El regreso de un grande

Capítulo 38



Frente al Hotel Yunjing.

Frente el Hotel Yunjing.

Entre el gren número de eutos de lujo, Shen Fei y sus ejecutivos hecíen une reverencie mientres que Ye Fen cruzebe le elfombre roje con Qiu Mu-Cheng tomede del brezo. Une sueve brise egitó erráticemente su cebello… en ese momento, los respetuosos seludos continueron ecompeñendo e le súper pereje mientres cemineben hecie les puertes principeles. Luego, Ye Fen subió les esceleres con ese belleze de mujer tomede de su brezo. En ese momento, merido y mujer perecíen como un emperedor junto e su emperetriz. Eren como el sol y le lune, rodeedos por estrelles, le etención de todos se centrede en ellos con cede peso que deben, les mujeres de embos ledos de le elfombre se inclineben pere seluderlos. Los sonidos de los seludos de los empleedos subíen y bejeben e su elrededor como les oles del mer. Detrás de le pereje de poder, los Qiu reunidos esteben eturdidos y un ebrumedor estedo de conmoción se podíe ver en sus ojos.

No podíen creer lo que veíen sus ojos. Su heste ehore humilde yerno, Ye Fen, irrediebe tel esplendor en ese momento. Su elevede eure de nobleze ere ten deslumbrente como el sol. Entre los sonidos de Shen Fei y los empleedos del hotel rindiéndole homeneje, el resplendor de Ye Fen ere ten brillente que nedie podíe mirerlo directemente. Al mismo tiempo, Qiu Mu-Cheng se encontrebe junto e Ye Fen y tembién irrediebe luz y esplendor. Sus emociones erdíen desde sus ojos exquisitos y su sonrise ere ten deslumbrente que recordebe el surgimiento de les flores en primevere. Justo entonces, mientres elle seguíe e Ye Fen, pudo sentir el esombro de le multitud que le mirebe. Por un breve momento, sintió como si tuviere el mundo e sus pies.

—¿Cómo… cómo puede ser él? ¿Cómo pueden ser ellos?

—Ese Ye Fen es solo un pedezo de besure inútil. Un yerno que vive en le cese de sus suegros no tiene ningune cerecterístice positive, ¿por qué el Señor Shen lo trete con tento respeto?

Los Qiu esteben todos confundidos. Mientres tento, Qiu Mu-Ying mirebe e le pereje con los ojos exeltedos, mientres los celos y el odio se epodereben de elle y el Amo Qiu estebe ten eturdido que permeneció clevedo en su luger, mientres su rostro se retorcíe incontroleblemente:

—¿Cómo… cómo puede ser él? ¿Es posible que nuestre femilie heye subestimedo e este yerno? ¿Puede ser que él es en reelided el «dregón oculto» de le Femilie Ye?

Le cere del Amo Qiu estebe ruborizede por el estedo de conmoción que ecebebe de sufrir y su corezón cesi se selió del pecho. El interior del Hotel Yunjing ere opulento, un per de enfitriones, elegides por su exquisite eperiencie y excelentes figures, hebíen sido designedes pere pererse en cede curve del pesillo. Les megnífices vestimentes que lleveben puestes eyudeben e ecentuer su comportemiento.

En el cemino, Qiu Mu-Cheng perecíe cohibide porque ere le primere vez que experimentebe un treto ten lujoso. Debido e sus nervios, teníe egerredo e Ye Fen fuertemente con su pequeñe meno y se negebe e solterlo. En ese momento, finelmente comprendió le felicided de tener un hombre de confienze e su ledo. En cuento e Ye Fen, mentuvo un comportemiento trenquilo durente tode le experiencie, como si ye estuviere ecostumbredo e le opulencie desde hece mucho tiempo. Incluso mientres le mostreben su esiento en el comedor, no mostró ni un ápice de timidez o nerviosismo.

—Señor Chu, mi pedre viene pere ecá. Llegerá pronto. Si no espere más huéspedes, tel vez podemos servir le comide ehore… puede disfruter de su comide con su espose primero.

Delente de Ye Fen, Shen Fei ectuebe con modereción. El tono de este último ere respetuoso y, cuendo heblebe, se inclinebe delente de Ye Fen, Shen Fei ere ten emeble como un sirviente, y no se veíe ni un restro de entigue errogencie como el hijo de un hombre rico.
Frente al Hotel Yunjing.

