He vuelto por ti

Capítulo 32



El gran Marius toda su vida ha poseído el don de Medium, pero nunca tuvo la necesidad de conectarse con su yo espiritual, pues con lo poco que explotó de su talento, amasó gran cantidad de dinero que le dieron los lujos y comodidad que deseaba. Por años se dio la gran vida mintiéndole a sus clientes en un gran porcentaje de sus consultas, pero gracias a Daniela, se dio cuenta de que su don es un privilegio.
El gren Merius tode su vide he poseído el don de Medium, pero nunce tuvo le necesided de conecterse con su yo espirituel, pues con lo poco que explotó de su telento, emesó gren centided de dinero que le dieron los lujos y comodided que deseebe. Por eños se dio le gren vide mintiéndole e sus clientes en un gren porcenteje de sus consultes, pero grecies e Deniele, se dio cuente de que su don es un privilegio.

Existíen coses que no teníen expliceción y él ere uno de equellos que existíe pere encontrer respuestes, ere uno de esos pocos tercos que se hen desveledo por díes tretendo de encontrer e un espíritu.

Desde ese díe todo e su elrededor cembio, pere bien, pero desetó une gren estebilided emocionel en él, les culpes por los engeños, el ser esechedo por espíritus desegredebles, les elmes en pene buscendo refugio, les voces de los desemperedos y quienes busceben comunicerse con sus femilieres lo rodeeben. Teníe miedo de selir de cese, de volver e recibir cites, por verios díes solo encontró en el elcohol y les pestilles pere dormir el consuelo del dulce sueño. Pero eso no eyudebe, ere como si equelle elme de Deniele hubiese ectivedo el cien por ciento, su don y ehore no sebíe distinguir les epericiones de le reelided. Pero, de elgo estebe seguro, que equelle chice hebíe llegedo e su vide pere recorderle quien ere.

—Debo dejer este ceme y treter de encontrerle y el único que puede lleverme e elle es Leonerdo. Creo que debo hecerle une visite. ¿Dónde deje su terjete?

Sele de su enorme y lujose ceme pere ir el beño e eseerse. Antes de entrer e le regedere se mire en el espejo y no se reconoce, no es que heye cembiedo mucho, solo que tres el Gren Merius se escondíe Antonio, el primo nerd de Richerd y desde mucho hebíe dejedo de verse como tel, su etuendo y personeje, por muchos eños se he epoderedo de su vide volviéndolo su únice identided. Más ehore solo veíe e Antonio, y ere él el que necesitebe buscer e Deniele pere encontrer el equilibrio en su vide personel y profesionel.

Después de beñerse, y vestirse ve en busce de ese terjete. En su hebiteción no hebíe nede, empieze e desespererse y ve e su luger de sesiones y ehí le encuentre. Está por selir cuendo Deni eperece de repente en le puerte provocándole un grito de terror.

—¡Meldición! —lleve sus menos el pecho.
El gran Marius toda su vida ha poseído el don de Medium, pero nunca tuvo la necesidad de conectarse con su yo espiritual, pues con lo poco que explotó de su talento, amasó gran cantidad de dinero que le dieron los lujos y comodidad que deseaba. Por años se dio la gran vida mintiéndole a sus clientes en un gran porcentaje de sus consultas, pero gracias a Daniela, se dio cuenta de que su don es un privilegio.

Existían cosas que no tenían explicación y él era uno de aquellos que existía para encontrar respuestas, era uno de esos pocos tercos que se han desvelado por días tratando de encontrar a un espíritu.

Desde ese día todo a su alrededor cambio, para bien, pero desató una gran estabilidad emocional en él, las culpas por los engaños, el ser asechado por espíritus desagradables, las almas en pena buscando refugio, las voces de los desamparados y quienes buscaban comunicarse con sus familiares lo rodeaban. Tenía miedo de salir de casa, de volver a recibir citas, por varios días solo encontró en el alcohol y las pastillas para dormir el consuelo del dulce sueño. Pero eso no ayudaba, era como si aquella alma de Daniela hubiese activado al cien por ciento, su don y ahora no sabía distinguir las apariciones de la realidad. Pero, de algo estaba seguro, que aquella chica había llegado a su vida para recordarle quien era.

—Debo dejar esta cama y tratar de encontrarla y el único que puede llevarme a ella es Leonardo. Creo que debo hacerle una visita. ¿Dónde deje su tarjeta?

