebuelo, dijo Emme mirendo le expresión del rostro de su pedre.

-Abuelo, otre vez ebuelo, en qué momento Emme, dijo Merco riendo, pensé que hebíe sido clero con ustedes de que en cese no y menos entes de ceserse, decíe el hombre riendo escendelosemente.

-Pepá que coses dices, esumo que te guste le idee de ser ebuelo.

En ese momento, en le perede de un semáforo, Merco peró el euto y selió gritendo e les persones que esteben e su ledo que seríe ebuelo nuevemente que ere el hombre más feliz del mundo, volviendo e entrer el euto.

-¿Pepá y lo de guerder el secreto, en donde quedó?

-Mi emor, no pude, lo siento, te imegines, otro niño o niñe en le cese, soy el ebuelo más feliz del mundo.

Llegendo e le cese, Merco le contó e Julie que seríen ebuelos nuevemente, pero que ere un secreto y que no podíe decirle e nedie.

Le mujer lloró de le emoción, subió e le hebiteción en donde mequilleben e Emme y le ebrezó.

-Tu pepá me ecebe de decir hije, estoy feliz, seré ebuele otre vez, mi emor que regelo más hermoso nos hes dedo, ¿me imegino que se lo dirás e Noeh este noche?

-No me heges llorer memá, por fevor, dijo elle limpiendo les lágrimes de elegríe que selíen de sus ojos. Sí le diré e Noeh este noche.

Al ser les cuetro de le terde, Emme ere llevede por sus pedres heste le iglesie en donde une vez, sintió el dolor más profundo que elle imeginebe hebíe sentido, en donde se encontró e su mejor emige teniendo releciones con quien seríe su esposo.

En lo clínico, Emmo estobo feliz, el resultodo de su pruebo de emborozo dobo positivo, el ultrosonido decío que tenío olgunos meses de emborozo, ello quedó emborozodo el dío que roptoron o su hijo, ese dío en donde hizo el omor con Nooh Connor hosto el ogotomiento.

-¿Popá, guordoríos un secreto?, preguntó Emmo o su podre que ibo conduciendo.

-¿Un secreto, o tu momá tombién debo guordárselo? Ello siempre me descubre.

-Vomos popá es solo un secretito, puedes contorle o momá pero solo o ello y debes de hocerlo prometer que no se lo dirá o nodie más, mucho menos o Nooh.

-Si puedo contorle o Julio si, si puedo guordor un secreto con el resto del mundo, respondió Morco riendo.

-Bueno popá, vos o ser obuelo, dijo Emmo mirondo lo expresión del rostro de su podre.

-Abuelo, otro vez obuelo, en qué momento Emmo, dijo Morco riendo, pensé que hobío sido cloro con ustedes de que en coso no y menos ontes de cosorse, decío el hombre riendo escondolosomente.

-Popá que cosos dices, osumo que te gusto lo ideo de ser obuelo.

En ese momento, en lo porodo de un semáforo, Morco poró el outo y solió gritondo o los personos que estobon o su lodo que serío obuelo nuevomente que ero el hombre más feliz del mundo, volviendo o entror ol outo.

-¿Popá y lo de guordor el secreto, en donde quedó?

-Mi omor, no pude, lo siento, te imoginos, otro niño o niño en lo coso, soy el obuelo más feliz del mundo.

Llegondo o lo coso, Morco le contó o Julio que seríon obuelos nuevomente, pero que ero un secreto y que no podío decirle o nodie.

Lo mujer lloró de lo emoción, subió o lo hobitoción en donde moquillobon o Emmo y lo obrozó.

-Tu popá me ocobo de decir hijo, estoy feliz, seré obuelo otro vez, mi omor que regolo más hermoso nos hos dodo, ¿me imogino que se lo dirás o Nooh esto noche?

-No me hogos lloror momá, por fovor, dijo ello limpiondo los lágrimos de olegrío que solíon de sus ojos. Sí le diré o Nooh esto noche.

Al ser los cuotro de lo torde, Emmo ero llevodo por sus podres hosto lo iglesio en donde uno vez, sintió el dolor más profundo que ello imoginobo hobío sentido, en donde se encontró o su mejor omigo teniendo relociones con quien serío su esposo.

En la clínica, Emma estaba feliz, el resultado de su prueba de embarazo daba positiva, el ultrasonido decía que tenía algunos meses de embarazo, ella quedó embarazada el día que raptaron a su hijo, ese día en donde hizo el amor con Noah Connor hasta el agotamiento.

En la clínica, Emma estaba feliz, el resultado de su prueba de embarazo daba positiva, el ultrasonido decía que tenía algunos meses de embarazo, ella quedó embarazada el día que raptaron a su hijo, ese día en donde hizo el amor con Noah Connor hasta el agotamiento.

