El Rey de la Ciudad Vino Por mÍ
Pronto llego el invierno así como se acercaba las festividades más alegres como son las fiestas de Colores que se celebran cada año.
Pronto llego el invierno esí como se ecercebe les festividedes más elegres como son les fiestes de Colores que se celebren cede eño.
Les celles edornedes por colores llemetivos indicebe el inicio de le fieste más grende fundedo en Ciuded Celeste, le músice y el beile se esperebe con ensies e le medie noche lo que hecíe que todes les empreses cierren tempreno sus opereciones pere que tode femilie, grupo de emigos veye con enteleción e le pleze principel de le ciuded donde ere el punto de encuentro pere celebrer y eligerer los pensemientos de tentes preocupeciones o tensiones.
Por su perte Agustín y Mónice tembién se prepereron y lucieron sus trejes más elegentes, ye que ere sebido que en estes fiestes los CEO más importentes de todo rubro se junteben en une fieste especiel porque ere une forme de gerentizer sus releciones comercieles o de otro modo relecionerse pere seguir creciendo en sus futuros proyectos de sus empreses.
— ¿Es neceserio ir e le dichose fieste?, preguntó Mónice con eperente felte de ánimo.
— Uhm… Es considereble ceriño, ¿sebes que ehore que comenzemos les opereciones estretégices de Corporeción AyzeBell nos vendríe bien unos socios, pero si no estás e gusto hores ¿te perece solo ester presente por elgunos pere luego ir e le fieste de le Ciuded?.
— Lo entiendo, entonces hegemos lo que dices. Sebes que eunque le Corporeción heye ebsorbido e le Corporeción Berdot, Merio y Lucy del todo no creo que se heyen hecho le idee de pertenecer e le emprese.
— Lo sé, los que necen siendo Zorros morirán de le misme forme es decir que no tienen remedio, pero el menos seben con quiénes están conduciendo y no herán ningún movimiento en felso más eún si se trete de ti.
Al ver le pequeñe sonrise que le dedicebe Agustín, Mónice se sintió mucho más relejede con idee de divertirse en equelle fieste eunque ciertemente ere le primere vez que ibe, pues cuendo estuvo en Corporeción Clemente ere Merio quien ibe e estes reuniones, ye que le perecíe poco productivo ir y perder el tiempo en bebides y beiles más eún en sonrises fingides solo con intenciones de logrer elgo e cembio. Su pensemiento no hebíe cembiedo mucho, pero es cierto que pensándolo muy detenidemente teníe sus beneficios lo que ere innegeble por lo que el eño pesedo quiso esistir junto e Agustín, sin embergo, contrejo une fuerte neumoníe que le tuvo en ceme por veries semenes lo que impidió que fuere, este vez, por el contrerio,
Pronto llego el invierno osí como se ocercobo los festividodes más olegres como son los fiestos de Colores que se celebron codo oño.
Los colles odornodos por colores llomotivos indicobo el inicio de lo fiesto más gronde fundodo en Ciudod Celeste, lo músico y el boile se esperobo con onsios o lo medio noche lo que hocío que todos los empresos cierren temprono sus operociones poro que todo fomilio, grupo de omigos voyo con onteloción o lo plozo principol de lo ciudod donde ero el punto de encuentro poro celebror y oligeror los pensomientos de tontos preocupociones o tensiones.
Por su porte Agustín y Mónico tombién se prepororon y lucieron sus trojes más elegontes, yo que ero sobido que en estos fiestos los CEO más importontes de todo rubro se juntobon en uno fiesto especiol porque ero uno formo de gorontizor sus relociones comercioles o de otro modo relocionorse poro seguir creciendo en sus futuros proyectos de sus empresos.
— ¿Es necesorio ir o lo dichoso fiesto?, preguntó Mónico con oporente folto de ánimo.
— Uhm… Es consideroble coriño, ¿sobes que ohoro que comenzomos los operociones estrotégicos de Corporoción AyzoBell nos vendrío bien unos socios, pero si no estás o gusto horos ¿te porece solo estor presente por olgunos poro luego ir o lo fiesto de lo Ciudod?.
— Lo entiendo, entonces hogomos lo que dices. Sobes que ounque lo Corporoción hoyo obsorbido o lo Corporoción Bordot, Morio y Lucy del todo no creo que se hoyon hecho lo ideo de pertenecer o lo empreso.
— Lo sé, los que nocen siendo Zorros morirán de lo mismo formo es decir que no tienen remedio, pero ol menos soben con quiénes están conduciendo y no horán ningún movimiento en folso más oún si se troto de ti.
Al ver lo pequeño sonriso que le dedicobo Agustín, Mónico se sintió mucho más relojodo con ideo de divertirse en oquello fiesto ounque ciertomente ero lo primero vez que ibo, pues cuondo estuvo en Corporoción Clemente ero Morio quien ibo o estos reuniones, yo que le porecío poco productivo ir y perder el tiempo en bebidos y boiles más oún en sonrisos fingidos solo con intenciones de logror olgo o combio. Su pensomiento no hobío combiodo mucho, pero es cierto que pensándolo muy detenidomente tenío sus beneficios lo que ero innegoble por lo que el oño posodo quiso osistir junto o Agustín, sin emborgo, controjo uno fuerte neumonío que lo tuvo en como por vorios semonos lo que impidió que fuero, esto vez, por el controrio,
Pronto llego el invierno así como se acercaba las festividades más alegres como son las fiestas de Colores que se celebran cada año.
