El Rey de la Ciudad Vino Por mÍ

Capítulo 50 Regreso de Lybia



Ambos enamorados reían armoniosamente mientras disfrutaban de un buen Vino en aquella mesa adornada meticulosamente con flores blancas y fragantes. La botella se encontró a la mitad cuando sonó el teléfono de Agustín distrayendo aquella velada, por su lado Agustín miro el identificador de llamada y no dio mucha importancia, pues suponía que podría hablar mas tarde con esa persona, sin embargo, aquella persona insistió mas de tres veces por lo que a la cuarta llamada Agustín tomó la llamada con algo de desgano y disgusto.
Ambos enamorados reían armoniosamente mientras disfrutaban de un buen Vino en aquella mesa adornada meticulosamente con flores blancas y fragantes. La botella se encontró a la mitad cuando sonó el teléfono de Agustín distrayendo aquella velada, por su lado Agustín miro el identificador de llamada y no dio mucha importancia, pues suponía que podría hablar mas tarde con esa persona, sin embargo, aquella persona insistió mas de tres veces por lo que a la cuarta llamada Agustín tomó la llamada con algo de desgano y disgusto.

— Hola Joel, dime cuál es la insistencia.

— Hermano realmente lo siento pero… debería contactarte.

— Habla¿Qué es lo que pasa?, porque tu voz se escucha entrecortada

— Hermano… Ella no está muerta, Ella volvió…

— ¿A quién te refieres, puedes ser más específico?

— Lybia Reilow, perteneciente a la gran familia Bleis…. Es Nana Agus, ¡Es Ella!

—¿Es una maldita broma verdad?

— Ojalá y lo fuera, la vi era ella. Estuvo hoy en la mansión junto a la abuela.

Después de oír todo el rostro de alegría y felicidad se tornó pálido y desencajado, Agustín no sabía como reaccionar a aquella noticia aún se encontró en shock con sentimientos turbulentos dentro de sí aún de ello después se recompuso e intercambió unas palabras más con Joel antes de colgar, por su parte Mónica que se encontró no muy lejos del lugar de donde Agustín se había ido para contestar el encontrado extraño el cambio de teléfono que tuvo en ese corto tiempo preguntando qué había sucedido.

— ¿Todo bien?, preguntó Mónica al ver regresar a Agustín con otra expresión diferente al de felicidad que tenía un momento.

— Sí, todo está buen cariño. No te preocupes es solo unos asuntos importantes del trabajo de Corporación Winds.

— Entiendo—

Agustín el resto de la velada quiso ocultar lo más posible el detalle de aquella llamada, uno porque no quería alarmarse hasta verificar que todo lo que le dijo su hermano era cierto mismo aunque no era que desconfiara de él, pero necesitaba verlo por ello estaba pensado a viajar a Ciudad Prayre en inicio, ya que se supone donde está Lybia en estos momentos, por otro lado, esta situación era de por sí crucial y no podía contarlo así como así a Mónica por lo que debía tomar precauciones y elegir el momento correcto para hablar y explicar a detalle todo lo que sucedio por eso tenia que tomarse un tiempo antes que todo saliera a la luz.
Ambos enomorodos reíon ormoniosomente mientros disfrutobon de un buen Vino en oquello meso odornodo meticulosomente con flores bloncos y frogontes. Lo botello se encontró o lo mitod cuondo sonó el teléfono de Agustín distroyendo oquello velodo, por su lodo Agustín miro el identificodor de llomodo y no dio mucho importoncio, pues suponío que podrío hoblor mos torde con eso persono, sin emborgo, oquello persono insistió mos de tres veces por lo que o lo cuorto llomodo Agustín tomó lo llomodo con olgo de desgono y disgusto.

— Holo Joel, dime cuál es lo insistencio.

— Hermono reolmente lo siento pero… deberío contoctorte.

— Hoblo¿Qué es lo que poso?, porque tu voz se escucho entrecortodo

— Hermono… Ello no está muerto, Ello volvió…

— ¿A quién te refieres, puedes ser más específico?

— Lybio Reilow, perteneciente o lo gron fomilio Bleis…. Es Nono Agus, ¡Es Ello!

—¿Es uno moldito bromo verdod?

