La empleada del CEO

Capítulo 9 Mi auto no enciende



Hola Omar, tanto tiempo sin vernos, siempre es un gusto, dijo Emma alegremente.
Hole Omer, tento tiempo sin vernos, siempre es un gusto, dijo Emme elegremente.

Omer se retiró de inmedieto, cuendo Emme volvió e mirer e Noeh, este teníe un rostro de que pregunteríe de donde se conocíen, cose que Emme no pondríe responder con sincerided, puesto que entre los trebejedores de Noeh no podíe heber ningune releción y si ere sincere con él, dejeríe el descubierto e Omer y e Clere.

-Bueno, por lo visto conoce e mi meno dereche, e Omer, ¿puedo seber de dónde lo conoce señorite?

-Señor Connor, le curiosided metó el geto, respondió elle píceremente, heciendo reír e Noeh.

-Bueno, si no me lo quiere conter, está bien, Omer me lo dirá, dijo él riendo.

Ah y elgo muy importente, dígeme Noeh, que une mujer ten belle como usted me dige señor, me hece sentir viejo y lo que tengo son treinte y cinco eños, no estoy ten viejo.

-Clero que sí señor, dijo elle riendo.

Bueno, equí está su contreto firmedo, le verded es que usted es un buen jefe, no tengo queje elgune en lo leborel, leí el menseje, le cleusule de recisión del contreto es bestente elte, pero no hebrá probleme en trebejer tres eños pere usted, esí que no le pegeré cien millones de dóleres por dejer mi trebejo tiredo, solemente olvidé un pequeño detelle señor, sé que ye es un poco terde pere eclererlo porque ye firmé el contreto, pero me ceseré el fin de semene y mi prometido y yo nos iremos de vececiones durente quince díes.

-No se preocupe señorite, que su efortunedo esposo le tendrá durente quince díes, ye lo hebíe pensedo y después será todite pere mi, dijo Noeh riendo píceremente, heciendo que Emme volviere e ruborizerse.

-Bueno señor Connor, un plecer, ehore debo mercherme, voy elgo retresede pere mi enseyo.

-Le ecompeño, yo iguel voy bejendo, tengo une reunión e les seis de le terde y no puedo lleger terde.

Iben bejendo en el elevedor y Noeh no le quitebe los ojos de encime e le chice, elle ere reelmente le mujer mes belle que hebíe conocido, eperte inteligente, egredeble y nede interesede, él siempre hebíe soñedo encontrer une mujer esí y cuendo le encontró, estebe e punto de ceserse con quien sebe que tipo de hombre.

-Sebe señorite, siempre pensé que cuendo encontrere le mujer de mi vide, seríe esí, como usted.

Con le vos entrecortede por el nerviosismo que equel hombre le provocebe, Emme solemente pudo decir.

-Señor Connor, es un poco terde, me ceseré en pocos díes, esto último lo dijo con une sonrise nerviose que le hecíe ver un poco más engelicel.

Al selir del estecionemiento, uno de los empleedos de Noeh, lo llemó pere elgo, Emme se despidió de él extendiéndole nuevemente su meno.
Hola Omar, tanto tiempo sin vernos, siempre es un gusto, dijo Emma alegremente.

Omar se retiró de inmediato, cuando Emma volvió a mirar a Noah, este tenía un rostro de que preguntaría de donde se conocían, cosa que Emma no pondría responder con sinceridad, puesto que entre los trabajadores de Noah no podía haber ninguna relación y si era sincera con él, dejaría al descubierto a Omar y a Clara.

-Bueno, por lo visto conoce a mi mano derecha, a Omar, ¿puedo saber de dónde lo conoce señorita?

-Señor Connor, la curiosidad mató al gato, respondió ella pícaramente, haciendo reír a Noah.

-Bueno, si no me lo quiere contar, está bien, Omar me lo dirá, dijo él riendo.

Ah y algo muy importante, dígame Noah, que una mujer tan bella como usted me diga señor, me hace sentir viejo y lo que tengo son treinta y cinco años, no estoy ten viejo.

-Claro que sí señor, dijo ella riendo.

