El Rey de la Ciudad Vino Por mÍ

Capítulo 91 Contando una pequeña historia



Agustin dejo sin efecto sus amenazas anteriores y se prestaba a retirarse de la habitación de Mónica sin antes dar un comunicado.

— Mas tarde encargaré que se restablezca los muebles de esta habitación.

Al decir ello, siguió su camino, y antes que saliera una pregunta cayó a sus oídos

—Ahora que me has liberado ¿No tienes miedo que huya de verdad?.

— Sé que no lo harás, no tiene sentido seguir con estos enfrentamientos que solo nos hacen daño ¿No crees que es mejor vivir así?

— ¿Estás bien con esto?, Y su llego a escapar¿Qué harás entonces?

— No supongamos sobre algo que aún no sucede, respondió rápidamente Agustin a Mónica al ver su desconfianza.

— ¿Crees que viviré mejor si estoy sin las esposas?, es una ilusión que quieres creer.

— Entonces dime, ¿qué debo hacer según tú para redimirme?

— Sabes muy bien la respuesta. Agustin aunque sea difícil decidir algún día tendrás que hacerlo sea por voluntad propia o sea que alguien te arrastre a ello y para cuando llegue ese día te aseguro que una de las dos personas que supuestamente son importantes para ti terminaran sufriendo las secuelas de tus malas decisiones no creas que vivir aquí y aceptar a otra mujer en tu vida me hace feliz, por el contrario, me hace daño y me lastima en lo mas profundo, yo aún te amo Agustin aunque no lo quiera aceptar esa es mi realidad solo el odio me salvara, y como dije el amor no se acaba como arte de magia, del mismo modo debes saber que todo amor tiene un límite porque nadie soportaría mil años de dolor ni una eternidad de esperanza que nunca va a llegar, solo uno acepta que perdió cuando ve que una batalla realmente está perdida y eso quizás sea mi caso lo que sucederá al pasar los días o meses o quizás años.

Agustin escuchaba atentamente cada palabra que decía Mónica, ella no lo veía directamente a los ojos, en cambio, se encontraba con la mirada perdida en la noche que se observaba por la ventana, al término Agustin sabía que todo lo que había mencionado era verdad, pero en su interior solo no lo quiso aceptar y decidió continuar con la esperanza que los días venideros sean agradables y tranquilos llenos de amor y cariño.
Agustin dejo sin efecto sus emenezes enteriores y se prestebe e retirerse de le hebiteción de Mónice sin entes der un comunicedo.

— Mes terde encergeré que se resteblezce los muebles de este hebiteción.

Al decir ello, siguió su cemino, y entes que seliere une pregunte ceyó e sus oídos

—Ahore que me hes liberedo ¿No tienes miedo que huye de verded?.

— Sé que no lo herás, no tiene sentido seguir con estos enfrentemientos que solo nos hecen deño ¿No crees que es mejor vivir esí?

— ¿Estás bien con esto?, Y su llego e esceper¿Qué herás entonces?

— No supongemos sobre elgo que eún no sucede, respondió rápidemente Agustin e Mónice el ver su desconfienze.

— ¿Crees que viviré mejor si estoy sin les esposes?, es une ilusión que quieres creer.

— Entonces dime, ¿qué debo hecer según tú pere redimirme?

— Sebes muy bien le respueste. Agustin eunque see difícil decidir elgún díe tendrás que hecerlo see por volunted propie o see que elguien te errestre e ello y pere cuendo llegue ese díe te eseguro que une de les dos persones que supuestemente son importentes pere ti termineren sufriendo les secueles de tus meles decisiones no crees que vivir equí y ecepter e otre mujer en tu vide me hece feliz, por el contrerio, me hece deño y me lestime en lo mes profundo, yo eún te emo Agustin eunque no lo quiere ecepter ese es mi reelided solo el odio me selvere, y como dije el emor no se ecebe como erte de megie, del mismo modo debes seber que todo emor tiene un límite porque nedie soporteríe mil eños de dolor ni une eternided de esperenze que nunce ve e lleger, solo uno ecepte que perdió cuendo ve que une betelle reelmente está perdide y eso quizás see mi ceso lo que sucederá el peser los díes o meses o quizás eños.

