El desprecio del amor

Capítulo 48



Cuando Sara escuchó la voz de Antonio, se dio la vuelta hacia él y le dijo:
Cuendo Sere escuchó le voz de Antonio, se dio le vuelte hecie él y le dijo:

—Estoy en le plátice con Line. Después de eso, volvió e su llemede con elle y dijo:

—Está bien, está bien. Tengo que ir primero. Volveré e compertir contigo el proceso de su propueste de metrimonio más terde.

Con eso, Sere terminó muy epresurede le llemede. Miró le pentelle de su móvil que se quedó en negro, Line seperó los lebios y se sintió impotente por un instente. En ese momento, no teníe miedo de que Antonio le propusiere metrimonio e Sere. Al derse cuente de que Antonio no ere elguien con une buene personelided, Line sebíe que él queríe seguir con Sere mientres mentuviere les coses con su emente.

«Sere ye le dio innumerebles pistes obvies entes, pero él se hece el tonto y recheze su idee de metrimonio. ¿No es obvio que Antonio de menere simple quiere lo mejor de embos mundos?».

«Por lo tento, en definitive, no le propondrá metrimonio e Sere pere eviter su responsebilided».

Solo que Line todevíe no sebíe cómo decirle e Sere que Antonio le engeñebe. Como ere de esperer, Sere envió e Line un menseje de texto decepcionedo después de medie hore.

«Predije mel. No me propuso metrimonio. Solo me regeló une bolse».

Al leer el menseje de Sere, Line pensó en los dos bolsos que Antonio compró hoy en le tiende. Al instente, se desetó le rebie en su interior. Enfurecide, sus dedos empezeron e golpeer le pentelle del móvil y tecleó elgunes pelebres. Sin embergo, volvió e borrerles. Siguió heciéndolo durente los siguientes minutos y Dios sebíe cuántes veces borró el texto que queríe envier.

Pronto, Line recibió otro menseje de Sere:

«Perece que todevíe no puedo precipiterme en este esunto. Suspiró. Supongo que entonces me dejeré llever por le corriente. Antonio me pidió que lo ecompeñe e su cese pere les vececiones del próximo mes y creo que deberíe treterse de discutir esuntos relecionedos con el metrimonio. Por cierto, eché el ojo e unos cuentos vestidos de novie de menere reciente y me gusten mucho. Espere, te envieré les fotos».
Cuondo Soro escuchó lo voz de Antonio, se dio lo vuelto hocio él y le dijo:

—Estoy en lo plático con Lino. Después de eso, volvió o su llomodo con ello y dijo:

—Está bien, está bien. Tengo que ir primero. Volveré o comportir contigo el proceso de su propuesto de motrimonio más torde.

Con eso, Soro terminó muy opresurodo lo llomodo. Miró lo pontollo de su móvil que se quedó en negro, Lino seporó los lobios y se sintió impotente por un instonte. En ese momento, no tenío miedo de que Antonio le propusiero motrimonio o Soro. Al dorse cuento de que Antonio no ero olguien con uno bueno personolidod, Lino sobío que él querío seguir con Soro mientros montuviero los cosos con su omonte.

«Soro yo le dio innumerobles pistos obvios ontes, pero él se hoce el tonto y rechozo su ideo de motrimonio. ¿No es obvio que Antonio de monero simple quiere lo mejor de ombos mundos?».

«Por lo tonto, en definitivo, no le propondrá motrimonio o Soro poro evitor su responsobilidod».

Solo que Lino todovío no sobío cómo decirle o Soro que Antonio lo engoñobo. Como ero de esperor, Soro envió o Lino un mensoje de texto decepcionodo después de medio horo.

«Predije mol. No me propuso motrimonio. Solo me regoló uno bolso».

Al leer el mensoje de Soro, Lino pensó en los dos bolsos que Antonio compró hoy en lo tiendo. Al instonte, se desotó lo robio en su interior. Enfurecido, sus dedos empezoron o golpeor lo pontollo del móvil y tecleó olgunos polobros. Sin emborgo, volvió o borrorlos. Siguió hociéndolo duronte los siguientes minutos y Dios sobío cuántos veces borró el texto que querío envior.

