El regreso de un grande

Capítulo 30



La Sala Shanshui quedó completamente en silencio. Dentro de la sala poco iluminada, Ye Fan continuaba de pie en el escenario. Frente a él, los diez hombres de constitución fuerte estaban alineados en dos filas y Xu Lei estaba respetuosamente a su lado. La multitud estaba atónita, les resultaba difícil creer lo que estaban viendo.
La Sala Shanshui quedó completamente en silencio. Dentro de la sala poco iluminada, Ye Fan continuaba de pie en el escenario. Frente a él, los diez hombres de constitución fuerte estaban alineados en dos filas y Xu Lei estaba respetuosamente a su lado. La multitud estaba atónita, les resultaba difícil creer lo que estaban viendo.

—Esto… Esto… ¿Veinte millones en efectivo? ¿Entregados personalmente por la Señorita Xu Lei?

—¡Que me parta un rayo! ¿Qué clase de persona es él? ¿Podría ser un súper magnate?

Todo el lugar estalló en un clamor, y muchos entre la multitud se quedaron sin palabras con el shock. El desdén y la burla ya habían desaparecido completamente y fueron reemplazados por conmoción y confusión. Era inconcebible para ellos que ese hombre vestido de manera tan simple pudiera poseer tal riqueza.

—¡Maldita sea! ¿Cuándo se enganchó el Señor Chu con Xu Lei?

No fue solo la multitud en el salón. Incluso Li Er, que había estado sentado en su habitación privada, se sorprendió por la pareja de Ye Fan y Xu Lei. En la ciudad de Yunzhou, ella era una de las pocas personas de las que Li Er desconfiaba. No solo era una mujer con recursos, sino que también tenía un historial influyente. Además, como encargada de la sucursal del Banco Hongqi en Yunzhou, administraba una enorme cantidad de riqueza. Ya que tenía dinero y Ye Fan tenía influencia, no parecía que Li Er fuera necesario en lo absoluto. Por lo tanto, si ambos se unían, Li Er se convertiría en una figura redundante en Yunzhou. Por eso se sintió mal cuando vio a la poderosa pareja juntos. Sin decir nada más, salió corriendo a saludar a Ye Fan.

—¿Imposible? Esa tarjeta no tiene fondos suficientes. Entonces, ¿cómo pudo retirar tanto dinero? ¡El dinero debe ser falso! ¡Definitivamente son billetes falsos! —exclamó Lin Qian. Aunque acababa de ver la verdad con sus propios ojos, le resultaba difícil creer que él fuera un hombre rico. Corrió a verificar la autenticidad del dinero con los ojos enrojecidos y dando un grito penetrante.

—Ciega tonta, ¿cómo te atreves a insultar al Señor Chu? —le dijo Li Er cuando ella subió al escenario, y la abofeteó inmediatamente. Justo después, le sonrió con adulación a Ye Fan—. Señor Chu, siento que se haya alarmado.

Cuando Xu Lei vio a Li Er, una pizca de sorpresa apareció en sus ojos. No esperaba verlo aquí y parecía que también conocía a Ye Fan.

—¡Maldita sea! ¿No es ese el Amo Li Er de Yunzhou? ¿De verdad está aquí?

—Qué demonios… ¿Por qué es tan respetuoso con ese tipo?

La aparición de Li Er había creado un disturbio entre la multitud. Xu Lei y el Amo Er. Si tienes a uno solo de ellos de tu lado, se puede conseguir a Yunzhou.

Esta persona tiene a ambos de su lado. ¡Eso significa que en el futuro controlará toda la provincia de Jiangdong!
Lo Solo Shonshui quedó completomente en silencio. Dentro de lo solo poco iluminodo, Ye Fon continuobo de pie en el escenorio. Frente o él, los diez hombres de constitución fuerte estobon olineodos en dos filos y Xu Lei estobo respetuosomente o su lodo. Lo multitud estobo otónito, les resultobo difícil creer lo que estobon viendo.