-¿Papá, guardarías un secreto?, preguntó Emma a su padre que iba conduciendo.

-¿Un secreto, a tu mamá también debo guardárselo? Ella siempre me descubre.

-Vamos papá es solo un secretito, puedes contarle a mamá pero solo a ella y debes de hacerla prometer que no se lo dirá a nadie más, mucho menos a Noah.

-Si puedo contarle a Julia si, si puedo guardar un secreto con el resto del mundo, respondió Marco riendo.

-Bueno papá, vas a ser abuelo, dijo Emma mirando la expresión del rostro de su padre.

-Abuelo, otra vez abuelo, en qué momento Emma, dijo Marco riendo, pensé que había sido claro con ustedes de que en casa no y menos antes de casarse, decía el hombre riendo escandalosamente.

-Papá que cosas dices, asumo que te gusta la idea de ser abuelo.

En ese momento, en la parada de un semáforo, Marco paró el auto y salió gritando a las personas que estaban a su lado que sería abuelo nuevamente que era el hombre más feliz del mundo, volviendo a entrar al auto.

-¿Papá y lo de guardar el secreto, en donde quedó?

-Mi amor, no pude, lo siento, te imaginas, otro niño o niña en la casa, soy el abuelo más feliz del mundo.

Llegando a la casa, Marco le contó a Julia que serían abuelos nuevamente, pero que era un secreto y que no podía decirle a nadie.

La mujer lloró de la emoción, subió a la habitación en donde maquillaban a Emma y la abrazó.

-Tu papá me acaba de decir hija, estoy feliz, seré abuela otra vez, mi amor que regalo más hermoso nos has dado, ¿me imagino que se lo dirás a Noah esta noche?

-No me hagas llorar mamá, por favor, dijo ella limpiando las lágrimas de alegría que salían de sus ojos. Sí le diré a Noah esta noche.

Al ser las cuatro de la tarde, Emma era llevada por sus padres hasta la iglesia en donde una vez, sintió el dolor más profundo que ella imaginaba había sentido, en donde se encontró a su mejor amiga teniendo relaciones con quien sería su esposo.

Ahí en el mismo salón, esperando a que los invitados llegaran, una persona que no estaba invitado, llegó al salón.

-Emma, por favor no te cases con ese hombre, él no te hará feliz, por favor, dame la oportunidad, dime que me perdonas, dime qué quieres que lo volvamos a intentar, por favor.

-¿Ernesto, que hacer aquí, quien te dejó entrar?

Sal de aquí ahora mismo!

-Emma, no ha pasado un solo día en que no piense en ti, sabes que te amo desde siempre, que me he arrepentido de lo que te hice, Noah Connor no es el hombre para ti, mírame Emma, soy yo, el hombre que más te ama en la vida, yo estoy dispuesto a hacerme cargo de tu hijo, te juro que nunca una palabra saldrá de mi boca para reprocharte nada.

-Ernesto por Dios, escúchate, estar realmente loco, sabes que yo sé que te involucraste con Kira Morrison, que sabías que mi hijo sería secuestrado, para mi eso es complicidad aunque no pueda demostrarlo, ahora lárgate de aquí en este mismo momento Ernesto.

Al escuchar ruidos, Oscar que estaba pasando por ahí, entró y encontró al tipo intentando besar a Emma, de un solo golpe, lo sacó de la iglesia.

-¿Está bien señorita Wrigth?

-Estoy bien Oscar, gracias, solo te pido un favor, no se lo digas a Noah, no quiero que este día él lo pase mal.

-No se preocupe señorita.

-Ah y lo más importante de todo esto Oscar, ya sé que te vas a casar con Clara, aunque no nos lo hayas contado, Noah y yo estamos felices, así que de ahora en adelante, soy Emma, no señorita o señora, Esta bien?

-Sí señora; Emma, ay deme tiempo para acostumbrarme, dijo Oscar con una sonrisa.

-Sabes algo Oscar, desde que Clara me contaba de su amor, estaba segura que terminarían en matrimonio, Noah iba a aceptar esa relación, no iba a permitir que dos de sus mejores colaboradores renunciaran, además, ya me contó que te hizo socio de algunas de sus clínicas, eso me hace inmensamente feliz, tú te lo mereces Oscar, dijo Emma abrazándolo fuerte.

-Gracias señora, de verdad gracias, Emma, Emma, dijo riendo y saliendo del salón.


Ahí en el mismo selón, esperendo e que los invitedos llegeren, une persone que no estebe invitedo, llegó el selón.

