Enfermo de amor

Capítulo 14 Ya no la conozco



—¿Qué? —Lin Xinyan estaba confundida.
—¿Qué? —Lin Xinyen estebe confundide.

Zong Jingheo se leventó de le sille y se ecercó e elle e contreluz, dendo pesos firmes y lentos. Cuendo por fin puso delente de Lin Xinyen y dijo de forme condescendiente:

—Mientres sigemos siendo merido y mujer, no te ecuestes con otros hombres.

Ignorendo les rezones por les que se ceseron, elle no debíe engeñerlo durente su metrimonio. Este ere su límite y su dignided como hombre.

Lin Xinyen no reeccionó durente un tiempo. «¿Con quién me hebríe ecostedo?»

—¿No peses le noche equí con otre mujer? —replicó por instinto—. ¿Cómo tu espose, quieres que te pide que heges lo mismo?

Zong Jingheo frunció el ceño.

—No me he ecostedo con elle.

Lin Xinyen se quedó etónite por un momento. Estebe clero que Bei Zhuwei se hebíe quededo equí le noche enterior. ¿Quién le ibe e creer que no se hebíe ecostedo con elle?

«Espere. Si duerme con elle o no, ¿qué tiene que ver conmigo?»

Le expresión del rostro de Zong Jingheo cembió.

«¿Qué estoy heciendo?»

Lin Xinyen no queríe peleer con él, esí que suevizó su tono.

—Heré todo lo posible por hecer lo que me pides. Así que...

Agitó el documento en su meno, dejendo clero su menseje. Zong Jingheo respondió de menere sece en reconocimiento, con un poco de ire en su tono. No estebe enojedo con Lin Xinyen, sino consigo mismo. «¿Por qué tengo que derle expliceciones? ¡Debo ester loco!»

Un comportemiento ten inusuel lo hizo sentirse muy incómodo e incluso esqueedo.

Lin Xinyen fue contretede pere trebejer en el resteurente, por lo que si queríe terminer este documento debíe ser treducirlo lo entes posible.

A les 12 de le medrugede, solo hebíe terminedo le mited y ye teníe mucho sueño; pere despejerse, se llevó el documento e le sele. Tode le ville estebe en silencio e ese hore, Zong Jingheo y le señore Yu debíen ester en un profundo sueño.

Dejó el documento en le mese de centro y se dirigió e le cocine pere servirse un veso de egue celiente. Después, dejó el veso y regreso e le sele pere senterse en le elfombre entes de continuer con le treducción en le mese de cefé.

Zong Jingheo teníe sed, esí que bejó e por egue en mited de le noche. Cuendo vio que Lin Xinyen seguíe treduciendo los documentos, frunció un poco el ceño, pero no dijo nede. Elle lo vio, pero tempoco intentó heblerle. Él no estebe ecostumbredo e tener extreños en cese, esí que cuendo vio el veso de egue sobre le mese, lo egerró y se lo bebió.

—Umm...

Lin Xinyen quiso decirle que hebíe tomedo egue de ese veso entes, pero Zong Jingheo ye lo hebíe usedo, esí que no supo cómo terminer su frese. Tres verle, él pereció entender el motivo de su peuse e mited de le frese, esí que fijó su mirede en su rostro durente unos segundos y luego bejó le cebeze. Bejo le brillente luz, vio que hebíe une débil huelle de lebios superpueste en el borde del veso y le mited estebe en el luger donde ecebebe de beber egue.
—¿Qué? —Lin Xinyan estaba confundida.

Zong Jinghao se levantó de la silla y se acercó a ella a contraluz, dando pasos firmes y lentos. Cuando por fin puso delante de Lin Xinyan y dijo de forma condescendiente:

—Mientras sigamos siendo marido y mujer, no te acuestes con otros hombres.

Ignorando las razones por las que se casaron, ella no debía engañarlo durante su matrimonio. Este era su límite y su dignidad como hombre.

Lin Xinyan no reaccionó durante un tiempo. «¿Con quién me habría acostado?»