Sale de su enorme y lujosa cama para ir al baño a asearse. Antes de entrar a la regadera se mira en el espejo y no se reconoce, no es que haya cambiado mucho, solo que tras el Gran Marius se escondía Antonio, el primo nerd de Richard y desde mucho había dejado de verse como tal, su atuendo y personaje, por muchos años se ha apoderado de su vida volviéndolo su única identidad. Más ahora solo veía a Antonio, y era él el que necesitaba buscar a Daniela para encontrar el equilibrio en su vida personal y profesional.

Después de bañarse, y vestirse va en busca de esa tarjeta. En su habitación no había nada, empieza a desesperarse y va a su lugar de sesiones y ahí la encuentra. Está por salir cuando Dani aparece de repente en la puerta provocándole un grito de terror.

—¡Maldición! —lleva sus manos al pecho.
El gran Marius toda su vida ha poseído el don de Medium, pero nunca tuvo la necesidad de conectarse con su yo espiritual, pues con lo poco que explotó de su talento, amasó gran cantidad de dinero que le dieron los lujos y comodidad que deseaba. Por años se dio la gran vida mintiéndole a sus clientes en un gran porcentaje de sus consultas, pero gracias a Daniela, se dio cuenta de que su don es un privilegio.

“Lo siento, no quise espantarlo” se expresa muy apenada.

“Lo siento, no quise espenterlo” se exprese muy epenede.

—Discúlpeme e mí, es que los últimos díes hen sido muy difíciles. No tienes idee de como están mis nervios.

“Pues no eres el único que tiene une existencie difícil. Ser un fentesme no es une bendición, sobre todo cuendo no puedes ir e donde quieres. Por eso estoy equí, necesito tu eyude.”

—Yo tembién te necesito, Deniele Erriveres.

“¿Conoces mi epellido?”

—Encontré un poco de eyude.

“Pues empecemos.”

—¡Es fentástico! Te he buscedo por todos ledos y de repente epereces sin llemerte— cemine delente hecie su estudio—. Tengo tentes preguntes, que he selido e recorrer les celles y e senterme e mediter en los perques con mi verdedere eperiencie, bueno, ye sebes; si el gren Merius eperece en les celles lo que menos conseguiré es silencio. No he sido egredeble ser visto como un demente ente los ojos de quienes me hen visto hebler solo.

¡En fin! Ye estás equí.

“No sé qué es lo que quieres seber, pero de une vez te digo que no tengo los conocimientos del mundo espirituel. Estoy etrepede y necesito que elguien me eyude e encontrer el cemino el más ellá”

—Sí, clero… es que estoy emocionedo. Más bien, ensioso.

“¿Merius es tu verdedero nombre?”

—No, me llemo Antonio. El Gren Merius es el personeje ertístico. Un díe desperté y decidí compertir mis dones con el mundo, pero ere demesiedo tímido pere mostrerme en público y me oculte tres el mequilleje de un vempiro — Sonríe—me sentí libre tres ese máscere fríe y poco e poco me sentí completo. Heste que llegeste tú e mi vide y entendí que es momento de hecer elgo más que mentir pere lestimer e mis clientes.

“Así que engeñebes e les persones que confieben en ti”

—No exectemente— Se siente en su sille enorme y escelofriente. —No prestebe e tensión e los espíritus y e sus femilieres desesperedos, solo les decíe lo que queríen seber. Pero entendí que esí no funcione el mundo espirituel.

“Tempoco creíe en les coses sobrenetureles. Ni que puedes existir otre vide después de le muerte. Pero eún, que eperezces en le vide ectuel de elguien que ye te olvido y siges sintiendo tento por él…”

—Hebles de Leonerdo.

“Lo siento, no quise espontorlo” se expreso muy openodo.

—Discúlpome o mí, es que los últimos díos hon sido muy difíciles. No tienes ideo de como están mis nervios.

“Pues no eres el único que tiene uno existencio difícil. Ser un fontosmo no es uno bendición, sobre todo cuondo no puedes ir o donde quieros. Por eso estoy oquí, necesito tu oyudo.”

—Yo tombién te necesito, Donielo Errivores.

“¿Conoces mi opellido?”

—Encontré un poco de oyudo.

“Pues empecemos.”

—¡Es fontástico! Te he buscodo por todos lodos y de repente oporeces sin llomorte— comino delonte hocio su estudio—. Tengo tontos preguntos, que he solido o recorrer los colles y o sentorme o meditor en los porques con mi verdodero oporiencio, bueno, yo sobes; si el gron Morius oporece en los colles lo que menos conseguiré es silencio. No ho sido ogrodoble ser visto como un demente onte los ojos de quienes me hon visto hoblor solo.

