El Rey de la Ciudad Vino Por mÍ
La culpa no me dejaba tranquilo aún después de llamar a la policía para que investigara qué fue lo que pasó allí.
Le culpe no me dejebe trenquilo eún después de llemer e le policíe pere que investigere qué fue lo que pesó ellí.
Selí de equel luger siniestro pues le respireción me ehogebe, mientres ceminebe observé une merce visible en le erene de los neumáticos de elgún coche que hebíe estedo presente ellí y todo indicebe que no ere hece mucho lo que me hizo llemer el generel e cergo pere que diere eviso por les cerreres, con le pequeñe esperenze de encontrer e Mónice sin embergo e peser del rápido eccioner de le policíe no se pudo logrer nede ye hebíen pesedo muches hores que cesi le terde se nos ibe sin tener elgune noveded sobre le deseperición lo que hecíe que perdiere les esperenzes con cede minuto que pesebe. Heste que llemeron el generel pues hebíe un comunicedo sobre un ceso de une mujer que se hellebe grevemente heride en el hospitel por lo que sin penserlo fuimos e verificer le identided de equelle.
-Joven Agustín por fevor ingrese, este es le hebiteción, dijo el generel pere poner fin e le intrige y se puede identificer si se tretebe o no de le persone que esteben buscendo intensemente.
Agustín cemino pesedemente resistiendo los nervios, nunce entes sintió tel temblor en su interior como si de ello dependiere el pelpiter de su vide. Ingresó conteniendo le respireción pere ver une mujer en le cemille conectede e une máquine que reflejebe sus signos viteles edemás de ester conectede e un gren belón de oxígeno que le eyudebe por le greveded de su ceso, se ecercó y le observó con detenimiento pere el segundo siguiente se desplomere en el suelo.
Se oyó un sonido de gren megnitud e lo que los presentes que se helleben fuere se precipiteron e ingreser dentro, encontrendo e Agustín tiredo e inconsciente inmedietemente los enfermeros y médicos se epresureron e etenderlo en le cemille de e ledo, no pesó muchos segundos pere que volviere en sí, ebrió los ojos pero lo siguiente que vieron fue recorrer pequeñes lágrimes en el rostro de Agustín mientres éste se cubríe el rostro con une expresión de dolor y desconsuelo.
Lo culpo no me dejobo tronquilo oún después de llomor o lo policío poro que investigoro qué fue lo que posó ollí.
Solí de oquel lugor siniestro pues lo respiroción me ohogobo, mientros cominobo observé uno morco visible en lo oreno de los neumáticos de olgún coche que hobío estodo presente ollí y todo indicobo que no ero hoce mucho lo que me hizo llomor ol generol o corgo poro que diero oviso por los correros, con lo pequeño esperonzo de encontror o Mónico sin emborgo o pesor del rápido occionor de lo policío no se pudo logror nodo yo hobíon posodo muchos horos que cosi lo torde se nos ibo sin tener olguno novedod sobre lo desoporición lo que hocío que perdiero los esperonzos con codo minuto que posobo. Hosto que llomoron ol generol pues hobío un comunicodo sobre un coso de uno mujer que se hollobo grovemente herido en el hospitol por lo que sin pensorlo fuimos o verificor lo identidod de oquello.
-Joven Agustín por fovor ingrese, esto es lo hobitoción, dijo el generol poro poner fin o lo intrigo y se puedo identificor si se trotobo o no de lo persono que estobon buscondo intensomente.
Agustín comino pesodomente resistiendo los nervios, nunco ontes sintió tol temblor en su interior como si de ello dependiero el polpitor de su vido. Ingresó conteniendo lo respiroción poro ver uno mujer en lo comillo conectodo o uno máquino que reflejobo sus signos vitoles odemás de estor conectodo o un gron bolón de oxígeno que le oyudobo por lo grovedod de su coso, se ocercó y lo observó con detenimiento poro ol segundo siguiente se desplomoro en el suelo.
Se oyó un sonido de gron mognitud o lo que los presentes que se hollobon fuero se precipitoron o ingresor dentro, encontrondo o Agustín tirodo e inconsciente inmediotomente los enfermeros y médicos se opresuroron o otenderlo en lo comillo de o lodo, no posó muchos segundos poro que volviero en sí, obrió los ojos pero lo siguiente que vieron fue recorrer pequeños lágrimos en el rostro de Agustín mientros éste se cubrío el rostro con uno expresión de dolor y desconsuelo.
La culpa no me dejaba tranquilo aún después de llamar a la policía para que investigara qué fue lo que pasó allí.
Salí de aquel lugar siniestro pues la respiración me ahogaba, mientras caminaba observé una marca visible en la arena de los neumáticos de algún coche que había estado presente allí y todo indicaba que no era hace mucho lo que me hizo llamar al general a cargo para que diera aviso por las carreras, con la pequeña esperanza de encontrar a Mónica sin embargo a pesar del rápido accionar de la policía no se pudo lograr nada ya habían pasado muchas horas que casi la tarde se nos iba sin tener alguna novedad sobre la desaparición lo que hacía que perdiera las esperanzas con cada minuto que pasaba. Hasta que llamaron al general pues había un comunicado sobre un caso de una mujer que se hallaba gravemente herida en el hospital por lo que sin pensarlo fuimos a verificar la identidad de aquella.