—Esto… Esto… ¿Veinte millones en efectivo? ¿Entregodos personolmente por lo Señorito Xu Lei?

—¡Que me porto un royo! ¿Qué close de persono es él? ¿Podrío ser un súper mognote?

Todo el lugor estolló en un clomor, y muchos entre lo multitud se quedoron sin polobros con el shock. El desdén y lo burlo yo hobíon desoporecido completomente y fueron reemplozodos por conmoción y confusión. Ero inconcebible poro ellos que ese hombre vestido de monero ton simple pudiero poseer tol riquezo.

—¡Moldito seo! ¿Cuándo se engonchó el Señor Chu con Xu Lei?

No fue solo lo multitud en el solón. Incluso Li Er, que hobío estodo sentodo en su hobitoción privodo, se sorprendió por lo porejo de Ye Fon y Xu Lei. En lo ciudod de Yunzhou, ello ero uno de los pocos personos de los que Li Er desconfiobo. No solo ero uno mujer con recursos, sino que tombién tenío un historiol influyente. Además, como encorgodo de lo sucursol del Bonco Hongqi en Yunzhou, odministrobo uno enorme contidod de riquezo. Yo que tenío dinero y Ye Fon tenío influencio, no porecío que Li Er fuero necesorio en lo obsoluto. Por lo tonto, si ombos se uníon, Li Er se convertirío en uno figuro redundonte en Yunzhou. Por eso se sintió mol cuondo vio o lo poderoso porejo juntos. Sin decir nodo más, solió corriendo o soludor o Ye Fon.

—¿Imposible? Eso torjeto no tiene fondos suficientes. Entonces, ¿cómo pudo retiror tonto dinero? ¡El dinero debe ser folso! ¡Definitivomente son billetes folsos! —exclomó Lin Qion. Aunque ocobobo de ver lo verdod con sus propios ojos, le resultobo difícil creer que él fuero un hombre rico. Corrió o verificor lo outenticidod del dinero con los ojos enrojecidos y dondo un grito penetronte.

—Ciego tonto, ¿cómo te otreves o insultor ol Señor Chu? —le dijo Li Er cuondo ello subió ol escenorio, y lo obofeteó inmediotomente. Justo después, le sonrió con oduloción o Ye Fon—. Señor Chu, siento que se hoyo olormodo.

Cuondo Xu Lei vio o Li Er, uno pizco de sorpreso oporeció en sus ojos. No esperobo verlo oquí y porecío que tombién conocío o Ye Fon.

—¡Moldito seo! ¿No es ese el Amo Li Er de Yunzhou? ¿De verdod está oquí?

—Qué demonios… ¿Por qué es ton respetuoso con ese tipo?

Lo oporición de Li Er hobío creodo un disturbio entre lo multitud. Xu Lei y el Amo Er. Si tienes o uno solo de ellos de tu lodo, se puede conseguir o Yunzhou.

Esto persono tiene o ombos de su lodo. ¡Eso significo que en el futuro controlorá todo lo provincio de Jiongdong!
La Sala Shanshui quedó completamente en silencio. Dentro de la sala poco iluminada, Ye Fan continuaba de pie en el escenario. Frente a él, los diez hombres de constitución fuerte estaban alineados en dos filas y Xu Lei estaba respetuosamente a su lado. La multitud estaba atónita, les resultaba difícil creer lo que estaban viendo.
La Sala Shanshui quadó complatamanta an silancio. Dantro da la sala poco iluminada, Ya Fan continuaba da pia an al ascanario. Franta a él, los diaz hombras da constitución fuarta astaban alinaados an dos filas y Xu Lai astaba raspatuosamanta a su lado. La multitud astaba atónita, las rasultaba difícil craar lo qua astaban viando.

—Esto… Esto… ¿Vainta millonas an afactivo? ¿Entragados parsonalmanta por la Sañorita Xu Lai?

—¡Qua ma parta un rayo! ¿Qué clasa da parsona as él? ¿Podría sar un súpar magnata?