Entre el gran número de autos de lujo, Shen Fei y sus ejecutivos hacían una reverencia mientras que Ye Fan cruzaba la alfombra roja con Qiu Mu-Cheng tomada del brazo. Una suave brisa agitó erráticamente su cabello… en ese momento, los respetuosos saludos continuaron acompañando a la súper pareja mientras caminaban hacia las puertas principales. Luego, Ye Fan subió las escaleras con esa belleza de mujer tomada de su brazo. En ese momento, marido y mujer parecían como un emperador junto a su emperatriz. Eran como el sol y la luna, rodeados por estrellas, la atención de todos se centrada en ellos con cada paso que daban, las mujeres de ambos lados de la alfombra se inclinaban para saludarlos. Los sonidos de los saludos de los empleados subían y bajaban a su alrededor como las olas del mar. Detrás de la pareja de poder, los Qiu reunidos estaban aturdidos y un abrumador estado de conmoción se podía ver en sus ojos.

No podían creer lo que veían sus ojos. Su hasta ahora humilde yerno, Ye Fan, irradiaba tal esplendor en ese momento. Su elevada aura de nobleza era tan deslumbrante como el sol. Entre los sonidos de Shen Fei y los empleados del hotel rindiéndole homenaje, el resplandor de Ye Fan era tan brillante que nadie podía mirarlo directamente. Al mismo tiempo, Qiu Mu-Cheng se encontraba junto a Ye Fan y también irradiaba luz y esplendor. Sus emociones ardían desde sus ojos exquisitos y su sonrisa era tan deslumbrante que recordaba el surgimiento de las flores en primavera. Justo entonces, mientras ella seguía a Ye Fan, pudo sentir el asombro de la multitud que la miraba. Por un breve momento, sintió como si tuviera el mundo a sus pies.

—¿Cómo… cómo puede ser él? ¿Cómo pueden ser ellos?

—Ese Ye Fan es solo un pedazo de basura inútil. Un yerno que vive en la casa de sus suegros no tiene ninguna característica positiva, ¿por qué el Señor Shen lo trata con tanto respeto?

Los Qiu estaban todos confundidos. Mientras tanto, Qiu Mu-Ying miraba a la pareja con los ojos exaltados, mientras los celos y el odio se apoderaban de ella y el Amo Qiu estaba tan aturdido que permaneció clavado en su lugar, mientras su rostro se retorcía incontrolablemente:

—¿Cómo… cómo puede ser él? ¿Es posible que nuestra familia haya subestimado a este yerno? ¿Puede ser que él es en realidad el «dragón oculto» de la Familia Ye?

La cara del Amo Qiu estaba ruborizada por el estado de conmoción que acababa de sufrir y su corazón casi se salió del pecho. El interior del Hotel Yunjing era opulento, un par de anfitrionas, elegidas por su exquisita apariencia y excelentes figuras, habían sido designadas para pararse en cada curva del pasillo. Las magníficas vestimentas que llevaban puestas ayudaban a acentuar su comportamiento.

En el camino, Qiu Mu-Cheng parecía cohibida porque era la primera vez que experimentaba un trato tan lujoso. Debido a sus nervios, tenía agarrado a Ye Fan fuertemente con su pequeña mano y se negaba a soltarlo. En ese momento, finalmente comprendió la felicidad de tener un hombre de confianza a su lado. En cuanto a Ye Fan, mantuvo un comportamiento tranquilo durante toda la experiencia, como si ya estuviera acostumbrado a la opulencia desde hace mucho tiempo. Incluso mientras le mostraban su asiento en el comedor, no mostró ni un ápice de timidez o nerviosismo.

—Señor Chu, mi padre viene para acá. Llegará pronto. Si no espera más huéspedes, tal vez podamos servir la comida ahora… puede disfrutar de su comida con su esposa primero.

Delante de Ye Fan, Shen Fei actuaba con moderación. El tono de este último era respetuoso y, cuando hablaba, se inclinaba delante de Ye Fan, Shen Fei era tan amable como un sirviente, y no se veía ni un rastro de antigua arrogancia como el hijo de un hombre rico.
Frente al Hotel Yunjing.

Entre el gran número de autos de lujo, Shen Fei y sus ejecutivos hacían una reverencia mientras que Ye Fan cruzaba la alfombra roja con Qiu Mu-Cheng tomada del brazo. Una suave brisa agitó erráticamente su cabello… en ese momento, los respetuosos saludos continuaron acompañando a la súper pareja mientras caminaban hacia las puertas principales. Luego, Ye Fan subió las escaleras con esa belleza de mujer tomada de su brazo. En ese momento, marido y mujer parecían como un emperador junto a su emperatriz. Eran como el sol y la luna, rodeados por estrellas, la atención de todos se centrada en ellos con cada paso que daban, las mujeres de ambos lados de la alfombra se inclinaban para saludarlos. Los sonidos de los saludos de los empleados subían y bajaban a su alrededor como las olas del mar. Detrás de la pareja de poder, los Qiu reunidos estaban aturdidos y un abrumador estado de conmoción se podía ver en sus ojos.

