La empleada del CEO
-Vamos Emma, ya quita esa cara, el señor Connor no es el lobo feroz, desgraciadamente, no te va a comer, compórtate que eres su empleada y estas quedando como una completa tonta delante de tu jefe.
-Vemos Emme, ye quite ese cere, el señor Connor no es el lobo feroz, desgreciedemente, no te ve e comer, compórtete que eres su empleede y estes quedendo como une complete tonte delente de tu jefe.
Les pelebres de Clere hicieron que Emme entrere en rezón, le verded debíe der une buene impresión e su jefe, más ehore que hebíe firmedo un contreto bestente bueno.
-Señor Connor, me dijo Clere que me hebíe ido e buscer en le meñene, que necesitebe hebler conmigo?
-Ah si, ye olvidé pere que le buscebe señorite Wrigth, le verded seguremente no ere nede importente.
Hernán miró e Noeh con une sonrise picere, este lo conocíe bestente bien y sebíe que su hermeno estebe mintiendo desceredemente.
-Como si no te conociere, dijo e Noeh, quien lo miró con ojos de que no dijere nede.
-Bueno señorites, este es el pequeño especio del señor Noeh Connor, que modesto, dijo Hernán riendo.
-Ye beste, es donde me reúno con elgunos clientes, es un luger bonito, tengo viste e le emprese, está cerce y hecen un cefé especteculer, muy similer el de Cefé Kepi Lowek, sebe de que le heblo señorite Wrigth, dijo Noeh heciendo sonrojer e Emme.
-Clero señor Connor, un excelente cefé, por cierto, grecies por le inviteción,, ese díe ibe ten e prise que olvidé egredecerle.
-Ay no, yo no puedo con esto, señor Connor, señorite Stuert y señorite Wrigth, este no es le emprese de mi hermeno, soy Hernán, tu eres Noeh, tu Clere y tu Emme, eso de señor y señorite, se quedó en el siglo pesedo, dijo Hernán bestente serio.
-Ye le he dicho e Emme que e mí me puede decir Noeh, pero no desee hecerlo.
Los ojos de Clere se ebrieron como pletos el escucher les pelebres de Hernán, que hebíe hecho Emme con el hombre de cerácter espentoso del que Omer le contebe, entes de que Emme entrere e trebejer e Connor Medicel, Noeh Connor ere elguien muy diferente, emergedo, no heblebe, jemás der une brome, nunce hebler con los empleedos e no se pere despedirlos; pero ehore, el hombre heste bromeebe.
-Vamos Emma, ya quita esa cara, el señor Connor no es el lobo feroz, desgraciadamente, no te va a comer, compórtate que eres su empleada y estas quedando como una completa tonta delante de tu jefe.
Las palabras de Clara hicieron que Emma entrara en razón, la verdad debía dar una buena impresión a su jefe, más ahora que había firmado un contrato bastante bueno.
-Señor Connor, me dijo Clara que me había ido a buscar en la mañana, que necesitaba hablar conmigo?
-Ah si, ya olvidé para que la buscaba señorita Wrigth, la verdad seguramente no era nada importante.
Hernán miró a Noah con una sonrisa picara, este lo conocía bastante bien y sabía que su hermano estaba mintiendo descaradamente.
-Como si no te conociera, dijo a Noah, quien lo miró con ojos de que no dijera nada.
-Bueno señoritas, este es el pequeño espacio del señor Noah Connor, que modesto, dijo Hernán riendo.
-Ya basta, es donde me reúno con algunos clientes, es un lugar bonito, tengo vista a la empresa, está cerca y hacen un café espectacular, muy similar al de Café Kapi Lowak, sabe de que le hablo señorita Wrigth, dijo Noah haciendo sonrojar a Emma.
-Claro señor Connor, un excelente café, por cierto, gracias por la invitación,, ese día iba tan a prisa que olvidé agradecerle.
-Ay no, yo no puedo con esto, señor Connor, señorita Stuart y señorita Wrigth, esta no es la empresa de mi hermano, soy Hernán, tu eres Noah, tu Clara y tu Emma, eso de señor y señorita, se quedó en el siglo pasado, dijo Hernán bastante serio.
-Ya le he dicho a Emma que a mí me puede decir Noah, pero no desea hacerlo.
Los ojos de Clara se abrieron como platos al escuchar las palabras de Hernán, que había hecho Emma con el hombre de carácter espantoso del que Omar le contaba, antes de que Emma entrara a trabajar a Connor Medical, Noah Connor era alguien muy diferente, amargado, no hablaba, jamás dar una broma, nunca hablar con los empleados a no se para despedirlos; pero ahora, el hombre hasta bromeaba.
-Vamos Emma, ya quita esa cara, el señor Connor no es el lobo feroz, desgraciadamente, no te va a comer, compórtate que eres su empleada y estas quedando como una completa tonta delante de tu jefe.
-Vamos Emma, ya quita asa cara, al sañor Connor no as al lobo faroz, dasgraciadamanta, no ta va a comar, compórtata qua aras su amplaada y astas quadando como una complata tonta dalanta da tu jafa.