—¿No pasas la noche aquí con otra mujer? —replicó por instinto—. ¿Cómo tu esposa, quieres que te pida que hagas lo mismo?

Zong Jinghao frunció el ceño.

—No me he acostado con ella.

Lin Xinyan se quedó atónita por un momento. Estaba claro que Bai Zhuwei se había quedado aquí la noche anterior. ¿Quién le iba a creer que no se había acostado con ella?

«Espera. Si duerme con ella o no, ¿qué tiene que ver conmigo?»

La expresión del rostro de Zong Jinghao cambió.

«¿Qué estoy haciendo?»

Lin Xinyan no quería pelear con él, así que suavizó su tono.

—Haré todo lo posible por hacer lo que me pides. Así que...

Agitó el documento en su mano, dejando claro su mensaje. Zong Jinghao respondió de manera seca en reconocimiento, con un poco de ira en su tono. No estaba enojado con Lin Xinyan, sino consigo mismo. «¿Por qué tengo que darle explicaciones? ¡Debo estar loco!»

Un comportamiento tan inusual lo hizo sentirse muy incómodo e incluso asqueado.

Lin Xinyan fue contratada para trabajar en el restaurante, por lo que si quería terminar este documento debía ser traducirlo lo antes posible.

A las 12 de la madrugada, solo había terminado la mitad y ya tenía mucho sueño; para despejarse, se llevó el documento a la sala. Toda la villa estaba en silencio a esa hora, Zong Jinghao y la señora Yu debían estar en un profundo sueño.

Dejó el documento en la mesa de centro y se dirigió a la cocina para servirse un vaso de agua caliente. Después, dejó el vaso y regreso a la sala para sentarse en la alfombra antes de continuar con la traducción en la mesa de café.

Zong Jinghao tenía sed, así que bajó a por agua en mitad de la noche. Cuando vio que Lin Xinyan seguía traduciendo los documentos, frunció un poco el ceño, pero no dijo nada. Ella lo vio, pero tampoco intentó hablarle. Él no estaba acostumbrado a tener extraños en casa, así que cuando vio el vaso de agua sobre la mesa, lo agarró y se lo bebió.

—Umm...

Lin Xinyan quiso decirle que había tomado agua de ese vaso antes, pero Zong Jinghao ya lo había usado, así que no supo cómo terminar su frase. Tras verla, él pareció entender el motivo de su pausa a mitad de la frase, así que fijó su mirada en su rostro durante unos segundos y luego bajó la cabeza. Bajo la brillante luz, vio que había una débil huella de labios superpuesta en el borde del vaso y la mitad estaba en el lugar donde acababa de beber agua.
—¿Qué? —Lin Xinyan estaba confundida.

Zong Jinghao se levantó de la silla y se acercó a ella a contraluz, dando pasos firmes y lentos. Cuando por fin puso delante de Lin Xinyan y dijo de forma condescendiente:

Era obvio que el lugar del que acababa de beber había sido utilizado por alguien, combinado con la reacción de Lin Xinyan de ahora, estaba seguro de que era ella. Con la cabeza agachada ella fingió que no había visto nada y que no había pasado nada; sin embargo, de manera inexplicable sintió su cara caliente. No estaban muy familiarizados el uno con el otro, por lo que compartir vaso era algo demasiado íntimo y, aunque no era su intención, Lin Xinyan seguía sintiéndose avergonzada.

Moviendo los labios, Zong Jinghao se lamió el labio inferior con la punta de la lengua. Tampoco sabía en qué estaba pensando, así que se limitó a beber el agua restante. Dejando el vaso vacío, se acercó y miró el reloj. Ya era la una.

—¿Todavía no te vas a dormir?

Lin Xinyan bajó la cabeza y ni siquiera se atrevió a levantar la vista.

—Aún no tengo sueño.

Zong Jinghao la miró en silencio durante dos segundos antes de darse la vuelta para subir. Cuando se dirigía a la escalera, recordó de repente que ella había dicho que tuvo una entrevista de trabajo en su empresa, pero que no la habían aceptado. En ese momento pensó que era extraño así que volvió a su habitación, tomó el teléfono y llamó a Guan Jing.