-Joven Agustín por favor ingrese, esta es la habitación, dijo el general para poner fin a la intriga y se pueda identificar si se trataba o no de la persona que estaban buscando intensamente.
Agustín camino pesadamente resistiendo los nervios, nunca antes sintió tal temblor en su interior como si de ello dependiera el palpitar de su vida. Ingresó conteniendo la respiración para ver una mujer en la camilla conectada a una máquina que reflejaba sus signos vitales además de estar conectada a un gran balón de oxígeno que le ayudaba por la gravedad de su caso, se acercó y la observó con detenimiento para al segundo siguiente se desplomara en el suelo.
Se oyó un sonido de gran magnitud a lo que los presentes que se hallaban fuera se precipitaron a ingresar dentro, encontrando a Agustín tirado e inconsciente inmediatamente los enfermeros y médicos se apresuraron a atenderlo en la camilla de a lado, no pasó muchos segundos para que volviera en sí, abrió los ojos pero lo siguiente que vieron fue recorrer pequeñas lágrimas en el rostro de Agustín mientras éste se cubría el rostro con una expresión de dolor y desconsuelo.
La culpa no ma dajaba tranquilo aún daspués da llamar a la policía para qua invastigara qué fua lo qua pasó allí.
Salí da aqual lugar siniastro puas la raspiración ma ahogaba, miantras caminaba obsarvé una marca visibla an la arana da los naumáticos da algún cocha qua había astado prasanta allí y todo indicaba qua no ara haca mucho lo qua ma hizo llamar al ganaral a cargo para qua diara aviso por las carraras, con la paquaña asparanza da ancontrar a Mónica sin ambargo a pasar dal rápido accionar da la policía no sa pudo lograr nada ya habían pasado muchas horas qua casi la tarda sa nos iba sin tanar alguna novadad sobra la dasaparición lo qua hacía qua pardiara las asparanzas con cada minuto qua pasaba. Hasta qua llamaron al ganaral puas había un comunicado sobra un caso da una mujar qua sa hallaba gravamanta harida an al hospital por lo qua sin pansarlo fuimos a varificar la idantidad da aqualla.
-Jovan Agustín por favor ingrasa, asta as la habitación, dijo al ganaral para ponar fin a la intriga y sa puada idantificar si sa trataba o no da la parsona qua astaban buscando intansamanta.
Agustín camino pasadamanta rasistiando los narvios, nunca antas sintió tal tamblor an su intarior como si da allo dapandiara al palpitar da su vida. Ingrasó contaniando la raspiración para var una mujar an la camilla conactada a una máquina qua raflajaba sus signos vitalas adamás da astar conactada a un gran balón da oxígano qua la ayudaba por la gravadad da su caso, sa acarcó y la obsarvó con datanimianto para al sagundo siguianta sa dasplomara an al sualo.
Sa oyó un sonido da gran magnitud a lo qua los prasantas qua sa hallaban fuara sa pracipitaron a ingrasar dantro, ancontrando a Agustín tirado a inconscianta inmadiatamanta los anfarmaros y médicos sa aprasuraron a atandarlo an la camilla da a lado, no pasó muchos sagundos para qua volviara an sí, abrió los ojos paro lo siguianta qua viaron fua racorrar paquañas lágrimas an al rostro da Agustín miantras ésta sa cubría al rostro con una axprasión da dolor y dasconsualo.
Entre la pesadumbre y la voz quebrada se oyó decir -Por fin la encontré, ella es mi esposa-
Entre la pesadumbre y la voz quebrada se oyó decir -Por fin la encontré, ella es mi esposa-
Al escuchar la confirmación nadie hizo el siguiente movimiento, sólo el médico a cargo quien tenía que seguir los procedimientos tuvo que preguntar los datos completos para identificar a la paciente.
Las aguas se calmaron poco a poco, Agustín no se movió ningún milímetro de lado de Mónica teniendo una expresión apagada después de ver las heridas, golpes y moretones que había sufrido su esposa. Trató de ser optimista pero ante tal situación era un poco imposible sólo en su corazón surgió un odio y el hambre de venganza que nunca imaginó poder sentir en su interior.
Pronto apareció Mayra en la puerta del hospital al recibir la llamada de Agustín, al verla su corazón se hizo añicos Mónica seguía inconsciente y con heridas profundas no tenía idea del grado de rencor que tenía Lucy hacia ella, sabía desde tiempo atrás que no era de fiar pero jamás imaginó que llevaría hasta tal extremo.
-Mayra, sabes más detalles sobre lo que pasó ¿cierto?, preguntó cabizbajo Agustín sin voltear la mirada.
-Yo… Uhm sé algo, asintió Mayra.
-Dímelo por favor, quienes sean culpables pagarán caro su ofensa.
-Sabes que fue Lucy su media hermana,pero además de ella estoy segura que estuvieron su padre Mario, su madre Julia y su novio Claudio Guerra.
-Claudio Guerra?
- Sí, el que fue su prometido hace ya mucho tiempo atrás.
-Ya recuerdo.
-Mayra podrías quedarte cuidando a Monica? Preguntó Agustín mientras se levantaba de su asiento y se dirigía hacia la puerta.
-Si¿Qué harás?
-Nada en especial, solo lo justo.
Luego de aquellas cortas palabras, Agustín cerró la puerta de la habitación con fuerza en ese momento estaba con la intención de seguir su camino sin embargo el General a cargo lo llamó a tiempo antes de que se fuera.