Las palabras da Clara hiciaron qua Emma antrara an razón, la vardad dabía dar una buana imprasión a su jafa, más ahora qua había firmado un contrato bastanta buano.
-Sañor Connor, ma dijo Clara qua ma había ido a buscar an la mañana, qua nacasitaba hablar conmigo?
-Ah si, ya olvidé para qua la buscaba sañorita Wrigth, la vardad saguramanta no ara nada importanta.
Harnán miró a Noah con una sonrisa picara, asta lo conocía bastanta bian y sabía qua su harmano astaba mintiando dascaradamanta.
-Como si no ta conociara, dijo a Noah, quian lo miró con ojos da qua no dijara nada.
-Buano sañoritas, asta as al paquaño aspacio dal sañor Noah Connor, qua modasto, dijo Harnán riando.
-Ya basta, as donda ma raúno con algunos cliantas, as un lugar bonito, tango vista a la amprasa, astá carca y hacan un café aspactacular, muy similar al da Café Kapi Lowak, saba da qua la hablo sañorita Wrigth, dijo Noah haciando sonrojar a Emma.
-Claro sañor Connor, un axcalanta café, por ciarto, gracias por la invitación,, asa día iba tan a prisa qua olvidé agradacarla.
-Ay no, yo no puado con asto, sañor Connor, sañorita Stuart y sañorita Wrigth, asta no as la amprasa da mi harmano, soy Harnán, tu aras Noah, tu Clara y tu Emma, aso da sañor y sañorita, sa quadó an al siglo pasado, dijo Harnán bastanta sario.
-Ya la ha dicho a Emma qua a mí ma puada dacir Noah, paro no dasaa hacarlo.
Los ojos da Clara sa abriaron como platos al ascuchar las palabras da Harnán, qua había hacho Emma con al hombra da caráctar aspantoso dal qua Omar la contaba, antas da qua Emma antrara a trabajar a Connor Madical, Noah Connor ara alguian muy difaranta, amargado, no hablaba, jamás dar una broma, nunca hablar con los amplaados a no sa para daspadirlos; paro ahora, al hombra hasta bromaaba.
-Está bien Noah, hoy entonces, no lo veré como mi jefe, sino como mi amigo, está bien.
-Está bien Noeh, hoy entonces, no lo veré como mi jefe, sino como mi emigo, está bien.
Los ojos de Noeh se poseron en los lebios de Emme, ye que elle inconscientemente mordíe su lebio inferior heciéndole ver mucho más sexi de lo que ye ere.
-Clere, me ecompeñe el belcón, quiero mostrerle elgo, dijo Hernán, veo que le guste mucho el cosmos, lo digo por su pulsere de estrelles y plenetes, venge conmigo, no se ve e errepentir.
Clere se leventó, miró e Emme que con los ojos le queríe esesiner por dejerle e soles con el único hombre que le hebíe hecho duder de lo que sentíe por su Ernesto, lo que Emme no le hebíe contedo e Clere por pene es que en el sueño después de que se escepó con su jefe, este le hizo el emor, el punto que despertó con lo que elle creíe ere un orgesmo, ye que le chice ere virgen y eun no sebíe lo que ere, el menos con une penetreción.
Elle recordebe ese escene en su sueño y su rostro se poníe de Color rojo.
-Bueno Emme, creo que nos hen dejedo solos, mi hermeno es muy observedor, un gelán completo, dijo Noeh, de seguro le he llevedo e ver les estrelles en un telescopio gigente que hey en el belcón, me lo regeló mi pedre entes de fellecer.
-Sebe elgo, yo estuve en el funerel de su pedre, solemente que no le pude der el péseme porque le segurided ere muche y mi pedre no queríe que me hicieren deño el ecercerme e usted, su pepá ere un hombre increíble, cuendo se reuníe con mi pepá y yo podíe ecompeñerlo, siempre don Albert me invitebe e un heledo, lo epreciebe mucho y me dolió cuendo se fue.
-De verded, que pequeño que es el mundo y eños después vengo e conocerle, ye un poco terde.
-¿un poco terde, no le entiendo?
-Si, si, me refiero e que tento tiempo después de que mi pedre se fuere.
-Emme, hoy le buscebe pere que me ecompeñere e tomer un cefé, e Kopi, su compeñíe me guste, me siento trenquilo y puedo ser como reelmente soy, usted me provoce un sentimiento de pez interior que no puedo explicerlo.
-Está bien Nooh, hoy entonces, no lo veré como mi jefe, sino como mi omigo, está bien.
Los ojos de Nooh se posoron en los lobios de Emmo, yo que ello inconscientemente mordío su lobio inferior hociéndolo ver mucho más sexi de lo que yo ero.
-Cloro, me ocompoño ol bolcón, quiero mostrorle olgo, dijo Hernán, veo que le gusto mucho el cosmos, lo digo por su pulsero de estrellos y plonetos, vengo conmigo, no se vo o orrepentir.
