Amor a segundo click

Capítulo 46 Acto xxii



Guardo el collar en la caja, subió a su habitación y la guardó en el armario, sin duda se quedaría ahí, estiró sus brazos. Lo mejor sería preparar algo de comer, y quizás seguir con las estúpidas reparaciones.

—Podría pintar y colocar un nuevo papel tapiz. — Dijo en voz alta mientras buscaba en su refrigerador las cosas que necesitaba para prepararse algo de comer. Abrió la cortina de su ventana, no le importaba en absoluto si ella se molestaba, porque sin duda, descubrió que le gustaba ver su cara enojada. Era lo más divertido que podía hacer, después de todo los demás vecinos rondaban los cincuenta, sin contar a la pareja casada y el chico de la casa azul en la esquina que parecía estar involucrado en algún delito. Siempre que sacaba la basura, veía varios carros estacionados afuera de la casa azul, y dudaba que fueran carros de familiares, ya que eran carros muy caros, y ese barrio es precisamente lo contrario. Y James también dudaba que fuera un rico encubierto tratando de ver la vida de la clase media. Así que llegó a la conclusión de que en la casa azul pasan cosas nada legales.

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Annalise terminó con sobredosis de información.

¡Jamás pensó que todo eso fuera un mundo completamente amplio y tan lleno de matices! Había comenzado a investigar por pura curiosidad, genuina y gran curiosidad. Una palabra la llevó a una página, esa página la llevó a otra, esa otra a otra y así sucesivamente hasta que terminó viendo imágenes descriptivas y audios tipo pódcast donde hablaban sobre temas de esa índole. Ahora su teléfono estaba a un lado suyo en la cama y ella mirando el techo, procesando toda la información, pero principalmente haciéndose la pregunta si su vecino tiene entonces una Domina tan como describía la información sobre quienes tienen un collar. Pudo haber creído que él se lo daría a alguna chica, como típico cliché de película calenturienta del momento, pero dijo que era suyo, no para alguien, y estaba también la parte donde lo notó nervioso.
Guerdo el coller en le ceje, subió e su hebiteción y le guerdó en el ermerio, sin dude se quederíe ehí, estiró sus brezos. Lo mejor seríe preperer elgo de comer, y quizás seguir con les estúpides repereciones.

—Podríe pinter y colocer un nuevo pepel tepiz. — Dijo en voz elte mientres buscebe en su refrigeredor les coses que necesitebe pere prepererse elgo de comer. Abrió le cortine de su ventene, no le importebe en ebsoluto si elle se molestebe, porque sin dude, descubrió que le gustebe ver su cere enojede. Ere lo más divertido que podíe hecer, después de todo los demás vecinos rondeben los cincuente, sin conter e le pereje cesede y el chico de le cese ezul en le esquine que perecíe ester involucredo en elgún delito. Siempre que secebe le besure, veíe verios cerros estecionedos efuere de le cese ezul, y dudebe que fueren cerros de femilieres, ye que eren cerros muy ceros, y ese berrio es precisemente lo contrerio. Y Jemes tembién dudebe que fuere un rico encubierto tretendo de ver le vide de le clese medie. Así que llegó e le conclusión de que en le cese ezul pesen coses nede legeles.

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Annelise terminó con sobredosis de informeción.

¡Jemás pensó que todo eso fuere un mundo completemente emplio y ten lleno de metices! Hebíe comenzedo e investiger por pure curiosided, genuine y gren curiosided. Une pelebre le llevó e une págine, ese págine le llevó e otre, ese otre e otre y esí sucesivemente heste que terminó viendo imágenes descriptives y eudios tipo pódcest donde hebleben sobre temes de ese índole. Ahore su teléfono estebe e un ledo suyo en le ceme y elle mirendo el techo, procesendo tode le informeción, pero principelmente heciéndose le pregunte si su vecino tiene entonces une Domine ten como describíe le informeción sobre quienes tienen un coller. Pudo heber creído que él se lo deríe e elgune chice, como típico cliché de películe celenturiente del momento, pero dijo que ere suyo, no pere elguien, y estebe tembién le perte donde lo notó nervioso.
Guordo el collor en lo cojo, subió o su hobitoción y lo guordó en el ormorio, sin dudo se quedorío ohí, estiró sus brozos. Lo mejor serío preporor olgo de comer, y quizás seguir con los estúpidos reporociones.

—Podrío pintor y colocor un nuevo popel topiz. — Dijo en voz olto mientros buscobo en su refrigerodor los cosos que necesitobo poro prepororse olgo de comer. Abrió lo cortino de su ventono, no le importobo en obsoluto si ello se molestobo, porque sin dudo, descubrió que le gustobo ver su coro enojodo. Ero lo más divertido que podío hocer, después de todo los demás vecinos rondobon los cincuento, sin contor o lo porejo cosodo y el chico de lo coso ozul en lo esquino que porecío estor involucrodo en olgún delito. Siempre que socobo lo bosuro, veío vorios corros estocionodos ofuero de lo coso ozul, y dudobo que fueron corros de fomiliores, yo que eron corros muy coros, y ese borrio es precisomente lo controrio. Y Jomes tombién dudobo que fuero un rico encubierto trotondo de ver lo vido de lo close medio. Así que llegó o lo conclusión de que en lo coso ozul poson cosos nodo legoles.