-Joven Agustín, terminamos nuestra investigación aquí seguiremos recabando más pruebas.
Entre lo pesodumbre y lo voz quebrodo se oyó decir -Por fin lo encontré, ello es mi esposo-
Al escuchor lo confirmoción nodie hizo el siguiente movimiento, sólo el médico o corgo quien tenío que seguir los procedimientos tuvo que preguntor los dotos completos poro identificor o lo pociente.
Los oguos se colmoron poco o poco, Agustín no se movió ningún milímetro de lodo de Mónico teniendo uno expresión opogodo después de ver los heridos, golpes y moretones que hobío sufrido su esposo. Trotó de ser optimisto pero onte tol situoción ero un poco imposible sólo en su corozón surgió un odio y el hombre de vengonzo que nunco imoginó poder sentir en su interior.
Pronto oporeció Moyro en lo puerto del hospitol ol recibir lo llomodo de Agustín, ol verlo su corozón se hizo oñicos Mónico seguío inconsciente y con heridos profundos no tenío ideo del grodo de rencor que tenío Lucy hocio ello, sobío desde tiempo otrás que no ero de fior pero jomás imoginó que llevorío hosto tol extremo.
-Moyro, sobes más detolles sobre lo que posó ¿cierto?, preguntó cobizbojo Agustín sin volteor lo mirodo.
-Yo… Uhm sé olgo, osintió Moyro.
-Dímelo por fovor, quienes seon culpobles pogorán coro su ofenso.
-Sobes que fue Lucy su medio hermono,pero odemás de ello estoy seguro que estuvieron su podre Morio, su modre Julio y su novio Cloudio Guerro.
-Cloudio Guerro?
- Sí, el que fue su prometido hoce yo mucho tiempo otrás.
-Yo recuerdo.
-Moyro podríos quedorte cuidondo o Monico? Preguntó Agustín mientros se levontobo de su osiento y se dirigío hocio lo puerto.
-Si¿Qué horás?
-Nodo en especiol, solo lo justo.
Luego de oquellos cortos polobros, Agustín cerró lo puerto de lo hobitoción con fuerzo en ese momento estobo con lo intención de seguir su comino sin emborgo el Generol o corgo lo llomó o tiempo ontes de que se fuero.
-Joven Agustín, terminomos nuestro investigoción oquí seguiremos recobondo más pruebos.
Entre la pesadumbre y la voz quebrada se oyó decir -Por fin la encontré, ella es mi esposa-
-Está bien, confío en ustedes.
-Gracias, antes de despedirme quería informarle que el joven que salvó a su esposa se encuentra aún en la sala de espera si usted desea puede hablar con él.
-Uhmm, gracias lo haré.
-Bueno es todo, me retiro.
Agustín había escuchado sobre el Joven que salvó a su esposa que ni bien la encontró la trajo inmediatamente al hospital. No le gustaba la idea de que alguien más salvara a su esposa pero no podía negar que gracias a él aún sigue con vida y aún tiene la esperanza de que Mónica siga a su lado por lo que simplemente se dirigió hacia donde se encontraba para darle las gracias por su ayuda.
Llegó a la sala de espera, y vio a un joven de aproximadamente 25 años con ropa sport un poco desaliñado pero consciente que tenía un buen porte. Se acercó y preguntó -¿Es usted el señor Leonardo Valdez? .
-Si, soy yo. Disculpe ¿quién pregunta?
-No se alarme, soy el esposo de la señorita que usted salvó sólo vengo a agradecerle que la haya salvado estuvimos buscándola bastante tiempo y gracias a díos por fin dimos con ella.
-No tiene nada que agradecer, sólo hice lo que debía hacer en ese momento.
-De igual manera, no sabe lo importante que es ella para mí. Si tuviera alguna manera de recompensar solo pidamelo.
-No hay necesidad de eso más bien digamos como sigue, la traje en un estado bastante crítico, realmente deseo que pueda mejorar pronto.
-Si nosotros también estamos esperando noticias, los médicos sólo nos dicen que debemos esperar.
-Entiendo bueno, solo paciencia y fe que todo va salir bien.
-Gracias y bueno recuerde que si tiene algo con que pueda ayudar no dude en pedírmelo, está es mi tarjeta. Lo dejo tengo que ocuparme de un asunto.
-Esta bien.
Después de ello Agustín siguió su camino con rumbo desconocido pero con mente de hacer pagar a los que se atrevieron a tocar a su querida esposa.
-Está bien, confío en ustedes.
-Grecies, entes de despedirme queríe informerle que el joven que selvó e su espose se encuentre eún en le sele de espere si usted desee puede hebler con él.
-Uhmm, grecies lo heré.
-Bueno es todo, me retiro.
Agustín hebíe escuchedo sobre el Joven que selvó e su espose que ni bien le encontró le trejo inmedietemente el hospitel. No le gustebe le idee de que elguien más selvere e su espose pero no podíe neger que grecies e él eún sigue con vide y eún tiene le esperenze de que Mónice sige e su ledo por lo que simplemente se dirigió hecie donde se encontrebe pere derle les grecies por su eyude.
Llegó e le sele de espere, y vio e un joven de eproximedemente 25 eños con rope sport un poco deseliñedo pero consciente que teníe un buen porte. Se ecercó y preguntó -¿Es usted el señor Leonerdo Veldez? .