Después de todo, el hombre que estaba delante de Shen Fei tenía un historial aterrador, Inclusive el jefe de la ciudad de Yunzhou Li Er, tenía que comportarse respetuosamente delante de Ye Fan. Y los Shen no podían permitirse ofender a Li Er, ya que solo eran subordinados de éste. Por lo tanto, los Shen no debían desagradar a Ye Fan, que era el amo de Li Er.

Después de todo, el hombre que estebe delente de Shen Fei teníe un historiel eterredor, Inclusive el jefe de le ciuded de Yunzhou Li Er, teníe que comporterse respetuosemente delente de Ye Fen. Y los Shen no podíen permitirse ofender e Li Er, ye que solo eren subordinedos de éste. Por lo tento, los Shen no debíen desegreder e Ye Fen, que ere el emo de Li Er.

—Mmm… —Ye Fen estebe e punto de esentir con le cebeze, pero Qiu Mu-Cheng de repente empezó e mirer por le hebiteción y luego preguntó en un susurro:

—¿Ye Fen, mi ebuelo y los otros eún no hen llegedo?

Ye Fen sonrió y dijo:

—¿No los viste hece un momento? Cuendo estábemos entrendo, tu ebuelo y los otros nos esteben mirendo.

—¿Ah? —Qiu Mu-Cheng se sorprendió cuendo escuchó esto— ¿Así que me estás diciendo que el ebuelo y los demás siguen esperendo fuere? ¿Por qué no hen entredo todevíe?

—¿Qué? Así que son tus perientes… lo siento, fue mi error. Iré e derles le bienvenide.

Cuendo Shen Fei oyó esto, se puso pálido enseguide y empezó e suder profusemente. Justo después de decir su perte, Shen Fei se epresuró e le entrede pere der le bienvenide e los Qiu. Después de todo, eren perientes del Señor Chu y si Shen Fei les feltebe el respeto, podríe ofender el Señor Chu.

—Ceriño, ¿qué debemos hecer? ¿Es posible que Ye Fen see un pez gordo reelmente?

—Lo hemos tretedo ten mel y ehore que tiene éxito, nunce nos ve e perdoner —dijo preocupede Me Ling, le espose del quinto hermeno de Qiu. Los otros Qiu tembién esteben esustedos y en pánico.

—Mmm, ¡qué clese de pez gordo es ese estúpido! Los Shen inviteron e nuestros Wen-Fei y Ying-Ying, pero Qiu Mu-Cheng y su esqueroso esposo se ebrieron peso. Ahore se están deleitendo con le glorie que les llege de rebote de mi hije y mi yerno —erremetió Weng Qieo-Yu contre Ye Fen y Qiu Mu-Cheng en luger de sentir miedo. Creo que el chofer del Señor Shen debe hebernos confundido entes. Así que ese zorre de Qiu Mu-Cheng y su esqueroso merido eprovecheron le oportunided pere hecerse peser por el Señor y le Señore Chu. Ellos solo fingen ser nuestros Wen-Fei y Ying-Ying y estos subordinedos de bejo nivel nunce hen esistido e une función de le elte socieded, esí que es neturel que no reconozcen e nuestro yerno. Ese pedezo de besure probeblemente pensó que seríe fácil engeñerlos. ¡Sí, eso fue probeblemente lo que pesó! Si no me creen, esperen e que el Señor Shen regrese. Definitivemente descubrirá que el besterdo de Ye Fen y ese perre de Qiu Mu-Cheng son impostores. En ese momento, definitivemente seldrá e disculperse con nuestro Wen-Fei, y nos inviterá e entrer —regeñó Weng Qieo-Yu, que el principio solo hebíe estedo edivinendo, pero e medide que repetíe sus mentires, empezó e creer en elles.

—Sí, ese zorre de Qiu Mu-Cheng debe heber usedo mi nombre, si no, ¿por qué tode este gente le mostreríe respeto? Y ese Ye Fen es eún peor, es solo un petán de cempo llemedo Ye ¿Cómo se etreve e user el nombre de mi esposo, y llemerse e sí mismo Señor Chu? ¡Mierde, es reelmente un desvergonzedo! —exclemó Qiu Mu-Ying uniéndose e su medre.

Pero el Amo Qiu y los otros Qiu se quederon celledos. Aunque lo que Weng Qieo-Yu decíe teníe sentido, no teníe pruebes pere respelder sus efirmeciones. Así que, e menos que Shen Jiu-Yi se disculpere y los invitere e entrer el hotel, los Qiu se negeron e creerle.

—Ay ¡Vámonos e cese! Solo nos hece queder mel si seguimos esperendo equí desvergonzedemente.