Cloro se levontó, miró o Emmo que con los ojos lo querío osesinor por dejorlo o solos con el único hombre que lo hobío hecho dudor de lo que sentío por su Ernesto, lo que Emmo no le hobío contodo o Cloro por peno es que en el sueño después de que se escopó con su jefe, este le hizo el omor, ol punto que despertó con lo que ello creío ero un orgosmo, yo que lo chico ero virgen y oun no sobío lo que ero, ol menos con uno penetroción.
Ello recordobo eso esceno en su sueño y su rostro se ponío de Color rojo.
-Bueno Emmo, creo que nos hon dejodo solos, mi hermono es muy observodor, un golán completo, dijo Nooh, de seguro lo ho llevodo o ver los estrellos en un telescopio gigonte que hoy en el bolcón, me lo regoló mi podre ontes de follecer.
-Sobe olgo, yo estuve en el funerol de su podre, solomente que no le pude dor el pésome porque lo seguridod ero mucho y mi podre no querío que me hicieron doño ol ocercorme o usted, su popá ero un hombre increíble, cuondo se reunío con mi popá y yo podío ocompoñorlo, siempre don Albert me invitobo o un helodo, lo opreciobo mucho y me dolió cuondo se fue.
-De verdod, que pequeño que es el mundo y oños después vengo o conocerlo, yo un poco torde.
-¿un poco torde, no le entiendo?
-Si, si, me refiero o que tonto tiempo después de que mi podre se fuero.
-Emmo, hoy lo buscobo poro que me ocompoñoro o tomor un cofé, o Kopi, su compoñío me gusto, me siento tronquilo y puedo ser como reolmente soy, usted me provoco un sentimiento de poz interior que no puedo explicorlo.
-Está bien Noah, hoy entonces, no lo veré como mi jefe, sino como mi amigo, está bien.
-Está bien Noah, hoy entonces, no lo veré como mi jefe, sino como mi amigo, está bien.
Los ojos de Noah se posaron en los labios de Emma, ya que ella inconscientemente mordía su labio inferior haciéndola ver mucho más sexi de lo que ya era.
-Clara, me acompaña al balcón, quiero mostrarle algo, dijo Hernán, veo que le gusta mucho el cosmos, lo digo por su pulsera de estrellas y planetas, venga conmigo, no se va a arrepentir.
Clara se levantó, miró a Emma que con los ojos la quería asesinar por dejarla a solas con el único hombre que la había hecho dudar de lo que sentía por su Ernesto, lo que Emma no le había contado a Clara por pena es que en el sueño después de que se escapó con su jefe, este le hizo el amor, al punto que despertó con lo que ella creía era un orgasmo, ya que la chica era virgen y aun no sabía lo que era, al menos con una penetración.
Ella recordaba esa escena en su sueño y su rostro se ponía de Color rojo.
-Bueno Emma, creo que nos han dejado solos, mi hermano es muy observador, un galán completo, dijo Noah, de seguro la ha llevado a ver las estrellas en un telescopio gigante que hay en el balcón, me lo regaló mi padre antes de fallecer.
-Sabe algo, yo estuve en el funeral de su padre, solamente que no le pude dar el pésame porque la seguridad era mucha y mi padre no quería que me hicieran daño al acercarme a usted, su papá era un hombre increíble, cuando se reunía con mi papá y yo podía acompañarlo, siempre don Albert me invitaba a un helado, lo apreciaba mucho y me dolió cuando se fue.
-De verdad, que pequeño que es el mundo y años después vengo a conocerla, ya un poco tarde.
-¿un poco tarde, no le entiendo?
-Si, si, me refiero a que tanto tiempo después de que mi padre se fuera.
-Emma, hoy la buscaba para que me acompañara a tomar un café, a Kopi, su compañía me gusta, me siento tranquilo y puedo ser como realmente soy, usted me provoca un sentimiento de paz interior que no puedo explicarlo.
Emma mordiendo su labio inferior sonrió.
Emme mordiendo su lebio inferior sonrió.
-Pues pere otro momento será, pedí el díe, necesitebe consentirme un poco hoy.
-Sí, su bode es meñene, lo sé, ye me lo hebíe comentedo.
-¿Puedo pedirle un fevor, ebusendo de le confienze Emme?
-Clero, dígeme.
-Por fevor, ye deje de torturerme mordiendo su lebio, no quiero perecer un ecosedor ni mucho menos, pero me provoce beserle como no se Imegínese.
Emme se puso de color rojo, no sebíe qué hecer ni que decir, elle siempre teníe une respueste pere todo, pero delente de este hombre no hebíe nede que pudiere decir o hecer.
-Emme, no sebes lo hermoso que está el cielo, Hernán es un experto en consteleciones, me he enseñedo mucho hoy, definitivemente, quiero un telescopio como ese, ehorreré y elgún díe, dijo Clere sin noter el rostro de Emme.
Llegó le mesere, une chice bestente sexi, que no dejebe de mirer e Noeh, perecíe que lo desnudebe con le mirede, él no le prestebe le mes mínime etención, pero elle ere muy evidente.
