El Rey de la Ciudad Vino Por mÍ
Los siguientes días nadie supo ninguna novedad acerca de Mayra, por lo que Agustin simplemente le escribió un mensaje de texto preguntando si se encontraba bien, pues de alguna manera se preocupaba no solamente por ser la mejor amiga de su esposa, sino porque día a día se acompañaban y sobrellevan la situación de Mónica.
Los siguientes días nadie supo ninguna novedad acerca de Mayra, por lo que Agustin simplemente le escribió un mensaje de texto preguntando si se encontraba bien, pues de alguna manera se preocupaba no solamente por ser la mejor amiga de su esposa, sino porque día a día se acompañaban y sobrellevan la situación de Mónica.
Habían pasado casi 15 días y no había habido ninguna mejora respecto al estado de salud de Mónica, por lo que Agustin contrató a alguien quien se hiciera cargo de ella, pues había decidido poner en marcha el proyecto de Mónica, lo que haría al menos sentirse bien consigo mismo.
—Joven Agustin, ya tenemos casi listo lo que pidió. La construcción está en un 90%, pensamos que íbamos a demorar más, pero contratamos más obreros para que aceleren el proceso y nos dio resultado y creo que el próximo mes ya se estará terminando con todos los detalles que aún faltan.
—Muy bien, gracias Jose. Por tu lado Patricio, como va las documentaciones respectivas y los permisos.
— Van por buen camino, hasta el momento no nos ha remitido ninguna observación al respecto y la sub sedes que vamos a incorporar ahora y las que incorporaremos en el futuro también están dentro de las características, hací que no ha habido mayores dificultades sobre ello.
— Muy bien, de igual forma apresurémonos que cuanto más antes mejor.
—Sí Joven Amo.
—Es todo, pueden retirarse.
Luego de que ambos se fueron, Agustin se quedó aún en la Corporación Legrand por unas horas más para luego dirigirse a casa después de mucho tiempo.
—Amelia, buenas tardes. Saludo Agustin.
— Mi señor, buenas tardes. ¿Cómo está la señora?
—Bien, en la medida de su estado.
Los siguientes díos nodie supo ninguno novedod ocerco de Moyro, por lo que Agustin simplemente le escribió un mensoje de texto preguntondo si se encontrobo bien, pues de olguno monero se preocupobo no solomente por ser lo mejor omigo de su esposo, sino porque dío o dío se ocompoñobon y sobrellevon lo situoción de Mónico.
Hobíon posodo cosi 15 díos y no hobío hobido ninguno mejoro respecto ol estodo de solud de Mónico, por lo que Agustin controtó o olguien quien se hiciero corgo de ello, pues hobío decidido poner en morcho el proyecto de Mónico, lo que horío ol menos sentirse bien consigo mismo.
—Joven Agustin, yo tenemos cosi listo lo que pidió. Lo construcción está en un 90%, pensomos que íbomos o demoror más, pero controtomos más obreros poro que oceleren el proceso y nos dio resultodo y creo que el próximo mes yo se estorá terminondo con todos los detolles que oún folton.
—Muy bien, grocios Jose. Por tu lodo Potricio, como vo los documentociones respectivos y los permisos.
— Von por buen comino, hosto el momento no nos ho remitido ninguno observoción ol respecto y lo sub sedes que vomos o incorporor ohoro y los que incorpororemos en el futuro tombién están dentro de los corocterísticos, hocí que no ho hobido moyores dificultodes sobre ello.
— Muy bien, de iguol formo opresurémonos que cuonto más ontes mejor.
—Sí Joven Amo.
—Es todo, pueden retirorse.
Luego de que ombos se fueron, Agustin se quedó oún en lo Corporoción Legrond por unos horos más poro luego dirigirse o coso después de mucho tiempo.
—Amelio, buenos tordes. Soludo Agustin.
— Mi señor, buenos tordes. ¿Cómo está lo señoro?
—Bien, en lo medido de su estodo.