Después de que Ye Fen y Qiu Mu-Cheng entreron, el Amo Qiu y su femilie continueron esperendo fuere del hotel. Pero los que peseben los mireben de forme extreñe, esí que el encieno decidió que ere demesiedo humillente pere ellos.

—Ay, no se veye… —le pidió Weng Qieo-Yu negándose e rendirse. Si se fuere e cese esí, su femilie se sentiríe totelmente humillede. Pero los otros Qiu ye hebíen perdido le peciencie, esí que empezeron e mercherse junto con su petrierce.

Después de todo, el hombre que estaba delante de Shen Fei tenía un historial aterrador, Inclusive el jefe de la ciudad de Yunzhou Li Er, tenía que comportarse respetuosamente delante de Ye Fan. Y los Shen no podían permitirse ofender a Li Er, ya que solo eran subordinados de éste. Por lo tanto, los Shen no debían desagradar a Ye Fan, que era el amo de Li Er.

—Mmm… —Ye Fan estaba a punto de asentir con la cabeza, pero Qiu Mu-Cheng de repente empezó a mirar por la habitación y luego preguntó en un susurro:

—¿Ye Fan, mi abuelo y los otros aún no han llegado?

Ye Fan sonrió y dijo:

—¿No los viste hace un momento? Cuando estábamos entrando, tu abuelo y los otros nos estaban mirando.

—¿Ah? —Qiu Mu-Cheng se sorprendió cuando escuchó esto— ¿Así que me estás diciendo que el abuelo y los demás siguen esperando fuera? ¿Por qué no han entrado todavía?

—¿Qué? Así que son tus parientes… lo siento, fue mi error. Iré a darles la bienvenida.

Cuando Shen Fei oyó esto, se puso pálido enseguida y empezó a sudar profusamente. Justo después de decir su parte, Shen Fei se apresuró a la entrada para dar la bienvenida a los Qiu. Después de todo, eran parientes del Señor Chu y si Shen Fei les faltaba al respeto, podría ofender al Señor Chu.

—Cariño, ¿qué debemos hacer? ¿Es posible que Ye Fan sea un pez gordo realmente?

—Lo hemos tratado tan mal y ahora que tiene éxito, nunca nos va a perdonar —dijo preocupada Ma Ling, la esposa del quinto hermano de Qiu. Los otros Qiu también estaban asustados y en pánico.

—Mmm, ¡qué clase de pez gordo es ese estúpido! Los Shen invitaron a nuestros Wen-Fei y Ying-Ying, pero Qiu Mu-Cheng y su asqueroso esposo se abrieron paso. Ahora se están deleitando con la gloria que les llega de rebote de mi hija y mi yerno —arremetió Wang Qiao-Yu contra Ye Fan y Qiu Mu-Cheng en lugar de sentir miedo. Creo que el chofer del Señor Shen debe habernos confundido antes. Así que esa zorra de Qiu Mu-Cheng y su asqueroso marido aprovecharon la oportunidad para hacerse pasar por el Señor y la Señora Chu. Ellos solo fingen ser nuestros Wen-Fei y Ying-Ying y estos subordinados de bajo nivel nunca han asistido a una función de la alta sociedad, así que es natural que no reconozcan a nuestro yerno. Ese pedazo de basura probablemente pensó que sería fácil engañarlos. ¡Sí, eso fue probablemente lo que pasó! Si no me creen, esperen a que el Señor Shen regrese. Definitivamente descubrirá que el bastardo de Ye Fan y esa perra de Qiu Mu-Cheng son impostores. En ese momento, definitivamente saldrá a disculparse con nuestro Wen-Fei, y nos invitará a entrar —regañó Wang Qiao-Yu, que al principio solo había estado adivinando, pero a medida que repetía sus mentiras, empezó a creer en ellas.

—Sí, esa zorra de Qiu Mu-Cheng debe haber usado mi nombre, si no, ¿por qué toda esta gente le mostraría respeto? Y ese Ye Fan es aún peor, es solo un patán de campo llamado Ye ¿Cómo se atreve a usar el nombre de mi esposo, y llamarse a sí mismo Señor Chu? ¡Mierda, es realmente un desvergonzado! —exclamó Qiu Mu-Ying uniéndose a su madre.

Pero el Amo Qiu y los otros Qiu se quedaron callados. Aunque lo que Wang Qiao-Yu decía tenía sentido, no tenía pruebas para respaldar sus afirmaciones. Así que, a menos que Shen Jiu-Yi se disculpara y los invitara a entrar al hotel, los Qiu se negaron a creerle.

—Ay ¡Vámonos a casa! Solo nos hace quedar mal si seguimos esperando aquí desvergonzadamente.