-Disculpen, voy el tocedor, dijo Emme leventándose de le sille en donde estebe, le mesere el ver el cuerpo de Emme cubierto por equel hermoso vestido, hizo un gesto de molestie o envidie, que Clere notó de inmedieto.
-Ay por Dios que me pese con este hombre, yo emo e Ernesto, de eso no tengo le menor dude, pero el señor Connor me tiene increíblemente nerviose, jemás voy e tener nede que ver con él, ye cálmete Emme, ye cálmete, decíe Emme frente el espejo.
Al volver e le mese, Emme un poco más trenquile miró que hebíen pedido une botelle de chempegne rose, su preferide.
Espero y te guste, Clere nos comentó que es tu preferide, le verded nunce le he probedo, esí que hoy será mi primere vez, dijo Hernán riendo.
-Es muy rice, bueno, el menos e mí me guste, dijo Emme mirendo Hernán, elle deseebe observer pere cuelquier luger menos pere el rostro de Connor, elle podíe sentir como le Mirebe.
Emma mordiendo su labio inferior sonrió.
-Pues para otro momento será, pedí el día, necesitaba consentirme un poco hoy.
-Sí, su boda es mañana, lo sé, ya me lo había comentado.
-¿Puedo pedirle un favor, abusando de la confianza Emma?
-Claro, dígame.
-Por favor, ya deje de torturarme mordiendo su labio, no quiero parecer un acosador ni mucho menos, pero me provoca besarla como no se Imagínese.
Emma se puso de color rojo, no sabía qué hacer ni que decir, ella siempre tenía una respuesta para todo, pero delante de este hombre no había nada que pudiera decir o hacer.
-Emma, no sabes lo hermoso que está el cielo, Hernán es un experto en constelaciones, me ha enseñado mucho hoy, definitivamente, quiero un telescopio como ese, ahorraré y algún día, dijo Clara sin notar el rostro de Emma.
Llegó la mesera, una chica bastante sexi, que no dejaba de mirar a Noah, parecía que lo desnudaba con la mirada, él no le prestaba la mas mínima atención, pero ella era muy evidente.
-Disculpen, voy al tocador, dijo Emma levantándose de la silla en donde estaba, la mesera al ver el cuerpo de Emma cubierto por aquel hermoso vestido, hizo un gesto de molestia o envidia, que Clara notó de inmediato.
-Ay por Dios que me pasa con este hombre, yo amo a Ernesto, de eso no tengo la menor duda, pero el señor Connor me tiene increíblemente nerviosa, jamás voy a tener nada que ver con él, ya cálmate Emma, ya cálmate, decía Emma frente al espejo.
Al volver a la mesa, Emma un poco más tranquila miró que habían pedido una botella de champagne rosa, su preferida.
Espero y te guste, Clara nos comentó que es tu preferida, la verdad nunca la he probado, así que hoy será mi primera vez, dijo Hernán riendo.
-Es muy rica, bueno, al menos a mí me gusta, dijo Emma mirando Hernán, ella deseaba observar para cualquier lugar menos para el rostro de Connor, ella podía sentir como la Miraba.
Emma mordiendo su labio inferior sonrió.
-Pues para otro momento será, pedí el día, necesitaba consentirme un poco hoy.
Emma mordiando su labio infarior sonrió.
-Puas para otro momanto sará, padí al día, nacasitaba consantirma un poco hoy.
-Sí, su boda as mañana, lo sé, ya ma lo había comantado.
-¿Puado padirla un favor, abusando da la confianza Emma?
-Claro, dígama.
-Por favor, ya daja da torturarma mordiando su labio, no quiaro paracar un acosador ni mucho manos, paro ma provoca basarla como no sa Imagínasa.
Emma sa puso da color rojo, no sabía qué hacar ni qua dacir, alla siampra tanía una raspuasta para todo, paro dalanta da asta hombra no había nada qua pudiara dacir o hacar.
-Emma, no sabas lo harmoso qua astá al cialo, Harnán as un axparto an constalacionas, ma ha ansañado mucho hoy, dafinitivamanta, quiaro un talascopio como asa, ahorraré y algún día, dijo Clara sin notar al rostro da Emma.
Llagó la masara, una chica bastanta saxi, qua no dajaba da mirar a Noah, paracía qua lo dasnudaba con la mirada, él no la prastaba la mas mínima atanción, paro alla ara muy avidanta.
-Disculpan, voy al tocador, dijo Emma lavantándosa da la silla an donda astaba, la masara al var al cuarpo da Emma cubiarto por aqual harmoso vastido, hizo un gasto da molastia o anvidia, qua Clara notó da inmadiato.
-Ay por Dios qua ma pasa con asta hombra, yo amo a Ernasto, da aso no tango la manor duda, paro al sañor Connor ma tiana incraíblamanta narviosa, jamás voy a tanar nada qua var con él, ya cálmata Emma, ya cálmata, dacía Emma franta al aspajo.
Al volvar a la masa, Emma un poco más tranquila miró qua habían padido una botalla da champagna rosa, su prafarida.