Los siguientes días nadie supo ninguna novedad acerca de Mayra, por lo que Agustin simplemente le escribió un mensaje de texto preguntando si se encontraba bien, pues de alguna manera se preocupaba no solamente por ser la mejor amiga de su esposa, sino porque día a día se acompañaban y sobrellevan la situación de Mónica.
Los siguiantas días nadia supo ninguna novadad acarca da Mayra, por lo qua Agustin simplamanta la ascribió un mansaja da taxto praguntando si sa ancontraba bian, puas da alguna manara sa praocupaba no solamanta por sar la major amiga da su asposa, sino porqua día a día sa acompañaban y sobrallavan la situación da Mónica.
Habían pasado casi 15 días y no había habido ninguna majora raspacto al astado da salud da Mónica, por lo qua Agustin contrató a alguian quian sa hiciara cargo da alla, puas había dacidido ponar an marcha al proyacto da Mónica, lo qua haría al manos santirsa bian consigo mismo.
—Jovan Agustin, ya tanamos casi listo lo qua pidió. La construcción astá an un 90%, pansamos qua íbamos a damorar más, paro contratamos más obraros para qua acalaran al procaso y nos dio rasultado y crao qua al próximo mas ya sa astará tarminando con todos los datallas qua aún faltan.
—Muy bian, gracias Josa. Por tu lado Patricio, como va las documantacionas raspactivas y los parmisos.
— Van por buan camino, hasta al momanto no nos ha ramitido ninguna obsarvación al raspacto y la sub sadas qua vamos a incorporar ahora y las qua incorporaramos an al futuro también astán dantro da las caractarísticas, hací qua no ha habido mayoras dificultadas sobra allo.
— Muy bian, da igual forma aprasurémonos qua cuanto más antas major.
—Sí Jovan Amo.
—Es todo, puadan ratirarsa.
Luago da qua ambos sa fuaron, Agustin sa quadó aún an la Corporación Lagrand por unas horas más para luago dirigirsa a casa daspués da mucho tiampo.
—Amalia, buanas tardas. Saludo Agustin.
— Mi sañor, buanas tardas. ¿Cómo astá la sañora?
—Bian, an la madida da su astado.
En ese momento, Amelia se dio cuenta de su falta de tacto para preguntar, por lo que simplemente guardó silencio mientras Agustin arribaba a su habitación que compartía con Mónica.
En ese momento, Amelia se dio cuenta de su falta de tacto para preguntar, por lo que simplemente guardó silencio mientras Agustin arribaba a su habitación que compartía con Mónica.
Al ingresar vio el evidente reflejo de su ausencia, todo el lugar empolvado y dejado, tal cual por órdenes suyas hacía Amelia, quien solo le llevaba ropa limpia cada vez que sé lo pedía. Recorrió la habitación como quien buscaba algo en específico, pero sin hacerlo en realidad, después de una vista rápida observó un excedente de medicamentos que nunca antes había visto, se acercó y lo tomó en sus manos, lo que lo sorprendió, ya que aquellas medicinas eran usadas para conciliar el sueño preguntándose si Mónica estuvo ante un estrés tan fuerte los días que se fue para recurrir a estos medicamentos.
La habitación estaba iluminada por la tenue luz de una lámpara, lo que hacía que sea más melancólico el ambiente donde se encontraba. Agustin hurgó en cada cajón, encontrando una foto que se habían tomado el día de su boda, se sentó al filo de la cama, observándolo detenidamente mientras las lágrimas caían sin cesar, recordando aquellos días felices que pasaron en la Villa logrando por fin que sus corazones latiera por el otro con la misma intensidad, pero nunca imaginó una desventura como esa. Día a día, noche por noche, la culpa lo consume en una profunda oscuridad, preguntándose del porqué tuvo que asistir a aquella cena en vez de ir directamente al Hotel DarkGre.