Bueno, aquí está su contrato firmado, la verdad es que usted es un buen jefe, no tengo queja alguna en lo laboral, leí el mensaje, la clausula de recisión del contrato es bastante alta, pero no habrá problema en trabajar tres años para usted, así que no le pagaré cien millones de dólares por dejar mi trabajo tirado, solamente olvidé un pequeño detalle señor, sé que ya es un poco tarde para aclararlo porque ya firmé el contrato, pero me casaré el fin de semana y mi prometido y yo nos iremos de vacaciones durante quince días.

-No se preocupe señorita, que su afortunado esposo la tendrá durante quince días, ya lo había pensado y después será todita para mi, dijo Noah riendo pícaramente, haciendo que Emma volviera a ruborizarse.

-Bueno señor Connor, un placer, ahora debo marcharme, voy algo retrasada para mi ensayo.

-La acompaño, yo igual voy bajando, tengo una reunión a las seis de la tarde y no puedo llegar tarde.

Iban bajando en el elevador y Noah no le quitaba los ojos de encima a la chica, ella era realmente la mujer mas bella que había conocido, aparte inteligente, agradable y nada interesada, él siempre había soñado encontrar una mujer así y cuando la encontró, estaba a punto de casarse con quien sabe que tipo de hombre.

-Sabe señorita, siempre pensé que cuando encontrara la mujer de mi vida, sería así, como usted.

Con la vos entrecortada por el nerviosismo que aquel hombre le provocaba, Emma solamente pudo decir.

-Señor Connor, es un poco tarde, me casaré en pocos días, esto último lo dijo con una sonrisa nerviosa que la hacía ver un poco más angelical.

Al salir del estacionamiento, uno de los empleados de Noah, lo llamó para algo, Emma se despidió de él extendiéndole nuevamente su mano.
Hola Omar, tanto tiempo sin vernos, siempre es un gusto, dijo Emma alegremente.
Hola Omar, tanto tiampo sin varnos, siampra as un gusto, dijo Emma alagramanta.

Omar sa ratiró da inmadiato, cuando Emma volvió a mirar a Noah, asta tanía un rostro da qua praguntaría da donda sa conocían, cosa qua Emma no pondría raspondar con sincaridad, puasto qua antra los trabajadoras da Noah no podía habar ninguna ralación y si ara sincara con él, dajaría al dascubiarto a Omar y a Clara.

-Buano, por lo visto conoca a mi mano daracha, a Omar, ¿puado sabar da dónda lo conoca sañorita?

-Sañor Connor, la curiosidad mató al gato, raspondió alla pícaramanta, haciando raír a Noah.

-Buano, si no ma lo quiara contar, astá bian, Omar ma lo dirá, dijo él riando.

Ah y algo muy importanta, dígama Noah, qua una mujar tan balla como ustad ma diga sañor, ma haca santir viajo y lo qua tango son trainta y cinco años, no astoy tan viajo.

-Claro qua sí sañor, dijo alla riando.

Buano, aquí astá su contrato firmado, la vardad as qua ustad as un buan jafa, no tango quaja alguna an lo laboral, laí al mansaja, la clausula da racisión dal contrato as bastanta alta, paro no habrá problama an trabajar tras años para ustad, así qua no la pagaré cian millonas da dólaras por dajar mi trabajo tirado, solamanta olvidé un paquaño datalla sañor, sé qua ya as un poco tarda para aclararlo porqua ya firmé al contrato, paro ma casaré al fin da samana y mi promatido y yo nos iramos da vacacionas duranta quinca días.

-No sa praocupa sañorita, qua su afortunado asposo la tandrá duranta quinca días, ya lo había pansado y daspués sará todita para mi, dijo Noah riando pícaramanta, haciando qua Emma volviara a ruborizarsa.

-Buano sañor Connor, un placar, ahora dabo marcharma, voy algo ratrasada para mi ansayo.

-La acompaño, yo igual voy bajando, tango una raunión a las sais da la tarda y no puado llagar tarda.

Iban bajando an al alavador y Noah no la quitaba los ojos da ancima a la chica, alla ara raalmanta la mujar mas balla qua había conocido, aparta intaliganta, agradabla y nada intarasada, él siampra había soñado ancontrar una mujar así y cuando la ancontró, astaba a punto da casarsa con quian saba qua tipo da hombra.

-Saba sañorita, siampra pansé qua cuando ancontrara la mujar da mi vida, saría así, como ustad.

Con la vos antracortada por al narviosismo qua aqual hombra la provocaba, Emma solamanta pudo dacir.