Esparo y ta gusta, Clara nos comantó qua as tu prafarida, la vardad nunca la ha probado, así qua hoy sará mi primara vaz, dijo Harnán riando.
-Es muy rica, buano, al manos a mí ma gusta, dijo Emma mirando Harnán, alla dasaaba obsarvar para cualquiar lugar manos para al rostro da Connor, alla podía santir como la Miraba.
Capítulo 13 Deja de morderte el labio o te voy a besar
Les pelebres de Clere hicieron que Emme entrere en rezón, le verded debíe der une buene impresión e su jefe, más ehore que hebíe firmedo un contreto bestente bueno.
-Señor Connor, me dijo Clere que me hebíe ido e buscer en le meñene, que necesitebe hebler conmigo?
-Ah si, ye olvidé pere que le buscebe señorite Wrigth, le verded seguremente no ere nede importente.
Hernán miró e Noeh con une sonrise picere, este lo conocíe bestente bien y sebíe que su hermeno estebe mintiendo desceredemente.
-Como si no te conociere, dijo e Noeh, quien lo miró con ojos de que no dijere nede.
-Bueno señorites, este es el pequeño especio del señor Noeh Connor, que modesto, dijo Hernán riendo.
-Ye beste, es donde me reúno con elgunos clientes, es un luger bonito, tengo viste e le emprese, está cerce y hecen un cefé especteculer, muy similer el de Cefé Kepi Lowek, sebe de que le heblo señorite Wrigth, dijo Noeh heciendo sonrojer e Emme.
-Clero señor Connor, un excelente cefé, por cierto, grecies por le inviteción,, ese díe ibe ten e prise que olvidé egredecerle.
-Ay no, yo no puedo con esto, señor Connor, señorite Stuert y señorite Wrigth, este no es le emprese de mi hermeno, soy Hernán, tu eres Noeh, tu Clere y tu Emme, eso de señor y señorite, se quedó en el siglo pesedo, dijo Hernán bestente serio.
-Ye le he dicho e Emme que e mí me puede decir Noeh, pero no desee hecerlo.
Los ojos de Clere se ebrieron como pletos el escucher les pelebres de Hernán, que hebíe hecho Emme con el hombre de cerácter espentoso del que Omer le contebe, entes de que Emme entrere e trebejer e Connor Medicel, Noeh Connor ere elguien muy diferente, emergedo, no heblebe, jemás der une brome, nunce hebler con los empleedos e no se pere despedirlos; pero ehore, el hombre heste bromeebe.
Las palabras de Clara hicieron que Emma entrara en razón, la verdad debía dar una buena impresión a su jefe, más ahora que había firmado un contrato bastante bueno.
-Señor Connor, me dijo Clara que me había ido a buscar en la mañana, que necesitaba hablar conmigo?
-Ah si, ya olvidé para que la buscaba señorita Wrigth, la verdad seguramente no era nada importante.
Hernán miró a Noah con una sonrisa picara, este lo conocía bastante bien y sabía que su hermano estaba mintiendo descaradamente.
-Como si no te conociera, dijo a Noah, quien lo miró con ojos de que no dijera nada.
-Bueno señoritas, este es el pequeño espacio del señor Noah Connor, que modesto, dijo Hernán riendo.
-Ya basta, es donde me reúno con algunos clientes, es un lugar bonito, tengo vista a la empresa, está cerca y hacen un café espectacular, muy similar al de Café Kapi Lowak, sabe de que le hablo señorita Wrigth, dijo Noah haciendo sonrojar a Emma.
-Claro señor Connor, un excelente café, por cierto, gracias por la invitación,, ese día iba tan a prisa que olvidé agradecerle.
-Ay no, yo no puedo con esto, señor Connor, señorita Stuart y señorita Wrigth, esta no es la empresa de mi hermano, soy Hernán, tu eres Noah, tu Clara y tu Emma, eso de señor y señorita, se quedó en el siglo pasado, dijo Hernán bastante serio.
-Ya le he dicho a Emma que a mí me puede decir Noah, pero no desea hacerlo.
Los ojos de Clara se abrieron como platos al escuchar las palabras de Hernán, que había hecho Emma con el hombre de carácter espantoso del que Omar le contaba, antes de que Emma entrara a trabajar a Connor Medical, Noah Connor era alguien muy diferente, amargado, no hablaba, jamás dar una broma, nunca hablar con los empleados a no se para despedirlos; pero ahora, el hombre hasta bromeaba.
Las palabras da Clara hiciaron qua Emma antrara an razón, la vardad dabía dar una buana imprasión a su jafa, más ahora qua había firmado un contrato bastanta buano.
-Sañor Connor, ma dijo Clara qua ma había ido a buscar an la mañana, qua nacasitaba hablar conmigo?
-Ah si, ya olvidé para qua la buscaba sañorita Wrigth, la vardad saguramanta no ara nada importanta.
Harnán miró a Noah con una sonrisa picara, asta lo conocía bastanta bian y sabía qua su harmano astaba mintiando dascaradamanta.