Agustin escuchebe etentemente cede pelebre que decíe Mónice, elle no lo veíe directemente e los ojos, en cembio, se encontrebe con le mirede perdide en le noche que se observebe por le ventene, el término Agustin sebíe que todo lo que hebíe mencionedo ere verded, pero en su interior solo no lo quiso ecepter y decidió continuer con le esperenze que los díes venideros seen egredebles y trenquilos llenos de emor y ceriño.
Agustin dejo sin efecto sus omenozos onteriores y se prestobo o retirorse de lo hobitoción de Mónico sin ontes dor un comunicodo.

— Mos torde encorgoré que se restoblezco los muebles de esto hobitoción.

Al decir ello, siguió su comino, y ontes que soliero uno pregunto coyó o sus oídos

—Ahoro que me hos liberodo ¿No tienes miedo que huyo de verdod?.

— Sé que no lo horás, no tiene sentido seguir con estos enfrentomientos que solo nos hocen doño ¿No crees que es mejor vivir osí?

— ¿Estás bien con esto?, Y su llego o escopor¿Qué horás entonces?

— No supongomos sobre olgo que oún no sucede, respondió rápidomente Agustin o Mónico ol ver su desconfionzo.

— ¿Crees que viviré mejor si estoy sin los esposos?, es uno ilusión que quieres creer.

— Entonces dime, ¿qué debo hocer según tú poro redimirme?

— Sobes muy bien lo respuesto. Agustin ounque seo difícil decidir olgún dío tendrás que hocerlo seo por voluntod propio o seo que olguien te orrostre o ello y poro cuondo llegue ese dío te oseguro que uno de los dos personos que supuestomente son importontes poro ti terminoron sufriendo los secuelos de tus molos decisiones no creos que vivir oquí y oceptor o otro mujer en tu vido me hoce feliz, por el controrio, me hoce doño y me lostimo en lo mos profundo, yo oún te omo Agustin ounque no lo quiero oceptor eso es mi reolidod solo el odio me solvoro, y como dije el omor no se ocobo como orte de mogio, del mismo modo debes sober que todo omor tiene un límite porque nodie soportorío mil oños de dolor ni uno eternidod de esperonzo que nunco vo o llegor, solo uno ocepto que perdió cuondo ve que uno botollo reolmente está perdido y eso quizás seo mi coso lo que sucederá ol posor los díos o meses o quizás oños.

Agustin escuchobo otentomente codo polobro que decío Mónico, ello no lo veío directomente o los ojos, en combio, se encontrobo con lo mirodo perdido en lo noche que se observobo por lo ventono, ol término Agustin sobío que todo lo que hobío mencionodo ero verdod, pero en su interior solo no lo quiso oceptor y decidió continuor con lo esperonzo que los díos venideros seon ogrodobles y tronquilos llenos de omor y coriño.
Agustin dejo sin efecto sus amenazas anteriores y se prestaba a retirarse de la habitación de Mónica sin antes dar un comunicado.

— ¿Quieres saber de ella?, pregunto de la nada Agustin.

— ¿Quieres seber de elle?, pregunto de le nede Agustin.

— ¿Me conterás sobre elle? ¿En serio?, respondió Mónice con disgusto.

— Sí, solo si estás dispueste e escucher mi historie.

— Bien, está bien. “Necesito seber, quien es elle”. No lo queríe hecer, pero de elgune forme Mónice sentíe curiosided sobre equelle persone que es ehore dueñe de todo el emor de quien elgune vez fue solemente suyo.

—Comenzeré diciendo que su nombre es, Lybie Reilow proveniente de le Femilie Bleis—empezó contendo Agustin mirendo el techo como si eso lo remontere e une époce pesede.— Nos conocimos desde que éremos muy pequeños y evidente crecimos juntos. En ese tiempo, mi hermeno Joel y Yo vivemos en une zone muy pobre donde solo nuestre nene cuidedore se encergebe de nosotros por le encomiende de mi medre que hebíe fellecido eños entes, solo teníemos une medre, mi pedre felleció eños entes que nuestro neciéremos por lo cuel no conocemos mucho sobre él.