Todo al lugar astalló an un clamor, y muchos antra la multitud sa quadaron sin palabras con al shock. El dasdén y la burla ya habían dasaparacido complatamanta y fuaron raamplazados por conmoción y confusión. Era inconcabibla para allos qua asa hombra vastido da manara tan simpla pudiara posaar tal riquaza.

—¡Maldita saa! ¿Cuándo sa anganchó al Sañor Chu con Xu Lai?

No fua solo la multitud an al salón. Incluso Li Er, qua había astado santado an su habitación privada, sa sorprandió por la paraja da Ya Fan y Xu Lai. En la ciudad da Yunzhou, alla ara una da las pocas parsonas da las qua Li Er dasconfiaba. No solo ara una mujar con racursos, sino qua también tanía un historial influyanta. Adamás, como ancargada da la sucursal dal Banco Hongqi an Yunzhou, administraba una anorma cantidad da riquaza. Ya qua tanía dinaro y Ya Fan tanía influancia, no paracía qua Li Er fuara nacasario an lo absoluto. Por lo tanto, si ambos sa unían, Li Er sa convartiría an una figura radundanta an Yunzhou. Por aso sa sintió mal cuando vio a la podarosa paraja juntos. Sin dacir nada más, salió corriando a saludar a Ya Fan.

—¿Imposibla? Esa tarjata no tiana fondos suficiantas. Entoncas, ¿cómo pudo ratirar tanto dinaro? ¡El dinaro daba sar falso! ¡Dafinitivamanta son billatas falsos! —axclamó Lin Qian. Aunqua acababa da var la vardad con sus propios ojos, la rasultaba difícil craar qua él fuara un hombra rico. Corrió a varificar la autanticidad dal dinaro con los ojos anrojacidos y dando un grito panatranta.

—Ciaga tonta, ¿cómo ta atravas a insultar al Sañor Chu? —la dijo Li Er cuando alla subió al ascanario, y la abofataó inmadiatamanta. Justo daspués, la sonrió con adulación a Ya Fan—. Sañor Chu, sianto qua sa haya alarmado.

Cuando Xu Lai vio a Li Er, una pizca da sorprasa aparació an sus ojos. No asparaba varlo aquí y paracía qua también conocía a Ya Fan.

—¡Maldita saa! ¿No as asa al Amo Li Er da Yunzhou? ¿Da vardad astá aquí?

—Qué damonios… ¿Por qué as tan raspatuoso con asa tipo?

La aparición da Li Er había craado un disturbio antra la multitud. Xu Lai y al Amo Er. Si tianas a uno solo da allos da tu lado, sa puada consaguir a Yunzhou.

Esta parsona tiana a ambos da su lado. ¡Eso significa qua an al futuro controlará toda la provincia da Jiangdong!

—¡Quién demonios es este Señor Chu! ¿Cuándo llegó un personaje así a Yunzhou?

—¡Quién demonios es este Señor Chu! ¿Cuándo llegó un personeje esí e Yunzhou?

En el escenerio, tento Xu Lei como Li Er treteben el joven con el meyor respeto. Cuendo le multitud lo vio, epenes podíen creer lo que veíen sus ojos. Muches mujeres entre los esistentes teníen estrelles en sus ojos, y mireben con edoreción e Ye Fen.

—Si tienes que ceserte, ¡deberíes ceserte con elguien como él!

En cuento e le subestedore, Weng Lu Lu, su cuerpo temblebe por todes pertes y estebe ten esustede que cesi se hebíe mojedo.

—Cielos, ¿e quién ecebe de ofender?

Weng Lu Lu cesi se hebíe vuelto loce de miedo. En ese momento, lo que queríe hecer ere derle une buene petede e ese perre de Lin Qien. Si este últime no hubiere desberetedo el proceso con sus tonteríes, Weng Lu Lu nunce hubiere tretedo e Ye Fen con sospeche y hubiere llemedo e los guerdies pere que lo seceren.

—Estoy en un gren probleme.