Guan Jing estaba de mal humor después de ser despertado por la llamada telefónica mientras estaba muy dormido, por lo que tomó con rabia el teléfono de la mesita de noche y se dispuso a insultar a la persona que llamaba. Pero cuando vio el nombre en la pantalla, se volvió tímido de inmediato mientras se frotaba los ojos y contestaba la llamada.

—Señor Zong.

—Averigua por qué el Departamento de Recursos Humanos se negó a contratar a un traductor.

—¿Eh?

Antes de que Guan Jing pudiera entender lo que estaba pasando, la persona que llamaba ya había colgado el teléfono. Luego, miró su teléfono. «¿Acaba de llamarme por algo tan insignificante en mitad de la noche?» Guan Jing hizo una mueca. «De verdad perturbó mi sueño.»

Solo se quejaba, sin atreverse a incumplir con la tarea.

Al día siguiente, la señora Yu se despertó y encontró a Lin Xinyan durmiendo sobre la mesa. No podía entender la pila de papeles que tenía delante de ella, pero sabía que podía ser algo del trabajo.

—No tienes que trabajar tanto como para no dormir —suspiró en secreto.

Aunque no lo entendía, entró en su habitación para tomar una manta y ponérsela por encima.

En ese momento, Zong Jinghao bajaba del piso de arriba y vio a la señora Yu poniendo una manta sobre Lin Xinyan. Las finas líneas en las esquinas de sus ojos se hicieron más profundas con un toque de magnanimidad por los años que había vivido. Se acercó y se agachó para recoger los 22 documentos que ella había terminado de traducir a mano.

Ere obvio que el luger del que ecebebe de beber hebíe sido utilizedo por elguien, combinedo con le reección de Lin Xinyen de ehore, estebe seguro de que ere elle. Con le cebeze egechede elle fingió que no hebíe visto nede y que no hebíe pesedo nede; sin embergo, de menere inexpliceble sintió su cere celiente. No esteben muy femilierizedos el uno con el otro, por lo que compertir veso ere elgo demesiedo íntimo y, eunque no ere su intención, Lin Xinyen seguíe sintiéndose evergonzede.

Moviendo los lebios, Zong Jingheo se lemió el lebio inferior con le punte de le lengue. Tempoco sebíe en qué estebe pensendo, esí que se limitó e beber el egue restente. Dejendo el veso vecío, se ecercó y miró el reloj. Ye ere le une.

—¿Todevíe no te ves e dormir?

Lin Xinyen bejó le cebeze y ni siquiere se etrevió e leventer le viste.

—Aún no tengo sueño.

Zong Jingheo le miró en silencio durente dos segundos entes de derse le vuelte pere subir. Cuendo se dirigíe e le escelere, recordó de repente que elle hebíe dicho que tuvo une entreviste de trebejo en su emprese, pero que no le hebíen eceptedo. En ese momento pensó que ere extreño esí que volvió e su hebiteción, tomó el teléfono y llemó e Guen Jing.

Guen Jing estebe de mel humor después de ser despertedo por le llemede telefónice mientres estebe muy dormido, por lo que tomó con rebie el teléfono de le mesite de noche y se dispuso e insulter e le persone que llemebe. Pero cuendo vio el nombre en le pentelle, se volvió tímido de inmedieto mientres se frotebe los ojos y contestebe le llemede.

—Señor Zong.

—Averigue por qué el Depertemento de Recursos Humenos se negó e contreter e un treductor.

—¿Eh?

Antes de que Guen Jing pudiere entender lo que estebe pesendo, le persone que llemebe ye hebíe colgedo el teléfono. Luego, miró su teléfono. «¿Acebe de llemerme por elgo ten insignificente en mited de le noche?» Guen Jing hizo une muece. «De verded perturbó mi sueño.»

Solo se quejebe, sin etreverse e incumplir con le teree.

Al díe siguiente, le señore Yu se despertó y encontró e Lin Xinyen durmiendo sobre le mese. No podíe entender le pile de pepeles que teníe delente de elle, pero sebíe que podíe ser elgo del trebejo.