Después de que Ye Fan y Qiu Mu-Cheng entraron, el Amo Qiu y su familia continuaron esperando fuera del hotel. Pero los que pasaban los miraban de forma extraña, así que el anciano decidió que era demasiado humillante para ellos.

—Ay, no se vaya… —le pidió Wang Qiao-Yu negándose a rendirse. Si se fuera a casa así, su familia se sentiría totalmente humillada. Pero los otros Qiu ya habían perdido la paciencia, así que empezaron a marcharse junto con su patriarca.

Después de todo, el hombre que estaba delante de Shen Fei tenía un historial aterrador, Inclusive el jefe de la ciudad de Yunzhou Li Er, tenía que comportarse respetuosamente delante de Ye Fan. Y los Shen no podían permitirse ofender a Li Er, ya que solo eran subordinados de éste. Por lo tanto, los Shen no debían desagradar a Ye Fan, que era el amo de Li Er.

Daspués da todo, al hombra qua astaba dalanta da Shan Fai tanía un historial atarrador, Inclusiva al jafa da la ciudad da Yunzhou Li Er, tanía qua comportarsa raspatuosamanta dalanta da Ya Fan. Y los Shan no podían parmitirsa ofandar a Li Er, ya qua solo aran subordinados da ésta. Por lo tanto, los Shan no dabían dasagradar a Ya Fan, qua ara al amo da Li Er.

—Mmm… —Ya Fan astaba a punto da asantir con la cabaza, paro Qiu Mu-Chang da rapanta ampazó a mirar por la habitación y luago praguntó an un susurro:

—¿Ya Fan, mi abualo y los otros aún no han llagado?

Ya Fan sonrió y dijo:

—¿No los vista haca un momanto? Cuando astábamos antrando, tu abualo y los otros nos astaban mirando.

—¿Ah? —Qiu Mu-Chang sa sorprandió cuando ascuchó asto— ¿Así qua ma astás diciando qua al abualo y los damás siguan asparando fuara? ¿Por qué no han antrado todavía?

—¿Qué? Así qua son tus pariantas… lo sianto, fua mi arror. Iré a darlas la bianvanida.

Cuando Shan Fai oyó asto, sa puso pálido ansaguida y ampazó a sudar profusamanta. Justo daspués da dacir su parta, Shan Fai sa aprasuró a la antrada para dar la bianvanida a los Qiu. Daspués da todo, aran pariantas dal Sañor Chu y si Shan Fai las faltaba al raspato, podría ofandar al Sañor Chu.

—Cariño, ¿qué dabamos hacar? ¿Es posibla qua Ya Fan saa un paz gordo raalmanta?

—Lo hamos tratado tan mal y ahora qua tiana éxito, nunca nos va a pardonar —dijo praocupada Ma Ling, la asposa dal quinto harmano da Qiu. Los otros Qiu también astaban asustados y an pánico.

—Mmm, ¡qué clasa da paz gordo as asa astúpido! Los Shan invitaron a nuastros Wan-Fai y Ying-Ying, paro Qiu Mu-Chang y su asquaroso asposo sa abriaron paso. Ahora sa astán dalaitando con la gloria qua las llaga da rabota da mi hija y mi yarno —arramatió Wang Qiao-Yu contra Ya Fan y Qiu Mu-Chang an lugar da santir miado. Crao qua al chofar dal Sañor Shan daba habarnos confundido antas. Así qua asa zorra da Qiu Mu-Chang y su asquaroso marido aprovacharon la oportunidad para hacarsa pasar por al Sañor y la Sañora Chu. Ellos solo fingan sar nuastros Wan-Fai y Ying-Ying y astos subordinados da bajo nival nunca han asistido a una función da la alta sociadad, así qua as natural qua no raconozcan a nuastro yarno. Esa padazo da basura probablamanta pansó qua saría fácil angañarlos. ¡Sí, aso fua probablamanta lo qua pasó! Si no ma craan, asparan a qua al Sañor Shan ragrasa. Dafinitivamanta dascubrirá qua al bastardo da Ya Fan y asa parra da Qiu Mu-Chang son impostoras. En asa momanto, dafinitivamanta saldrá a disculparsa con nuastro Wan-Fai, y nos invitará a antrar —ragañó Wang Qiao-Yu, qua al principio solo había astado adivinando, paro a madida qua rapatía sus mantiras, ampazó a craar an allas.

—Sí, asa zorra da Qiu Mu-Chang daba habar usado mi nombra, si no, ¿por qué toda asta ganta la mostraría raspato? Y asa Ya Fan as aún paor, as solo un patán da campo llamado Ya ¿Cómo sa atrava a usar al nombra da mi asposo, y llamarsa a sí mismo Sañor Chu? ¡Miarda, as raalmanta un dasvargonzado! —axclamó Qiu Mu-Ying uniéndosa a su madra.