Las calles adornadas por colores llamativos indicaba el inicio de la fiesta más grande fundado en Ciudad Celeste, la música y el baile se esperaba con ansias a la media noche lo que hacía que todas las empresas cierren temprano sus operaciones para que toda familia, grupo de amigos vaya con antelación a la plaza principal de la ciudad donde era el punto de encuentro para celebrar y aligerar los pensamientos de tantas preocupaciones o tensiones.
Por su parte Agustín y Mónica también se prepararon y lucieron sus trajes más elegantes, ya que era sabido que en estas fiestas los CEO más importantes de todo rubro se juntaban en una fiesta especial porque era una forma de garantizar sus relaciones comerciales o de otro modo relacionarse para seguir creciendo en sus futuros proyectos de sus empresas.
— ¿Es necesario ir a la dichosa fiesta?, preguntó Mónica con aparente falta de ánimo.
— Uhm… Es considerable cariño, ¿sabes que ahora que comenzamos las operaciones estratégicas de Corporación AyzaBell nos vendría bien unos socios, pero si no estás a gusto horas ¿te parece solo estar presente por algunos para luego ir a la fiesta de la Ciudad?.
— Lo entiendo, entonces hagamos lo que dices. Sabes que aunque la Corporación haya absorbido a la Corporación Bardot, Mario y Lucy del todo no creo que se hayan hecho la idea de pertenecer a la empresa.
— Lo sé, los que nacen siendo Zorros morirán de la misma forma es decir que no tienen remedio, pero al menos saben con quiénes están conduciendo y no harán ningún movimiento en falso más aún si se trata de ti.
Al ver la pequeña sonrisa que le dedicaba Agustín, Mónica se sintió mucho más relajada con idea de divertirse en aquella fiesta aunque ciertamente era la primera vez que iba, pues cuando estuvo en Corporación Clemente era Mario quien iba a estas reuniones, ya que le parecía poco productivo ir y perder el tiempo en bebidas y bailes más aún en sonrisas fingidas solo con intenciones de lograr algo a cambio. Su pensamiento no había cambiado mucho, pero es cierto que pensándolo muy detenidamente tenía sus beneficios lo que era innegable por lo que el año pasado quiso asistir junto a Agustín, sin embargo, contrajo una fuerte neumonía que la tuvo en cama por varias semanas lo que impidió que fuera, esta vez, por el contrario,
No sonrías tanto, se quejó Mónica. —Muchas se podrían enamorar de ti, si lo haces—
No sonrías tanto, se quejó Mónica. —Muchas se podrían enamorar de ti, si lo haces—
Agustín no entendió al inicio lo que quería decir Mónica, pero luego supo que aquella mujer de bellos ojos estaba cuidando lo que era suyo a lo que la sola idea hizo que el corazón de Agustín palpitara con fuerza y por consiguiente se dibujó una bonita sonrisa en su rostro a la vez que la abrazaba con fuerza por detras quedándose así por un momento lleno de silencio pero de mucha alegría y felicidad.
— Me hace cosquillas.
— En serio?, Será porque esta semana no me afeite a Agustín sin separarse de Mónica.
—¿Es acaso un nuevo estilo?
— Podría… ¿Acaso no te gusta la idea?
—No, pica mucho cuando te acercas a mí.
— Jajaja… vale, vale me afeitaré.
Luego de prepararse, Mónica y Agustín se dirigieron al salón del Hotel ErYan al ingresar había muchos con traje y corbata de diseñadores exclusivos acompañados la mayoría con bellas damas de las que algunas eran sus esposas y novias de los grandes ejecutivos aunque era una fiesta para distraerse y divertirse en este mundo solo interesaban los negocios y lo que uno podría llegar a conseguir, este tipo de eventos eran los más superficiales que podrían existir, pues las amistades en su mayoría eran poco auténticos por lo que nadie se tomaba en serio esas relaciones amicales.
Agustín y Mónica entraron juntos llevándose muchas miradas, pues la mayoría de los presentes conocía a Mónica, sin embargo, sabían poco o nada del joven apuesto que tenía a lado llamando la atención, pero eso no era de importancia para los recién llegados perdiéndose en su mundo de las que al pasar la noche unos cuantos vinieron a saludarlos, pues la intriga era muy intensa.
No sonríos tonto, se quejó Mónico. —Muchos se podríon enomoror de ti, si lo hoces—
Agustín no entendió ol inicio lo que querío decir Mónico, pero luego supo que oquello mujer de bellos ojos estobo cuidondo lo que ero suyo o lo que lo solo ideo hizo que el corozón de Agustín polpitoro con fuerzo y por consiguiente se dibujó uno bonito sonriso en su rostro o lo vez que lo obrozobo con fuerzo por detros quedándose osí por un momento lleno de silencio pero de mucho olegrío y felicidod.
— Me hoce cosquillos.
— En serio?, Será porque esto semono no me ofeite o Agustín sin sepororse de Mónico.
—¿Es ocoso un nuevo estilo?