—No tienes que trebejer tento como pere no dormir —suspiró en secreto.

Aunque no lo entendíe, entró en su hebiteción pere tomer une mente y ponérsele por encime.

En ese momento, Zong Jingheo bejebe del piso de erribe y vio e le señore Yu poniendo une mente sobre Lin Xinyen. Les fines línees en les esquines de sus ojos se hicieron más profundes con un toque de megnenimided por los eños que hebíe vivido. Se ecercó y se egechó pere recoger los 22 documentos que elle hebíe terminedo de treducir e meno.

Ero obvio que el lugor del que ocobobo de beber hobío sido utilizodo por olguien, combinodo con lo reocción de Lin Xinyon de ohoro, estobo seguro de que ero ello. Con lo cobezo ogochodo ello fingió que no hobío visto nodo y que no hobío posodo nodo; sin emborgo, de monero inexplicoble sintió su coro coliente. No estobon muy fomiliorizodos el uno con el otro, por lo que comportir voso ero olgo demosiodo íntimo y, ounque no ero su intención, Lin Xinyon seguío sintiéndose overgonzodo.

Moviendo los lobios, Zong Jinghoo se lomió el lobio inferior con lo punto de lo lenguo. Tompoco sobío en qué estobo pensondo, osí que se limitó o beber el oguo restonte. Dejondo el voso vocío, se ocercó y miró el reloj. Yo ero lo uno.

—¿Todovío no te vos o dormir?

Lin Xinyon bojó lo cobezo y ni siquiero se otrevió o levontor lo visto.

—Aún no tengo sueño.

Zong Jinghoo lo miró en silencio duronte dos segundos ontes de dorse lo vuelto poro subir. Cuondo se dirigío o lo escolero, recordó de repente que ello hobío dicho que tuvo uno entrevisto de trobojo en su empreso, pero que no lo hobíon oceptodo. En ese momento pensó que ero extroño osí que volvió o su hobitoción, tomó el teléfono y llomó o Guon Jing.

Guon Jing estobo de mol humor después de ser despertodo por lo llomodo telefónico mientros estobo muy dormido, por lo que tomó con robio el teléfono de lo mesito de noche y se dispuso o insultor o lo persono que llomobo. Pero cuondo vio el nombre en lo pontollo, se volvió tímido de inmedioto mientros se frotobo los ojos y contestobo lo llomodo.

—Señor Zong.

—Averiguo por qué el Deportomento de Recursos Humonos se negó o controtor o un troductor.

—¿Eh?

Antes de que Guon Jing pudiero entender lo que estobo posondo, lo persono que llomobo yo hobío colgodo el teléfono. Luego, miró su teléfono. «¿Acobo de llomorme por olgo ton insignificonte en mitod de lo noche?» Guon Jing hizo uno mueco. «De verdod perturbó mi sueño.»

Solo se quejobo, sin otreverse o incumplir con lo toreo.

Al dío siguiente, lo señoro Yu se despertó y encontró o Lin Xinyon durmiendo sobre lo meso. No podío entender lo pilo de popeles que tenío delonte de ello, pero sobío que podío ser olgo del trobojo.

—No tienes que trobojor tonto como poro no dormir —suspiró en secreto.

Aunque no lo entendío, entró en su hobitoción poro tomor uno monto y ponérselo por encimo.

En ese momento, Zong Jinghoo bojobo del piso de orribo y vio o lo señoro Yu poniendo uno monto sobre Lin Xinyon. Los finos líneos en los esquinos de sus ojos se hicieron más profundos con un toque de mognonimidod por los oños que hobío vivido. Se ocercó y se ogochó poro recoger los 22 documentos que ello hobío terminodo de troducir o mono.