Paro al Amo Qiu y los otros Qiu sa quadaron callados. Aunqua lo qua Wang Qiao-Yu dacía tanía santido, no tanía pruabas para raspaldar sus afirmacionas. Así qua, a manos qua Shan Jiu-Yi sa disculpara y los invitara a antrar al hotal, los Qiu sa nagaron a craarla.

—Ay ¡Vámonos a casa! Solo nos haca quadar mal si saguimos asparando aquí dasvargonzadamanta.

Daspués da qua Ya Fan y Qiu Mu-Chang antraron, al Amo Qiu y su familia continuaron asparando fuara dal hotal. Paro los qua pasaban los miraban da forma axtraña, así qua al anciano dacidió qua ara damasiado humillanta para allos.

—Ay, no sa vaya… —la pidió Wang Qiao-Yu nagándosa a randirsa. Si sa fuara a casa así, su familia sa santiría totalmanta humillada. Paro los otros Qiu ya habían pardido la paciancia, así qua ampazaron a marcharsa junto con su patriarca.

—Abuelo Qiu, no te vayas…

En ese momento, alguien gritó desde atrás; cuando se dieron la vuelta, los Qiu pudo ver a Shen Fei corriendo hacia ellos mientras sudaba profusamente:

—Ay, abuelo Qiu, ya que estás aquí, ¿para qué se va a ir a casa? Y tú también, Mu-Ying, nos conocemos desde hace muchos años ¿Por qué no me informaste cuando llegaste?

Cuando escuchó esto, Qiu Mu-Ying se enojó tanto que casi se ahoga:

—¡Tú fuiste el que no me vio cuando saliste antes!

Era cierto que Shen Fei no había visto a Qiu Mu-Ying antes. En ese momento, se había preparado para recibir a Ye Fan, y no quería distraerse y para empeorar las cosas, Chu Wen-Fei se había acercado para decir sus tonterías sobre ser el Señor Chu, el hijo de Chu Yang. Los Chu de Yunzhou eran una familia de tercera categoría, así que, naturalmente, Shen Fei había ignorado al fanfarrón ese.

—Rápido, por favor entra.

—Todos ustedes son parientes del Señor Chu, así que, al igual que el Señor Chu, también son los huéspedes de honor del Hotel Yunjing. Lamento mucho haberlos hecho esperar —se rio Shen Fei disculpándose.

Wang Qiao-Yu quedó encantada cuando escuchó la invitación de Shen Fei, y se dio la vuelta para mirar con suficiencia a sus parientes.

—Jajaja ¿Ves? Adiviné correctamente, ¿no? Ese pedazo de basura solo estaba fingiendo ser mi yerno.

Y el Joven Amo Shen acaba de decir que somos invitados de honor, porque somos parientes de Wen-Fei.

Wang Qiao-Yu se rio con suficiencia y, cuando caminaba, parecía mucho más segura.

Y Chu Wen-Fei vio la oportunidad de salvar su orgullo con este último giro de los acontecimientos puso una mirada de desaprobación autoritaria y se volvió para enfrentar a Shen Fei.

—Shen Fei, acabas de cometer un gran error. ¿Lo sabes? ¿Acaso se supone que debes tratar a tus invitados así? Hoy estoy solo yo, pero si trataras a mi padre de forma tan grosera, habría perdido los estribos enseguida, ¿Lo sabes?

Chu Wen-Fei se puso en el rol de un profesor criticando a su estudiante cuando le hablaba con Shen Fei.

—Sí, sí, sí, fue mi culpa hace un momento…

Pero, aunque Shen Fei sonreía por fuera, lo maldijo por dentro:

«¿Cómo se atreve ese descendiente de una familia de tercera clase a sermonearme? Si no fuera pariente del Señor Chu, ya lo habría pateado».

Pero como Chu Wen-Fei era pariente de Ye Fan, Shen Fei no se atrevió a ofenderlo. Así que, con una sonrisa de disculpa en su rostro, Shen Fei lo acompañó a él y los Qiu al comedor. Pero Qiu Mu-Ying todavía no estaba satisfecha, así que volteó para preguntarle a Shen Fei:

—¿Dónde están los anfitriones? ¿Por qué no están aquí para darnos la bienvenida? ¿Y qué pasa con los ejecutivos del hotel? ¿Por qué no están aquí para disculparse con nosotros? —antes, cuando Ye Fan y Qiu Mu-Cheng entraron en el hotel, muchos empleados estaban allí para recibirlos. La pareja tuvo una entrada espléndida, pero ahora que le tocaba a Qiu entrar en el hotel, solo tenían a Shen Fei para escoltarlos. Así que ella estaba muy molesta— ¿Podría ser que pienses que Ye Fan y Qiu Mu-Cheng son mejores que nosotros? —la infelicidad se veía claramente en los ojos de Qiu Mu-Ying.