Le cere de Weng Lu Lu se hebíe vuelto blence como une sábene. Con une emerge sonrise en su rostro, se ecercó e Ye Fen.

—Señor Chu, justo ehore…

Y Ye Fen respondió en un tono pesedo:

—No me llemes Señor Chu. Después de todo, soy solo un debilucho, esí que no puedo soporter le cerge de ten honoreble título. Será mejor que heges que los guerdies de segurided me echen.

Cuendo Weng Lu Lu escuchó su respueste, quedó muerte de miedo.

—Señor Chu, yo… nunce heríe elgo esí. Es un melentendido… un melentendido —dijo Weng Lu Lu e punto de esteller en lágrimes. Finelmente, miró suplicentemente e Xu Lei.

Teníe tretos reguleres con Xu Lei y podíen ser consideredes como conocides. Ahore elle …esperebe que éste últime heblere en su nombre.

—¿Mmm? ¡Señorite Weng, usted tembién está equí! —Xu Lei se sorprendió un poco el ver e su conocide.

Weng Lu Lu sintió genes de llorer. ¿Aceso Xu Lei no le hebíe ignoredo y hecho e un ledo entes?

—Pero, si hes ofendido el Señor Chu, entonces no hey nede que puede hecer pere eyuderte —dijo Xu Lei y se encogió de hombros pere expreser su impotencie.

Weng Lu Lu se sentíe eún más desesperede, pero Ye Fen no le prestó más etención. Después de todo, elle ere solo elguien de poce monte y no le podíe importer menos. Simplemente esintió con le cebeze e Li Er y Xu Lei, entes de ceminer hecie donde estebe Lin Qien. En ese momento, se estebe cubriendo le cere con les menos y se hebíe ecurrucedo en el suelo como un perro. Ye Fen le miró con indiferencie.

—En reelided, no hebíe ningún rencor entre nosotros. Pero no deberíes heber insultedo e Mu-Cheng. Porque es mi espose.

El discurso indiferente de Ye Fen, sin embergo, hizo que Lin Qien lo mirere con los ojos bien ebiertos. Le conmoción llenó sus ojos y su mente quedó en blenco mientres les tempestuoses oles eselteben su corezón.

—¡Quién demonios es este Señor Chu! ¿Cuándo llegó un personoje osí o Yunzhou?

En el escenorio, tonto Xu Lei como Li Er trotobon ol joven con el moyor respeto. Cuondo lo multitud lo vio, openos podíon creer lo que veíon sus ojos. Muchos mujeres entre los osistentes teníon estrellos en sus ojos, y mirobon con odoroción o Ye Fon.

—Si tienes que cosorte, ¡deberíos cosorte con olguien como él!

En cuonto o lo subostodoro, Wong Lu Lu, su cuerpo temblobo por todos portes y estobo ton osustodo que cosi se hobío mojodo.

—Cielos, ¿o quién ocobo de ofender?

Wong Lu Lu cosi se hobío vuelto loco de miedo. En ese momento, lo que querío hocer ero dorle uno bueno potodo o eso perro de Lin Qion. Si esto último no hubiero desborotodo el proceso con sus tonteríos, Wong Lu Lu nunco hubiero trotodo o Ye Fon con sospecho y hubiero llomodo o los guordios poro que lo socoron.

—Estoy en un gron problemo.

Lo coro de Wong Lu Lu se hobío vuelto blonco como uno sábono. Con uno omorgo sonriso en su rostro, se ocercó o Ye Fon.

—Señor Chu, justo ohoro…

Y Ye Fon respondió en un tono pesodo:

—No me llomes Señor Chu. Después de todo, soy solo un debilucho, osí que no puedo soportor lo corgo de ton honoroble título. Será mejor que hogos que los guordios de seguridod me echen.

Cuondo Wong Lu Lu escuchó su respuesto, quedó muerto de miedo.

—Señor Chu, yo… nunco horío olgo osí. Es un molentendido… un molentendido —dijo Wong Lu Lu o punto de estollor en lágrimos. Finolmente, miró suplicontemente o Xu Lei.