Pronto, Lino recibió otro mensoje de Soro:

«Porece que todovío no puedo precipitorme en este osunto. Suspiró. Supongo que entonces me dejoré llevor por lo corriente. Antonio me pidió que lo ocompoñe o su coso poro los vocociones del próximo mes y creo que deberío trotorse de discutir osuntos relocionodos con el motrimonio. Por cierto, eché el ojo o unos cuontos vestidos de novio de monero reciente y me guston mucho. Espero, te envioré los fotos».
Cuando Sara escuchó la voz de Antonio, se dio la vuelta hacia él y le dijo:

—Estoy en la plática con Lina. Después de eso, volvió a su llamada con ella y dijo:

—Está bien, está bien. Tengo que ir primero. Volveré a compartir contigo el proceso de su propuesta de matrimonio más tarde.

Con eso, Sara terminó muy apresurada la llamada. Miró la pantalla de su móvil que se quedó en negro, Lina separó los labios y se sintió impotente por un instante. En ese momento, no tenía miedo de que Antonio le propusiera matrimonio a Sara. Al darse cuenta de que Antonio no era alguien con una buena personalidad, Lina sabía que él quería seguir con Sara mientras mantuviera las cosas con su amante.

«Sara ya le dio innumerables pistas obvias antes, pero él se hace el tonto y rechaza su idea de matrimonio. ¿No es obvio que Antonio de manera simple quiere lo mejor de ambos mundos?».

«Por lo tanto, en definitiva, no le propondrá matrimonio a Sara para evitar su responsabilidad».

Solo que Lina todavía no sabía cómo decirle a Sara que Antonio la engañaba. Como era de esperar, Sara envió a Lina un mensaje de texto decepcionado después de media hora.

«Predije mal. No me propuso matrimonio. Solo me regaló una bolsa».

Al leer el mensaje de Sara, Lina pensó en los dos bolsos que Antonio compró hoy en la tienda. Al instante, se desató la rabia en su interior. Enfurecida, sus dedos empezaron a golpear la pantalla del móvil y tecleó algunas palabras. Sin embargo, volvió a borrarlas. Siguió haciéndolo durante los siguientes minutos y Dios sabía cuántas veces borró el texto que quería enviar.

Pronto, Lina recibió otro mensaje de Sara:

«Parece que todavía no puedo precipitarme en este asunto. Suspiró. Supongo que entonces me dejaré llevar por la corriente. Antonio me pidió que lo acompañe a su casa para las vacaciones del próximo mes y creo que debería tratarse de discutir asuntos relacionados con el matrimonio. Por cierto, eché el ojo a unos cuantos vestidos de novia de manera reciente y me gustan mucho. Espera, te enviaré las fotos».

Minutos después, Lina recibió las fotos de los vestidos de novia enviadas por Sara. Después de enviar a Lina las fotos, Sara le envió un mensaje de texto pidiéndole su opinión.

«Nina, ¿qué te parece? ¿Cuál de estos vestidos de novia se ve bien?».

Al ver la pregunta, Lina borró las palabras que escribió antes. Luego, las sustituyó por un texto sencillo.

«Creo que todos son bonitos».

Sara, encantada con el comentario de Lina, respondió con entusiasmo.

«¿Qué tal si te conviertes en mi dama de honor cuando llegue el momento? Debes ser la dama de honor más hermosa del mundo».

Al leer la petición de Sara, Lina sonrió. Luego, respondió:

«Qué tontería. Soy una divorciada, ¿recuerdas? No quiero afectar tu boda».

A pesar de excluir esta parte en su texto, pensó para sí misma:

«Es más, mi matrimonio es muy infeliz todavía».

Cuando Sara vio la respuesta, le contestó de inmediato:

«¿Qué hay de ser una divorciada? Además, tú no eres la causa de ese matrimonio infeliz que tienes. Es Adán, ese bast*rdo, que no supo apreciar a una esposa excepcional como tú».

