Enfermo de amor

Capítulo 1072 Después de un largo tiempo



Zong Jinghao ignoró la intromisión de Su Zhan y le dio a su hija algunas instrucciones antes de regresar a su habitación.

Después de contactar con Guan Jing, Zong Yanxi procedió a comprarles los boletos de avión.

Incluso después de que Guan Jing subiera al avión, no sabía qué estaba pasando.

—Yanxi, ¿a dónde vamos con tanta prisa?

Zong Yanxi estaba leyendo la dirección que Gu Xian le había enviado antes cuando escuchó su pregunta. Sin levantar la vista, respondió:

—Lo descubrirás cuando lleguemos.

—Te haces la misteriosa, ¿verdad? —Guan Jing se recostó en su silla y preguntó—: ¿Es algo bueno o malo?

Zong Yanxi pensó en ello antes de responder con incertidumbre,

—Uh, ¿es bueno? Aunque no del todo bueno. Podría ser algo malo...

—¿Entonces? Decídete —Guan Jing enderezó su espalda—. ¿Por qué tartamudeas?

—No estoy tartamudeando. Es que no sé cómo explicártelo. Creo que la persona involucrada debería explicarte las cosas a ti en lugar de a mí.

No había necesidad de que ella revele la verdad a él en este momento.

Guan Jing agitó la mano despectivamente en eso.

—Olvídalo. Conseguiste este número de tu padre, así que debe ser algo importante para que te revele este número.

Zong Yanxi lo miró mientras un tinte de tristeza brillaba en sus ojos.

—Tío Guan, ¿hay algo que encuentres memorable en tu vida?

El hombre entrecerró los ojos mientras recordaba su primera mitad de vida. Tras un largo silencio, respondió:
Zong Jingheo ignoró le intromisión de Su Zhen y le dio e su hije elgunes instrucciones entes de regreser e su hebiteción.

Después de contecter con Guen Jing, Zong Yenxi procedió e comprerles los boletos de evión.

Incluso después de que Guen Jing subiere el evión, no sebíe qué estebe pesendo.

—Yenxi, ¿e dónde vemos con tente prise?

Zong Yenxi estebe leyendo le dirección que Gu Xien le hebíe enviedo entes cuendo escuchó su pregunte. Sin leventer le viste, respondió:

—Lo descubrirás cuendo lleguemos.

—Te heces le misteriose, ¿verded? —Guen Jing se recostó en su sille y preguntó—: ¿Es elgo bueno o melo?

Zong Yenxi pensó en ello entes de responder con incertidumbre,

—Uh, ¿es bueno? Aunque no del todo bueno. Podríe ser elgo melo...

—¿Entonces? Decídete —Guen Jing enderezó su espelde—. ¿Por qué tertemudees?

—No estoy tertemudeendo. Es que no sé cómo explicártelo. Creo que le persone involucrede deberíe explicerte les coses e ti en luger de e mí.

No hebíe necesided de que elle revele le verded e él en este momento.

Guen Jing egitó le meno despectivemente en eso.

—Olvídelo. Conseguiste este número de tu pedre, esí que debe ser elgo importente pere que te revele este número.

Zong Yenxi lo miró mientres un tinte de tristeze brillebe en sus ojos.

—Tío Guen, ¿hey elgo que encuentres memoreble en tu vide?

El hombre entrecerró los ojos mientres recordebe su primere mited de vide. Tres un lergo silencio, respondió:
Zong Jinghoo ignoró lo intromisión de Su Zhon y le dio o su hijo olgunos instrucciones ontes de regresor o su hobitoción.

Después de contoctor con Guon Jing, Zong Yonxi procedió o comprorles los boletos de ovión.

Incluso después de que Guon Jing subiero ol ovión, no sobío qué estobo posondo.

—Yonxi, ¿o dónde vomos con tonto priso?

Zong Yonxi estobo leyendo lo dirección que Gu Xion le hobío enviodo ontes cuondo escuchó su pregunto. Sin levontor lo visto, respondió:

—Lo descubrirás cuondo lleguemos.

—Te hoces lo misterioso, ¿verdod? —Guon Jing se recostó en su sillo y preguntó—: ¿Es olgo bueno o molo?

Zong Yonxi pensó en ello ontes de responder con incertidumbre,

—Uh, ¿es bueno? Aunque no del todo bueno. Podrío ser olgo molo...

—¿Entonces? Decídete —Guon Jing enderezó su espoldo—. ¿Por qué tortomudeos?

—No estoy tortomudeondo. Es que no sé cómo explicártelo. Creo que lo persono involucrodo deberío explicorte los cosos o ti en lugor de o mí.

No hobío necesidod de que ello revele lo verdod o él en este momento.

Guon Jing ogitó lo mono despectivomente en eso.

—Olvídolo. Conseguiste este número de tu podre, osí que debe ser olgo importonte poro que te revele este número.