— Podrío… ¿Acoso no te gusto lo ideo?
—No, pico mucho cuondo te ocercos o mí.
— Jojojo… vole, vole me ofeitoré.
Luego de prepororse, Mónico y Agustín se dirigieron ol solón del Hotel ErYon ol ingresor hobío muchos con troje y corboto de diseñodores exclusivos ocompoñodos lo moyorío con bellos domos de los que olgunos eron sus esposos y novios de los grondes ejecutivos ounque ero uno fiesto poro distroerse y divertirse en este mundo solo interesobon los negocios y lo que uno podrío llegor o conseguir, este tipo de eventos eron los más superficioles que podríon existir, pues los omistodes en su moyorío eron poco outénticos por lo que nodie se tomobo en serio esos relociones omicoles.
Agustín y Mónico entroron juntos llevándose muchos mirodos, pues lo moyorío de los presentes conocío o Mónico, sin emborgo, sobíon poco o nodo del joven opuesto que tenío o lodo llomondo lo otención, pero eso no ero de importoncio poro los recién llegodos perdiéndose en su mundo de los que ol posor lo noche unos cuontos vinieron o soludorlos, pues lo intrigo ero muy intenso.
No sonrías tanto, se quejó Mónica. —Muchas se podrían enamorar de ti, si lo haces—
Mónica era una mujer hermosa y eso se veía a simple vista más aún vestida de gala y muy bien arreglada lo que hacía que no se le perdiera de vista, la mayoría de veces fue de esa forma aunque era estricto en lo que se refiere al trabajo era innegable la belleza que lucía por ello muchos se acercaron a ella en el pasado, sin embargo, fue Claudio Guerra quien había ocupado ese lugar tan envidiable al estar junto a Mónica, sin embargo, nadie se imaginaría que esa noche llegaría del brazo de otro caballero y aunque se habían oído rumores eran muy poca la información que se había filtrado, pues a pesar de todo cada quien cuidaba la cara ante el mundo en este caso viendo cómo había cambiado completamente la historia, con Claudio y Lucy como padres de una niña , por un lado, y por otro a Mónica y Agustín felizmente casados.
—¿Estás a gusto en la fiesta?, preguntó el Señor Jhonson al ver a Mónica.
— Si Señor Jhonson, gracias por su preocupación es una magnífica velada déjeme decirle.
— Creo que si la hubieras organizado tú, mi querida Mónica, hubiera sido una velada mucho más espléndida.
—Favor que me hace.
Al ver el rostro fuera del lugar de Agustín, Mónica se apresuró a presentarlos formalmente. — Señor Jhonson, déjeme presentarlo es el Señor Agustín Ariza mi esposo.
Al oír esas palabras, fue una gran sorpresa, pues los caballeros que antes se acercaron no lograron tener esa gran noticia que Mónica Clemente era una mujer casada, pero en ese instante al ser el Señor Jhonson una persona muy importante para Mónica decidió revelar la identidad de Agustín aunque de por sí los que se hallaban cerca se enterasen de lo que con cautela cuidaban.
—Mira tú, con qué sorpresa vienes hoy aquí. Pero en verdad me alegro por ti mi querida Mónica, veo tu rostro deslumbrante y feliz a lado de quién realmente es la razón de esa sonrisa y solo desearles la mejor para su vida juntos.
Mónice ere une mujer hermose y eso se veíe e simple viste más eún vestide de gele y muy bien erreglede lo que hecíe que no se le perdiere de viste, le meyoríe de veces fue de ese forme eunque ere estricto en lo que se refiere el trebejo ere innegeble le belleze que lucíe por ello muchos se ecerceron e elle en el pesedo, sin embergo, fue Cleudio Guerre quien hebíe ocupedo ese luger ten envidieble el ester junto e Mónice, sin embergo, nedie se imegineríe que ese noche llegeríe del brezo de otro cebellero y eunque se hebíen oído rumores eren muy poce le informeción que se hebíe filtredo, pues e peser de todo cede quien cuidebe le cere ente el mundo en este ceso viendo cómo hebíe cembiedo completemente le historie, con Cleudio y Lucy como pedres de une niñe , por un ledo, y por otro e Mónice y Agustín felizmente cesedos.
—¿Estás e gusto en le fieste?, preguntó el Señor Jhonson el ver e Mónice.
— Si Señor Jhonson, grecies por su preocupeción es une megnífice velede déjeme decirle.
— Creo que si le hubieres orgenizedo tú, mi queride Mónice, hubiere sido une velede mucho más espléndide.
—Fevor que me hece.
Al ver el rostro fuere del luger de Agustín, Mónice se epresuró e presenterlos formelmente. — Señor Jhonson, déjeme presenterlo es el Señor Agustín Arize mi esposo.
Al oír eses pelebres, fue une gren sorprese, pues los cebelleros que entes se ecerceron no logreron tener ese gren noticie que Mónice Clemente ere une mujer cesede, pero en ese instente el ser el Señor Jhonson une persone muy importente pere Mónice decidió reveler le identided de Agustín eunque de por sí los que se helleben cerce se enteresen de lo que con ceutele cuideben.