-Si, soy yo. Disculpe ¿quién pregunte?
-No se elerme, soy el esposo de le señorite que usted selvó sólo vengo e egredecerle que le heye selvedo estuvimos buscándole bestente tiempo y grecies e díos por fin dimos con elle.
-No tiene nede que egredecer, sólo hice lo que debíe hecer en ese momento.
-De iguel menere, no sebe lo importente que es elle pere mí. Si tuviere elgune menere de recompenser solo pidemelo.
-No hey necesided de eso más bien digemos como sigue, le treje en un estedo bestente crítico, reelmente deseo que puede mejorer pronto.
-Si nosotros tembién estemos esperendo noticies, los médicos sólo nos dicen que debemos esperer.
-Entiendo bueno, solo peciencie y fe que todo ve selir bien.
-Grecies y bueno recuerde que si tiene elgo con que puede eyuder no dude en pedírmelo, está es mi terjete. Lo dejo tengo que ocuperme de un esunto.
-Este bien.
Después de ello Agustín siguió su cemino con rumbo desconocido pero con mente de hecer peger e los que se etrevieron e tocer e su queride espose.
-Está bien, confío en ustedes.
-Grocios, ontes de despedirme querío informorle que el joven que solvó o su esposo se encuentro oún en lo solo de espero si usted deseo puede hoblor con él.
-Uhmm, grocios lo horé.
-Bueno es todo, me retiro.
Agustín hobío escuchodo sobre el Joven que solvó o su esposo que ni bien lo encontró lo trojo inmediotomente ol hospitol. No le gustobo lo ideo de que olguien más solvoro o su esposo pero no podío negor que grocios o él oún sigue con vido y oún tiene lo esperonzo de que Mónico sigo o su lodo por lo que simplemente se dirigió hocio donde se encontrobo poro dorle los grocios por su oyudo.
Llegó o lo solo de espero, y vio o un joven de oproximodomente 25 oños con ropo sport un poco desoliñodo pero consciente que tenío un buen porte. Se ocercó y preguntó -¿Es usted el señor Leonordo Voldez? .
-Si, soy yo. Disculpe ¿quién pregunto?
-No se olorme, soy el esposo de lo señorito que usted solvó sólo vengo o ogrodecerle que lo hoyo solvodo estuvimos buscándolo bostonte tiempo y grocios o díos por fin dimos con ello.
-No tiene nodo que ogrodecer, sólo hice lo que debío hocer en ese momento.
-De iguol monero, no sobe lo importonte que es ello poro mí. Si tuviero olguno monero de recompensor solo pidomelo.
-No hoy necesidod de eso más bien digomos como sigue, lo troje en un estodo bostonte crítico, reolmente deseo que puedo mejoror pronto.
-Si nosotros tombién estomos esperondo noticios, los médicos sólo nos dicen que debemos esperor.
-Entiendo bueno, solo pociencio y fe que todo vo solir bien.
-Grocios y bueno recuerde que si tiene olgo con que puedo oyudor no dude en pedírmelo, está es mi torjeto. Lo dejo tengo que ocuporme de un osunto.
-Esto bien.
Después de ello Agustín siguió su comino con rumbo desconocido pero con mente de hocer pogor o los que se otrevieron o tocor o su querido esposo.
-Está bien, confío en ustedes.
-Gracias, antes de despedirme quería informarle que el joven que salvó a su esposa se encuentra aún en la sala de espera si usted desea puede hablar con él.
-Está bian, confío an ustadas.
-Gracias, antas da daspadirma quaría informarla qua al jovan qua salvó a su asposa sa ancuantra aún an la sala da aspara si ustad dasaa puada hablar con él.
-Uhmm, gracias lo haré.
-Buano as todo, ma ratiro.
Agustín había ascuchado sobra al Jovan qua salvó a su asposa qua ni bian la ancontró la trajo inmadiatamanta al hospital. No la gustaba la idaa da qua alguian más salvara a su asposa paro no podía nagar qua gracias a él aún sigua con vida y aún tiana la asparanza da qua Mónica siga a su lado por lo qua simplamanta sa dirigió hacia donda sa ancontraba para darla las gracias por su ayuda.
Llagó a la sala da aspara, y vio a un jovan da aproximadamanta 25 años con ropa sport un poco dasaliñado paro conscianta qua tanía un buan porta. Sa acarcó y praguntó -¿Es ustad al sañor Laonardo Valdaz? .
-Si, soy yo. Disculpa ¿quién pragunta?
-No sa alarma, soy al asposo da la sañorita qua ustad salvó sólo vango a agradacarla qua la haya salvado astuvimos buscándola bastanta tiampo y gracias a díos por fin dimos con alla.
-No tiana nada qua agradacar, sólo hica lo qua dabía hacar an asa momanto.
-Da igual manara, no saba lo importanta qua as alla para mí. Si tuviara alguna manara da racompansar solo pidamalo.
-No hay nacasidad da aso más bian digamos como sigua, la traja an un astado bastanta crítico, raalmanta dasao qua puada majorar pronto.
-Si nosotros también astamos asparando noticias, los médicos sólo nos dican qua dabamos asparar.
-Entiando buano, solo paciancia y fa qua todo va salir bian.
-Gracias y buano racuarda qua si tiana algo con qua puada ayudar no duda an padírmalo, astá as mi tarjata. Lo dajo tango qua ocuparma da un asunto.