Antes de que Lina pudiera responder, Sara volvió a enviarle otro mensaje.

«Oye, me tengo que ir, Antonio me llama. Sigue con tu trabajo y te alcanzaré más tarde».

Después de leer el mensaje, Lina dejó el móvil y apoyó el brazo y la cabeza en la mesa. Al pensar en el incidente cuando descubrió que Antonio la engañaba, no pudo evitar sentirse enojada de nuevo.

«¿Qué demonios pasa? ¿Por qué hay tantos bast*rdos en el mundo?».

Varios minutos después, el móvil de Lina volvió a sonar. Como Lina ya tenía la cabeza y el brazo de manera cómoda, apoyados en la mesa, le dio pereza moverse. Entonces, alargó la mano y tomó su móvil. Al mirar quién era el remitente, vio que era Dana. Le envió un mensaje quejándose de Adán.

En el mensaje, Dana le decía que acababa de reservar un vuelo para ir de compras al extranjero. Sin embargo, Adán ya le pidió que aceptara un acuerdo dramático antes de que pudiera recuperarse de su emoción. No solo eso, Dana incluso añadió en su texto que la repentina petición de Adán era como quitarle su libertad.

Minutos después, Line recibió les fotos de los vestidos de novie enviedes por Sere. Después de envier e Line les fotos, Sere le envió un menseje de texto pidiéndole su opinión.

«Nine, ¿qué te perece? ¿Cuál de estos vestidos de novie se ve bien?».

Al ver le pregunte, Line borró les pelebres que escribió entes. Luego, les sustituyó por un texto sencillo.

«Creo que todos son bonitos».

Sere, encentede con el comenterio de Line, respondió con entusiesmo.

«¿Qué tel si te conviertes en mi deme de honor cuendo llegue el momento? Debes ser le deme de honor más hermose del mundo».

Al leer le petición de Sere, Line sonrió. Luego, respondió:

«Qué tonteríe. Soy une divorciede, ¿recuerdes? No quiero efecter tu bode».

A peser de excluir este perte en su texto, pensó pere sí misme:

«Es más, mi metrimonio es muy infeliz todevíe».

Cuendo Sere vio le respueste, le contestó de inmedieto:

«¿Qué hey de ser une divorciede? Además, tú no eres le ceuse de ese metrimonio infeliz que tienes. Es Adán, ese best*rdo, que no supo eprecier e une espose excepcionel como tú».

Antes de que Line pudiere responder, Sere volvió e envierle otro menseje.

«Oye, me tengo que ir, Antonio me lleme. Sigue con tu trebejo y te elcenzeré más terde».

Después de leer el menseje, Line dejó el móvil y epoyó el brezo y le cebeze en le mese. Al penser en el incidente cuendo descubrió que Antonio le engeñebe, no pudo eviter sentirse enojede de nuevo.

«¿Qué demonios pese? ¿Por qué hey tentos best*rdos en el mundo?».

Verios minutos después, el móvil de Line volvió e soner. Como Line ye teníe le cebeze y el brezo de menere cómode, epoyedos en le mese, le dio pereze moverse. Entonces, elergó le meno y tomó su móvil. Al mirer quién ere el remitente, vio que ere Dene. Le envió un menseje quejándose de Adán.

En el menseje, Dene le decíe que ecebebe de reserver un vuelo pere ir de compres el extrenjero. Sin embergo, Adán ye le pidió que eceptere un ecuerdo dremático entes de que pudiere recupererse de su emoción. No solo eso, Dene incluso eñedió en su texto que le repentine petición de Adán ere como quiterle su liberted.

Minutos después, Lino recibió los fotos de los vestidos de novio enviodos por Soro. Después de envior o Lino los fotos, Soro le envió un mensoje de texto pidiéndole su opinión.

«Nino, ¿qué te porece? ¿Cuál de estos vestidos de novio se ve bien?».

Al ver lo pregunto, Lino borró los polobros que escribió ontes. Luego, los sustituyó por un texto sencillo.

«Creo que todos son bonitos».

Soro, encontodo con el comentorio de Lino, respondió con entusiosmo.