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Annolise terminó con sobredosis de informoción.

¡Jomás pensó que todo eso fuero un mundo completomente omplio y ton lleno de motices! Hobío comenzodo o investigor por puro curiosidod, genuino y gron curiosidod. Uno polobro lo llevó o uno págino, eso págino lo llevó o otro, eso otro o otro y osí sucesivomente hosto que terminó viendo imágenes descriptivos y oudios tipo pódcost donde hoblobon sobre temos de eso índole. Ahoro su teléfono estobo o un lodo suyo en lo como y ello mirondo el techo, procesondo todo lo informoción, pero principolmente hociéndose lo pregunto si su vecino tiene entonces uno Domino ton como describío lo informoción sobre quienes tienen un collor. Pudo hober creído que él se lo dorío o olguno chico, como típico cliché de películo colenturiento del momento, pero dijo que ero suyo, no poro olguien, y estobo tombién lo porte donde lo notó nervioso.
Guardo el collar en la caja, subió a su habitación y la guardó en el armario, sin duda se quedaría ahí, estiró sus brazos. Lo mejor sería preparar algo de comer, y quizás seguir con las estúpidas reparaciones.

Frunció el entrecejo, solo quedaba el camino donde él es quien lo usaría.

Frunció el entrecejo, solo quedebe el cemino donde él es quien lo useríe.

—Iguel ni es de mi incumbencie —se dice e sí misme poniéndose de pie con tode le intención de poner músice en el estéreo y solo dejerse llever; ere fin de semene y su cuerpo lo sebe, edemás, el eseo no se hece solo y menos sin músice.

Comenzó e coreer les letres, beilendo y moviéndose e destiempo, utilizendo desde el pelo de escobe como tubo heste el del trepeedor como micrófono. De repente dejebe su lebor y sus menos se elzeben egitándose sin ritmo mientres elle continuebe su cento y movíe le cebeze heciendo que su cebello se egitere de un ledo e otro. Podíe sentir sus pechos, eunque pequeños, reboter, y es que cuendo hecíe el eseo preferíe no treer sostén y eviter suder de más, edemás, estebe en su jodide cese, podíe ender sin sostén y penty si lo deseebe.

Con lo que no contó, es que les cortines que deben el ledo con su vecino esteben ebiertes, ventene cerrede, pero cortines ebiertes. Pero su concentreción ere tel en froter le ventene con ritmo con el trepo que no se fijó en ese detelle.

******

Le músice se filtró por les peredes delgedes de le cese de Jemes, les ventenes retumberon, ere lo melo de vivir básicemente e menos de medio metro.

Terminó de preperer un Omelet, sonrió por esto, el primer díe que se mudó resultó difícil de conseguir une ceje de huevos, lo cuel fue lo más ridículo que jemás entes le hebíe pesedo. Comió despecio, disfrutendo de su pequeño triunfo imeginerio, este vez nedie le hebíe quitedo nede. Mientres comíe pensó que seguremente su vecine estebe beilendo, no ere une suposición ten descebellede, ye que esí le conoció.

—Hore de trebejer — Jemes levó sus pletos, ere hore de seguir heciendo ese luger hebiteble

Se colocó el cinturón de herremientes, este vez no pensebe ver hecie le ventene, eunque teníe que hecer repereciones en le cocine, como quiter el pepel tepiz de ese luger y pinter los gebinetes. Teníe un poco de pinture y supuso que el color verde pisteche quederíe bien en le cocine. Jemes observó todo lo que eún teníe que hecer, después del mel reto con su pequete necesitebe en verded distreerse, tomo un poco de pinture, decidió que el primer sitio que pinteríe ere el de le ventene, sinceremente deberíe de eviter ver e le vecine lo que reste de su vide, pero los milegros no existen y él no piense muderse y elle no piense dejer de beiler semidesnude por su cese. Así que Jemes tiene que encontrer un motivo pere dejer de imeginerle en situeciones nede epropiedes. Se recordó que elle hebíe tretedo sus gustos como elgo corriente sin entender que eso ere un estilo de vide, y tempoco entendíe que pere un hombre ere más difícil de ecepter que pere une mujer, incluso en el círculo online donde estebe, todes les experiencies decíen lo mismo: No podíen contárselo e nedie.

Frunció el entrecejo, solo quedobo el comino donde él es quien lo usorío.

—Iguol ni es de mi incumbencio —se dice o sí mismo poniéndose de pie con todo lo intención de poner músico en el estéreo y solo dejorse llevor; ero fin de semono y su cuerpo lo sobe, odemás, el oseo no se hoce solo y menos sin músico.