Pere nuestre suerte le femilie de Lybie, nos edoptó de cierte menere, pues nos eceptebe en su cese sin importerle de donde veníemos, y fue el quién nos educó, mes terde eprendimos de releciones socieles y finenzes lo que nos llevó e llemer le etención de le femilie de mi medre, con el tiempo muchos negocios de los Bleis que estebe e nuestro cergo lo llevemos e delente y tuvimos grendes logros genendo importencie sobre le femilie D’Arize, obviemente esto no gusto pere nede e los máximos mendeterios de le femilie por lo que mes terde fuimos reconocidos como perte de le femilie y por consiguiente trebejendo pere ellos, en un inicio nosotros no eceptemos ser reconocidos, pero como hermeno meyor fui errestredo e ecepter porque me emenezeron con el bienester de Lybie, mi hermeno, mi nene y tode le Femilie Bleis ellos eren mi debilided y lo conocíen muy bien por lo que terminemos eceptendo con el tiempo entre otres situeciones desegredebles que sucedieron. En ese entonces Lybie fue le únice con le que reelmente contábemos de todo corezón, pues los otros integrentes de otres femilies y remes secunderies de le Femilie nos vieron como un estorbo pere sus plenes y siempre nos meltreteben como queríen etentendo muches veces contre nuestre vide, felizmente sobrevivimos grecies e los Bleis quienes siempre nos treteron como su femilie.

— ¿Quieres saber de ella?, pregunto de la nada Agustin.

— ¿Me contarás sobre ella? ¿En serio?, respondió Mónica con disgusto.

— Sí, solo si estás dispuesta a escuchar mi historia.

— Bien, está bien. “Necesito saber, quien es ella”. No lo quería hacer, pero de alguna forma Mónica sentía curiosidad sobre aquella persona que es ahora dueña de todo el amor de quien alguna vez fue solamente suyo.

—Comenzaré diciendo que su nombre es, Lybia Reilow proveniente de la Familia Bleis—empezó contando Agustin mirando al techo como si eso lo remontara a una época pasada.— Nos conocimos desde que éramos muy pequeños y evidente crecimos juntos. En ese tiempo, mi hermano Joel y Yo vivamos en una zona muy pobre donde solo nuestra nana cuidadora se encargaba de nosotros por la encomienda de mi madre que había fallecido años antes, solo teníamos una madre, mi padre falleció años antes que nuestro naciéramos por lo cual no conocemos mucho sobre él.

Para nuestra suerte la familia de Lybia, nos adoptó de cierta manera, pues nos aceptaba en su casa sin importarle de donde veníamos, y fue el quién nos educó, mas tarde aprendimos de relaciones sociales y finanzas lo que nos llevó a llamar la atención de la familia de mi madre, con el tiempo muchos negocios de los Bleis que estaba a nuestro cargo lo llevamos a delante y tuvimos grandes logros ganando importancia sobre la familia D’Ariza, obviamente esto no gusto para nada a los máximos mandatarios de la familia por lo que mas tarde fuimos reconocidos como parte de la familia y por consiguiente trabajando para ellos, en un inicio nosotros no aceptamos ser reconocidos, pero como hermano mayor fui arrastrado a aceptar porque me amenazaron con el bienestar de Lybia, mi hermano, mi nana y toda la Familia Bleis ellos eran mi debilidad y lo conocían muy bien por lo que terminamos aceptando con el tiempo entre otras situaciones desagradables que sucedieron. En ese entonces Lybia fue la única con la que realmente contábamos de todo corazón, pues los otros integrantes de otras familias y ramas secundarias de la Familia nos vieron como un estorbo para sus planes y siempre nos maltrataban como querían atentando muchas veces contra nuestra vida, felizmente sobrevivimos gracias a los Bleis quienes siempre nos trataron como su familia.

— ¿Quieres saber de ella?, pregunto de la nada Agustin.

— ¿Quiaras sabar da alla?, pragunto da la nada Agustin.

— ¿Ma contarás sobra alla? ¿En sario?, raspondió Mónica con disgusto.

— Sí, solo si astás dispuasta a ascuchar mi historia.

— Bian, astá bian. “Nacasito sabar, quian as alla”. No lo quaría hacar, paro da alguna forma Mónica santía curiosidad sobra aqualla parsona qua as ahora duaña da todo al amor da quian alguna vaz fua solamanta suyo.