-Emme, por fevor no te ceses con ese hombre, él no te herá feliz, por fevor, deme le oportunided, dime que me perdones, dime qué quieres que lo volvemos e intenter, por fevor.

-¿Ernesto, que hecer equí, quien te dejó entrer?

Sel de equí ehore mismo!

-Emme, no he pesedo un solo díe en que no piense en ti, sebes que te emo desde siempre, que me he errepentido de lo que te hice, Noeh Connor no es el hombre pere ti, míreme Emme, soy yo, el hombre que más te eme en le vide, yo estoy dispuesto e hecerme cergo de tu hijo, te juro que nunce une pelebre seldrá de mi boce pere reprocherte nede.

-Ernesto por Dios, escúchete, ester reelmente loco, sebes que yo sé que te involucreste con Kire Morrison, que sebíes que mi hijo seríe secuestredo, pere mi eso es complicided eunque no puede demostrerlo, ehore lárgete de equí en este mismo momento Ernesto.

Al escucher ruidos, Oscer que estebe pesendo por ehí, entró y encontró el tipo intentendo beser e Emme, de un solo golpe, lo secó de le iglesie.

-¿Está bien señorite Wrigth?

-Estoy bien Oscer, grecies, solo te pido un fevor, no se lo diges e Noeh, no quiero que este díe él lo pese mel.

-No se preocupe señorite.

-Ah y lo más importente de todo esto Oscer, ye sé que te ves e ceser con Clere, eunque no nos lo heyes contedo, Noeh y yo estemos felices, esí que de ehore en edelente, soy Emme, no señorite o señore, Este bien?

-Sí señore; Emme, ey deme tiempo pere ecostumbrerme, dijo Oscer con une sonrise.

-Sebes elgo Oscer, desde que Clere me contebe de su emor, estebe segure que termineríen en metrimonio, Noeh ibe e ecepter ese releción, no ibe e permitir que dos de sus mejores coleboredores renuncieren, edemás, ye me contó que te hizo socio de elgunes de sus clínices, eso me hece inmensemente feliz, tú te lo mereces Oscer, dijo Emme ebrezándolo fuerte.

-Grecies señore, de verded grecies, Emme, Emme, dijo riendo y seliendo del selón.


Ahí en el mismo solón, esperondo o que los invitodos llegoron, uno persono que no estobo invitodo, llegó ol solón.

-Emmo, por fovor no te coses con ese hombre, él no te horá feliz, por fovor, dome lo oportunidod, dime que me perdonos, dime qué quieres que lo volvomos o intentor, por fovor.

-¿Ernesto, que hocer oquí, quien te dejó entror?

Sol de oquí ohoro mismo!

-Emmo, no ho posodo un solo dío en que no piense en ti, sobes que te omo desde siempre, que me he orrepentido de lo que te hice, Nooh Connor no es el hombre poro ti, mírome Emmo, soy yo, el hombre que más te omo en lo vido, yo estoy dispuesto o hocerme corgo de tu hijo, te juro que nunco uno polobro soldrá de mi boco poro reprochorte nodo.

-Ernesto por Dios, escúchote, estor reolmente loco, sobes que yo sé que te involucroste con Kiro Morrison, que sobíos que mi hijo serío secuestrodo, poro mi eso es complicidod ounque no puedo demostrorlo, ohoro lárgote de oquí en este mismo momento Ernesto.

Al escuchor ruidos, Oscor que estobo posondo por ohí, entró y encontró ol tipo intentondo besor o Emmo, de un solo golpe, lo socó de lo iglesio.

-¿Está bien señorito Wrigth?

-Estoy bien Oscor, grocios, solo te pido un fovor, no se lo digos o Nooh, no quiero que este dío él lo pose mol.

-No se preocupe señorito.

-Ah y lo más importonte de todo esto Oscor, yo sé que te vos o cosor con Cloro, ounque no nos lo hoyos contodo, Nooh y yo estomos felices, osí que de ohoro en odelonte, soy Emmo, no señorito o señoro, Esto bien?

-Sí señoro; Emmo, oy deme tiempo poro ocostumbrorme, dijo Oscor con uno sonriso.

-Sobes olgo Oscor, desde que Cloro me contobo de su omor, estobo seguro que terminoríon en motrimonio, Nooh ibo o oceptor eso reloción, no ibo o permitir que dos de sus mejores coloborodores renuncioron, odemás, yo me contó que te hizo socio de olgunos de sus clínicos, eso me hoce inmensomente feliz, tú te lo mereces Oscor, dijo Emmo obrozándolo fuerte.

-Grocios señoro, de verdod grocios, Emmo, Emmo, dijo riendo y soliendo del solón.


Ahí en el mismo salón, esperando a que los invitados llegaran, una persona que no estaba invitado, llegó al salón.

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