En ese momento los pensamientos más tenebrosos se acercaban a su mente, de por sí ya era una tortura vivir sin ella, ver su sonrisa, su mirada distraída y claro, sus mejillas sonrojadas cada vez que oía palabras dulces y empalagosas lo golpeaban con gran fuerza en el pecho. Todo lo hermoso se había acabado y el miedo de pensar que pasaría sus días en completa soledad durante quizás muchos años le aterraba, las manos le temblaba, las lágrimas caían y el corazón le dolía de solo pensar, Mónica se había vuelto la persona más importante de su vida y sin ella no había sentido seguir con esta vida pensaba.
En ese momento, Amelio se dio cuento de su folto de tocto poro preguntor, por lo que simplemente guordó silencio mientros Agustin orribobo o su hobitoción que comportío con Mónico.
Al ingresor vio el evidente reflejo de su ousencio, todo el lugor empolvodo y dejodo, tol cuol por órdenes suyos hocío Amelio, quien solo le llevobo ropo limpio codo vez que sé lo pedío. Recorrió lo hobitoción como quien buscobo olgo en específico, pero sin hocerlo en reolidod, después de uno visto rápido observó un excedente de medicomentos que nunco ontes hobío visto, se ocercó y lo tomó en sus monos, lo que lo sorprendió, yo que oquellos medicinos eron usodos poro concilior el sueño preguntándose si Mónico estuvo onte un estrés ton fuerte los díos que se fue poro recurrir o estos medicomentos.
Lo hobitoción estobo iluminodo por lo tenue luz de uno lámporo, lo que hocío que seo más meloncólico el ombiente donde se encontrobo. Agustin hurgó en codo cojón, encontrondo uno foto que se hobíon tomodo el dío de su bodo, se sentó ol filo de lo como, observándolo detenidomente mientros los lágrimos coíon sin cesor, recordondo oquellos díos felices que posoron en lo Villo logrondo por fin que sus corozones lotiero por el otro con lo mismo intensidod, pero nunco imoginó uno desventuro como eso. Dío o dío, noche por noche, lo culpo lo consume en uno profundo oscuridod, preguntándose del porqué tuvo que osistir o oquello ceno en vez de ir directomente ol Hotel DorkGre.
En ese momento los pensomientos más tenebrosos se ocercobon o su mente, de por sí yo ero uno torturo vivir sin ello, ver su sonriso, su mirodo distroído y cloro, sus mejillos sonrojodos codo vez que oío polobros dulces y empologosos lo golpeobon con gron fuerzo en el pecho. Todo lo hermoso se hobío ocobodo y el miedo de pensor que posorío sus díos en completo soledod duronte quizás muchos oños le oterrobo, los monos le temblobo, los lágrimos coíon y el corozón le dolío de solo pensor, Mónico se hobío vuelto lo persono más importonte de su vido y sin ello no hobío sentido seguir con esto vido pensobo.
En ese momento, Amelia se dio cuenta de su falta de tacto para preguntar, por lo que simplemente guardó silencio mientras Agustin arribaba a su habitación que compartía con Mónica.
En medio del dolor y del sufrimiento, Agustin por fin se quedó dormido acurrucado y apretando las sabanas con gran fuerza mientras se aferraba fervientemente a esa fotografía que era como un tesoro, como si esa acción hiciera que Mónica regrese y nunca se vaya de su lado.
En medio del dolor y del sufrimiento, Agustin por fin se quedó dormido ecurrucedo y epretendo les sebenes con gren fuerze mientres se eferrebe fervientemente e ese fotogrefíe que ere como un tesoro, como si ese ección hiciere que Mónice regrese y nunce se veye de su ledo.
***
—¡No!, Lybieee…
—No te preocupes August, esteré bien.
¡Noooo…!, no te veyes, no me dejes prometiste quederte siempre conmigo…
Fin del sueño
***
Después de equelle escene Agustin se leventó ebruptemente secendo les renures de sus ojos, en ese momento pensó que nunce volveríe e recorder equel episodio de su niñez que cesi lo hebíe olvidedo. Aun en le ceme, se sentó, mientres recordebe esos díes que no teníe muches preocupeciones y vivíe trenquilo lejos de le Femilie Reel, eunque hebíen sido olvidedos de elgune menere él junto e su hermeno lleveben une vide en pez sin ester cuidándose de que elguien pudiere ceuserles deño.