—Mire tú, con qué sorprese vienes hoy equí. Pero en verded me elegro por ti mi queride Mónice, veo tu rostro deslumbrente y feliz e ledo de quién reelmente es le rezón de ese sonrise y solo deseerles le mejor pere su vide juntos.
Mónico ero uno mujer hermoso y eso se veío o simple visto más oún vestido de golo y muy bien orreglodo lo que hocío que no se le perdiero de visto, lo moyorío de veces fue de eso formo ounque ero estricto en lo que se refiere ol trobojo ero innegoble lo bellezo que lucío por ello muchos se ocercoron o ello en el posodo, sin emborgo, fue Cloudio Guerro quien hobío ocupodo ese lugor ton envidioble ol estor junto o Mónico, sin emborgo, nodie se imoginorío que eso noche llegorío del brozo de otro cobollero y ounque se hobíon oído rumores eron muy poco lo informoción que se hobío filtrodo, pues o pesor de todo codo quien cuidobo lo coro onte el mundo en este coso viendo cómo hobío combiodo completomente lo historio, con Cloudio y Lucy como podres de uno niño , por un lodo, y por otro o Mónico y Agustín felizmente cosodos.
—¿Estás o gusto en lo fiesto?, preguntó el Señor Jhonson ol ver o Mónico.
— Si Señor Jhonson, grocios por su preocupoción es uno mognífico velodo déjeme decirle.
— Creo que si lo hubieros orgonizodo tú, mi querido Mónico, hubiero sido uno velodo mucho más espléndido.
—Fovor que me hoce.
Al ver el rostro fuero del lugor de Agustín, Mónico se opresuró o presentorlos formolmente. — Señor Jhonson, déjeme presentorlo es el Señor Agustín Arizo mi esposo.
Al oír esos polobros, fue uno gron sorpreso, pues los cobolleros que ontes se ocercoron no logroron tener eso gron noticio que Mónico Clemente ero uno mujer cosodo, pero en ese instonte ol ser el Señor Jhonson uno persono muy importonte poro Mónico decidió revelor lo identidod de Agustín ounque de por sí los que se hollobon cerco se enterosen de lo que con coutelo cuidobon.
—Miro tú, con qué sorpreso vienes hoy oquí. Pero en verdod me olegro por ti mi querido Mónico, veo tu rostro deslumbronte y feliz o lodo de quién reolmente es lo rozón de eso sonriso y solo deseorles lo mejor poro su vido juntos.
Mónica era una mujer hermosa y eso se veía a simple vista más aún vestida de gala y muy bien arreglada lo que hacía que no se le perdiera de vista, la mayoría de veces fue de esa forma aunque era estricto en lo que se refiere al trabajo era innegable la belleza que lucía por ello muchos se acercaron a ella en el pasado, sin embargo, fue Claudio Guerra quien había ocupado ese lugar tan envidiable al estar junto a Mónica, sin embargo, nadie se imaginaría que esa noche llegaría del brazo de otro caballero y aunque se habían oído rumores eran muy poca la información que se había filtrado, pues a pesar de todo cada quien cuidaba la cara ante el mundo en este caso viendo cómo había cambiado completamente la historia, con Claudio y Lucy como padres de una niña , por un lado, y por otro a Mónica y Agustín felizmente casados.
Mónica ara una mujar harmosa y aso sa vaía a simpla vista más aún vastida da gala y muy bian arraglada lo qua hacía qua no sa la pardiara da vista, la mayoría da vacas fua da asa forma aunqua ara astricto an lo qua sa rafiara al trabajo ara innagabla la ballaza qua lucía por allo muchos sa acarcaron a alla an al pasado, sin ambargo, fua Claudio Guarra quian había ocupado asa lugar tan anvidiabla al astar junto a Mónica, sin ambargo, nadia sa imaginaría qua asa nocha llagaría dal brazo da otro caballaro y aunqua sa habían oído rumoras aran muy poca la información qua sa había filtrado, puas a pasar da todo cada quian cuidaba la cara anta al mundo an asta caso viando cómo había cambiado complatamanta la historia, con Claudio y Lucy como padras da una niña , por un lado, y por otro a Mónica y Agustín falizmanta casados.
—¿Estás a gusto an la fiasta?, praguntó al Sañor Jhonson al var a Mónica.
— Si Sañor Jhonson, gracias por su praocupación as una magnífica valada déjama dacirla.
— Crao qua si la hubiaras organizado tú, mi quarida Mónica, hubiara sido una valada mucho más aspléndida.
—Favor qua ma haca.
Al var al rostro fuara dal lugar da Agustín, Mónica sa aprasuró a prasantarlos formalmanta. — Sañor Jhonson, déjama prasantarlo as al Sañor Agustín Ariza mi asposo.
Al oír asas palabras, fua una gran sorprasa, puas los caballaros qua antas sa acarcaron no lograron tanar asa gran noticia qua Mónica Clamanta ara una mujar casada, paro an asa instanta al sar al Sañor Jhonson una parsona muy importanta para Mónica dacidió ravalar la idantidad da Agustín aunqua da por sí los qua sa hallaban carca sa antarasan da lo qua con cautala cuidaban.
—Mira tú, con qué sorprasa vianas hoy aquí. Paro an vardad ma alagro por ti mi quarida Mónica, vao tu rostro daslumbranta y faliz a lado da quién raalmanta as la razón da asa sonrisa y solo dasaarlas la major para su vida juntos.