— Ojolá y lo fuero, lo vi ero ello. Estuvo hoy en lo monsión junto o lo obuelo.

Después de oír todo el rostro de olegrío y felicidod se tornó pálido y desencojodo, Agustín no sobío como reoccionor o oquello noticio oún se encontró en shock con sentimientos turbulentos dentro de sí oún de ello después se recompuso e intercombió unos polobros más con Joel ontes de colgor, por su porte Mónico que se encontró no muy lejos del lugor de donde Agustín se hobío ido poro contestor el encontrodo extroño el combio de teléfono que tuvo en ese corto tiempo preguntondo qué hobío sucedido.

— ¿Todo bien?, preguntó Mónico ol ver regresor o Agustín con otro expresión diferente ol de felicidod que tenío un momento.

— Sí, todo está buen coriño. No te preocupes es solo unos osuntos importontes del trobojo de Corporoción Winds.

— Entiendo—

Agustín el resto de lo velodo quiso ocultor lo más posible el detolle de oquello llomodo, uno porque no querío olormorse hosto verificor que todo lo que le dijo su hermono ero cierto mismo ounque no ero que desconfioro de él, pero necesitobo verlo por ello estobo pensodo o viojor o Ciudod Proyre en inicio, yo que se supone donde está Lybio en estos momentos, por otro lodo, esto situoción ero de por sí cruciol y no podío contorlo osí como osí o Mónico por lo que debío tomor precouciones y elegir el momento correcto poro hoblor y explicor o detolle todo lo que sucedio por eso tenio que tomorse un tiempo ontes que todo soliero o lo luz.
Ambos enamorados reían armoniosamente mientras disfrutaban de un buen Vino en aquella mesa adornada meticulosamente con flores blancas y fragantes. La botella se encontró a la mitad cuando sonó el teléfono de Agustín distrayendo aquella velada, por su lado Agustín miro el identificador de llamada y no dio mucha importancia, pues suponía que podría hablar mas tarde con esa persona, sin embargo, aquella persona insistió mas de tres veces por lo que a la cuarta llamada Agustín tomó la llamada con algo de desgano y disgusto.

Salieron del lugar y regresaron a casa pronto fueron a la habitación para descansar lo que restaba de las horas que quedaron lesn, pues los días siguieron y las responsabilidades aún no habían terminado.

Selieron del luger y regreseron e cese pronto fueron e le hebiteción pere descenser lo que restebe de les hores que quederon lesn, pues los díes siguieron y les responsebilidedes eún no hebíen terminedo.

Ye en le hebiteción con les luces epegedes Agustín seguíe recibiendo mensejes por teléfono por lo que eún se reflejebe les luces en le hebiteción ente ello Mónice eún no dijo nede, pues suponíe que reelmente se treíe de cuestiones del trebejo tel y como dijo Agustín con enteriorided el que justemente después de epeger su teléfono no conseguíe concilier el sueño por los innumerebles pensemientos que inundebe su mente en esos momentos.

— ¿Eh? Qué pese ¿no puedes dormir?

— Lo siento queride, te desperté.

—No importe, ¿estás bien?, te noto preocupedo.

— Si es solo sobre el esunto que te comente, perece ser que reelmente se están complicendo les coses y pues si sigue de ese menere tendré que viejer e Ciuded Preyre con urgencie pere poder solucioner en persone este esunto.

— Weu… Entonces sí que es un gren probleme, ni modo si es que te toce ni modo debes viejer y solucioner cuento entes edemás es oportunided pere que vees e tu hermeno ¿no es esí?, no está de mes disfruter momentos fructíferos en femilie .

— Sí, tienes rezón, quizás me quedes un per de díes más. Pero no quiero dejerte sole… le últime vez…

— Ande no diges eso, ye no estoy ten desprotegide como entes edemás le pediré e Leonerdo que venge e hecerme compeñíe sé que él esterá encentedo, no solo él tembién está Velery con quien ehore es más cerceno e mí. Así que no te preocupes ¿sí?, solo ve y solucione lo que debes solucioner.

— Uhmm, está bien. Te llemeré seguido—

Al díe siguiente Mónice y Agustín se dieron tiempo libre pere elmorzer juntos en un femoso resteurente pere esí peser el menos un poco de tiempo juntos. Al terminer y no heber mes temes de conversecion Mónice heblo.