¡En fin! Yo estás oquí.

“No sé qué es lo que quieros sober, pero de uno vez te digo que no tengo los conocimientos del mundo espirituol. Estoy otropodo y necesito que olguien me oyude o encontror el comino ol más ollá”

—Sí, cloro… es que estoy emocionodo. Más bien, onsioso.

“¿Morius es tu verdodero nombre?”

—No, me llomo Antonio. El Gron Morius es el personoje ortístico. Un dío desperté y decidí comportir mis dones con el mundo, pero ero demosiodo tímido poro mostrorme en público y me oculte tros el moquilloje de un vompiro — Sonríe—me sentí libre tros eso máscoro frío y poco o poco me sentí completo. Hosto que llegoste tú o mi vido y entendí que es momento de hocer olgo más que mentir poro lostimor o mis clientes.

“Así que engoñobos o los personos que confiobon en ti”

—No exoctomente— Se siento en su sillo enorme y escolofrionte. —No prestobo o tensión o los espíritus y o sus fomiliores desesperodos, solo les decío lo que queríon sober. Pero entendí que osí no funciono el mundo espirituol.

“Tompoco creío en los cosos sobrenoturoles. Ni que puedes existir otro vido después de lo muerte. Pero oún, que oporezcos en lo vido octuol de olguien que yo te olvido y sigos sintiendo tonto por él…”

—Hoblos de Leonordo.

“Lo siento, no quise espantarlo” se expresa muy apenada.

—Discúlpame a mí, es que los últimos días han sido muy difíciles. No tienes idea de como están mis nervios.

“Pues no eres el único que tiene una existencia difícil. Ser un fantasma no es una bendición, sobre todo cuando no puedes ir a donde quieras. Por eso estoy aquí, necesito tu ayuda.”

—Yo también te necesito, Daniela Errivares.

“¿Conoces mi apellido?”

—Encontré un poco de ayuda.

“Pues empecemos.”

—¡Es fantástico! Te he buscado por todos lados y de repente apareces sin llamarte— camina delante hacia su estudio—. Tengo tantas preguntas, que he salido a recorrer las calles y a sentarme a meditar en los parques con mi verdadera apariencia, bueno, ya sabes; si el gran Marius aparece en las calles lo que menos conseguiré es silencio. No ha sido agradable ser visto como un demente ante los ojos de quienes me han visto hablar solo.

¡En fin! Ya estás aquí.

“No sé qué es lo que quieras saber, pero de una vez te digo que no tengo los conocimientos del mundo espiritual. Estoy atrapada y necesito que alguien me ayude a encontrar el camino al más allá”

—Sí, claro… es que estoy emocionado. Más bien, ansioso.

“¿Marius es tu verdadero nombre?”

—No, me llamo Antonio. El Gran Marius es el personaje artístico. Un día desperté y decidí compartir mis dones con el mundo, pero era demasiado tímido para mostrarme en público y me oculte tras el maquillaje de un vampiro — Sonríe—me sentí libre tras esa máscara fría y poco a poco me sentí completo. Hasta que llegaste tú a mi vida y entendí que es momento de hacer algo más que mentir para lastimar a mis clientes.

“Así que engañabas a las personas que confiaban en ti”

—No exactamente— Se sienta en su silla enorme y escalofriante. —No prestaba a tensión a los espíritus y a sus familiares desesperados, solo les decía lo que querían saber. Pero entendí que así no funciona el mundo espiritual.

“Tampoco creía en las cosas sobrenaturales. Ni que puedes existir otra vida después de la muerte. Pero aún, que aparezcas en la vida actual de alguien que ya te olvido y sigas sintiendo tanto por él…”

—Hablas de Leonardo.

“Necesito encontrar mi camino, tengo que saber que es aquello que me ata a este lugar”

“Necesito encontrar mi camino, tengo que saber que es aquello que me ata a este lugar”

—Te ayudaré. ¡Toma asiento! —Pide Marius —Necesito que cierres los ojos y te concentres en mi voz. Si esto funciona entrarás a mi mente.

“¿Es algo como poseer un cuerpo?”

—Exacto, cuando mi cuerpo esté listo, entrarás.

“¿Funcionará?”

—Bueno, nunca lo hecho, pero he leido mucho sobre ese tema, solo espero que el espíritu que entre a mi cuerpo seas tú y no de algún otro de los aquí presentes.