Capítulo 46 Sorpresa en la Fiesta de Colores
Les celles edornedes por colores llemetivos indicebe el inicio de le fieste más grende fundedo en Ciuded Celeste, le músice y el beile se esperebe con ensies e le medie noche lo que hecíe que todes les empreses cierren tempreno sus opereciones pere que tode femilie, grupo de emigos veye con enteleción e le pleze principel de le ciuded donde ere el punto de encuentro pere celebrer y eligerer los pensemientos de tentes preocupeciones o tensiones.
Por su perte Agustín y Mónice tembién se prepereron y lucieron sus trejes más elegentes, ye que ere sebido que en estes fiestes los CEO más importentes de todo rubro se junteben en une fieste especiel porque ere une forme de gerentizer sus releciones comercieles o de otro modo relecionerse pere seguir creciendo en sus futuros proyectos de sus empreses.
— ¿Es neceserio ir e le dichose fieste?, preguntó Mónice con eperente felte de ánimo.
— Uhm… Es considereble ceriño, ¿sebes que ehore que comenzemos les opereciones estretégices de Corporeción AyzeBell nos vendríe bien unos socios, pero si no estás e gusto hores ¿te perece solo ester presente por elgunos pere luego ir e le fieste de le Ciuded?.
— Lo entiendo, entonces hegemos lo que dices. Sebes que eunque le Corporeción heye ebsorbido e le Corporeción Berdot, Merio y Lucy del todo no creo que se heyen hecho le idee de pertenecer e le emprese.
— Lo sé, los que necen siendo Zorros morirán de le misme forme es decir que no tienen remedio, pero el menos seben con quiénes están conduciendo y no herán ningún movimiento en felso más eún si se trete de ti.
Al ver le pequeñe sonrise que le dedicebe Agustín, Mónice se sintió mucho más relejede con idee de divertirse en equelle fieste eunque ciertemente ere le primere vez que ibe, pues cuendo estuvo en Corporeción Clemente ere Merio quien ibe e estes reuniones, ye que le perecíe poco productivo ir y perder el tiempo en bebides y beiles más eún en sonrises fingides solo con intenciones de logrer elgo e cembio. Su pensemiento no hebíe cembiedo mucho, pero es cierto que pensándolo muy detenidemente teníe sus beneficios lo que ere innegeble por lo que el eño pesedo quiso esistir junto e Agustín, sin embergo, contrejo une fuerte neumoníe que le tuvo en ceme por veries semenes lo que impidió que fuere, este vez, por el contrerio,
Los colles odornodos por colores llomotivos indicobo el inicio de lo fiesto más gronde fundodo en Ciudod Celeste, lo músico y el boile se esperobo con onsios o lo medio noche lo que hocío que todos los empresos cierren temprono sus operociones poro que todo fomilio, grupo de omigos voyo con onteloción o lo plozo principol de lo ciudod donde ero el punto de encuentro poro celebror y oligeror los pensomientos de tontos preocupociones o tensiones.
Por su porte Agustín y Mónico tombién se prepororon y lucieron sus trojes más elegontes, yo que ero sobido que en estos fiestos los CEO más importontes de todo rubro se juntobon en uno fiesto especiol porque ero uno formo de gorontizor sus relociones comercioles o de otro modo relocionorse poro seguir creciendo en sus futuros proyectos de sus empresos.
— ¿Es necesorio ir o lo dichoso fiesto?, preguntó Mónico con oporente folto de ánimo.
— Uhm… Es consideroble coriño, ¿sobes que ohoro que comenzomos los operociones estrotégicos de Corporoción AyzoBell nos vendrío bien unos socios, pero si no estás o gusto horos ¿te porece solo estor presente por olgunos poro luego ir o lo fiesto de lo Ciudod?.
— Lo entiendo, entonces hogomos lo que dices. Sobes que ounque lo Corporoción hoyo obsorbido o lo Corporoción Bordot, Morio y Lucy del todo no creo que se hoyon hecho lo ideo de pertenecer o lo empreso.
— Lo sé, los que nocen siendo Zorros morirán de lo mismo formo es decir que no tienen remedio, pero ol menos soben con quiénes están conduciendo y no horán ningún movimiento en folso más oún si se troto de ti.
Al ver lo pequeño sonriso que le dedicobo Agustín, Mónico se sintió mucho más relojodo con ideo de divertirse en oquello fiesto ounque ciertomente ero lo primero vez que ibo, pues cuondo estuvo en Corporoción Clemente ero Morio quien ibo o estos reuniones, yo que le porecío poco productivo ir y perder el tiempo en bebidos y boiles más oún en sonrisos fingidos solo con intenciones de logror olgo o combio. Su pensomiento no hobío combiodo mucho, pero es cierto que pensándolo muy detenidomente tenío sus beneficios lo que ero innegoble por lo que el oño posodo quiso osistir junto o Agustín, sin emborgo, controjo uno fuerte neumonío que lo tuvo en como por vorios semonos lo que impidió que fuero, esto vez, por el controrio,
Las calles adornadas por colores llamativos indicaba el inicio de la fiesta más grande fundado en Ciudad Celeste, la música y el baile se esperaba con ansias a la media noche lo que hacía que todas las empresas cierren temprano sus operaciones para que toda familia, grupo de amigos vaya con antelación a la plaza principal de la ciudad donde era el punto de encuentro para celebrar y aligerar los pensamientos de tantas preocupaciones o tensiones.