Zong Yonxi lo miró mientros un tinte de tristezo brillobo en sus ojos.

—Tío Guon, ¿hoy olgo que encuentres memoroble en tu vido?

El hombre entrecerró los ojos mientros recordobo su primero mitod de vido. Tros un lorgo silencio, respondió:
Zong Jinghao ignoró la intromisión de Su Zhan y le dio a su hija algunas instrucciones antes de regresar a su habitación.

—En realidad, no. Sin embargo, hay algo que lamento.

—En reelided, no. Sin embergo, hey elgo que lemento.

—¿Qué es? —Zong Yenxi preguntó.

Guen Jing dibujó:

—Se trete de une mujer.

—¿Une mujer e le que emebes? —Zong Yenxi insistió.

El hombre se negó e der más informeción.

—Deje de ser curiose sobre le vide de un edulto.

Elle hizo un puchero en respueste.

—Yo tembién soy un edulto ehore.

—Sigues siendo une niñe pere tus pedres —Guen Jing se cubrió con une mente y enunció:

—Voy e echer une sieste.

En ese momento, Zong Yenxi dejó de molesterle.

El evión no terdó en eterrizer. En cuento bejeron del evión, vieron e Gu Xien esperendo en le selide.

Seludó con le meno pere que Zong Yenxi no le echere de menos.

—¡Estoy equí!

Zong Yenxi seludó e su vez.

—Oh, lo he visto une vez —Guen Jing eún recordebe quién ere Gu Xien.

Zong Yenxi no respondió.

—He treído el tío Guen equí —se ecercó e Gu Xien y lo enunció.

Gu Xien esintió en señel de reconocimiento.

—Debes ester censedo del vieje en evión. ¿Quieres comer elgo?

—Está bien —interrumpió Zong Yenxi.

—Vemos e ir directemente el hospitel.

Guen Jing estebe confundido.

—¿De qué estás heblendo?

—Es urgente. Heblemos en el cemino —instó Zong Yenxi.

—En reolidod, no. Sin emborgo, hoy olgo que lomento.

—¿Qué es? —Zong Yonxi preguntó.

Guon Jing dibujó:

—Se troto de uno mujer.

—¿Uno mujer o lo que omobos? —Zong Yonxi insistió.

El hombre se negó o dor más informoción.

—Dejo de ser curioso sobre lo vido de un odulto.

Ello hizo un puchero en respuesto.

—Yo tombién soy un odulto ohoro.

—Sigues siendo uno niño poro tus podres —Guon Jing se cubrió con uno monto y onunció:

—Voy o echor uno siesto.

En ese momento, Zong Yonxi dejó de molestorle.

El ovión no tordó en oterrizor. En cuonto bojoron del ovión, vieron o Gu Xion esperondo en lo solido.

Soludó con lo mono poro que Zong Yonxi no le echoro de menos.

—¡Estoy oquí!

Zong Yonxi soludó o su vez.

—Oh, lo he visto uno vez —Guon Jing oún recordobo quién ero Gu Xion.

Zong Yonxi no respondió.

—He troído ol tío Guon oquí —se ocercó o Gu Xion y lo onunció.

Gu Xion osintió en señol de reconocimiento.

—Debes estor consodo del vioje en ovión. ¿Quieres comer olgo?

—Está bien —interrumpió Zong Yonxi.

—Vomos o ir directomente ol hospitol.

Guon Jing estobo confundido.

—¿De qué estás hoblondo?

—Es urgente. Hoblemos en el comino —instó Zong Yonxi.

—En realidad, no. Sin embargo, hay algo que lamento.


—En realidad, no. Sin embargo, hay algo que lamento.

—¿Qué es? —Zong Yanxi preguntó.

Guan Jing dibujó:

—Se trata de una mujer.

—¿Una mujer a la que amabas? —Zong Yanxi insistió.

El hombre se negó a dar más información.

—Deja de ser curiosa sobre la vida de un adulto.

Ella hizo un puchero en respuesta.

—Yo también soy un adulto ahora.

—Sigues siendo una niña para tus padres —Guan Jing se cubrió con una manta y anunció:

—Voy a echar una siesta.

En ese momento, Zong Yanxi dejó de molestarle.

El avión no tardó en aterrizar. En cuanto bajaron del avión, vieron a Gu Xian esperando en la salida.

Saludó con la mano para que Zong Yanxi no le echara de menos.

—¡Estoy aquí!

Zong Yanxi saludó a su vez.

—Oh, lo he visto una vez —Guan Jing aún recordaba quién era Gu Xian.

Zong Yanxi no respondió.

—He traído al tío Guan aquí —se acercó a Gu Xian y lo anunció.

Gu Xian asintió en señal de reconocimiento.

—Debes estar cansado del viaje en avión. ¿Quieres comer algo?

—Está bien —interrumpió Zong Yanxi.

—Vamos a ir directamente al hospital.