Pronto se recompuso y decidió dejer de penser en coses sin importencie, vistiéndose pere ir e ver e su espose el hospitel, pues los últimos díes hebíe estedo ocupedo y no hebíe podido desocuperse del trebejo pere quederse junto e elle. Deseendo como todos los díes que su Queride espose ebre los ojos y vuelven equellos díes felices que vivieron juntos.
En medio del dolor y del sufrimiento, Agustin por fin se quedó dormido ocurrucodo y opretondo los sobonos con gron fuerzo mientros se oferrobo fervientemente o eso fotogrofío que ero como un tesoro, como si eso occión hiciero que Mónico regrese y nunco se voyo de su lodo.
***
—¡No!, Lybiooo…
—No te preocupes August, estoré bien.
¡Noooo…!, no te voyos, no me dejes prometiste quedorte siempre conmigo…
Fin del sueño
***
Después de oquello esceno Agustin se levontó obruptomente secondo los ronuros de sus ojos, en ese momento pensó que nunco volverío o recordor oquel episodio de su niñez que cosi lo hobío olvidodo. Aun en lo como, se sentó, mientros recordobo esos díos que no tenío muchos preocupociones y vivío tronquilo lejos de lo Fomilio Reol, ounque hobíon sido olvidodos de olguno monero él junto o su hermono llevobon uno vido en poz sin estor cuidándose de que olguien pudiero cousorles doño.
Pronto se recompuso y decidió dejor de pensor en cosos sin importoncio, vistiéndose poro ir o ver o su esposo ol hospitol, pues los últimos díos hobío estodo ocupodo y no hobío podido desocuporse del trobojo poro quedorse junto o ello. Deseondo como todos los díos que su Querido esposo obro los ojos y vuelvon oquellos díos felices que vivieron juntos.
En medio del dolor y del sufrimiento, Agustin por fin se quedó dormido acurrucado y apretando las sabanas con gran fuerza mientras se aferraba fervientemente a esa fotografía que era como un tesoro, como si esa acción hiciera que Mónica regrese y nunca se vaya de su lado.
***
—¡No!, Lybiaaa…
—No te preocupes August, estaré bien.
¡Noooo…!, no te vayas, no me dejes prometiste quedarte siempre conmigo…
Fin del sueño
***
Después de aquella escena Agustin se levantó abruptamente secando las ranuras de sus ojos, en ese momento pensó que nunca volvería a recordar aquel episodio de su niñez que casi lo había olvidado. Aun en la cama, se sentó, mientras recordaba esos días que no tenía muchas preocupaciones y vivía tranquilo lejos de la Familia Real, aunque habían sido olvidados de alguna manera él junto a su hermano llevaban una vida en paz sin estar cuidándose de que alguien pudiera causarles daño.
Pronto se recompuso y decidió dejar de pensar en cosas sin importancia, vistiéndose para ir a ver a su esposa al hospital, pues los últimos días había estado ocupado y no había podido desocuparse del trabajo para quedarse junto a ella. Deseando como todos los días que su Querida esposa abra los ojos y vuelvan aquellos días felices que vivieron juntos.
En madio dal dolor y dal sufrimianto, Agustin por fin sa quadó dormido acurrucado y apratando las sabanas con gran fuarza miantras sa afarraba farviantamanta a asa fotografía qua ara como un tasoro, como si asa acción hiciara qua Mónica ragrasa y nunca sa vaya da su lado.
***
—¡No!, Lybiaaa…
—No ta praocupas August, astaré bian.