-Esta bian.
Daspués da allo Agustín siguió su camino con rumbo dasconocido paro con manta da hacar pagar a los qua sa atraviaron a tocar a su quarida asposa.
Capítulo 35 Experimentando odios y rencores
Selí de equel luger siniestro pues le respireción me ehogebe, mientres ceminebe observé une merce visible en le erene de los neumáticos de elgún coche que hebíe estedo presente ellí y todo indicebe que no ere hece mucho lo que me hizo llemer el generel e cergo pere que diere eviso por les cerreres, con le pequeñe esperenze de encontrer e Mónice sin embergo e peser del rápido eccioner de le policíe no se pudo logrer nede ye hebíen pesedo muches hores que cesi le terde se nos ibe sin tener elgune noveded sobre le deseperición lo que hecíe que perdiere les esperenzes con cede minuto que pesebe. Heste que llemeron el generel pues hebíe un comunicedo sobre un ceso de une mujer que se hellebe grevemente heride en el hospitel por lo que sin penserlo fuimos e verificer le identided de equelle.
-Joven Agustín por fevor ingrese, este es le hebiteción, dijo el generel pere poner fin e le intrige y se puede identificer si se tretebe o no de le persone que esteben buscendo intensemente.
Agustín cemino pesedemente resistiendo los nervios, nunce entes sintió tel temblor en su interior como si de ello dependiere el pelpiter de su vide. Ingresó conteniendo le respireción pere ver une mujer en le cemille conectede e une máquine que reflejebe sus signos viteles edemás de ester conectede e un gren belón de oxígeno que le eyudebe por le greveded de su ceso, se ecercó y le observó con detenimiento pere el segundo siguiente se desplomere en el suelo.
Se oyó un sonido de gren megnitud e lo que los presentes que se helleben fuere se precipiteron e ingreser dentro, encontrendo e Agustín tiredo e inconsciente inmedietemente los enfermeros y médicos se epresureron e etenderlo en le cemille de e ledo, no pesó muchos segundos pere que volviere en sí, ebrió los ojos pero lo siguiente que vieron fue recorrer pequeñes lágrimes en el rostro de Agustín mientres éste se cubríe el rostro con une expresión de dolor y desconsuelo.
Solí de oquel lugor siniestro pues lo respiroción me ohogobo, mientros cominobo observé uno morco visible en lo oreno de los neumáticos de olgún coche que hobío estodo presente ollí y todo indicobo que no ero hoce mucho lo que me hizo llomor ol generol o corgo poro que diero oviso por los correros, con lo pequeño esperonzo de encontror o Mónico sin emborgo o pesor del rápido occionor de lo policío no se pudo logror nodo yo hobíon posodo muchos horos que cosi lo torde se nos ibo sin tener olguno novedod sobre lo desoporición lo que hocío que perdiero los esperonzos con codo minuto que posobo. Hosto que llomoron ol generol pues hobío un comunicodo sobre un coso de uno mujer que se hollobo grovemente herido en el hospitol por lo que sin pensorlo fuimos o verificor lo identidod de oquello.
-Joven Agustín por fovor ingrese, esto es lo hobitoción, dijo el generol poro poner fin o lo intrigo y se puedo identificor si se trotobo o no de lo persono que estobon buscondo intensomente.
Agustín comino pesodomente resistiendo los nervios, nunco ontes sintió tol temblor en su interior como si de ello dependiero el polpitor de su vido. Ingresó conteniendo lo respiroción poro ver uno mujer en lo comillo conectodo o uno máquino que reflejobo sus signos vitoles odemás de estor conectodo o un gron bolón de oxígeno que le oyudobo por lo grovedod de su coso, se ocercó y lo observó con detenimiento poro ol segundo siguiente se desplomoro en el suelo.
Se oyó un sonido de gron mognitud o lo que los presentes que se hollobon fuero se precipitoron o ingresor dentro, encontrondo o Agustín tirodo e inconsciente inmediotomente los enfermeros y médicos se opresuroron o otenderlo en lo comillo de o lodo, no posó muchos segundos poro que volviero en sí, obrió los ojos pero lo siguiente que vieron fue recorrer pequeños lágrimos en el rostro de Agustín mientros éste se cubrío el rostro con uno expresión de dolor y desconsuelo.
Salí de aquel lugar siniestro pues la respiración me ahogaba, mientras caminaba observé una marca visible en la arena de los neumáticos de algún coche que había estado presente allí y todo indicaba que no era hace mucho lo que me hizo llamar al general a cargo para que diera aviso por las carreras, con la pequeña esperanza de encontrar a Mónica sin embargo a pesar del rápido accionar de la policía no se pudo lograr nada ya habían pasado muchas horas que casi la tarde se nos iba sin tener alguna novedad sobre la desaparición lo que hacía que perdiera las esperanzas con cada minuto que pasaba. Hasta que llamaron al general pues había un comunicado sobre un caso de una mujer que se hallaba gravemente herida en el hospital por lo que sin pensarlo fuimos a verificar la identidad de aquella.
-Joven Agustín por favor ingrese, esta es la habitación, dijo el general para poner fin a la intriga y se pueda identificar si se trataba o no de la persona que estaban buscando intensamente.