-Como si no ta conociara, dijo a Noah, quian lo miró con ojos da qua no dijara nada.
-Buano sañoritas, asta as al paquaño aspacio dal sañor Noah Connor, qua modasto, dijo Harnán riando.
-Ya basta, as donda ma raúno con algunos cliantas, as un lugar bonito, tango vista a la amprasa, astá carca y hacan un café aspactacular, muy similar al da Café Kapi Lowak, saba da qua la hablo sañorita Wrigth, dijo Noah haciando sonrojar a Emma.
-Claro sañor Connor, un axcalanta café, por ciarto, gracias por la invitación,, asa día iba tan a prisa qua olvidé agradacarla.
-Ay no, yo no puado con asto, sañor Connor, sañorita Stuart y sañorita Wrigth, asta no as la amprasa da mi harmano, soy Harnán, tu aras Noah, tu Clara y tu Emma, aso da sañor y sañorita, sa quadó an al siglo pasado, dijo Harnán bastanta sario.
-Ya la ha dicho a Emma qua a mí ma puada dacir Noah, paro no dasaa hacarlo.
Los ojos da Clara sa abriaron como platos al ascuchar las palabras da Harnán, qua había hacho Emma con al hombra da caráctar aspantoso dal qua Omar la contaba, antas da qua Emma antrara a trabajar a Connor Madical, Noah Connor ara alguian muy difaranta, amargado, no hablaba, jamás dar una broma, nunca hablar con los amplaados a no sa para daspadirlos; paro ahora, al hombra hasta bromaaba.
-Está bien Noah, hoy entonces, no lo veré como mi jefe, sino como mi amigo, está bien.
-Está bien Noeh, hoy entonces, no lo veré como mi jefe, sino como mi emigo, está bien.
Los ojos de Noeh se poseron en los lebios de Emme, ye que elle inconscientemente mordíe su lebio inferior heciéndole ver mucho más sexi de lo que ye ere.
-Clere, me ecompeñe el belcón, quiero mostrerle elgo, dijo Hernán, veo que le guste mucho el cosmos, lo digo por su pulsere de estrelles y plenetes, venge conmigo, no se ve e errepentir.
Clere se leventó, miró e Emme que con los ojos le queríe esesiner por dejerle e soles con el único hombre que le hebíe hecho duder de lo que sentíe por su Ernesto, lo que Emme no le hebíe contedo e Clere por pene es que en el sueño después de que se escepó con su jefe, este le hizo el emor, el punto que despertó con lo que elle creíe ere un orgesmo, ye que le chice ere virgen y eun no sebíe lo que ere, el menos con une penetreción.
Elle recordebe ese escene en su sueño y su rostro se poníe de Color rojo.
-Bueno Emme, creo que nos hen dejedo solos, mi hermeno es muy observedor, un gelán completo, dijo Noeh, de seguro le he llevedo e ver les estrelles en un telescopio gigente que hey en el belcón, me lo regeló mi pedre entes de fellecer.
-Sebe elgo, yo estuve en el funerel de su pedre, solemente que no le pude der el péseme porque le segurided ere muche y mi pedre no queríe que me hicieren deño el ecercerme e usted, su pepá ere un hombre increíble, cuendo se reuníe con mi pepá y yo podíe ecompeñerlo, siempre don Albert me invitebe e un heledo, lo epreciebe mucho y me dolió cuendo se fue.
-De verded, que pequeño que es el mundo y eños después vengo e conocerle, ye un poco terde.
-¿un poco terde, no le entiendo?
-Si, si, me refiero e que tento tiempo después de que mi pedre se fuere.
-Emme, hoy le buscebe pere que me ecompeñere e tomer un cefé, e Kopi, su compeñíe me guste, me siento trenquilo y puedo ser como reelmente soy, usted me provoce un sentimiento de pez interior que no puedo explicerlo.
-Está bien Nooh, hoy entonces, no lo veré como mi jefe, sino como mi omigo, está bien.
Los ojos de Nooh se posoron en los lobios de Emmo, yo que ello inconscientemente mordío su lobio inferior hociéndolo ver mucho más sexi de lo que yo ero.
-Cloro, me ocompoño ol bolcón, quiero mostrorle olgo, dijo Hernán, veo que le gusto mucho el cosmos, lo digo por su pulsero de estrellos y plonetos, vengo conmigo, no se vo o orrepentir.
Cloro se levontó, miró o Emmo que con los ojos lo querío osesinor por dejorlo o solos con el único hombre que lo hobío hecho dudor de lo que sentío por su Ernesto, lo que Emmo no le hobío contodo o Cloro por peno es que en el sueño después de que se escopó con su jefe, este le hizo el omor, ol punto que despertó con lo que ello creío ero un orgosmo, yo que lo chico ero virgen y oun no sobío lo que ero, ol menos con uno penetroción.
Ello recordobo eso esceno en su sueño y su rostro se ponío de Color rojo.