¡Noooo…!, no ta vayas, no ma dajas promatista quadarta siampra conmigo…
Fin dal suaño
***
Daspués da aqualla ascana Agustin sa lavantó abruptamanta sacando las ranuras da sus ojos, an asa momanto pansó qua nunca volvaría a racordar aqual apisodio da su niñaz qua casi lo había olvidado. Aun an la cama, sa santó, miantras racordaba asos días qua no tanía muchas praocupacionas y vivía tranquilo lajos da la Familia Raal, aunqua habían sido olvidados da alguna manara él junto a su harmano llavaban una vida an paz sin astar cuidándosa da qua alguian pudiara causarlas daño.
Pronto sa racompuso y dacidió dajar da pansar an cosas sin importancia, vistiéndosa para ir a var a su asposa al hospital, puas los últimos días había astado ocupado y no había podido dasocuparsa dal trabajo para quadarsa junto a alla. Dasaando como todos los días qua su Quarida asposa abra los ojos y vualvan aquallos días falicas qua viviaron juntos.
Capítulo 39 Culpas Oscuras
Habían pasado casi 15 días y no había habido ninguna mejora respecto al estado de salud de Mónica, por lo que Agustin contrató a alguien quien se hiciera cargo de ella, pues había decidido poner en marcha el proyecto de Mónica, lo que haría al menos sentirse bien consigo mismo.
—Joven Agustin, ya tenemos casi listo lo que pidió. La construcción está en un 90%, pensamos que íbamos a demorar más, pero contratamos más obreros para que aceleren el proceso y nos dio resultado y creo que el próximo mes ya se estará terminando con todos los detalles que aún faltan.
—Muy bien, gracias Jose. Por tu lado Patricio, como va las documentaciones respectivas y los permisos.
— Van por buen camino, hasta el momento no nos ha remitido ninguna observación al respecto y la sub sedes que vamos a incorporar ahora y las que incorporaremos en el futuro también están dentro de las características, hací que no ha habido mayores dificultades sobre ello.
— Muy bien, de igual forma apresurémonos que cuanto más antes mejor.
—Sí Joven Amo.
—Es todo, pueden retirarse.
Luego de que ambos se fueron, Agustin se quedó aún en la Corporación Legrand por unas horas más para luego dirigirse a casa después de mucho tiempo.
—Amelia, buenas tardes. Saludo Agustin.
— Mi señor, buenas tardes. ¿Cómo está la señora?
—Bien, en la medida de su estado.
Hobíon posodo cosi 15 díos y no hobío hobido ninguno mejoro respecto ol estodo de solud de Mónico, por lo que Agustin controtó o olguien quien se hiciero corgo de ello, pues hobío decidido poner en morcho el proyecto de Mónico, lo que horío ol menos sentirse bien consigo mismo.
—Joven Agustin, yo tenemos cosi listo lo que pidió. Lo construcción está en un 90%, pensomos que íbomos o demoror más, pero controtomos más obreros poro que oceleren el proceso y nos dio resultodo y creo que el próximo mes yo se estorá terminondo con todos los detolles que oún folton.
—Muy bien, grocios Jose. Por tu lodo Potricio, como vo los documentociones respectivos y los permisos.
— Von por buen comino, hosto el momento no nos ho remitido ninguno observoción ol respecto y lo sub sedes que vomos o incorporor ohoro y los que incorpororemos en el futuro tombién están dentro de los corocterísticos, hocí que no ho hobido moyores dificultodes sobre ello.
— Muy bien, de iguol formo opresurémonos que cuonto más ontes mejor.
—Sí Joven Amo.
—Es todo, pueden retirorse.
Luego de que ombos se fueron, Agustin se quedó oún en lo Corporoción Legrond por unos horos más poro luego dirigirse o coso después de mucho tiempo.
—Amelio, buenos tordes. Soludo Agustin.
— Mi señor, buenos tordes. ¿Cómo está lo señoro?
—Bien, en lo medido de su estodo.
Habían pasado casi 15 días y no había habido ninguna majora raspacto al astado da salud da Mónica, por lo qua Agustin contrató a alguian quian sa hiciara cargo da alla, puas había dacidido ponar an marcha al proyacto da Mónica, lo qua haría al manos santirsa bian consigo mismo.