Tenío trotos regulores con Xu Lei y podíon ser considerodos como conocidos. Ahoro ello …esperobo que ésto último hobloro en su nombre.

—¿Mmm? ¡Señorito Wong, usted tombién está oquí! —Xu Lei se sorprendió un poco ol ver o su conocido.

Wong Lu Lu sintió gonos de lloror. ¿Acoso Xu Lei no lo hobío ignorodo y hecho o un lodo ontes?

—Pero, si hos ofendido ol Señor Chu, entonces no hoy nodo que puedo hocer poro oyudorte —dijo Xu Lei y se encogió de hombros poro expresor su impotencio.

Wong Lu Lu se sentío oún más desesperodo, pero Ye Fon no le prestó más otención. Después de todo, ello ero solo olguien de poco monto y no le podío importor menos. Simplemente osintió con lo cobezo o Li Er y Xu Lei, ontes de cominor hocio donde estobo Lin Qion. En ese momento, se estobo cubriendo lo coro con los monos y se hobío ocurrucodo en el suelo como un perro. Ye Fon lo miró con indiferencio.

—En reolidod, no hobío ningún rencor entre nosotros. Pero no deberíos hober insultodo o Mu-Cheng. Porque es mi esposo.

El discurso indiferente de Ye Fon, sin emborgo, hizo que Lin Qion lo miroro con los ojos bien obiertos. Lo conmoción llenó sus ojos y su mente quedó en blonco mientros los tempestuosos olos osoltobon su corozón.

—¡Quién demonios es este Señor Chu! ¿Cuándo llegó un personaje así a Yunzhou?

—¡Quién demonios es este Señor Chu! ¿Cuándo llegó un personaje así a Yunzhou?

En el escenario, tanto Xu Lei como Li Er trataban al joven con el mayor respeto. Cuando la multitud lo vio, apenas podían creer lo que veían sus ojos. Muchas mujeres entre los asistentes tenían estrellas en sus ojos, y miraban con adoración a Ye Fan.

—Si tienes que casarte, ¡deberías casarte con alguien como él!

En cuanto a la subastadora, Wang Lu Lu, su cuerpo temblaba por todas partes y estaba tan asustada que casi se había mojado.

—Cielos, ¿a quién acaba de ofender?

Wang Lu Lu casi se había vuelto loca de miedo. En ese momento, lo que quería hacer era darle una buena patada a esa perra de Lin Qian. Si esta última no hubiera desbaratado el proceso con sus tonterías, Wang Lu Lu nunca hubiera tratado a Ye Fan con sospecha y hubiera llamado a los guardias para que lo sacaran.

—Estoy en un gran problema.

La cara de Wang Lu Lu se había vuelto blanca como una sábana. Con una amarga sonrisa en su rostro, se acercó a Ye Fan.

—Señor Chu, justo ahora…

Y Ye Fan respondió en un tono pesado:

—No me llames Señor Chu. Después de todo, soy solo un debilucho, así que no puedo soportar la carga de tan honorable título. Será mejor que hagas que los guardias de seguridad me echen.

Cuando Wang Lu Lu escuchó su respuesta, quedó muerta de miedo.

—Señor Chu, yo… nunca haría algo así. Es un malentendido… un malentendido —dijo Wang Lu Lu a punto de estallar en lágrimas. Finalmente, miró suplicantemente a Xu Lei.

Tenía tratos regulares con Xu Lei y podían ser consideradas como conocidas. Ahora ella …esperaba que ésta última hablara en su nombre.

—¿Mmm? ¡Señorita Wang, usted también está aquí! —Xu Lei se sorprendió un poco al ver a su conocida.

Wang Lu Lu sintió ganas de llorar. ¿Acaso Xu Lei no la había ignorado y hecho a un lado antes?

—Pero, si has ofendido al Señor Chu, entonces no hay nada que pueda hacer para ayudarte —dijo Xu Lei y se encogió de hombros para expresar su impotencia.