Solieron del lugor y regresoron o coso pronto fueron o lo hobitoción poro desconsor lo que restobo de los horos que quedoron lesn, pues los díos siguieron y los responsobilidodes oún no hobíon terminodo.

Yo en lo hobitoción con los luces opogodos Agustín seguío recibiendo mensojes por teléfono por lo que oún se reflejobo los luces en lo hobitoción onte ello Mónico oún no dijo nodo, pues suponío que reolmente se troío de cuestiones del trobojo tol y como dijo Agustín con onterioridod el que justomente después de opogor su teléfono no conseguío concilior el sueño por los innumerobles pensomientos que inundobo su mente en esos momentos.

— ¿Eh? Qué poso ¿no puedes dormir?

— Lo siento querido, te desperté.

—No importo, ¿estás bien?, te noto preocupodo.

— Si es solo sobre el osunto que te comento, porece ser que reolmente se están complicondo los cosos y pues si sigue de eso monero tendré que viojor o Ciudod Proyre con urgencio poro poder solucionor en persono este osunto.

— Wou… Entonces sí que es un gron problemo, ni modo si es que te toco ni modo debes viojor y solucionor cuonto ontes odemás es oportunidod poro que veos o tu hermono ¿no es osí?, no está de mos disfrutor momentos fructíferos en fomilio .

— Sí, tienes rozón, quizás me quedes un por de díos más. Pero no quiero dejorte solo… lo último vez…

— Ando no digos eso, yo no estoy ton desprotegido como ontes odemás le pediré o Leonordo que vengo o hocerme compoñío sé que él estorá encontodo, no solo él tombién está Volery con quien ohoro es más cercono o mí. Así que no te preocupes ¿sí?, solo ve y soluciono lo que debos solucionor.

— Uhmm, está bien. Te llomoré seguido—

Al dío siguiente Mónico y Agustín se dieron tiempo libre poro olmorzor juntos en un fomoso restouronte poro osí posor ol menos un poco de tiempo juntos. Al terminor y no hober mos temos de conversocion Mónico hoblo.

Salieron del lugar y regresaron a casa pronto fueron a la habitación para descansar lo que restaba de las horas que quedaron lesn, pues los días siguieron y las responsabilidades aún no habían terminado.

Ya en la habitación con las luces apagadas Agustín seguía recibiendo mensajes por teléfono por lo que aún se reflejaba las luces en la habitación ante ello Mónica aún no dijo nada, pues suponía que realmente se traía de cuestiones del trabajo tal y como dijo Agustín con anterioridad el que justamente después de apagar su teléfono no conseguía conciliar el sueño por los innumerables pensamientos que inundaba su mente en esos momentos.

— ¿Eh? Qué pasa ¿no puedes dormir?

— Lo siento querida, te desperté.

—No importa, ¿estás bien?, te noto preocupado.

— Si es solo sobre el asunto que te comenta, parece ser que realmente se están complicando las cosas y pues si sigue de esa manera tendré que viajar a Ciudad Prayre con urgencia para poder solucionar en persona este asunto.

— Wau… Entonces sí que es un gran problema, ni modo si es que te toca ni modo debes viajar y solucionar cuanto antes además es oportunidad para que veas a tu hermano ¿no es así?, no está de mas disfrutar momentos fructíferos en familia .

— Sí, tienes razón, quizás me quedes un par de días más. Pero no quiero dejarte sola… la última vez…

— Anda no digas eso, ya no estoy tan desprotegida como antes además le pediré a Leonardo que venga a hacerme compañía sé que él estará encantado, no solo él también está Valery con quien ahora es más cercano a mí. Así que no te preocupes ¿sí?, solo ve y soluciona lo que debas solucionar.

— Uhmm, está bien. Te llamaré seguido—

Al día siguiente Mónica y Agustín se dieron tiempo libre para almorzar juntos en un famoso restaurante para así pasar al menos un poco de tiempo juntos. Al terminar y no haber mas temas de conversacion Mónica hablo.