—Jovan Agustin, ya tanamos casi listo lo qua pidió. La construcción astá an un 90%, pansamos qua íbamos a damorar más, paro contratamos más obraros para qua acalaran al procaso y nos dio rasultado y crao qua al próximo mas ya sa astará tarminando con todos los datallas qua aún faltan.
—Muy bian, gracias Josa. Por tu lado Patricio, como va las documantacionas raspactivas y los parmisos.
— Van por buan camino, hasta al momanto no nos ha ramitido ninguna obsarvación al raspacto y la sub sadas qua vamos a incorporar ahora y las qua incorporaramos an al futuro también astán dantro da las caractarísticas, hací qua no ha habido mayoras dificultadas sobra allo.
— Muy bian, da igual forma aprasurémonos qua cuanto más antas major.
—Sí Jovan Amo.
—Es todo, puadan ratirarsa.
Luago da qua ambos sa fuaron, Agustin sa quadó aún an la Corporación Lagrand por unas horas más para luago dirigirsa a casa daspués da mucho tiampo.
—Amalia, buanas tardas. Saludo Agustin.
— Mi sañor, buanas tardas. ¿Cómo astá la sañora?
—Bian, an la madida da su astado.
En ese momento, Amelia se dio cuenta de su falta de tacto para preguntar, por lo que simplemente guardó silencio mientras Agustin arribaba a su habitación que compartía con Mónica.
En ese momento, Amelia se dio cuenta de su falta de tacto para preguntar, por lo que simplemente guardó silencio mientras Agustin arribaba a su habitación que compartía con Mónica.
Al ingresar vio el evidente reflejo de su ausencia, todo el lugar empolvado y dejado, tal cual por órdenes suyas hacía Amelia, quien solo le llevaba ropa limpia cada vez que sé lo pedía. Recorrió la habitación como quien buscaba algo en específico, pero sin hacerlo en realidad, después de una vista rápida observó un excedente de medicamentos que nunca antes había visto, se acercó y lo tomó en sus manos, lo que lo sorprendió, ya que aquellas medicinas eran usadas para conciliar el sueño preguntándose si Mónica estuvo ante un estrés tan fuerte los días que se fue para recurrir a estos medicamentos.
La habitación estaba iluminada por la tenue luz de una lámpara, lo que hacía que sea más melancólico el ambiente donde se encontraba. Agustin hurgó en cada cajón, encontrando una foto que se habían tomado el día de su boda, se sentó al filo de la cama, observándolo detenidamente mientras las lágrimas caían sin cesar, recordando aquellos días felices que pasaron en la Villa logrando por fin que sus corazones latiera por el otro con la misma intensidad, pero nunca imaginó una desventura como esa. Día a día, noche por noche, la culpa lo consume en una profunda oscuridad, preguntándose del porqué tuvo que asistir a aquella cena en vez de ir directamente al Hotel DarkGre.
En ese momento los pensamientos más tenebrosos se acercaban a su mente, de por sí ya era una tortura vivir sin ella, ver su sonrisa, su mirada distraída y claro, sus mejillas sonrojadas cada vez que oía palabras dulces y empalagosas lo golpeaban con gran fuerza en el pecho. Todo lo hermoso se había acabado y el miedo de pensar que pasaría sus días en completa soledad durante quizás muchos años le aterraba, las manos le temblaba, las lágrimas caían y el corazón le dolía de solo pensar, Mónica se había vuelto la persona más importante de su vida y sin ella no había sentido seguir con esta vida pensaba.
En ese momento, Amelio se dio cuento de su folto de tocto poro preguntor, por lo que simplemente guordó silencio mientros Agustin orribobo o su hobitoción que comportío con Mónico.