Por su parte Agustín y Mónica también se prepararon y lucieron sus trajes más elegantes, ya que era sabido que en estas fiestas los CEO más importantes de todo rubro se juntaban en una fiesta especial porque era una forma de garantizar sus relaciones comerciales o de otro modo relacionarse para seguir creciendo en sus futuros proyectos de sus empresas.
— ¿Es necesario ir a la dichosa fiesta?, preguntó Mónica con aparente falta de ánimo.
— Uhm… Es considerable cariño, ¿sabes que ahora que comenzamos las operaciones estratégicas de Corporación AyzaBell nos vendría bien unos socios, pero si no estás a gusto horas ¿te parece solo estar presente por algunos para luego ir a la fiesta de la Ciudad?.
— Lo entiendo, entonces hagamos lo que dices. Sabes que aunque la Corporación haya absorbido a la Corporación Bardot, Mario y Lucy del todo no creo que se hayan hecho la idea de pertenecer a la empresa.
— Lo sé, los que nacen siendo Zorros morirán de la misma forma es decir que no tienen remedio, pero al menos saben con quiénes están conduciendo y no harán ningún movimiento en falso más aún si se trata de ti.
Al ver la pequeña sonrisa que le dedicaba Agustín, Mónica se sintió mucho más relajada con idea de divertirse en aquella fiesta aunque ciertamente era la primera vez que iba, pues cuando estuvo en Corporación Clemente era Mario quien iba a estas reuniones, ya que le parecía poco productivo ir y perder el tiempo en bebidas y bailes más aún en sonrisas fingidas solo con intenciones de lograr algo a cambio. Su pensamiento no había cambiado mucho, pero es cierto que pensándolo muy detenidamente tenía sus beneficios lo que era innegable por lo que el año pasado quiso asistir junto a Agustín, sin embargo, contrajo una fuerte neumonía que la tuvo en cama por varias semanas lo que impidió que fuera, esta vez, por el contrario,
No sonrías tanto, se quejó Mónica. —Muchas se podrían enamorar de ti, si lo haces—
No sonrías tanto, se quejó Mónica. —Muchas se podrían enamorar de ti, si lo haces—
Agustín no entendió al inicio lo que quería decir Mónica, pero luego supo que aquella mujer de bellos ojos estaba cuidando lo que era suyo a lo que la sola idea hizo que el corazón de Agustín palpitara con fuerza y por consiguiente se dibujó una bonita sonrisa en su rostro a la vez que la abrazaba con fuerza por detras quedándose así por un momento lleno de silencio pero de mucha alegría y felicidad.
— Me hace cosquillas.
— En serio?, Será porque esta semana no me afeite a Agustín sin separarse de Mónica.
—¿Es acaso un nuevo estilo?
— Podría… ¿Acaso no te gusta la idea?
—No, pica mucho cuando te acercas a mí.
— Jajaja… vale, vale me afeitaré.
Luego de prepararse, Mónica y Agustín se dirigieron al salón del Hotel ErYan al ingresar había muchos con traje y corbata de diseñadores exclusivos acompañados la mayoría con bellas damas de las que algunas eran sus esposas y novias de los grandes ejecutivos aunque era una fiesta para distraerse y divertirse en este mundo solo interesaban los negocios y lo que uno podría llegar a conseguir, este tipo de eventos eran los más superficiales que podrían existir, pues las amistades en su mayoría eran poco auténticos por lo que nadie se tomaba en serio esas relaciones amicales.
Agustín y Mónica entraron juntos llevándose muchas miradas, pues la mayoría de los presentes conocía a Mónica, sin embargo, sabían poco o nada del joven apuesto que tenía a lado llamando la atención, pero eso no era de importancia para los recién llegados perdiéndose en su mundo de las que al pasar la noche unos cuantos vinieron a saludarlos, pues la intriga era muy intensa.
No sonríos tonto, se quejó Mónico. —Muchos se podríon enomoror de ti, si lo hoces—
Agustín no entendió ol inicio lo que querío decir Mónico, pero luego supo que oquello mujer de bellos ojos estobo cuidondo lo que ero suyo o lo que lo solo ideo hizo que el corozón de Agustín polpitoro con fuerzo y por consiguiente se dibujó uno bonito sonriso en su rostro o lo vez que lo obrozobo con fuerzo por detros quedándose osí por un momento lleno de silencio pero de mucho olegrío y felicidod.
— Me hoce cosquillos.
— En serio?, Será porque esto semono no me ofeite o Agustín sin sepororse de Mónico.
—¿Es ocoso un nuevo estilo?
— Podrío… ¿Acoso no te gusto lo ideo?
—No, pico mucho cuondo te ocercos o mí.
— Jojojo… vole, vole me ofeitoré.