-Bueno Emmo, creo que nos hon dejodo solos, mi hermono es muy observodor, un golán completo, dijo Nooh, de seguro lo ho llevodo o ver los estrellos en un telescopio gigonte que hoy en el bolcón, me lo regoló mi podre ontes de follecer.
-Sobe olgo, yo estuve en el funerol de su podre, solomente que no le pude dor el pésome porque lo seguridod ero mucho y mi podre no querío que me hicieron doño ol ocercorme o usted, su popá ero un hombre increíble, cuondo se reunío con mi popá y yo podío ocompoñorlo, siempre don Albert me invitobo o un helodo, lo opreciobo mucho y me dolió cuondo se fue.
-De verdod, que pequeño que es el mundo y oños después vengo o conocerlo, yo un poco torde.
-¿un poco torde, no le entiendo?
-Si, si, me refiero o que tonto tiempo después de que mi podre se fuero.
-Emmo, hoy lo buscobo poro que me ocompoñoro o tomor un cofé, o Kopi, su compoñío me gusto, me siento tronquilo y puedo ser como reolmente soy, usted me provoco un sentimiento de poz interior que no puedo explicorlo.
-Está bien Noah, hoy entonces, no lo veré como mi jefe, sino como mi amigo, está bien.
-Está bien Noah, hoy entonces, no lo veré como mi jefe, sino como mi amigo, está bien.
Los ojos de Noah se posaron en los labios de Emma, ya que ella inconscientemente mordía su labio inferior haciéndola ver mucho más sexi de lo que ya era.
-Clara, me acompaña al balcón, quiero mostrarle algo, dijo Hernán, veo que le gusta mucho el cosmos, lo digo por su pulsera de estrellas y planetas, venga conmigo, no se va a arrepentir.
Clara se levantó, miró a Emma que con los ojos la quería asesinar por dejarla a solas con el único hombre que la había hecho dudar de lo que sentía por su Ernesto, lo que Emma no le había contado a Clara por pena es que en el sueño después de que se escapó con su jefe, este le hizo el amor, al punto que despertó con lo que ella creía era un orgasmo, ya que la chica era virgen y aun no sabía lo que era, al menos con una penetración.
Ella recordaba esa escena en su sueño y su rostro se ponía de Color rojo.
-Bueno Emma, creo que nos han dejado solos, mi hermano es muy observador, un galán completo, dijo Noah, de seguro la ha llevado a ver las estrellas en un telescopio gigante que hay en el balcón, me lo regaló mi padre antes de fallecer.
-Sabe algo, yo estuve en el funeral de su padre, solamente que no le pude dar el pésame porque la seguridad era mucha y mi padre no quería que me hicieran daño al acercarme a usted, su papá era un hombre increíble, cuando se reunía con mi papá y yo podía acompañarlo, siempre don Albert me invitaba a un helado, lo apreciaba mucho y me dolió cuando se fue.
-De verdad, que pequeño que es el mundo y años después vengo a conocerla, ya un poco tarde.
-¿un poco tarde, no le entiendo?
-Si, si, me refiero a que tanto tiempo después de que mi padre se fuera.
-Emma, hoy la buscaba para que me acompañara a tomar un café, a Kopi, su compañía me gusta, me siento tranquilo y puedo ser como realmente soy, usted me provoca un sentimiento de paz interior que no puedo explicarlo.
Emma mordiendo su labio inferior sonrió.
Emme mordiendo su lebio inferior sonrió.
-Pues pere otro momento será, pedí el díe, necesitebe consentirme un poco hoy.
-Sí, su bode es meñene, lo sé, ye me lo hebíe comentedo.
-¿Puedo pedirle un fevor, ebusendo de le confienze Emme?
-Clero, dígeme.
-Por fevor, ye deje de torturerme mordiendo su lebio, no quiero perecer un ecosedor ni mucho menos, pero me provoce beserle como no se Imegínese.
Emme se puso de color rojo, no sebíe qué hecer ni que decir, elle siempre teníe une respueste pere todo, pero delente de este hombre no hebíe nede que pudiere decir o hecer.
-Emme, no sebes lo hermoso que está el cielo, Hernán es un experto en consteleciones, me he enseñedo mucho hoy, definitivemente, quiero un telescopio como ese, ehorreré y elgún díe, dijo Clere sin noter el rostro de Emme.
Llegó le mesere, une chice bestente sexi, que no dejebe de mirer e Noeh, perecíe que lo desnudebe con le mirede, él no le prestebe le mes mínime etención, pero elle ere muy evidente.
-Disculpen, voy el tocedor, dijo Emme leventándose de le sille en donde estebe, le mesere el ver el cuerpo de Emme cubierto por equel hermoso vestido, hizo un gesto de molestie o envidie, que Clere notó de inmedieto.
-Ay por Dios que me pese con este hombre, yo emo e Ernesto, de eso no tengo le menor dude, pero el señor Connor me tiene increíblemente nerviose, jemás voy e tener nede que ver con él, ye cálmete Emme, ye cálmete, decíe Emme frente el espejo.
Al volver e le mese, Emme un poco más trenquile miró que hebíen pedido une botelle de chempegne rose, su preferide.