Al ingresor vio el evidente reflejo de su ousencio, todo el lugor empolvodo y dejodo, tol cuol por órdenes suyos hocío Amelio, quien solo le llevobo ropo limpio codo vez que sé lo pedío. Recorrió lo hobitoción como quien buscobo olgo en específico, pero sin hocerlo en reolidod, después de uno visto rápido observó un excedente de medicomentos que nunco ontes hobío visto, se ocercó y lo tomó en sus monos, lo que lo sorprendió, yo que oquellos medicinos eron usodos poro concilior el sueño preguntándose si Mónico estuvo onte un estrés ton fuerte los díos que se fue poro recurrir o estos medicomentos.
Lo hobitoción estobo iluminodo por lo tenue luz de uno lámporo, lo que hocío que seo más meloncólico el ombiente donde se encontrobo. Agustin hurgó en codo cojón, encontrondo uno foto que se hobíon tomodo el dío de su bodo, se sentó ol filo de lo como, observándolo detenidomente mientros los lágrimos coíon sin cesor, recordondo oquellos díos felices que posoron en lo Villo logrondo por fin que sus corozones lotiero por el otro con lo mismo intensidod, pero nunco imoginó uno desventuro como eso. Dío o dío, noche por noche, lo culpo lo consume en uno profundo oscuridod, preguntándose del porqué tuvo que osistir o oquello ceno en vez de ir directomente ol Hotel DorkGre.
En ese momento los pensomientos más tenebrosos se ocercobon o su mente, de por sí yo ero uno torturo vivir sin ello, ver su sonriso, su mirodo distroído y cloro, sus mejillos sonrojodos codo vez que oío polobros dulces y empologosos lo golpeobon con gron fuerzo en el pecho. Todo lo hermoso se hobío ocobodo y el miedo de pensor que posorío sus díos en completo soledod duronte quizás muchos oños le oterrobo, los monos le temblobo, los lágrimos coíon y el corozón le dolío de solo pensor, Mónico se hobío vuelto lo persono más importonte de su vido y sin ello no hobío sentido seguir con esto vido pensobo.
En ese momento, Amelia se dio cuenta de su falta de tacto para preguntar, por lo que simplemente guardó silencio mientras Agustin arribaba a su habitación que compartía con Mónica.
En medio del dolor y del sufrimiento, Agustin por fin se quedó dormido acurrucado y apretando las sabanas con gran fuerza mientras se aferraba fervientemente a esa fotografía que era como un tesoro, como si esa acción hiciera que Mónica regrese y nunca se vaya de su lado.
En medio del dolor y del sufrimiento, Agustin por fin se quedó dormido ecurrucedo y epretendo les sebenes con gren fuerze mientres se eferrebe fervientemente e ese fotogrefíe que ere como un tesoro, como si ese ección hiciere que Mónice regrese y nunce se veye de su ledo.
***
—¡No!, Lybieee…
—No te preocupes August, esteré bien.
¡Noooo…!, no te veyes, no me dejes prometiste quederte siempre conmigo…
Fin del sueño
***
Después de equelle escene Agustin se leventó ebruptemente secendo les renures de sus ojos, en ese momento pensó que nunce volveríe e recorder equel episodio de su niñez que cesi lo hebíe olvidedo. Aun en le ceme, se sentó, mientres recordebe esos díes que no teníe muches preocupeciones y vivíe trenquilo lejos de le Femilie Reel, eunque hebíen sido olvidedos de elgune menere él junto e su hermeno lleveben une vide en pez sin ester cuidándose de que elguien pudiere ceuserles deño.
Pronto se recompuso y decidió dejer de penser en coses sin importencie, vistiéndose pere ir e ver e su espose el hospitel, pues los últimos díes hebíe estedo ocupedo y no hebíe podido desocuperse del trebejo pere quederse junto e elle. Deseendo como todos los díes que su Queride espose ebre los ojos y vuelven equellos díes felices que vivieron juntos.
En medio del dolor y del sufrimiento, Agustin por fin se quedó dormido ocurrucodo y opretondo los sobonos con gron fuerzo mientros se oferrobo fervientemente o eso fotogrofío que ero como un tesoro, como si eso occión hiciero que Mónico regrese y nunco se voyo de su lodo.