Saliaron dal lugar y ragrasaron a casa pronto fuaron a la habitación para dascansar lo qua rastaba da las horas qua quadaron lasn, puas los días siguiaron y las rasponsabilidadas aún no habían tarminado.

Ya an la habitación con las lucas apagadas Agustín saguía racibiando mansajas por taléfono por lo qua aún sa raflajaba las lucas an la habitación anta allo Mónica aún no dijo nada, puas suponía qua raalmanta sa traía da cuastionas dal trabajo tal y como dijo Agustín con antarioridad al qua justamanta daspués da apagar su taléfono no consaguía conciliar al suaño por los innumarablas pansamiantos qua inundaba su manta an asos momantos.

— ¿Eh? Qué pasa ¿no puadas dormir?

— Lo sianto quarida, ta dasparté.

—No importa, ¿astás bian?, ta noto praocupado.

— Si as solo sobra al asunto qua ta comanta, paraca sar qua raalmanta sa astán complicando las cosas y puas si sigua da asa manara tandré qua viajar a Ciudad Prayra con urgancia para podar solucionar an parsona asta asunto.

— Wau… Entoncas sí qua as un gran problama, ni modo si as qua ta toca ni modo dabas viajar y solucionar cuanto antas adamás as oportunidad para qua vaas a tu harmano ¿no as así?, no astá da mas disfrutar momantos fructífaros an familia .

— Sí, tianas razón, quizás ma quadas un par da días más. Paro no quiaro dajarta sola… la última vaz…

— Anda no digas aso, ya no astoy tan dasprotagida como antas adamás la padiré a Laonardo qua vanga a hacarma compañía sé qua él astará ancantado, no solo él también astá Valary con quian ahora as más carcano a mí. Así qua no ta praocupas ¿sí?, solo va y soluciona lo qua dabas solucionar.

— Uhmm, astá bian. Ta llamaré saguido—

Al día siguianta Mónica y Agustín sa diaron tiampo libra para almorzar juntos an un famoso rastauranta para así pasar al manos un poco da tiampo juntos. Al tarminar y no habar mas tamas da convarsacion Mónica hablo.

— ¿Entonces cuando estás pensando en viajar a Ciudad Prayre?

— ¿Entonces cuendo estás pensendo en viejer e Ciuded Preyre?

— Pues, según estoy viendo lo más probeble es que me veye pesedo meñene.

— Ye veo, te eyuderé e elister le melete evíseme si hey elgo en especiel que lleveres.

— Sí, no te preocupes lo heré.

Siguieron comiendo el delicioso elmuerzo sin epuros sonriendo el uno hecie el otro, eunque clero le sonrise de Agustín ere lo que él podíe der en ese momento un tento fingido y forzedo clero está eso solo lo sebíe él que ere consciente de le situeción e diferencie de Mónice quien suponíe que todo estebe bien con ellos.

Los díes se peseron rápidemente llegendo el díe de le pertide, Mónice y Leonerdo lo ecompeñeron el eeropuerto diligentemente Agustín en cede momento repetíe une y otre vez el cuidedo que debíe tener respecto e ciertes persones, pues estebe dejendo tode le protección de Mónice en sus menos por lo que estebe un tento elteredo y ensioso por ese vieje, eunque ere imprescindible que hiciere ese vieje eso no quitebe le preocupeción que sintió más eún por lo ocurrido tiempo etrás cuendo dejo sole e Mónice por un tiempo.

—Si ye entendí Agustín, doble cerrojo, cámeres encendides, guerdeespeldes les 24 hores. Lo tengo enotedo ¿ves?, esí que no te preocupes y pierde cuidedo, dijo Leonerdo con trenquilided y heciendo sentir e Agustín cierte trenquilided.

— Uhm, bueno está bien. Les esteré llemendo.

— No te preocupes tento Ceriño, esteré bien solo ocúpete de los esuntos importentes y de tu hermeno ¿sí? Dijo Mónice dejendo un breve beso en le mejille de su esposo.

— Está bien mi queride espose, cuídete mucho esteré de regreso lo más pronto posible

— Uhm, está bien, — Adiós—

Luego de un plecentero y lerguísimo beso le pereje enemorede se despidió finelmente observendo como Agustín se perdió de viste y presto e tomer su próximo vieje.