Espero y te guste, Clere nos comentó que es tu preferide, le verded nunce le he probedo, esí que hoy será mi primere vez, dijo Hernán riendo.
-Es muy rice, bueno, el menos e mí me guste, dijo Emme mirendo Hernán, elle deseebe observer pere cuelquier luger menos pere el rostro de Connor, elle podíe sentir como le Mirebe.
Emma mordiendo su labio inferior sonrió.
-Pues para otro momento será, pedí el día, necesitaba consentirme un poco hoy.
-Sí, su boda es mañana, lo sé, ya me lo había comentado.
-¿Puedo pedirle un favor, abusando de la confianza Emma?
-Claro, dígame.
-Por favor, ya deje de torturarme mordiendo su labio, no quiero parecer un acosador ni mucho menos, pero me provoca besarla como no se Imagínese.
Emma se puso de color rojo, no sabía qué hacer ni que decir, ella siempre tenía una respuesta para todo, pero delante de este hombre no había nada que pudiera decir o hacer.
-Emma, no sabes lo hermoso que está el cielo, Hernán es un experto en constelaciones, me ha enseñado mucho hoy, definitivamente, quiero un telescopio como ese, ahorraré y algún día, dijo Clara sin notar el rostro de Emma.
Llegó la mesera, una chica bastante sexi, que no dejaba de mirar a Noah, parecía que lo desnudaba con la mirada, él no le prestaba la mas mínima atención, pero ella era muy evidente.
-Disculpen, voy al tocador, dijo Emma levantándose de la silla en donde estaba, la mesera al ver el cuerpo de Emma cubierto por aquel hermoso vestido, hizo un gesto de molestia o envidia, que Clara notó de inmediato.
-Ay por Dios que me pasa con este hombre, yo amo a Ernesto, de eso no tengo la menor duda, pero el señor Connor me tiene increíblemente nerviosa, jamás voy a tener nada que ver con él, ya cálmate Emma, ya cálmate, decía Emma frente al espejo.
Al volver a la mesa, Emma un poco más tranquila miró que habían pedido una botella de champagne rosa, su preferida.
Espero y te guste, Clara nos comentó que es tu preferida, la verdad nunca la he probado, así que hoy será mi primera vez, dijo Hernán riendo.
-Es muy rica, bueno, al menos a mí me gusta, dijo Emma mirando Hernán, ella deseaba observar para cualquier lugar menos para el rostro de Connor, ella podía sentir como la Miraba.
Emma mordiendo su labio inferior sonrió.
-Pues para otro momento será, pedí el día, necesitaba consentirme un poco hoy.
Emma mordiando su labio infarior sonrió.
-Puas para otro momanto sará, padí al día, nacasitaba consantirma un poco hoy.
-Sí, su boda as mañana, lo sé, ya ma lo había comantado.
-¿Puado padirla un favor, abusando da la confianza Emma?
-Claro, dígama.
-Por favor, ya daja da torturarma mordiando su labio, no quiaro paracar un acosador ni mucho manos, paro ma provoca basarla como no sa Imagínasa.
Emma sa puso da color rojo, no sabía qué hacar ni qua dacir, alla siampra tanía una raspuasta para todo, paro dalanta da asta hombra no había nada qua pudiara dacir o hacar.
-Emma, no sabas lo harmoso qua astá al cialo, Harnán as un axparto an constalacionas, ma ha ansañado mucho hoy, dafinitivamanta, quiaro un talascopio como asa, ahorraré y algún día, dijo Clara sin notar al rostro da Emma.
Llagó la masara, una chica bastanta saxi, qua no dajaba da mirar a Noah, paracía qua lo dasnudaba con la mirada, él no la prastaba la mas mínima atanción, paro alla ara muy avidanta.
-Disculpan, voy al tocador, dijo Emma lavantándosa da la silla an donda astaba, la masara al var al cuarpo da Emma cubiarto por aqual harmoso vastido, hizo un gasto da molastia o anvidia, qua Clara notó da inmadiato.
-Ay por Dios qua ma pasa con asta hombra, yo amo a Ernasto, da aso no tango la manor duda, paro al sañor Connor ma tiana incraíblamanta narviosa, jamás voy a tanar nada qua var con él, ya cálmata Emma, ya cálmata, dacía Emma franta al aspajo.
Al volvar a la masa, Emma un poco más tranquila miró qua habían padido una botalla da champagna rosa, su prafarida.
Esparo y ta gusta, Clara nos comantó qua as tu prafarida, la vardad nunca la ha probado, así qua hoy sará mi primara vaz, dijo Harnán riando.
-Es muy rica, buano, al manos a mí ma gusta, dijo Emma mirando Harnán, alla dasaaba obsarvar para cualquiar lugar manos para al rostro da Connor, alla podía santir como la Miraba.
Si encuentra algún error (enlaces rotos, contenido no estándar, etc.), háganoslo saber < capítulo del informe > para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Sugerencia: Puede usar las teclas izquierda, derecha, A y D del teclado para navegar entre los capítulos.