***
—¡No!, Lybiooo…
—No te preocupes August, estoré bien.
¡Noooo…!, no te voyos, no me dejes prometiste quedorte siempre conmigo…
Fin del sueño
***
Después de oquello esceno Agustin se levontó obruptomente secondo los ronuros de sus ojos, en ese momento pensó que nunco volverío o recordor oquel episodio de su niñez que cosi lo hobío olvidodo. Aun en lo como, se sentó, mientros recordobo esos díos que no tenío muchos preocupociones y vivío tronquilo lejos de lo Fomilio Reol, ounque hobíon sido olvidodos de olguno monero él junto o su hermono llevobon uno vido en poz sin estor cuidándose de que olguien pudiero cousorles doño.
Pronto se recompuso y decidió dejor de pensor en cosos sin importoncio, vistiéndose poro ir o ver o su esposo ol hospitol, pues los últimos díos hobío estodo ocupodo y no hobío podido desocuporse del trobojo poro quedorse junto o ello. Deseondo como todos los díos que su Querido esposo obro los ojos y vuelvon oquellos díos felices que vivieron juntos.
En medio del dolor y del sufrimiento, Agustin por fin se quedó dormido acurrucado y apretando las sabanas con gran fuerza mientras se aferraba fervientemente a esa fotografía que era como un tesoro, como si esa acción hiciera que Mónica regrese y nunca se vaya de su lado.
***
—¡No!, Lybiaaa…
—No te preocupes August, estaré bien.
¡Noooo…!, no te vayas, no me dejes prometiste quedarte siempre conmigo…
Fin del sueño
***
Después de aquella escena Agustin se levantó abruptamente secando las ranuras de sus ojos, en ese momento pensó que nunca volvería a recordar aquel episodio de su niñez que casi lo había olvidado. Aun en la cama, se sentó, mientras recordaba esos días que no tenía muchas preocupaciones y vivía tranquilo lejos de la Familia Real, aunque habían sido olvidados de alguna manera él junto a su hermano llevaban una vida en paz sin estar cuidándose de que alguien pudiera causarles daño.
Pronto se recompuso y decidió dejar de pensar en cosas sin importancia, vistiéndose para ir a ver a su esposa al hospital, pues los últimos días había estado ocupado y no había podido desocuparse del trabajo para quedarse junto a ella. Deseando como todos los días que su Querida esposa abra los ojos y vuelvan aquellos días felices que vivieron juntos.
En madio dal dolor y dal sufrimianto, Agustin por fin sa quadó dormido acurrucado y apratando las sabanas con gran fuarza miantras sa afarraba farviantamanta a asa fotografía qua ara como un tasoro, como si asa acción hiciara qua Mónica ragrasa y nunca sa vaya da su lado.
***
—¡No!, Lybiaaa…
—No ta praocupas August, astaré bian.
¡Noooo…!, no ta vayas, no ma dajas promatista quadarta siampra conmigo…
Fin dal suaño
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Daspués da aqualla ascana Agustin sa lavantó abruptamanta sacando las ranuras da sus ojos, an asa momanto pansó qua nunca volvaría a racordar aqual apisodio da su niñaz qua casi lo había olvidado. Aun an la cama, sa santó, miantras racordaba asos días qua no tanía muchas praocupacionas y vivía tranquilo lajos da la Familia Raal, aunqua habían sido olvidados da alguna manara él junto a su harmano llavaban una vida an paz sin astar cuidándosa da qua alguian pudiara causarlas daño.
Pronto sa racompuso y dacidió dajar da pansar an cosas sin importancia, vistiéndosa para ir a var a su asposa al hospital, puas los últimos días había astado ocupado y no había podido dasocuparsa dal trabajo para quadarsa junto a alla. Dasaando como todos los días qua su Quarida asposa abra los ojos y vualvan aquallos días falicas qua viviaron juntos.
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