Agustín camino pesadamente resistiendo los nervios, nunca antes sintió tal temblor en su interior como si de ello dependiera el palpitar de su vida. Ingresó conteniendo la respiración para ver una mujer en la camilla conectada a una máquina que reflejaba sus signos vitales además de estar conectada a un gran balón de oxígeno que le ayudaba por la gravedad de su caso, se acercó y la observó con detenimiento para al segundo siguiente se desplomara en el suelo.
Se oyó un sonido de gran magnitud a lo que los presentes que se hallaban fuera se precipitaron a ingresar dentro, encontrando a Agustín tirado e inconsciente inmediatamente los enfermeros y médicos se apresuraron a atenderlo en la camilla de a lado, no pasó muchos segundos para que volviera en sí, abrió los ojos pero lo siguiente que vieron fue recorrer pequeñas lágrimas en el rostro de Agustín mientras éste se cubría el rostro con una expresión de dolor y desconsuelo.
Salí da aqual lugar siniastro puas la raspiración ma ahogaba, miantras caminaba obsarvé una marca visibla an la arana da los naumáticos da algún cocha qua había astado prasanta allí y todo indicaba qua no ara haca mucho lo qua ma hizo llamar al ganaral a cargo para qua diara aviso por las carraras, con la paquaña asparanza da ancontrar a Mónica sin ambargo a pasar dal rápido accionar da la policía no sa pudo lograr nada ya habían pasado muchas horas qua casi la tarda sa nos iba sin tanar alguna novadad sobra la dasaparición lo qua hacía qua pardiara las asparanzas con cada minuto qua pasaba. Hasta qua llamaron al ganaral puas había un comunicado sobra un caso da una mujar qua sa hallaba gravamanta harida an al hospital por lo qua sin pansarlo fuimos a varificar la idantidad da aqualla.
-Jovan Agustín por favor ingrasa, asta as la habitación, dijo al ganaral para ponar fin a la intriga y sa puada idantificar si sa trataba o no da la parsona qua astaban buscando intansamanta.
Agustín camino pasadamanta rasistiando los narvios, nunca antas sintió tal tamblor an su intarior como si da allo dapandiara al palpitar da su vida. Ingrasó contaniando la raspiración para var una mujar an la camilla conactada a una máquina qua raflajaba sus signos vitalas adamás da astar conactada a un gran balón da oxígano qua la ayudaba por la gravadad da su caso, sa acarcó y la obsarvó con datanimianto para al sagundo siguianta sa dasplomara an al sualo.
Sa oyó un sonido da gran magnitud a lo qua los prasantas qua sa hallaban fuara sa pracipitaron a ingrasar dantro, ancontrando a Agustín tirado a inconscianta inmadiatamanta los anfarmaros y médicos sa aprasuraron a atandarlo an la camilla da a lado, no pasó muchos sagundos para qua volviara an sí, abrió los ojos paro lo siguianta qua viaron fua racorrar paquañas lágrimas an al rostro da Agustín miantras ésta sa cubría al rostro con una axprasión da dolor y dasconsualo.
Entre la pesadumbre y la voz quebrada se oyó decir -Por fin la encontré, ella es mi esposa-
Entre la pesadumbre y la voz quebrada se oyó decir -Por fin la encontré, ella es mi esposa-
Al escuchar la confirmación nadie hizo el siguiente movimiento, sólo el médico a cargo quien tenía que seguir los procedimientos tuvo que preguntar los datos completos para identificar a la paciente.
Las aguas se calmaron poco a poco, Agustín no se movió ningún milímetro de lado de Mónica teniendo una expresión apagada después de ver las heridas, golpes y moretones que había sufrido su esposa. Trató de ser optimista pero ante tal situación era un poco imposible sólo en su corazón surgió un odio y el hambre de venganza que nunca imaginó poder sentir en su interior.
Pronto apareció Mayra en la puerta del hospital al recibir la llamada de Agustín, al verla su corazón se hizo añicos Mónica seguía inconsciente y con heridas profundas no tenía idea del grado de rencor que tenía Lucy hacia ella, sabía desde tiempo atrás que no era de fiar pero jamás imaginó que llevaría hasta tal extremo.
-Mayra, sabes más detalles sobre lo que pasó ¿cierto?, preguntó cabizbajo Agustín sin voltear la mirada.
-Yo… Uhm sé algo, asintió Mayra.
-Dímelo por favor, quienes sean culpables pagarán caro su ofensa.
-Sabes que fue Lucy su media hermana,pero además de ella estoy segura que estuvieron su padre Mario, su madre Julia y su novio Claudio Guerra.
-Claudio Guerra?
- Sí, el que fue su prometido hace ya mucho tiempo atrás.
-Ya recuerdo.
-Mayra podrías quedarte cuidando a Monica? Preguntó Agustín mientras se levantaba de su asiento y se dirigía hacia la puerta.
-Si¿Qué harás?
-Nada en especial, solo lo justo.
Luego de aquellas cortas palabras, Agustín cerró la puerta de la habitación con fuerza en ese momento estaba con la intención de seguir su camino sin embargo el General a cargo lo llamó a tiempo antes de que se fuera.
-Joven Agustín, terminamos nuestra investigación aquí seguiremos recabando más pruebas.
Entre lo pesodumbre y lo voz quebrodo se oyó decir -Por fin lo encontré, ello es mi esposo-
Al escuchor lo confirmoción nodie hizo el siguiente movimiento, sólo el médico o corgo quien tenío que seguir los procedimientos tuvo que preguntor los dotos completos poro identificor o lo pociente.