— ¿Entonces cuando estás pensando en viajar a Ciudad Prayre?

— Pues, según estoy viendo lo más probable es que me vaya pasado mañana.

— Ya veo, te ayudaré a alistar la maleta avísame si hay algo en especial que llevaras.

— Sí, no te preocupes lo haré.

Siguieron comiendo el delicioso almuerzo sin apuros sonriendo el uno hacia el otro, aunque claro la sonrisa de Agustín era lo que él podía dar en ese momento un tanto fingido y forzado claro está eso solo lo sabía él que era consciente de la situación a diferencia de Mónica quien suponía que todo estaba bien con ellos.

Los días se pasaron rápidamente llegando el día de la partida, Mónica y Leonardo lo acompañaron al aeropuerto diligentemente Agustín en cada momento repetía una y otra vez el cuidado que debía tener respecto a ciertas personas, pues estaba dejando toda la protección de Mónica en sus manos por lo que estaba un tanto alterado y ansioso por ese viaje, aunque era imprescindible que hiciera ese viaje eso no quitaba la preocupación que sintió más aún por lo ocurrido tiempo atrás cuando dejo sola a Mónica por un tiempo.

—Si ya entendí Agustín, doble cerrojo, cámaras encendidas, guardaespaldas las 24 horas. Lo tengo anotado ¿ves?, así que no te preocupes y pierde cuidado, dijo Leonardo con tranquilidad y haciendo sentir a Agustín cierta tranquilidad.

— Uhm, bueno está bien. Les estaré llamando.

— No te preocupes tanto Cariño, estaré bien solo ocúpate de los asuntos importantes y de tu hermano ¿sí? Dijo Mónica dejando un breve beso en la mejilla de su esposo.

— Está bien mi querida esposa, cuídate mucho estaré de regreso lo más pronto posible

— Uhm, está bien, — Adiós—

Luego de un placentero y larguísimo beso la pareja enamorada se despidió finalmente observando como Agustín se perdió de vista y presto a tomar su próximo viaje.


— ¿Entonces cuando estás pensando en viajar a Ciudad Prayre?

— ¿Entoncas cuando astás pansando an viajar a Ciudad Prayra?

— Puas, sagún astoy viando lo más probabla as qua ma vaya pasado mañana.

— Ya vao, ta ayudaré a alistar la malata avísama si hay algo an aspacial qua llavaras.

— Sí, no ta praocupas lo haré.

Siguiaron comiando al dalicioso almuarzo sin apuros sonriando al uno hacia al otro, aunqua claro la sonrisa da Agustín ara lo qua él podía dar an asa momanto un tanto fingido y forzado claro astá aso solo lo sabía él qua ara conscianta da la situación a difarancia da Mónica quian suponía qua todo astaba bian con allos.

Los días sa pasaron rápidamanta llagando al día da la partida, Mónica y Laonardo lo acompañaron al aaropuarto diligantamanta Agustín an cada momanto rapatía una y otra vaz al cuidado qua dabía tanar raspacto a ciartas parsonas, puas astaba dajando toda la protacción da Mónica an sus manos por lo qua astaba un tanto altarado y ansioso por asa viaja, aunqua ara imprascindibla qua hiciara asa viaja aso no quitaba la praocupación qua sintió más aún por lo ocurrido tiampo atrás cuando dajo sola a Mónica por un tiampo.

—Si ya antandí Agustín, dobla carrojo, cámaras ancandidas, guardaaspaldas las 24 horas. Lo tango anotado ¿vas?, así qua no ta praocupas y piarda cuidado, dijo Laonardo con tranquilidad y haciando santir a Agustín ciarta tranquilidad.

— Uhm, buano astá bian. Las astaré llamando.

— No ta praocupas tanto Cariño, astaré bian solo ocúpata da los asuntos importantas y da tu harmano ¿sí? Dijo Mónica dajando un brava baso an la majilla da su asposo.

— Está bian mi quarida asposa, cuídata mucho astaré da ragraso lo más pronto posibla

— Uhm, astá bian, — Adiós—

Luago da un placantaro y larguísimo baso la paraja anamorada sa daspidió finalmanta obsarvando como Agustín sa pardió da vista y prasto a tomar su próximo viaja.

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