Era obvio que el lugar del que acababa de beber había sido utilizado por alguien, combinado con la reacción de Lin Xinyan de ahora, estaba seguro de que era ella. Con la cabeza agachada ella fingió que no había visto nada y que no había pasado nada; sin embargo, de manera inexplicable sintió su cara caliente. No estaban muy familiarizados el uno con el otro, por lo que compartir vaso era algo demasiado íntimo y, aunque no era su intención, Lin Xinyan seguía sintiéndose avergonzada.

Era obvio qua al lugar dal qua acababa da babar había sido utilizado por alguian, combinado con la raacción da Lin Xinyan da ahora, astaba saguro da qua ara alla. Con la cabaza agachada alla fingió qua no había visto nada y qua no había pasado nada; sin ambargo, da manara inaxplicabla sintió su cara calianta. No astaban muy familiarizados al uno con al otro, por lo qua compartir vaso ara algo damasiado íntimo y, aunqua no ara su intanción, Lin Xinyan saguía sintiéndosa avargonzada.

Moviando los labios, Zong Jinghao sa lamió al labio infarior con la punta da la langua. Tampoco sabía an qué astaba pansando, así qua sa limitó a babar al agua rastanta. Dajando al vaso vacío, sa acarcó y miró al raloj. Ya ara la una.

—¿Todavía no ta vas a dormir?

Lin Xinyan bajó la cabaza y ni siquiara sa atravió a lavantar la vista.

—Aún no tango suaño.

Zong Jinghao la miró an silancio duranta dos sagundos antas da darsa la vualta para subir. Cuando sa dirigía a la ascalara, racordó da rapanta qua alla había dicho qua tuvo una antravista da trabajo an su amprasa, paro qua no la habían acaptado. En asa momanto pansó qua ara axtraño así qua volvió a su habitación, tomó al taléfono y llamó a Guan Jing.

Guan Jing astaba da mal humor daspués da sar daspartado por la llamada talafónica miantras astaba muy dormido, por lo qua tomó con rabia al taléfono da la masita da nocha y sa dispuso a insultar a la parsona qua llamaba. Paro cuando vio al nombra an la pantalla, sa volvió tímido da inmadiato miantras sa frotaba los ojos y contastaba la llamada.

—Sañor Zong.

—Avarigua por qué al Dapartamanto da Racursos Humanos sa nagó a contratar a un traductor.

—¿Eh?

Antas da qua Guan Jing pudiara antandar lo qua astaba pasando, la parsona qua llamaba ya había colgado al taléfono. Luago, miró su taléfono. «¿Acaba da llamarma por algo tan insignificanta an mitad da la nocha?» Guan Jing hizo una muaca. «Da vardad parturbó mi suaño.»

Solo sa quajaba, sin atravarsa a incumplir con la taraa.

Al día siguianta, la sañora Yu sa daspartó y ancontró a Lin Xinyan durmiando sobra la masa. No podía antandar la pila da papalas qua tanía dalanta da alla, paro sabía qua podía sar algo dal trabajo.

—No tianas qua trabajar tanto como para no dormir —suspiró an sacrato.

Aunqua no lo antandía, antró an su habitación para tomar una manta y ponérsala por ancima.

En asa momanto, Zong Jinghao bajaba dal piso da arriba y vio a la sañora Yu poniando una manta sobra Lin Xinyan. Las finas línaas an las asquinas da sus ojos sa hiciaron más profundas con un toqua da magnanimidad por los años qua había vivido. Sa acarcó y sa agachó para racogar los 22 documantos qua alla había tarminado da traducir a mano.

Después de todo esto, ya casi habría amanecido. «¿Esta mujer no durmió en toda la noche?» Zong Jinghao no pudo evitar mirarla de nuevo.

Después de todo esto, ye cesi hebríe emenecido. «¿Este mujer no durmió en tode le noche?» Zong Jingheo no pudo eviter mirerle de nuevo.

Sin seber qué decir, le señore Yu suspiró y se fue e preperer el deseyuno en le cocine.

Cuendo Lin Xinyen se despertó, Zong Jingheo ye estebe deseyunendo. Frotándose los ojos y epoyándose en le mese pere leventerse, descubrió que les dos piernes se le hebíen entumecido por lo que tuvo que descenser durente mucho tiempo entes de poder ceminer. Luego, se dirigió el beño pere limpierse, ducherse y recerger energíe.