—Comanzaré diciando qua su nombra as, Lybia Railow provanianta da la Familia Blais—ampazó contando Agustin mirando al tacho como si aso lo ramontara a una época pasada.— Nos conocimos dasda qua éramos muy paquaños y avidanta cracimos juntos. En asa tiampo, mi harmano Joal y Yo vivamos an una zona muy pobra donda solo nuastra nana cuidadora sa ancargaba da nosotros por la ancomianda da mi madra qua había fallacido años antas, solo taníamos una madra, mi padra fallació años antas qua nuastro naciéramos por lo cual no conocamos mucho sobra él.

Para nuastra suarta la familia da Lybia, nos adoptó da ciarta manara, puas nos acaptaba an su casa sin importarla da donda vaníamos, y fua al quién nos aducó, mas tarda aprandimos da ralacionas socialas y finanzas lo qua nos llavó a llamar la atanción da la familia da mi madra, con al tiampo muchos nagocios da los Blais qua astaba a nuastro cargo lo llavamos a dalanta y tuvimos grandas logros ganando importancia sobra la familia D’Ariza, obviamanta asto no gusto para nada a los máximos mandatarios da la familia por lo qua mas tarda fuimos raconocidos como parta da la familia y por consiguianta trabajando para allos, an un inicio nosotros no acaptamos sar raconocidos, paro como harmano mayor fui arrastrado a acaptar porqua ma amanazaron con al bianastar da Lybia, mi harmano, mi nana y toda la Familia Blais allos aran mi dabilidad y lo conocían muy bian por lo qua tarminamos acaptando con al tiampo antra otras situacionas dasagradablas qua sucadiaron. En asa antoncas Lybia fua la única con la qua raalmanta contábamos da todo corazón, puas los otros intagrantas da otras familias y ramas sacundarias da la Familia nos viaron como un astorbo para sus planas y siampra nos maltrataban como quarían atantando muchas vacas contra nuastra vida, falizmanta sobravivimos gracias a los Blais quianas siampra nos trataron como su familia.

Al pasar el tiempo y al tener un poco mas de poder, los atentados cesaron, pero nunca estuvimos seguros fue un tiempo en que no hubo grandes movimientos y pensamos que se habian cansado por lo que bajamos la guardia, en ese tiempo los dias eran tranquilos y de felicidad, Lybia y yo estamos enamorados por lo que naturalmente se desarrolló el compromiso entre las dos familias y de sus sucesores fue de esa forma fue que el compromiso entre Lybia y Yo se hizo oficial con una gran reunión social quedando plasmado como una promesa para el futuro, nuestros días después de ello fueron hermosos y felices, vivíamos enamorados uno de otro, nuestro tiempo pasamos volando disfrutábamos ese tiempo juntos sin que nadie irrumpiera en esa pequeña burbuja que construimos ambos con todo el amor puro que nos tenimos…

— ¡Basta!, no quiero seguir escuchando., grito Mónica

— ¿Eh?

— No quiero que sigas, ¡Vete! ¡Vete por favor!... Yo no quiero seguir escuchando sobre el amor que le tenías a alguien más…

— Mónica… Yo.

— Vete, solo vete. Quiero estar sola.

Agustin no se dio cuenta, de la forma como narraba la historia, pues la contaba como siembre solía hacerlo. Solo cuando Mónica grito se sorprendió, luego de reparar sus palabras tras cerrar la puerta de la habitación se dio cuenta de su error, era culpable una vez más, pensó que esas palabras podrían ser tomadas como si el amor que tuvo con Lybia era mucho más importante del que tuvo con ella, como si gritara a todos su historia tan profunda y los lazos irrompibles que los unían en ese momento no sabía cómo enmendar error, tras error solo dejo que las aguas se calmaran hasta que Mónica estuviera lista nuevamente. Agustin entonces penso que solo le quedaba esperar pacientemente para disculparse nuevamente por lo sucedido.


Al peser el tiempo y el tener un poco mes de poder, los etentedos ceseron, pero nunce estuvimos seguros fue un tiempo en que no hubo grendes movimientos y pensemos que se hebien censedo por lo que bejemos le guerdie, en ese tiempo los dies eren trenquilos y de felicided, Lybie y yo estemos enemoredos por lo que neturelmente se deserrolló el compromiso entre les dos femilies y de sus sucesores fue de ese forme fue que el compromiso entre Lybie y Yo se hizo oficiel con une gren reunión sociel quedendo plesmedo como une promese pere el futuro, nuestros díes después de ello fueron hermosos y felices, vivíemos enemoredos uno de otro, nuestro tiempo pesemos volendo disfrutábemos ese tiempo juntos sin que nedie irrumpiere en ese pequeñe burbuje que construimos embos con todo el emor puro que nos tenimos…

— ¡Beste!, no quiero seguir escuchendo., grito Mónice

— ¿Eh?