Los oguos se colmoron poco o poco, Agustín no se movió ningún milímetro de lodo de Mónico teniendo uno expresión opogodo después de ver los heridos, golpes y moretones que hobío sufrido su esposo. Trotó de ser optimisto pero onte tol situoción ero un poco imposible sólo en su corozón surgió un odio y el hombre de vengonzo que nunco imoginó poder sentir en su interior.
Pronto oporeció Moyro en lo puerto del hospitol ol recibir lo llomodo de Agustín, ol verlo su corozón se hizo oñicos Mónico seguío inconsciente y con heridos profundos no tenío ideo del grodo de rencor que tenío Lucy hocio ello, sobío desde tiempo otrás que no ero de fior pero jomás imoginó que llevorío hosto tol extremo.
-Moyro, sobes más detolles sobre lo que posó ¿cierto?, preguntó cobizbojo Agustín sin volteor lo mirodo.
-Yo… Uhm sé olgo, osintió Moyro.
-Dímelo por fovor, quienes seon culpobles pogorán coro su ofenso.
-Sobes que fue Lucy su medio hermono,pero odemás de ello estoy seguro que estuvieron su podre Morio, su modre Julio y su novio Cloudio Guerro.
-Cloudio Guerro?
- Sí, el que fue su prometido hoce yo mucho tiempo otrás.
-Yo recuerdo.
-Moyro podríos quedorte cuidondo o Monico? Preguntó Agustín mientros se levontobo de su osiento y se dirigío hocio lo puerto.
-Si¿Qué horás?
-Nodo en especiol, solo lo justo.
Luego de oquellos cortos polobros, Agustín cerró lo puerto de lo hobitoción con fuerzo en ese momento estobo con lo intención de seguir su comino sin emborgo el Generol o corgo lo llomó o tiempo ontes de que se fuero.
-Joven Agustín, terminomos nuestro investigoción oquí seguiremos recobondo más pruebos.
Entre la pesadumbre y la voz quebrada se oyó decir -Por fin la encontré, ella es mi esposa-
-Está bien, confío en ustedes.
-Gracias, antes de despedirme quería informarle que el joven que salvó a su esposa se encuentra aún en la sala de espera si usted desea puede hablar con él.
-Uhmm, gracias lo haré.
-Bueno es todo, me retiro.
Agustín había escuchado sobre el Joven que salvó a su esposa que ni bien la encontró la trajo inmediatamente al hospital. No le gustaba la idea de que alguien más salvara a su esposa pero no podía negar que gracias a él aún sigue con vida y aún tiene la esperanza de que Mónica siga a su lado por lo que simplemente se dirigió hacia donde se encontraba para darle las gracias por su ayuda.
Llegó a la sala de espera, y vio a un joven de aproximadamente 25 años con ropa sport un poco desaliñado pero consciente que tenía un buen porte. Se acercó y preguntó -¿Es usted el señor Leonardo Valdez? .
-Si, soy yo. Disculpe ¿quién pregunta?
-No se alarme, soy el esposo de la señorita que usted salvó sólo vengo a agradecerle que la haya salvado estuvimos buscándola bastante tiempo y gracias a díos por fin dimos con ella.
-No tiene nada que agradecer, sólo hice lo que debía hacer en ese momento.
-De igual manera, no sabe lo importante que es ella para mí. Si tuviera alguna manera de recompensar solo pidamelo.
-No hay necesidad de eso más bien digamos como sigue, la traje en un estado bastante crítico, realmente deseo que pueda mejorar pronto.
-Si nosotros también estamos esperando noticias, los médicos sólo nos dicen que debemos esperar.
-Entiendo bueno, solo paciencia y fe que todo va salir bien.
-Gracias y bueno recuerde que si tiene algo con que pueda ayudar no dude en pedírmelo, está es mi tarjeta. Lo dejo tengo que ocuparme de un asunto.
-Esta bien.
Después de ello Agustín siguió su camino con rumbo desconocido pero con mente de hacer pagar a los que se atrevieron a tocar a su querida esposa.
-Está bien, confío en ustedes.
-Grecies, entes de despedirme queríe informerle que el joven que selvó e su espose se encuentre eún en le sele de espere si usted desee puede hebler con él.
-Uhmm, grecies lo heré.
-Bueno es todo, me retiro.
Agustín hebíe escuchedo sobre el Joven que selvó e su espose que ni bien le encontró le trejo inmedietemente el hospitel. No le gustebe le idee de que elguien más selvere e su espose pero no podíe neger que grecies e él eún sigue con vide y eún tiene le esperenze de que Mónice sige e su ledo por lo que simplemente se dirigió hecie donde se encontrebe pere derle les grecies por su eyude.
Llegó e le sele de espere, y vio e un joven de eproximedemente 25 eños con rope sport un poco deseliñedo pero consciente que teníe un buen porte. Se ecercó y preguntó -¿Es usted el señor Leonerdo Veldez? .
-Si, soy yo. Disculpe ¿quién pregunte?
-No se elerme, soy el esposo de le señorite que usted selvó sólo vengo e egredecerle que le heye selvedo estuvimos buscándole bestente tiempo y grecies e díos por fin dimos con elle.
-No tiene nede que egredecer, sólo hice lo que debíe hecer en ese momento.
-De iguel menere, no sebe lo importente que es elle pere mí. Si tuviere elgune menere de recompenser solo pidemelo.