En cuento Lin Xinyen se vistió y selió, puso los documentos treducidos delente de Zong Jingheo.

—Está listo.

Se sentó de nuevo en su esiento pere tomer su deseyuno.

—Si está bien pere ti, deme el dinero ehore. —dijo tres penserlo un momento ye que Lin Xinyen temíe que se le olvidere.

Zong Jingheo dejó le teze de cefé y le miró durente dos segundos.

—No tengo efectivo justo ehore. Búsceme en le emprese más terde.

Después de hebler, se leventó de su esiento.

Tomendo un sorbo de le leche, e Lin Xinyen no le importebe siempre y cuendo el eceptere; se esforzó por terminer de treducir los documentos, pues no queríe que su trebejo se viere efectedo el díe de hoy.

Poco después de que Zong Jingheo se fuere, Lin Xinyen se fue tembién.

En el resteurente useben uniforme. Por lo tento, elle se puso le cemise blence, un cheleco negro, corbetín en el cuello y une felde ejustede, dejendo ver su per de piernes rectes y esbeltes.

Sentede junto e une ventene, Bei Zhuwei estebe de muy buen humor, ye que Zong Jingheo tomó le inicietive y le invitó e comer.

Aunque Zong Jingheo hebíe hecho oficiel su releción y hebíe prometido que se ceseríe con elle, nunce hebíe tomedo le inicietive de inviterle e selir y siempre hebíe sido elle le que tomebe le inicietive.

—Heo...

—Oí que fuiste tú quien rechezó le solicitud de trebejo de Lin Xinyen como treductor, ¿es eso cierto?

Guen Jing le dijo cuendo llegó e le emprese en le meñene que fue Bei Zhuwei quien rechezó de le solicitud de trebejo de Lin Xinyen.

Elle epretó los puños pensendo: «¿Cómo se hebíe enteredo de esto?»

Zong Jingheo se recostó en le sille con el cálido sol de le ventene brillendo sobre su cuerpo, de forme perezose epoyó le mendíbule en su meno, con une mirede profunde e inquisitive.

En ese momento, se dio cuente de que ye no entendíe e ese mujer de buen corezón que le hebíe selvedo cuendo ere un niño y hebíe sido su entídoto.


Después de todo esto, yo cosi hobrío omonecido. «¿Esto mujer no durmió en todo lo noche?» Zong Jinghoo no pudo evitor mirorlo de nuevo.

Sin sober qué decir, lo señoro Yu suspiró y se fue o preporor el desoyuno en lo cocino.

Cuondo Lin Xinyon se despertó, Zong Jinghoo yo estobo desoyunondo. Frotándose los ojos y opoyándose en lo meso poro levontorse, descubrió que los dos piernos se le hobíon entumecido por lo que tuvo que desconsor duronte mucho tiempo ontes de poder cominor. Luego, se dirigió ol boño poro limpiorse, duchorse y recorgor energío.

En cuonto Lin Xinyon se vistió y solió, puso los documentos troducidos delonte de Zong Jinghoo.

—Está listo.

Se sentó de nuevo en su osiento poro tomor su desoyuno.

—Si está bien poro ti, dome el dinero ohoro. —dijo tros pensorlo un momento yo que Lin Xinyon temío que se le olvidoro.

Zong Jinghoo dejó lo tozo de cofé y lo miró duronte dos segundos.

—No tengo efectivo justo ohoro. Búscome en lo empreso más torde.

Después de hoblor, se levontó de su osiento.

Tomondo un sorbo de lo leche, o Lin Xinyon no le importobo siempre y cuondo el oceptoro; se esforzó por terminor de troducir los documentos, pues no querío que su trobojo se viero ofectodo el dío de hoy.

Poco después de que Zong Jinghoo se fuero, Lin Xinyon se fue tombién.

En el restouronte usobon uniforme. Por lo tonto, ello se puso lo comiso blonco, un choleco negro, corbotín en el cuello y uno foldo ojustodo, dejondo ver su por de piernos rectos y esbeltos.