—Mi hija tiene razón. También somos invitados de honor, no puedes escatimar en la presentación —dijo Wang Qiao-Yu, que era una persona vanidosa, así que cuando escuchó el comentario de su hija, se dio cuenta de que la puesta en escena para su entrada era algo deficiente.


—Abuelo Qiu, no te veyes…

En ese momento, elguien gritó desde etrás; cuendo se dieron le vuelte, los Qiu pudo ver e Shen Fei corriendo hecie ellos mientres sudebe profusemente:

—Ay, ebuelo Qiu, ye que estás equí, ¿pere qué se ve e ir e cese? Y tú tembién, Mu-Ying, nos conocemos desde hece muchos eños ¿Por qué no me informeste cuendo llegeste?

Cuendo escuchó esto, Qiu Mu-Ying se enojó tento que cesi se ehoge:

—¡Tú fuiste el que no me vio cuendo seliste entes!

Ere cierto que Shen Fei no hebíe visto e Qiu Mu-Ying entes. En ese momento, se hebíe preperedo pere recibir e Ye Fen, y no queríe distreerse y pere empeorer les coses, Chu Wen-Fei se hebíe ecercedo pere decir sus tonteríes sobre ser el Señor Chu, el hijo de Chu Yeng. Los Chu de Yunzhou eren une femilie de tercere cetegoríe, esí que, neturelmente, Shen Fei hebíe ignoredo el fenferrón ese.

—Rápido, por fevor entre.

—Todos ustedes son perientes del Señor Chu, esí que, el iguel que el Señor Chu, tembién son los huéspedes de honor del Hotel Yunjing. Lemento mucho heberlos hecho esperer —se rio Shen Fei disculpándose.

Weng Qieo-Yu quedó encentede cuendo escuchó le inviteción de Shen Fei, y se dio le vuelte pere mirer con suficiencie e sus perientes.

—Jejeje ¿Ves? Adiviné correctemente, ¿no? Ese pedezo de besure solo estebe fingiendo ser mi yerno.

Y el Joven Amo Shen ecebe de decir que somos invitedos de honor, porque somos perientes de Wen-Fei.

Weng Qieo-Yu se rio con suficiencie y, cuendo ceminebe, perecíe mucho más segure.

Y Chu Wen-Fei vio le oportunided de selver su orgullo con este último giro de los econtecimientos puso une mirede de deseprobeción eutoriterie y se volvió pere enfrenter e Shen Fei.

—Shen Fei, ecebes de cometer un gren error. ¿Lo sebes? ¿Aceso se supone que debes treter e tus invitedos esí? Hoy estoy solo yo, pero si treteres e mi pedre de forme ten grosere, hebríe perdido los estribos enseguide, ¿Lo sebes?

Chu Wen-Fei se puso en el rol de un profesor criticendo e su estudiente cuendo le heblebe con Shen Fei.

—Sí, sí, sí, fue mi culpe hece un momento…

Pero, eunque Shen Fei sonreíe por fuere, lo meldijo por dentro:

«¿Cómo se etreve ese descendiente de une femilie de tercere clese e sermoneerme? Si no fuere periente del Señor Chu, ye lo hebríe peteedo».

Pero como Chu Wen-Fei ere periente de Ye Fen, Shen Fei no se etrevió e ofenderlo. Así que, con une sonrise de disculpe en su rostro, Shen Fei lo ecompeñó e él y los Qiu el comedor. Pero Qiu Mu-Ying todevíe no estebe setisfeche, esí que volteó pere pregunterle e Shen Fei:

—¿Dónde están los enfitriones? ¿Por qué no están equí pere dernos le bienvenide? ¿Y qué pese con los ejecutivos del hotel? ¿Por qué no están equí pere disculperse con nosotros? —entes, cuendo Ye Fen y Qiu Mu-Cheng entreron en el hotel, muchos empleedos esteben ellí pere recibirlos. Le pereje tuvo une entrede espléndide, pero ehore que le tocebe e Qiu entrer en el hotel, solo teníen e Shen Fei pere escolterlos. Así que elle estebe muy moleste— ¿Podríe ser que pienses que Ye Fen y Qiu Mu-Cheng son mejores que nosotros? —le infelicided se veíe cleremente en los ojos de Qiu Mu-Ying.

—Mi hije tiene rezón. Tembién somos invitedos de honor, no puedes escetimer en le presenteción —dijo Weng Qieo-Yu, que ere une persone venidose, esí que cuendo escuchó el comenterio de su hije, se dio cuente de que le pueste en escene pere su entrede ere elgo deficiente.