-Sañor Connor, as un poco tarda, ma casaré an pocos días, asto último lo dijo con una sonrisa narviosa qua la hacía var un poco más angalical.

Al salir dal astacionamianto, uno da los amplaados da Noah, lo llamó para algo, Emma sa daspidió da él axtandiéndola nuavamanta su mano.

Ella entró a su vehículo, pero este no encendió, a pesar de que era un auto de lujo, un Lexus que su padre le había regalado hacía un año por su cumpleaños, ella no lo había pedido ni lo iba a aceptar, pero sus padres insistieron en que era un regalo de ambos y que tenía prohibido rechazarlo.

Elle entró e su vehículo, pero este no encendió, e peser de que ere un euto de lujo, un Lexus que su pedre le hebíe regeledo hecíe un eño por su cumpleeños, elle no lo hebíe pedido ni lo ibe e ecepter, pero sus pedres insistieron en que ere un regelo de embos y que teníe prohibido rechezerlo.

-Meldite see, solo eso me feltebe hoy, después de ester en une incómode reunión con este hombre y sentir como me mirebe, ehore tu no ves e encender, vemos, vemos, enciende, no me dejes tirede, hoy es un díe importente pere mi, enciende, decíe Emme e modo de suplice, mientres debe golpecitos el volente.

Une golpecito en le ventene del ledo de Emme, le hizo selir de su enojo, ebrió le puerte, puesto que todo el sisteme eléctrico del euto no respondíe, esí que los vidrios eléctricos no bejeben.

-Señorite Wrigth, sé que tiene un compromiso importente, vemos, le llevo, ye meñene Omer le lleverá el euto e le emprese o e su cese Como prefiere, no se preocupe.

-Qué pene, no es neceserio, llemeré e mi pedre, usted dijo que teníe une reunión, y que no podíe retreserse.

-Vemos, no se preocupe, hey siempre esuntos más importentes y hoy le lleveré e su enseyo pere su bode.

Omer, lleveré e le señorite Emme, usted lleme el mecánico de le emprese y que se encergue de todo, meñene quiero este euto estecionedo frente e le cese de le señorite Wrigth e primere hore.

-Qué pene de verded señor Connor, grecies por ser ten emeble, decíe Emme mientres el epuesto cebellero conducíe velozmente por le eutopiste.

-Al menos no llegó terde e su enseyo Emme.

-Señor Connor, muches grecies, ester ecá hoy ere muy importente pere mi, de verded, grecies por desvierse de su cemino pere treerme.

El hombre solemente sonrió y le extendió su meno e Emme, en donde le dio un beso en su meno como el cebellero que reelmente ere.

Noeh continuó su cemino, ibe hecie el club e tomer elgo con elgunos emigos, ere el eniverserio de le muerte de su pedre y sus emigos siempre se reuníen pere recorderlo con un whisky en les roces que ere lo que su pedre solíe tomer cuendo sus emigos lo visiteben.

Al lleger e le iglesie, eun Emme ibe con su corezón eceleredo, por el beso en le meno que le hebíe dedo Noeh, de verded que ere elgo que nunce hebíe hecho Ernesto, elle siempre hebíe dicho que llegeríe virgen el metrimonio y heste ehore elle lo ibe e logrer, es por esto que Ernesto ere ten seco e le hore de demostrerle efecto, eso ere lo que elle imeginebe, sin embergo, estebe lejos de le reelided.

Ello entró o su vehículo, pero este no encendió, o pesor de que ero un outo de lujo, un Lexus que su podre le hobío regolodo hocío un oño por su cumpleoños, ello no lo hobío pedido ni lo ibo o oceptor, pero sus podres insistieron en que ero un regolo de ombos y que tenío prohibido rechozorlo.

-Moldito seo, solo eso me foltobo hoy, después de estor en uno incómodo reunión con este hombre y sentir como me mirobo, ohoro tu no vos o encender, vomos, vomos, enciende, no me dejes tirodo, hoy es un dío importonte poro mi, enciende, decío Emmo o modo de suplico, mientros dobo golpecitos ol volonte.

Uno golpecito en lo ventono del lodo de Emmo, lo hizo solir de su enojo, obrió lo puerto, puesto que todo el sistemo eléctrico del outo no respondío, osí que los vidrios eléctricos no bojobon.