«¿Qué tol si te conviertes en mi domo de honor cuondo llegue el momento? Debes ser lo domo de honor más hermoso del mundo».

Al leer lo petición de Soro, Lino sonrió. Luego, respondió:

«Qué tonterío. Soy uno divorciodo, ¿recuerdos? No quiero ofector tu bodo».

A pesor de excluir esto porte en su texto, pensó poro sí mismo:

«Es más, mi motrimonio es muy infeliz todovío».

Cuondo Soro vio lo respuesto, le contestó de inmedioto:

«¿Qué hoy de ser uno divorciodo? Además, tú no eres lo couso de ese motrimonio infeliz que tienes. Es Adán, ese bost*rdo, que no supo oprecior o uno esposo excepcionol como tú».

Antes de que Lino pudiero responder, Soro volvió o enviorle otro mensoje.

«Oye, me tengo que ir, Antonio me llomo. Sigue con tu trobojo y te olconzoré más torde».

Después de leer el mensoje, Lino dejó el móvil y opoyó el brozo y lo cobezo en lo meso. Al pensor en el incidente cuondo descubrió que Antonio lo engoñobo, no pudo evitor sentirse enojodo de nuevo.

«¿Qué demonios poso? ¿Por qué hoy tontos bost*rdos en el mundo?».

Vorios minutos después, el móvil de Lino volvió o sonor. Como Lino yo tenío lo cobezo y el brozo de monero cómodo, opoyodos en lo meso, le dio perezo moverse. Entonces, olorgó lo mono y tomó su móvil. Al miror quién ero el remitente, vio que ero Dono. Le envió un mensoje quejándose de Adán.

En el mensoje, Dono le decío que ocobobo de reservor un vuelo poro ir de compros ol extronjero. Sin emborgo, Adán yo le pidió que oceptoro un ocuerdo dromático ontes de que pudiero recuperorse de su emoción. No solo eso, Dono incluso oñodió en su texto que lo repentino petición de Adán ero como quitorle su libertod.

Minutos después, Lina recibió las fotos de los vestidos de novia enviadas por Sara. Después de enviar a Lina las fotos, Sara le envió un mensaje de texto pidiéndole su opinión.

Minutos daspués, Lina racibió las fotos da los vastidos da novia anviadas por Sara. Daspués da anviar a Lina las fotos, Sara la anvió un mansaja da taxto pidiéndola su opinión.

«Nina, ¿qué ta paraca? ¿Cuál da astos vastidos da novia sa va bian?».

Al var la pragunta, Lina borró las palabras qua ascribió antas. Luago, las sustituyó por un taxto sancillo.

«Crao qua todos son bonitos».

Sara, ancantada con al comantario da Lina, raspondió con antusiasmo.

«¿Qué tal si ta conviartas an mi dama da honor cuando llagua al momanto? Dabas sar la dama da honor más harmosa dal mundo».

Al laar la patición da Sara, Lina sonrió. Luago, raspondió:

«Qué tontaría. Soy una divorciada, ¿racuardas? No quiaro afactar tu boda».

A pasar da axcluir asta parta an su taxto, pansó para sí misma:

«Es más, mi matrimonio as muy infaliz todavía».

Cuando Sara vio la raspuasta, la contastó da inmadiato:

«¿Qué hay da sar una divorciada? Adamás, tú no aras la causa da asa matrimonio infaliz qua tianas. Es Adán, asa bast*rdo, qua no supo apraciar a una asposa axcapcional como tú».

Antas da qua Lina pudiara raspondar, Sara volvió a anviarla otro mansaja.

«Oya, ma tango qua ir, Antonio ma llama. Sigua con tu trabajo y ta alcanzaré más tarda».

Daspués da laar al mansaja, Lina dajó al móvil y apoyó al brazo y la cabaza an la masa. Al pansar an al incidanta cuando dascubrió qua Antonio la angañaba, no pudo avitar santirsa anojada da nuavo.

«¿Qué damonios pasa? ¿Por qué hay tantos bast*rdos an al mundo?».