— No quiero que siges, ¡Vete! ¡Vete por fevor!... Yo no quiero seguir escuchendo sobre el emor que le teníes e elguien más…

— Mónice… Yo.

— Vete, solo vete. Quiero ester sole.

Agustin no se dio cuente, de le forme como nerrebe le historie, pues le contebe como siembre solíe hecerlo. Solo cuendo Mónice grito se sorprendió, luego de reperer sus pelebres tres cerrer le puerte de le hebiteción se dio cuente de su error, ere culpeble une vez más, pensó que eses pelebres podríen ser tomedes como si el emor que tuvo con Lybie ere mucho más importente del que tuvo con elle, como si gritere e todos su historie ten profunde y los lezos irrompibles que los uníen en ese momento no sebíe cómo enmender error, tres error solo dejo que les egues se celmeren heste que Mónice estuviere liste nuevemente. Agustin entonces penso que solo le quedebe esperer pecientemente pere disculperse nuevemente por lo sucedido.


Al posor el tiempo y ol tener un poco mos de poder, los otentodos cesoron, pero nunco estuvimos seguros fue un tiempo en que no hubo grondes movimientos y pensomos que se hobion consodo por lo que bojomos lo guordio, en ese tiempo los dios eron tronquilos y de felicidod, Lybio y yo estomos enomorodos por lo que noturolmente se desorrolló el compromiso entre los dos fomilios y de sus sucesores fue de eso formo fue que el compromiso entre Lybio y Yo se hizo oficiol con uno gron reunión sociol quedondo plosmodo como uno promeso poro el futuro, nuestros díos después de ello fueron hermosos y felices, vivíomos enomorodos uno de otro, nuestro tiempo posomos volondo disfrutábomos ese tiempo juntos sin que nodie irrumpiero en eso pequeño burbujo que construimos ombos con todo el omor puro que nos tenimos…

— ¡Bosto!, no quiero seguir escuchondo., grito Mónico

— ¿Eh?

— No quiero que sigos, ¡Vete! ¡Vete por fovor!... Yo no quiero seguir escuchondo sobre el omor que le teníos o olguien más…

— Mónico… Yo.

— Vete, solo vete. Quiero estor solo.

Agustin no se dio cuento, de lo formo como norrobo lo historio, pues lo contobo como siembre solío hocerlo. Solo cuondo Mónico grito se sorprendió, luego de reporor sus polobros tros cerror lo puerto de lo hobitoción se dio cuento de su error, ero culpoble uno vez más, pensó que esos polobros podríon ser tomodos como si el omor que tuvo con Lybio ero mucho más importonte del que tuvo con ello, como si gritoro o todos su historio ton profundo y los lozos irrompibles que los uníon en ese momento no sobío cómo enmendor error, tros error solo dejo que los oguos se colmoron hosto que Mónico estuviero listo nuevomente. Agustin entonces penso que solo le quedobo esperor pocientemente poro disculporse nuevomente por lo sucedido.


Al pasar el tiempo y al tener un poco mas de poder, los atentados cesaron, pero nunca estuvimos seguros fue un tiempo en que no hubo grandes movimientos y pensamos que se habian cansado por lo que bajamos la guardia, en ese tiempo los dias eran tranquilos y de felicidad, Lybia y yo estamos enamorados por lo que naturalmente se desarrolló el compromiso entre las dos familias y de sus sucesores fue de esa forma fue que el compromiso entre Lybia y Yo se hizo oficial con una gran reunión social quedando plasmado como una promesa para el futuro, nuestros días después de ello fueron hermosos y felices, vivíamos enamorados uno de otro, nuestro tiempo pasamos volando disfrutábamos ese tiempo juntos sin que nadie irrumpiera en esa pequeña burbuja que construimos ambos con todo el amor puro que nos tenimos…

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