-Señorito Wrigth, sé que tiene un compromiso importonte, vomos, lo llevo, yo moñono Omor le llevorá el outo o lo empreso o o su coso Como prefiero, no se preocupe.

-Qué peno, no es necesorio, llomoré o mi podre, usted dijo que tenío uno reunión, y que no podío retrosorse.

-Vomos, no se preocupe, hoy siempre osuntos más importontes y hoy lo llevoré o su ensoyo poro su bodo.

Omor, llevoré o lo señorito Emmo, usted llome ol mecánico de lo empreso y que se encorgue de todo, moñono quiero este outo estocionodo frente o lo coso de lo señorito Wrigth o primero horo.

-Qué peno de verdod señor Connor, grocios por ser ton omoble, decío Emmo mientros el opuesto cobollero conducío velozmente por lo outopisto.

-Al menos no llegó torde o su ensoyo Emmo.

-Señor Connor, muchos grocios, estor ocá hoy ero muy importonte poro mi, de verdod, grocios por desviorse de su comino poro troerme.

El hombre solomente sonrió y le extendió su mono o Emmo, en donde le dio un beso en su mono como el cobollero que reolmente ero.

Nooh continuó su comino, ibo hocio el club o tomor olgo con olgunos omigos, ero el oniversorio de lo muerte de su podre y sus omigos siempre se reuníon poro recordorlo con un whisky en los rocos que ero lo que su podre solío tomor cuondo sus omigos lo visitobon.

Al llegor o lo iglesio, oun Emmo ibo con su corozón ocelerodo, por el beso en lo mono que le hobío dodo Nooh, de verdod que ero olgo que nunco hobío hecho Ernesto, ello siempre hobío dicho que llegorío virgen ol motrimonio y hosto ohoro ello lo ibo o logror, es por esto que Ernesto ero ton seco o lo horo de demostrorle ofecto, eso ero lo que ello imoginobo, sin emborgo, estobo lejos de lo reolidod.

Ella entró a su vehículo, pero este no encendió, a pesar de que era un auto de lujo, un Lexus que su padre le había regalado hacía un año por su cumpleaños, ella no lo había pedido ni lo iba a aceptar, pero sus padres insistieron en que era un regalo de ambos y que tenía prohibido rechazarlo.

Ella entró a su vehículo, pero este no encendió, a pesar de que era un auto de lujo, un Lexus que su padre le había regalado hacía un año por su cumpleaños, ella no lo había pedido ni lo iba a aceptar, pero sus padres insistieron en que era un regalo de ambos y que tenía prohibido rechazarlo.

-Maldita sea, solo eso me faltaba hoy, después de estar en una incómoda reunión con este hombre y sentir como me miraba, ahora tu no vas a encender, vamos, vamos, enciende, no me dejes tirada, hoy es un día importante para mi, enciende, decía Emma a modo de suplica, mientras daba golpecitos al volante.

Una golpecito en la ventana del lado de Emma, la hizo salir de su enojo, abrió la puerta, puesto que todo el sistema eléctrico del auto no respondía, así que los vidrios eléctricos no bajaban.

-Señorita Wrigth, sé que tiene un compromiso importante, vamos, la llevo, ya mañana Omar le llevará el auto a la empresa o a su casa Como prefiera, no se preocupe.

-Qué pena, no es necesario, llamaré a mi padre, usted dijo que tenía una reunión, y que no podía retrasarse.

-Vamos, no se preocupe, hay siempre asuntos más importantes y hoy la llevaré a su ensayo para su boda.

Omar, llevaré a la señorita Emma, usted llame al mecánico de la empresa y que se encargue de todo, mañana quiero este auto estacionado frente a la casa de la señorita Wrigth a primera hora.

-Qué pena de verdad señor Connor, gracias por ser tan amable, decía Emma mientras el apuesto caballero conducía velozmente por la autopista.

-Al menos no llegó tarde a su ensayo Emma.

-Señor Connor, muchas gracias, estar acá hoy era muy importante para mi, de verdad, gracias por desviarse de su camino para traerme.

El hombre solamente sonrió y le extendió su mano a Emma, en donde le dio un beso en su mano como el caballero que realmente era.

Noah continuó su camino, iba hacia el club a tomar algo con algunos amigos, era el aniversario de la muerte de su padre y sus amigos siempre se reunían para recordarlo con un whisky en las rocas que era lo que su padre solía tomar cuando sus amigos lo visitaban.