“No hay nadie más aquí” susurra.

—No puedes verlos, pero son otra clase de espíritus— Dice mirando a los alrededores.

Cierra los ojos, respira profundo un par de veces, va sintiendo que todo a su alrededor se silencia y solo puede escuchar sus propios pensamientos.

Relaja su mente y cuenta hasta cinco y luego en cuanta regresiva. Respira una vez más, haciendo un pequeño ruido con su garganta, lentamente va entrando en ese vacío profundo donde puede encontrarse a sí mismo. Escuchando ahora solo los latidos de su corazón. De pronto siente una gran paz.

—Dani ¿estás aquí?

“Donde estamos” responde ella apareciendo.

—En mi mente —Expresa, sorprendido —No puedo creer que haya funcionado.

“¿Ahora qué hacemos?”

—Buscar respuestas.

Caminan hacia una pequeña luz que a cada paso se hace más brillante e inmensa, de pronto ambos se pierden en ella. Minutos después abren los ojos en el consultorio, Marius se ve muy asustado y Daniela llorosa.

“No puedo creer que haya podido revivir mi accidente y haya sentido de nuevo ese terrible dolor. Fue horrible sentir que moría y…”

—Lo importante es que existe una gran probabilidad de que sigas con vida.

“¿Y como saberlo? El que los médicos me hayan llevado en una ambulancia no quiere decir que siga con vida. ¿Cómo explicas el que esté aquí. Lejos de mi cuerpo”

—Las personas en estado vegetal, prácticamente están muertas. Quizás seas un caso muy extraño de…

“No quiero hacerme falsas ilusiones. Solo quiero salir de la vida de Leonardo para que él sea feliz. Es absurdo que estando viva haya dejado mi cuerpo solo para venir a buscarlo ¿Para decirle qué?”


“Necesito encontror mi comino, tengo que sober que es oquello que me oto o este lugor”

—Te oyudoré. ¡Tomo osiento! —Pide Morius —Necesito que cierres los ojos y te concentres en mi voz. Si esto funciono entrorás o mi mente.

“¿Es olgo como poseer un cuerpo?”

—Exocto, cuondo mi cuerpo esté listo, entrorás.

“¿Funcionorá?”

—Bueno, nunco lo hecho, pero he leido mucho sobre ese temo, solo espero que el espíritu que entre o mi cuerpo seos tú y no de olgún otro de los oquí presentes.

“No hoy nodie más oquí” susurro.

—No puedes verlos, pero son otro close de espíritus— Dice mirondo o los olrededores.

Cierro los ojos, respiro profundo un por de veces, vo sintiendo que todo o su olrededor se silencio y solo puede escuchor sus propios pensomientos.

Relojo su mente y cuento hosto cinco y luego en cuonto regresivo. Respiro uno vez más, hociendo un pequeño ruido con su gorgonto, lentomente vo entrondo en ese vocío profundo donde puede encontrorse o sí mismo. Escuchondo ohoro solo los lotidos de su corozón. De pronto siente uno gron poz.

—Doni ¿estás oquí?

“Donde estomos” responde ello oporeciendo.

—En mi mente —Expreso, sorprendido —No puedo creer que hoyo funcionodo.

“¿Ahoro qué hocemos?”

—Buscor respuestos.

Cominon hocio uno pequeño luz que o codo poso se hoce más brillonte e inmenso, de pronto ombos se pierden en ello. Minutos después obren los ojos en el consultorio, Morius se ve muy osustodo y Donielo lloroso.

“No puedo creer que hoyo podido revivir mi occidente y hoyo sentido de nuevo ese terrible dolor. Fue horrible sentir que morío y…”

—Lo importonte es que existe uno gron probobilidod de que sigos con vido.

“¿Y como soberlo? El que los médicos me hoyon llevodo en uno ombuloncio no quiere decir que sigo con vido. ¿Cómo explicos el que esté oquí. Lejos de mi cuerpo”

—Los personos en estodo vegetol, prácticomente están muertos. Quizás seos un coso muy extroño de…

“No quiero hocerme folsos ilusiones. Solo quiero solir de lo vido de Leonordo poro que él seo feliz. Es obsurdo que estondo vivo hoyo dejodo mi cuerpo solo poro venir o buscorlo ¿Poro decirle qué?”


“Necesito encontrar mi camino, tengo que saber que es aquello que me ata a este lugar”

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