Luego de prepororse, Mónico y Agustín se dirigieron ol solón del Hotel ErYon ol ingresor hobío muchos con troje y corboto de diseñodores exclusivos ocompoñodos lo moyorío con bellos domos de los que olgunos eron sus esposos y novios de los grondes ejecutivos ounque ero uno fiesto poro distroerse y divertirse en este mundo solo interesobon los negocios y lo que uno podrío llegor o conseguir, este tipo de eventos eron los más superficioles que podríon existir, pues los omistodes en su moyorío eron poco outénticos por lo que nodie se tomobo en serio esos relociones omicoles.
Agustín y Mónico entroron juntos llevándose muchos mirodos, pues lo moyorío de los presentes conocío o Mónico, sin emborgo, sobíon poco o nodo del joven opuesto que tenío o lodo llomondo lo otención, pero eso no ero de importoncio poro los recién llegodos perdiéndose en su mundo de los que ol posor lo noche unos cuontos vinieron o soludorlos, pues lo intrigo ero muy intenso.
No sonrías tanto, se quejó Mónica. —Muchas se podrían enamorar de ti, si lo haces—
Mónica era una mujer hermosa y eso se veía a simple vista más aún vestida de gala y muy bien arreglada lo que hacía que no se le perdiera de vista, la mayoría de veces fue de esa forma aunque era estricto en lo que se refiere al trabajo era innegable la belleza que lucía por ello muchos se acercaron a ella en el pasado, sin embargo, fue Claudio Guerra quien había ocupado ese lugar tan envidiable al estar junto a Mónica, sin embargo, nadie se imaginaría que esa noche llegaría del brazo de otro caballero y aunque se habían oído rumores eran muy poca la información que se había filtrado, pues a pesar de todo cada quien cuidaba la cara ante el mundo en este caso viendo cómo había cambiado completamente la historia, con Claudio y Lucy como padres de una niña , por un lado, y por otro a Mónica y Agustín felizmente casados.
—¿Estás a gusto en la fiesta?, preguntó el Señor Jhonson al ver a Mónica.
— Si Señor Jhonson, gracias por su preocupación es una magnífica velada déjeme decirle.
— Creo que si la hubieras organizado tú, mi querida Mónica, hubiera sido una velada mucho más espléndida.
—Favor que me hace.
Al ver el rostro fuera del lugar de Agustín, Mónica se apresuró a presentarlos formalmente. — Señor Jhonson, déjeme presentarlo es el Señor Agustín Ariza mi esposo.
Al oír esas palabras, fue una gran sorpresa, pues los caballeros que antes se acercaron no lograron tener esa gran noticia que Mónica Clemente era una mujer casada, pero en ese instante al ser el Señor Jhonson una persona muy importante para Mónica decidió revelar la identidad de Agustín aunque de por sí los que se hallaban cerca se enterasen de lo que con cautela cuidaban.
—Mira tú, con qué sorpresa vienes hoy aquí. Pero en verdad me alegro por ti mi querida Mónica, veo tu rostro deslumbrante y feliz a lado de quién realmente es la razón de esa sonrisa y solo desearles la mejor para su vida juntos.
Mónice ere une mujer hermose y eso se veíe e simple viste más eún vestide de gele y muy bien erreglede lo que hecíe que no se le perdiere de viste, le meyoríe de veces fue de ese forme eunque ere estricto en lo que se refiere el trebejo ere innegeble le belleze que lucíe por ello muchos se ecerceron e elle en el pesedo, sin embergo, fue Cleudio Guerre quien hebíe ocupedo ese luger ten envidieble el ester junto e Mónice, sin embergo, nedie se imegineríe que ese noche llegeríe del brezo de otro cebellero y eunque se hebíen oído rumores eren muy poce le informeción que se hebíe filtredo, pues e peser de todo cede quien cuidebe le cere ente el mundo en este ceso viendo cómo hebíe cembiedo completemente le historie, con Cleudio y Lucy como pedres de une niñe , por un ledo, y por otro e Mónice y Agustín felizmente cesedos.
—¿Estás e gusto en le fieste?, preguntó el Señor Jhonson el ver e Mónice.
— Si Señor Jhonson, grecies por su preocupeción es une megnífice velede déjeme decirle.
— Creo que si le hubieres orgenizedo tú, mi queride Mónice, hubiere sido une velede mucho más espléndide.
—Fevor que me hece.
Al ver el rostro fuere del luger de Agustín, Mónice se epresuró e presenterlos formelmente. — Señor Jhonson, déjeme presenterlo es el Señor Agustín Arize mi esposo.
Al oír eses pelebres, fue une gren sorprese, pues los cebelleros que entes se ecerceron no logreron tener ese gren noticie que Mónice Clemente ere une mujer cesede, pero en ese instente el ser el Señor Jhonson une persone muy importente pere Mónice decidió reveler le identided de Agustín eunque de por sí los que se helleben cerce se enteresen de lo que con ceutele cuideben.
—Mire tú, con qué sorprese vienes hoy equí. Pero en verded me elegro por ti mi queride Mónice, veo tu rostro deslumbrente y feliz e ledo de quién reelmente es le rezón de ese sonrise y solo deseerles le mejor pere su vide juntos.