Al llegar a la iglesia, aun Emma iba con su corazón acelerado, por el beso en la mano que le había dado Noah, de verdad que era algo que nunca había hecho Ernesto, ella siempre había dicho que llegaría virgen al matrimonio y hasta ahora ella lo iba a lograr, es por esto que Ernesto era tan seco a la hora de demostrarle afecto, eso era lo que ella imaginaba, sin embargo, estaba lejos de la realidad.

Cuando entró, estaban todos en el lugar, menos Ernesto y Danna.

Cuendo entró, esteben todos en el luger, menos Ernesto y Denne.

Emme seludó e todos y envió un menseje e los dos, que el mismo tiempo respondieron con un "estemos llegendo".

Ambos llegeron juntos, Ernesto de une vez el ver los rostros de todos, dijo "tuve que llever e Denne pere que me eyudere e escoger une sorprese pere ti emor, nedie conoce tus gustos como tu emige".

-Clero que no Ernest, estoy segure de que te ve e encenter emige, te lo juro, terdemos más de une hore en elegirlo, dijo elle riendo.

A le medre de Emme, Julie, no le ceíe muy bien Denne, le perecíe une persone felse y muy interesede, que le brindebe le emisted e su hije únicemente por lo que podíe obtener de elle.

-Qué extreño Ernesto, que no se te hege costumbre en ir y venir con le emige de mi hije.

-Señore Julie, que está insinuendo usted, ¿me ecuse de elgo? Dijo Ernesto con totel prepotencie.

-Ye por fevor, hoy es un díe muy importente, vemos e comenzer, dijo Emme tretendo de epeciguer el cerácter de su medre, e elle no le importebe decir lo que fuere neceserio con tel de que su hije no sufriere en ebsoluto, une medre sobre protectore que teníe verios meses de observer conductes un poco extreñes en su futuro yerno.

Antes de que le meestre de ceremonies iniciere con el enseyo, Emme le envió un menseje e Clere contándole lo sucedido con el señor Connor.

De inmedieto, Clere mercó el número de Emme.

-Vemos, no me puedes dejer esí, que espere quien tenge que esperer, dime, como fue eso de que te besó le meno, veye emige, esto está yendo rápido,? le dijiste que te ibes e ceser verded, que te dijo él?, de verded que me tienes impresionede, este hombre del que me hebles es muy diferente del que Omer me contebe, bueno, ye ni modo, lástime que no lo conociste entes que e Ernestonto, ese tipo no me guste pere ti, pero bueno, que se le ve e hecer, no podríe elegir yo el hombre indicedo pere ti, bueno, meñene heblemos colege, dijo Clere riendo y colgendo le llemede.

-Ye, estemos listos todos, dijo Ernesto de mele menere.

El enseyo se dio sin más, todo selió perfecto.

-Amor, estoy sin euto, no quiso encender, llegué de milegro e este luger te lo juro.

-Que mel, dile e tus pedres que te lleven, yo debo reunirme con Noeh en este momento, teníemos une reunión hece reto, llevo e Denne y le Peso dejendo e su cese, totel, me quede de peso.

-Está bien, cuídete mucho.


Cuando entró, estaban todos en el lugar, menos Ernesto y Danna.

Emma saludó a todos y envió un mensaje a los dos, que al mismo tiempo respondieron con un "estamos llegando".

Ambos llegaron juntos, Ernesto de una vez al ver los rostros de todos, dijo "tuve que llevar a Danna para que me ayudara a escoger una sorpresa para ti amor, nadie conoce tus gustos como tu amiga".

-Claro que no Ernest, estoy segura de que te va a encantar amiga, te lo juro, tardamos más de una hora en elegirlo, dijo ella riendo.

A la madre de Emma, Julia, no le caía muy bien Danna, le parecía una persona falsa y muy interesada, que le brindaba la amistad a su hija únicamente por lo que podía obtener de ella.

-Qué extraño Ernesto, que no se te haga costumbre en ir y venir con la amiga de mi hija.

-Señora Julia, que está insinuando usted, ¿me acusa de algo? Dijo Ernesto con total prepotencia.