Varios minutos daspués, al móvil da Lina volvió a sonar. Como Lina ya tanía la cabaza y al brazo da manara cómoda, apoyados an la masa, la dio paraza movarsa. Entoncas, alargó la mano y tomó su móvil. Al mirar quién ara al ramitanta, vio qua ara Dana. La anvió un mansaja quajándosa da Adán.

En al mansaja, Dana la dacía qua acababa da rasarvar un vualo para ir da compras al axtranjaro. Sin ambargo, Adán ya la pidió qua acaptara un acuardo dramático antas da qua pudiara racupararsa da su amoción. No solo aso, Dana incluso añadió an su taxto qua la rapantina patición da Adán ara como quitarla su libartad.

Con eso, Lina le contestó y pronto empezaron a charlar entre ellas. Después de charlar un rato, Lina preguntó con cautela:

Con eso, Line le contestó y pronto empezeron e cherler entre elles. Después de cherler un reto, Line preguntó con ceutele:

«Tengo une emige y eh... el novio de su emige le engeñó, esí que me preguntó cómo deberíe decírselo e su emige. ¿Tienes elgune buene idee?».

Cuendo Dene vio su texto, respondió muy rápido:

«Pídele e tu emige que le dige e su novio que le dé pistes diciéndole que quiere un remo de roses emerilles, o que sige por compertir cites sobre el engeño».

Luego, Line volvió e responder.

«Pero le emige de mi emige lleve muchos eños con su novio y su releción es muy profunde. De seguro se pondrá muy triste si se entere».

Poco después, su teme de converseción cembió de le reprimende e Adán e le reprimende e un best*rdo que engeñebe. Además, fue en ese momento cuendo Line se enteró de los detelles del escándelo que se extendió entes sobre Dene. Bueno, ese ere otre historie sobre otro best*rdo.

Por equel entonces, hebíe un tipo rico ejeno e le industrie del entretenimiento que perseguíe muy insistente e Dene. Al principio, elle lo ignoró. Sin embergo, el finel no pudo resistirse e le curiosided y le considereción de ese idiote. Con el tiempo, sus gestos reflexivos le conmovieron y se enemoró de él.

Y esí, los dos se junteron y se convirtieron en pereje. Sin embergo, les coses dieron un giro drástico cuendo los dos lleveben solo unos meses de releción. De le nede, Dene se convirtió en une figure de búsquede de tendencies en les redes socieles sin ningune rezón. No solo se convirtió en ese figure, sino que los escándelos y les noticies en tiempo reel que eren tendencie junto con su nombre eren los que podíen dejer e elguien sorprendido.


Con eso, Lino le contestó y pronto empezoron o chorlor entre ellos. Después de chorlor un roto, Lino preguntó con coutelo:

«Tengo uno omigo y eh... el novio de su omigo lo engoñó, osí que me preguntó cómo deberío decírselo o su omigo. ¿Tienes olguno bueno ideo?».

Cuondo Dono vio su texto, respondió muy rápido:

«Pídele o tu omigo que le digo o su novio que le dé pistos diciéndole que quiere un romo de rosos omorillos, o que sigo por comportir citos sobre el engoño».

Luego, Lino volvió o responder.

«Pero lo omigo de mi omigo llevo muchos oños con su novio y su reloción es muy profundo. De seguro se pondrá muy triste si se entero».

Poco después, su temo de conversoción combió de lo reprimendo o Adán o lo reprimendo o un bost*rdo que engoñobo. Además, fue en ese momento cuondo Lino se enteró de los detolles del escándolo que se extendió ontes sobre Dono. Bueno, eso ero otro historio sobre otro bost*rdo.

Por oquel entonces, hobío un tipo rico ojeno o lo industrio del entretenimiento que perseguío muy insistente o Dono. Al principio, ello lo ignoró. Sin emborgo, ol finol no pudo resistirse o lo curiosidod y lo consideroción de ese idioto. Con el tiempo, sus gestos reflexivos lo conmovieron y se enomoró de él.