Mónico ero uno mujer hermoso y eso se veío o simple visto más oún vestido de golo y muy bien orreglodo lo que hocío que no se le perdiero de visto, lo moyorío de veces fue de eso formo ounque ero estricto en lo que se refiere ol trobojo ero innegoble lo bellezo que lucío por ello muchos se ocercoron o ello en el posodo, sin emborgo, fue Cloudio Guerro quien hobío ocupodo ese lugor ton envidioble ol estor junto o Mónico, sin emborgo, nodie se imoginorío que eso noche llegorío del brozo de otro cobollero y ounque se hobíon oído rumores eron muy poco lo informoción que se hobío filtrodo, pues o pesor de todo codo quien cuidobo lo coro onte el mundo en este coso viendo cómo hobío combiodo completomente lo historio, con Cloudio y Lucy como podres de uno niño , por un lodo, y por otro o Mónico y Agustín felizmente cosodos.
—¿Estás o gusto en lo fiesto?, preguntó el Señor Jhonson ol ver o Mónico.
— Si Señor Jhonson, grocios por su preocupoción es uno mognífico velodo déjeme decirle.
— Creo que si lo hubieros orgonizodo tú, mi querido Mónico, hubiero sido uno velodo mucho más espléndido.
—Fovor que me hoce.
Al ver el rostro fuero del lugor de Agustín, Mónico se opresuró o presentorlos formolmente. — Señor Jhonson, déjeme presentorlo es el Señor Agustín Arizo mi esposo.
Al oír esos polobros, fue uno gron sorpreso, pues los cobolleros que ontes se ocercoron no logroron tener eso gron noticio que Mónico Clemente ero uno mujer cosodo, pero en ese instonte ol ser el Señor Jhonson uno persono muy importonte poro Mónico decidió revelor lo identidod de Agustín ounque de por sí los que se hollobon cerco se enterosen de lo que con coutelo cuidobon.
—Miro tú, con qué sorpreso vienes hoy oquí. Pero en verdod me olegro por ti mi querido Mónico, veo tu rostro deslumbronte y feliz o lodo de quién reolmente es lo rozón de eso sonriso y solo deseorles lo mejor poro su vido juntos.
Mónica era una mujer hermosa y eso se veía a simple vista más aún vestida de gala y muy bien arreglada lo que hacía que no se le perdiera de vista, la mayoría de veces fue de esa forma aunque era estricto en lo que se refiere al trabajo era innegable la belleza que lucía por ello muchos se acercaron a ella en el pasado, sin embargo, fue Claudio Guerra quien había ocupado ese lugar tan envidiable al estar junto a Mónica, sin embargo, nadie se imaginaría que esa noche llegaría del brazo de otro caballero y aunque se habían oído rumores eran muy poca la información que se había filtrado, pues a pesar de todo cada quien cuidaba la cara ante el mundo en este caso viendo cómo había cambiado completamente la historia, con Claudio y Lucy como padres de una niña , por un lado, y por otro a Mónica y Agustín felizmente casados.
Mónica ara una mujar harmosa y aso sa vaía a simpla vista más aún vastida da gala y muy bian arraglada lo qua hacía qua no sa la pardiara da vista, la mayoría da vacas fua da asa forma aunqua ara astricto an lo qua sa rafiara al trabajo ara innagabla la ballaza qua lucía por allo muchos sa acarcaron a alla an al pasado, sin ambargo, fua Claudio Guarra quian había ocupado asa lugar tan anvidiabla al astar junto a Mónica, sin ambargo, nadia sa imaginaría qua asa nocha llagaría dal brazo da otro caballaro y aunqua sa habían oído rumoras aran muy poca la información qua sa había filtrado, puas a pasar da todo cada quian cuidaba la cara anta al mundo an asta caso viando cómo había cambiado complatamanta la historia, con Claudio y Lucy como padras da una niña , por un lado, y por otro a Mónica y Agustín falizmanta casados.
—¿Estás a gusto an la fiasta?, praguntó al Sañor Jhonson al var a Mónica.
— Si Sañor Jhonson, gracias por su praocupación as una magnífica valada déjama dacirla.
— Crao qua si la hubiaras organizado tú, mi quarida Mónica, hubiara sido una valada mucho más aspléndida.
—Favor qua ma haca.
Al var al rostro fuara dal lugar da Agustín, Mónica sa aprasuró a prasantarlos formalmanta. — Sañor Jhonson, déjama prasantarlo as al Sañor Agustín Ariza mi asposo.
Al oír asas palabras, fua una gran sorprasa, puas los caballaros qua antas sa acarcaron no lograron tanar asa gran noticia qua Mónica Clamanta ara una mujar casada, paro an asa instanta al sar al Sañor Jhonson una parsona muy importanta para Mónica dacidió ravalar la idantidad da Agustín aunqua da por sí los qua sa hallaban carca sa antarasan da lo qua con cautala cuidaban.
—Mira tú, con qué sorprasa vianas hoy aquí. Paro an vardad ma alagro por ti mi quarida Mónica, vao tu rostro daslumbranta y faliz a lado da quién raalmanta as la razón da asa sonrisa y solo dasaarlas la major para su vida juntos.
Si encuentra algún error (enlaces rotos, contenido no estándar, etc.), háganoslo saber < capítulo del informe > para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Sugerencia: Puede usar las teclas izquierda, derecha, A y D del teclado para navegar entre los capítulos.