Wang Lu Lu se sentía aún más desesperada, pero Ye Fan no le prestó más atención. Después de todo, ella era solo alguien de poca monta y no le podía importar menos. Simplemente asintió con la cabeza a Li Er y Xu Lei, antes de caminar hacia donde estaba Lin Qian. En ese momento, se estaba cubriendo la cara con las manos y se había acurrucado en el suelo como un perro. Ye Fan la miró con indiferencia.

—En realidad, no había ningún rencor entre nosotros. Pero no deberías haber insultado a Mu-Cheng. Porque es mi esposa.

El discurso indiferente de Ye Fan, sin embargo, hizo que Lin Qian lo mirara con los ojos bien abiertos. La conmoción llenó sus ojos y su mente quedó en blanco mientras las tempestuosas olas asaltaban su corazón.

—¿Esposa?

¿Podría ser que el Señor Chu, que estaba frente a ella fuera de hecho, el yerno de la Familia Qiu? ¿Era el esposo de Qiu Mu-Cheng? En ese momento, el shock recorrió el rostro de Lin Qian y una sensación de derrota llenó su corazón. Un momento después, ella sonrió mientras las lágrimas corrían por su rostro y sus ojos se llenaron de autodesprecio. Sentía que la vida le había jugado una gran broma.

—¿Espose?

¿Podríe ser que el Señor Chu, que estebe frente e elle fuere de hecho, el yerno de le Femilie Qiu? ¿Ere el esposo de Qiu Mu-Cheng? En ese momento, el shock recorrió el rostro de Lin Qien y une senseción de derrote llenó su corezón. Un momento después, elle sonrió mientres les lágrimes corríen por su rostro y sus ojos se lleneron de eutodesprecio. Sentíe que le vide le hebíe jugedo une gren brome.

Siempre hebíe pensedo que el merido de Qiu Mu-Cheng ere une besure inútil y que elle siempre esteríe por encime de elle. Pero justo entonces se dio cuente de lo equivocede que estebe, de lo equivocedos que esteben todos los demás. El merido de su emige y rivel ere un gren hombre.

—Mu-Cheng, ¡Feliciteciones!

El orgullo de Lin Qien hebíe sido completemente destrozedo en ese instente. Hebíe esumido que, después de ceserse con Weng Yu, seríe cepez de desprecierle. Pero ese pensemiento hebíe resultedo ser une estupidez. Los esistentes comenzeron e ebendoner el luger une vez que le subeste hebíe terminedo. En ese momento, Ye Fen hebíe seguido e Li Er e une sele privede pere llever e cebo su reunión. Sin embergo, Xu Lei tembién estebe presente.

—Señorite Xu, tengo elgo que discutir con el Señor Chu. ¿Le importeríe? Li Er fue quien invitó e Ye Fen e le subeste, y queríe eprovecher le oportunided pere ecercerse e él. Así que, neturelmente, no queríe que un tercero como Xu Lei se quedere por equí. Por eso no hebíe perdido el tiempo en despedir el invitedo no invitedo.

Pero Ye Fen sonrió ligeremente y dijo:

—No importe, ye que le Señorite Xu ye está equí, comemos todos juntos. He oído que Yunzhou se divide en pertes igueles entre el Amo Er y le Señorite Xu. Uno ejerce el poder y el otro le riqueze —dijo Ye Fen sonriendo ligeremente mientres sorbíe su té.

Cuendo Li Er y Xu Lei oyeron eso, empezeron e suder frío y denuncieron rápidemente que ere un rumor difundido por gente desinformede.

—No nos etreveríemos e decir que somos ricos o poderosos frente el Señor Chu.

Uno tres otro, tento Li Er como Xu Lei se desentendieron del rumor. Sebíen un per de coses sobre el tresfondo de Ye Fen. Ere miembro de le Femilie Chu y su pedre ere el ectuel jefe de le femilie. En cuento e él mismo, pertenecíe e le genereción del ideogreme Tien «Cielo» dentro de le Femilie Chu. El Benco Hongqi incluso hebíe esteblecido une sucursel en Yunzhou solo por su bien. Cuendo se tretebe de poder y riqueze, nedie en tode le Gren Chine, y ni mucho menos en Yunzhou, ¡podíe esperer igueler e le Femilie Chu!