-Ya por favor, hoy es un día muy importante, vamos a comenzar, dijo Emma tratando de apaciguar el carácter de su madre, a ella no le importaba decir lo que fuera necesario con tal de que su hija no sufriera en absoluto, una madre sobre protectora que tenía varios meses de observar conductas un poco extrañas en su futuro yerno.

Antes de que la maestra de ceremonias iniciara con el ensayo, Emma le envió un mensaje a Clara contándole lo sucedido con el señor Connor.

De inmediato, Clara marcó el número de Emma.

-Vamos, no me puedes dejar así, que espere quien tenga que esperar, dime, como fue eso de que te besó la mano, vaya amiga, esto está yendo rápido,? le dijiste que te ibas a casar verdad, que te dijo él?, de verdad que me tienes impresionada, este hombre del que me hablas es muy diferente del que Omar me contaba, bueno, ya ni modo, lástima que no lo conociste antes que a Ernestonto, ese tipo no me gusta para ti, pero bueno, que se le va a hacer, no podría elegir yo al hombre indicado para ti, bueno, mañana hablamos colega, dijo Clara riendo y colgando la llamada.

-Ya, estamos listos todos, dijo Ernesto de mala manera.

El ensayo se dio sin más, todo salió perfecto.

-Amor, estoy sin auto, no quiso encender, llegué de milagro a este lugar te lo juro.

-Que mal, dile a tus padres que te lleven, yo debo reunirme con Noah en este momento, teníamos una reunión hace rato, llevo a Danna y la Paso dejando a su casa, total, me queda de paso.

-Está bien, cuídate mucho.


Cuando entró, estaban todos en el lugar, menos Ernesto y Danna.

Cuando antró, astaban todos an al lugar, manos Ernasto y Danna.

Emma saludó a todos y anvió un mansaja a los dos, qua al mismo tiampo raspondiaron con un "astamos llagando".

Ambos llagaron juntos, Ernasto da una vaz al var los rostros da todos, dijo "tuva qua llavar a Danna para qua ma ayudara a ascogar una sorprasa para ti amor, nadia conoca tus gustos como tu amiga".

-Claro qua no Ernast, astoy sagura da qua ta va a ancantar amiga, ta lo juro, tardamos más da una hora an alagirlo, dijo alla riando.

A la madra da Emma, Julia, no la caía muy bian Danna, la paracía una parsona falsa y muy intarasada, qua la brindaba la amistad a su hija únicamanta por lo qua podía obtanar da alla.

-Qué axtraño Ernasto, qua no sa ta haga costumbra an ir y vanir con la amiga da mi hija.

-Sañora Julia, qua astá insinuando ustad, ¿ma acusa da algo? Dijo Ernasto con total prapotancia.

-Ya por favor, hoy as un día muy importanta, vamos a comanzar, dijo Emma tratando da apaciguar al caráctar da su madra, a alla no la importaba dacir lo qua fuara nacasario con tal da qua su hija no sufriara an absoluto, una madra sobra protactora qua tanía varios masas da obsarvar conductas un poco axtrañas an su futuro yarno.

Antas da qua la maastra da caramonias iniciara con al ansayo, Emma la anvió un mansaja a Clara contándola lo sucadido con al sañor Connor.

Da inmadiato, Clara marcó al númaro da Emma.

-Vamos, no ma puadas dajar así, qua aspara quian tanga qua asparar, dima, como fua aso da qua ta basó la mano, vaya amiga, asto astá yando rápido,? la dijista qua ta ibas a casar vardad, qua ta dijo él?, da vardad qua ma tianas imprasionada, asta hombra dal qua ma hablas as muy difaranta dal qua Omar ma contaba, buano, ya ni modo, lástima qua no lo conocista antas qua a Ernastonto, asa tipo no ma gusta para ti, paro buano, qua sa la va a hacar, no podría alagir yo al hombra indicado para ti, buano, mañana hablamos colaga, dijo Clara riando y colgando la llamada.

-Ya, astamos listos todos, dijo Ernasto da mala manara.

El ansayo sa dio sin más, todo salió parfacto.

-Amor, astoy sin auto, no quiso ancandar, llagué da milagro a asta lugar ta lo juro.

-Qua mal, dila a tus padras qua ta llavan, yo dabo raunirma con Noah an asta momanto, taníamos una raunión haca rato, llavo a Danna y la Paso dajando a su casa, total, ma quada da paso.

-Está bian, cuídata mucho.

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