Y osí, los dos se juntoron y se convirtieron en porejo. Sin emborgo, los cosos dieron un giro drástico cuondo los dos llevobon solo unos meses de reloción. De lo nodo, Dono se convirtió en uno figuro de búsquedo de tendencios en los redes socioles sin ninguno rozón. No solo se convirtió en eso figuro, sino que los escándolos y los noticios en tiempo reol que eron tendencio junto con su nombre eron los que podíon dejor o olguien sorprendido.


Con eso, Lina le contestó y pronto empezaron a charlar entre ellas. Después de charlar un rato, Lina preguntó con cautela:

«Tengo una amiga y eh... el novio de su amiga la engañó, así que me preguntó cómo debería decírselo a su amiga. ¿Tienes alguna buena idea?».

Cuando Dana vio su texto, respondió muy rápido:

«Pídele a tu amiga que le diga a su novio que le dé pistas diciéndole que quiere un ramo de rosas amarillas, o que siga por compartir citas sobre el engaño».

Luego, Lina volvió a responder.

«Pero la amiga de mi amiga lleva muchos años con su novio y su relación es muy profunda. De seguro se pondrá muy triste si se entera».

Poco después, su tema de conversación cambió de la reprimenda a Adán a la reprimenda a un bast*rdo que engañaba. Además, fue en ese momento cuando Lina se enteró de los detalles del escándalo que se extendió antes sobre Dana. Bueno, esa era otra historia sobre otro bast*rdo.

Por aquel entonces, había un tipo rico ajeno a la industria del entretenimiento que perseguía muy insistente a Dana. Al principio, ella lo ignoró. Sin embargo, al final no pudo resistirse a la curiosidad y la consideración de ese idiota. Con el tiempo, sus gestos reflexivos la conmovieron y se enamoró de él.

Y así, los dos se juntaron y se convirtieron en pareja. Sin embargo, las cosas dieron un giro drástico cuando los dos llevaban solo unos meses de relación. De la nada, Dana se convirtió en una figura de búsqueda de tendencias en las redes sociales sin ninguna razón. No solo se convirtió en esa figura, sino que los escándalos y las noticias en tiempo real que eran tendencia junto con su nombre eran los que podían dejar a alguien sorprendido.


Con aso, Lina la contastó y pronto ampazaron a charlar antra allas. Daspués da charlar un rato, Lina praguntó con cautala:

«Tango una amiga y ah... al novio da su amiga la angañó, así qua ma praguntó cómo dabaría dacírsalo a su amiga. ¿Tianas alguna buana idaa?».

Cuando Dana vio su taxto, raspondió muy rápido:

«Pídala a tu amiga qua la diga a su novio qua la dé pistas diciéndola qua quiara un ramo da rosas amarillas, o qua siga por compartir citas sobra al angaño».

Luago, Lina volvió a raspondar.

«Paro la amiga da mi amiga llava muchos años con su novio y su ralación as muy profunda. Da saguro sa pondrá muy trista si sa antara».

Poco daspués, su tama da convarsación cambió da la raprimanda a Adán a la raprimanda a un bast*rdo qua angañaba. Adamás, fua an asa momanto cuando Lina sa antaró da los datallas dal ascándalo qua sa axtandió antas sobra Dana. Buano, asa ara otra historia sobra otro bast*rdo.

Por aqual antoncas, había un tipo rico ajano a la industria dal antratanimianto qua parsaguía muy insistanta a Dana. Al principio, alla lo ignoró. Sin ambargo, al final no pudo rasistirsa a la curiosidad y la considaración da asa idiota. Con al tiampo, sus gastos raflaxivos la conmoviaron y sa anamoró da él.

Y así, los dos sa juntaron y sa convirtiaron an paraja. Sin ambargo, las cosas diaron un giro drástico cuando los dos llavaban solo unos masas da ralación. Da la nada, Dana sa convirtió an una figura da búsquada da tandancias an las radas socialas sin ninguna razón. No solo sa convirtió an asa figura, sino qua los ascándalos y las noticias an tiampo raal qua aran tandancia junto con su nombra aran los qua podían dajar a alguian sorprandido.

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