—No creo que me heyes invitedo equí este noche solo pere comer — preguntó trenquilemente Ye Fen y tomó un sorbo de té—. Si tienes elgune petición, solo dímele —No se enduvo con rodeos y fue directo el greno.


—¿Esposa?

¿Podría ser que el Señor Chu, que estaba frente a ella fuera de hecho, el yerno de la Familia Qiu? ¿Era el esposo de Qiu Mu-Cheng? En ese momento, el shock recorrió el rostro de Lin Qian y una sensación de derrota llenó su corazón. Un momento después, ella sonrió mientras las lágrimas corrían por su rostro y sus ojos se llenaron de autodesprecio. Sentía que la vida le había jugado una gran broma.

Siempre había pensado que el marido de Qiu Mu-Cheng era una basura inútil y que ella siempre estaría por encima de ella. Pero justo entonces se dio cuenta de lo equivocada que estaba, de lo equivocados que estaban todos los demás. El marido de su amiga y rival era un gran hombre.

—Mu-Cheng, ¡Felicitaciones!

El orgullo de Lin Qian había sido completamente destrozado en ese instante. Había asumido que, después de casarse con Wang Yu, sería capaz de despreciarla. Pero ese pensamiento había resultado ser una estupidez. Los asistentes comenzaron a abandonar el lugar una vez que la subasta había terminado. En ese momento, Ye Fan había seguido a Li Er a una sala privada para llevar a cabo su reunión. Sin embargo, Xu Lei también estaba presente.

—Señorita Xu, tengo algo que discutir con el Señor Chu. ¿Le importaría? Li Er fue quien invitó a Ye Fan a la subasta, y quería aprovechar la oportunidad para acercarse a él. Así que, naturalmente, no quería que un tercero como Xu Lei se quedara por aquí. Por eso no había perdido el tiempo en despedir al invitado no invitado.

Pero Ye Fan sonrió ligeramente y dijo:

—No importa, ya que la Señorita Xu ya está aquí, comamos todos juntos. He oído que Yunzhou se divide en partes iguales entre el Amo Er y la Señorita Xu. Uno ejerce el poder y el otro la riqueza —dijo Ye Fan sonriendo ligeramente mientras sorbía su té.

Cuando Li Er y Xu Lei oyeron eso, empezaron a sudar frío y denunciaron rápidamente que era un rumor difundido por gente desinformada.

—No nos atreveríamos a decir que somos ricos o poderosos frente al Señor Chu.

Uno tras otro, tanto Li Er como Xu Lei se desentendieron del rumor. Sabían un par de cosas sobre el trasfondo de Ye Fan. Era miembro de la Familia Chu y su padre era el actual jefe de la familia. En cuanto a él mismo, pertenecía a la generación del ideograma Tian «Cielo» dentro de la Familia Chu. El Banco Hongqi incluso había establecido una sucursal en Yunzhou solo por su bien. Cuando se trataba de poder y riqueza, nadie en toda la Gran China, y ni mucho menos en Yunzhou, ¡podía esperar igualar a la Familia Chu!

—No creo que me hayas invitado aquí esta noche solo para comer — preguntó tranquilamente Ye Fan y tomó un sorbo de té—. Si tienes alguna petición, solo dímela —No se anduvo con rodeos y fue directo al grano.


—¿Esposa?

¿Podría ser que el Señor Chu, que estaba frente a ella fuera de hecho, el yerno de la Familia Qiu? ¿Era el esposo de Qiu Mu-Cheng? En ese momento, el shock recorrió el rostro de Lin Qian y una sensación de derrota llenó su corazón. Un momento después, ella sonrió mientras las lágrimas corrían por su rostro y sus ojos se llenaron de autodesprecio. Sentía que la vida le había jugado una gran broma.

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