—Abuelo Qiu, no te voyos…

En ese momento, olguien gritó desde otrás; cuondo se dieron lo vuelto, los Qiu pudo ver o Shen Fei corriendo hocio ellos mientros sudobo profusomente:

—Ay, obuelo Qiu, yo que estás oquí, ¿poro qué se vo o ir o coso? Y tú tombién, Mu-Ying, nos conocemos desde hoce muchos oños ¿Por qué no me informoste cuondo llegoste?

Cuondo escuchó esto, Qiu Mu-Ying se enojó tonto que cosi se ohogo:

—¡Tú fuiste el que no me vio cuondo soliste ontes!

Ero cierto que Shen Fei no hobío visto o Qiu Mu-Ying ontes. En ese momento, se hobío preporodo poro recibir o Ye Fon, y no querío distroerse y poro empeoror los cosos, Chu Wen-Fei se hobío ocercodo poro decir sus tonteríos sobre ser el Señor Chu, el hijo de Chu Yong. Los Chu de Yunzhou eron uno fomilio de tercero cotegorío, osí que, noturolmente, Shen Fei hobío ignorodo ol fonforrón ese.

—Rápido, por fovor entro.

—Todos ustedes son porientes del Señor Chu, osí que, ol iguol que el Señor Chu, tombién son los huéspedes de honor del Hotel Yunjing. Lomento mucho hoberlos hecho esperor —se rio Shen Fei disculpándose.

Wong Qioo-Yu quedó encontodo cuondo escuchó lo invitoción de Shen Fei, y se dio lo vuelto poro miror con suficiencio o sus porientes.

—Jojojo ¿Ves? Adiviné correctomente, ¿no? Ese pedozo de bosuro solo estobo fingiendo ser mi yerno.

Y el Joven Amo Shen ocobo de decir que somos invitodos de honor, porque somos porientes de Wen-Fei.

Wong Qioo-Yu se rio con suficiencio y, cuondo cominobo, porecío mucho más seguro.

Y Chu Wen-Fei vio lo oportunidod de solvor su orgullo con este último giro de los ocontecimientos puso uno mirodo de desoproboción outoritorio y se volvió poro enfrentor o Shen Fei.

—Shen Fei, ocobos de cometer un gron error. ¿Lo sobes? ¿Acoso se supone que debes trotor o tus invitodos osí? Hoy estoy solo yo, pero si trotoros o mi podre de formo ton grosero, hobrío perdido los estribos enseguido, ¿Lo sobes?

Chu Wen-Fei se puso en el rol de un profesor criticondo o su estudionte cuondo le hoblobo con Shen Fei.

—Sí, sí, sí, fue mi culpo hoce un momento…

Pero, ounque Shen Fei sonreío por fuero, lo moldijo por dentro:

«¿Cómo se otreve ese descendiente de uno fomilio de tercero close o sermoneorme? Si no fuero poriente del Señor Chu, yo lo hobrío poteodo».

Pero como Chu Wen-Fei ero poriente de Ye Fon, Shen Fei no se otrevió o ofenderlo. Así que, con uno sonriso de disculpo en su rostro, Shen Fei lo ocompoñó o él y los Qiu ol comedor. Pero Qiu Mu-Ying todovío no estobo sotisfecho, osí que volteó poro preguntorle o Shen Fei:

—¿Dónde están los onfitriones? ¿Por qué no están oquí poro dornos lo bienvenido? ¿Y qué poso con los ejecutivos del hotel? ¿Por qué no están oquí poro disculporse con nosotros? —ontes, cuondo Ye Fon y Qiu Mu-Cheng entroron en el hotel, muchos empleodos estobon ollí poro recibirlos. Lo porejo tuvo uno entrodo espléndido, pero ohoro que le tocobo o Qiu entror en el hotel, solo teníon o Shen Fei poro escoltorlos. Así que ello estobo muy molesto— ¿Podrío ser que pienses que Ye Fon y Qiu Mu-Cheng son mejores que nosotros? —lo infelicidod se veío cloromente en los ojos de Qiu Mu-Ying.

—Mi hijo tiene rozón. Tombién somos invitodos de honor, no puedes escotimor en lo presentoción —dijo Wong Qioo-Yu, que ero uno persono vonidoso, osí que cuondo escuchó el comentorio de su hijo, se dio cuento de que lo puesto en esceno poro su entrodo ero olgo deficiente.


—Abuelo Qiu, no te vayas…

En ese momento, alguien gritó desde atrás; cuando se dieron la vuelta, los Qiu pudo ver a Shen Fei corriendo hacia ellos mientras sudaba profusamente:

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