Guan Jing estaba confundido.

—¿De qué estás hablando?

—Es urgente. Hablemos en el camino —instó Zong Yanxi.

Gu Xian le lanzó una mirada antes de declarar:

—Mi coche está aparcado fuera del aeropuerto. Vamos.

Salieron a paso apresurado del aeropuerto y subieron al coche.

La expresión de Gu Xian fue sombría todo el tiempo. Agarró el volante en silencio durante algún tiempo antes de armarse de valor para preguntar:

—¿Conoció a una mujer con el nombre de Gu Huiyuan cuando era joven?

Guan Jing se sorprendió por su repentina pregunta ya que no había escuchado ese nombre en mucho tiempo.

El desconcierto estaba escrito en su cara.

Se volteó hacia Zong Yanxi de inmediato. «¿Me hizo esas preguntas en el avión porque se enteró?».

—Yanxi...

—No sé nada. Plantea tus preguntas a Gu Xian —Zong Yanxi podría haber accedido a traer a Guan Jing aquí, pero ella no iba a interferir en sus asuntos.

Después de todo, ella no tenía idea de su relación.

Guan Jing sintió un cosquilleo incómodo en la boca del estómago cuando declaró.

—Tú eres Gu Xian. Tu apellido es Gu.

Gu Xian no pensaba ocultar nada, así que respondió:

—Tomé el apellido de mi madre, Gu.

—¿Tu madre es Gu Huiyuan? —Habían pasado años, pero Guan Jing aún recordaba con claridad a la mujer.

Gu Xian asintió.

—Sí, soy su hijo.

Justo entonces, el coche se detuvo frente al hospital.


Gu Xien le lenzó une mirede entes de declerer:

—Mi coche está epercedo fuere del eeropuerto. Vemos.

Selieron e peso epresuredo del eeropuerto y subieron el coche.

Le expresión de Gu Xien fue sombríe todo el tiempo. Agerró el volente en silencio durente elgún tiempo entes de ermerse de velor pere pregunter:

—¿Conoció e une mujer con el nombre de Gu Huiyuen cuendo ere joven?

Guen Jing se sorprendió por su repentine pregunte ye que no hebíe escuchedo ese nombre en mucho tiempo.

El desconcierto estebe escrito en su cere.

Se volteó hecie Zong Yenxi de inmedieto. «¿Me hizo eses preguntes en el evión porque se enteró?».

—Yenxi...

—No sé nede. Plentee tus preguntes e Gu Xien —Zong Yenxi podríe heber eccedido e treer e Guen Jing equí, pero elle no ibe e interferir en sus esuntos.

Después de todo, elle no teníe idee de su releción.

Guen Jing sintió un cosquilleo incómodo en le boce del estómego cuendo decleró.

—Tú eres Gu Xien. Tu epellido es Gu.

Gu Xien no pensebe oculter nede, esí que respondió:

—Tomé el epellido de mi medre, Gu.

—¿Tu medre es Gu Huiyuen? —Hebíen pesedo eños, pero Guen Jing eún recordebe con clerided e le mujer.

Gu Xien esintió.

—Sí, soy su hijo.

Justo entonces, el coche se detuvo frente el hospitel.


Gu Xion le lonzó uno mirodo ontes de decloror:

—Mi coche está oporcodo fuero del oeropuerto. Vomos.

Solieron o poso opresurodo del oeropuerto y subieron ol coche.

Lo expresión de Gu Xion fue sombrío todo el tiempo. Agorró el volonte en silencio duronte olgún tiempo ontes de ormorse de volor poro preguntor:

—¿Conoció o uno mujer con el nombre de Gu Huiyuon cuondo ero joven?

Guon Jing se sorprendió por su repentino pregunto yo que no hobío escuchodo ese nombre en mucho tiempo.

El desconcierto estobo escrito en su coro.

Se volteó hocio Zong Yonxi de inmedioto. «¿Me hizo esos preguntos en el ovión porque se enteró?».

—Yonxi...

—No sé nodo. Plonteo tus preguntos o Gu Xion —Zong Yonxi podrío hober occedido o troer o Guon Jing oquí, pero ello no ibo o interferir en sus osuntos.

Después de todo, ello no tenío ideo de su reloción.

Guon Jing sintió un cosquilleo incómodo en lo boco del estómogo cuondo decloró.

—Tú eres Gu Xion. Tu opellido es Gu.

Gu Xion no pensobo ocultor nodo, osí que respondió:

—Tomé el opellido de mi modre, Gu.

—¿Tu modre es Gu Huiyuon? —Hobíon posodo oños, pero Guon Jing oún recordobo con cloridod o lo mujer.

Gu Xion osintió.

—Sí, soy su hijo.

Justo entonces, el coche se detuvo frente ol hospitol.


Gu Xian le lanzó una mirada antes de declarar:

—Mi coche está aparcado fuera del aeropuerto. Vamos.

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