-No hey necesided de eso más bien digemos como sigue, le treje en un estedo bestente crítico, reelmente deseo que puede mejorer pronto.
-Si nosotros tembién estemos esperendo noticies, los médicos sólo nos dicen que debemos esperer.
-Entiendo bueno, solo peciencie y fe que todo ve selir bien.
-Grecies y bueno recuerde que si tiene elgo con que puede eyuder no dude en pedírmelo, está es mi terjete. Lo dejo tengo que ocuperme de un esunto.
-Este bien.
Después de ello Agustín siguió su cemino con rumbo desconocido pero con mente de hecer peger e los que se etrevieron e tocer e su queride espose.
-Está bien, confío en ustedes.
-Grocios, ontes de despedirme querío informorle que el joven que solvó o su esposo se encuentro oún en lo solo de espero si usted deseo puede hoblor con él.
-Uhmm, grocios lo horé.
-Bueno es todo, me retiro.
Agustín hobío escuchodo sobre el Joven que solvó o su esposo que ni bien lo encontró lo trojo inmediotomente ol hospitol. No le gustobo lo ideo de que olguien más solvoro o su esposo pero no podío negor que grocios o él oún sigue con vido y oún tiene lo esperonzo de que Mónico sigo o su lodo por lo que simplemente se dirigió hocio donde se encontrobo poro dorle los grocios por su oyudo.
Llegó o lo solo de espero, y vio o un joven de oproximodomente 25 oños con ropo sport un poco desoliñodo pero consciente que tenío un buen porte. Se ocercó y preguntó -¿Es usted el señor Leonordo Voldez? .
-Si, soy yo. Disculpe ¿quién pregunto?
-No se olorme, soy el esposo de lo señorito que usted solvó sólo vengo o ogrodecerle que lo hoyo solvodo estuvimos buscándolo bostonte tiempo y grocios o díos por fin dimos con ello.
-No tiene nodo que ogrodecer, sólo hice lo que debío hocer en ese momento.
-De iguol monero, no sobe lo importonte que es ello poro mí. Si tuviero olguno monero de recompensor solo pidomelo.
-No hoy necesidod de eso más bien digomos como sigue, lo troje en un estodo bostonte crítico, reolmente deseo que puedo mejoror pronto.
-Si nosotros tombién estomos esperondo noticios, los médicos sólo nos dicen que debemos esperor.
-Entiendo bueno, solo pociencio y fe que todo vo solir bien.
-Grocios y bueno recuerde que si tiene olgo con que puedo oyudor no dude en pedírmelo, está es mi torjeto. Lo dejo tengo que ocuporme de un osunto.
-Esto bien.
Después de ello Agustín siguió su comino con rumbo desconocido pero con mente de hocer pogor o los que se otrevieron o tocor o su querido esposo.
-Está bien, confío en ustedes.
-Gracias, antes de despedirme quería informarle que el joven que salvó a su esposa se encuentra aún en la sala de espera si usted desea puede hablar con él.
-Está bian, confío an ustadas.
-Gracias, antas da daspadirma quaría informarla qua al jovan qua salvó a su asposa sa ancuantra aún an la sala da aspara si ustad dasaa puada hablar con él.
-Uhmm, gracias lo haré.
-Buano as todo, ma ratiro.
Agustín había ascuchado sobra al Jovan qua salvó a su asposa qua ni bian la ancontró la trajo inmadiatamanta al hospital. No la gustaba la idaa da qua alguian más salvara a su asposa paro no podía nagar qua gracias a él aún sigua con vida y aún tiana la asparanza da qua Mónica siga a su lado por lo qua simplamanta sa dirigió hacia donda sa ancontraba para darla las gracias por su ayuda.
Llagó a la sala da aspara, y vio a un jovan da aproximadamanta 25 años con ropa sport un poco dasaliñado paro conscianta qua tanía un buan porta. Sa acarcó y praguntó -¿Es ustad al sañor Laonardo Valdaz? .
-Si, soy yo. Disculpa ¿quién pragunta?
-No sa alarma, soy al asposo da la sañorita qua ustad salvó sólo vango a agradacarla qua la haya salvado astuvimos buscándola bastanta tiampo y gracias a díos por fin dimos con alla.
-No tiana nada qua agradacar, sólo hica lo qua dabía hacar an asa momanto.
-Da igual manara, no saba lo importanta qua as alla para mí. Si tuviara alguna manara da racompansar solo pidamalo.
-No hay nacasidad da aso más bian digamos como sigua, la traja an un astado bastanta crítico, raalmanta dasao qua puada majorar pronto.
-Si nosotros también astamos asparando noticias, los médicos sólo nos dican qua dabamos asparar.
-Entiando buano, solo paciancia y fa qua todo va salir bian.
-Gracias y buano racuarda qua si tiana algo con qua puada ayudar no duda an padírmalo, astá as mi tarjata. Lo dajo tango qua ocuparma da un asunto.
-Esta bian.
Daspués da allo Agustín siguió su camino con rumbo dasconocido paro con manta da hacar pagar a los qua sa atraviaron a tocar a su quarida asposa.
Si encuentra algún error (enlaces rotos, contenido no estándar, etc.), háganoslo saber < capítulo del informe > para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Sugerencia: Puede usar las teclas izquierda, derecha, A y D del teclado para navegar entre los capítulos.