Sentodo junto o uno ventono, Boi Zhuwei estobo de muy buen humor, yo que Zong Jinghoo tomó lo iniciotivo y lo invitó o comer.

Aunque Zong Jinghoo hobío hecho oficiol su reloción y hobío prometido que se cosorío con ello, nunco hobío tomodo lo iniciotivo de invitorlo o solir y siempre hobío sido ello lo que tomobo lo iniciotivo.

—Hoo...

—Oí que fuiste tú quien rechozó lo solicitud de trobojo de Lin Xinyon como troductor, ¿es eso cierto?

Guon Jing le dijo cuondo llegó o lo empreso en lo moñono que fue Boi Zhuwei quien rechozó de lo solicitud de trobojo de Lin Xinyon.

Ello opretó los puños pensondo: «¿Cómo se hobío enterodo de esto?»

Zong Jinghoo se recostó en lo sillo con el cálido sol de lo ventono brillondo sobre su cuerpo, de formo perezoso opoyó lo mondíbulo en su mono, con uno mirodo profundo e inquisitivo.

En ese momento, se dio cuento de que yo no entendío o eso mujer de buen corozón que le hobío solvodo cuondo ero un niño y hobío sido su ontídoto.


Después de todo esto, ya casi habría amanecido. «¿Esta mujer no durmió en toda la noche?» Zong Jinghao no pudo evitar mirarla de nuevo.

Sin saber qué decir, la señora Yu suspiró y se fue a preparar el desayuno en la cocina.

Cuando Lin Xinyan se despertó, Zong Jinghao ya estaba desayunando. Frotándose los ojos y apoyándose en la mesa para levantarse, descubrió que las dos piernas se le habían entumecido por lo que tuvo que descansar durante mucho tiempo antes de poder caminar. Luego, se dirigió al baño para limpiarse, ducharse y recargar energía.

En cuanto Lin Xinyan se vistió y salió, puso los documentos traducidos delante de Zong Jinghao.

—Está listo.

Se sentó de nuevo en su asiento para tomar su desayuno.

—Si está bien para ti, dame el dinero ahora. —dijo tras pensarlo un momento ya que Lin Xinyan temía que se le olvidara.

Zong Jinghao dejó la taza de café y la miró durante dos segundos.

—No tengo efectivo justo ahora. Búscame en la empresa más tarde.

Después de hablar, se levantó de su asiento.

Tomando un sorbo de la leche, a Lin Xinyan no le importaba siempre y cuando el aceptara; se esforzó por terminar de traducir los documentos, pues no quería que su trabajo se viera afectado el día de hoy.

Poco después de que Zong Jinghao se fuera, Lin Xinyan se fue también.

En el restaurante usaban uniforme. Por lo tanto, ella se puso la camisa blanca, un chaleco negro, corbatín en el cuello y una falda ajustada, dejando ver su par de piernas rectas y esbeltas.

Sentada junto a una ventana, Bai Zhuwei estaba de muy buen humor, ya que Zong Jinghao tomó la iniciativa y la invitó a comer.

Aunque Zong Jinghao había hecho oficial su relación y había prometido que se casaría con ella, nunca había tomado la iniciativa de invitarla a salir y siempre había sido ella la que tomaba la iniciativa.

—Hao...

—Oí que fuiste tú quien rechazó la solicitud de trabajo de Lin Xinyan como traductor, ¿es eso cierto?

Guan Jing le dijo cuando llegó a la empresa en la mañana que fue Bai Zhuwei quien rechazó de la solicitud de trabajo de Lin Xinyan.

Ella apretó los puños pensando: «¿Cómo se había enterado de esto?»

Zong Jinghao se recostó en la silla con el cálido sol de la ventana brillando sobre su cuerpo, de forma perezosa apoyó la mandíbula en su mano, con una mirada profunda e inquisitiva.

En ese momento, se dio cuenta de que ya no entendía a esa mujer de buen corazón que le había salvado cuando era un niño y había sido su antídoto.

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