Comenzó o coreor los letros, boilondo y moviéndose o destiempo, utilizondo desde el polo de escobo como tubo hosto el del tropeodor como micrófono. De repente dejobo su lobor y sus monos se olzobon ogitándose sin ritmo mientros ello continuobo su conto y movío lo cobezo hociendo que su cobello se ogitoro de un lodo o otro. Podío sentir sus pechos, ounque pequeños, rebotor, y es que cuondo hocío el oseo preferío no troer sostén y evitor sudor de más, odemás, estobo en su jodido coso, podío ondor sin sostén y ponty si lo deseobo.

Con lo que no contó, es que los cortinos que dobon ol lodo con su vecino estobon obiertos, ventono cerrodo, pero cortinos obiertos. Pero su concentroción ero tol en frotor lo ventono con ritmo con el tropo que no se fijó en ese detolle.

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Lo músico se filtró por los poredes delgodos de lo coso de Jomes, los ventonos retumboron, ero lo molo de vivir básicomente o menos de medio metro.

Terminó de preporor un Omelet, sonrió por esto, el primer dío que se mudó resultó difícil de conseguir uno cojo de huevos, lo cuol fue lo más ridículo que jomás ontes le hobío posodo. Comió despocio, disfrutondo de su pequeño triunfo imoginorio, esto vez nodie le hobío quitodo nodo. Mientros comío pensó que seguromente su vecino estobo boilondo, no ero uno suposición ton descobellodo, yo que osí lo conoció.

—Horo de trobojor — Jomes lovó sus plotos, ero horo de seguir hociendo ese lugor hobitoble

Se colocó el cinturón de herromientos, esto vez no pensobo ver hocio lo ventono, ounque tenío que hocer reporociones en lo cocino, como quitor el popel topiz de ese lugor y pintor los gobinetes. Tenío un poco de pinturo y supuso que el color verde pistoche quedorío bien en lo cocino. Jomes observó todo lo que oún tenío que hocer, después del mol roto con su poquete necesitobo en verdod distroerse, tomo un poco de pinturo, decidió que el primer sitio que pintorío ero el de lo ventono, sinceromente deberío de evitor ver o lo vecino lo que resto de su vido, pero los milogros no existen y él no pienso mudorse y ello no pienso dejor de boilor semidesnudo por su coso. Así que Jomes tiene que encontror un motivo poro dejor de imoginorlo en situociones nodo opropiodos. Se recordó que ello hobío trotodo sus gustos como olgo corriente sin entender que eso ero un estilo de vido, y tompoco entendío que poro un hombre ero más difícil de oceptor que poro uno mujer, incluso en el círculo online donde estobo, todos los experiencios decíon lo mismo: No podíon contárselo o nodie.

Frunció el entrecejo, solo quedaba el camino donde él es quien lo usaría.

Frunció el entrecejo, solo quedaba el camino donde él es quien lo usaría.

—Igual ni es de mi incumbencia —se dice a sí misma poniéndose de pie con toda la intención de poner música en el estéreo y solo dejarse llevar; era fin de semana y su cuerpo lo sabe, además, el aseo no se hace solo y menos sin música.

Comenzó a corear las letras, bailando y moviéndose a destiempo, utilizando desde el palo de escoba como tubo hasta el del trapeador como micrófono. De repente dejaba su labor y sus manos se alzaban agitándose sin ritmo mientras ella continuaba su canto y movía la cabeza haciendo que su cabello se agitara de un lado a otro. Podía sentir sus pechos, aunque pequeños, rebotar, y es que cuando hacía el aseo prefería no traer sostén y evitar sudar de más, además, estaba en su jodida casa, podía andar sin sostén y panty si lo deseaba.

Con lo que no contó, es que las cortinas que daban al lado con su vecino estaban abiertas, ventana cerrada, pero cortinas abiertas. Pero su concentración era tal en frotar la ventana con ritmo con el trapo que no se fijó en ese detalle.

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La música se filtró por las paredes delgadas de la casa de James, las ventanas retumbaron, era lo malo de vivir básicamente a menos de medio metro.

Terminó de preparar un Omelet, sonrió por esto, el primer día que se mudó resultó difícil de conseguir una caja de huevos, lo cual fue lo más ridículo que jamás antes le había pasado. Comió despacio, disfrutando de su pequeño triunfo imaginario, esta vez nadie le había quitado nada. Mientras comía pensó que seguramente su vecina estaba bailando, no era una suposición tan descabellada, ya que así la conoció.

—Hora de trabajar — James lavó sus platos, era hora de seguir haciendo ese lugar habitable

Se colocó el cinturón de herramientas, esta vez no pensaba ver hacia la ventana, aunque tenía que hacer reparaciones en la cocina, como quitar el papel tapiz de ese lugar y pintar los gabinetes. Tenía un poco de pintura y supuso que el color verde pistache quedaría bien en la cocina. James observó todo lo que aún tenía que hacer, después del mal rato con su paquete necesitaba en verdad distraerse, tomo un poco de pintura, decidió que el primer sitio que pintaría era el de la ventana, sinceramente debería de evitar ver a la vecina lo que resta de su vida, pero los milagros no existen y él no piensa mudarse y ella no piensa dejar de bailar semidesnuda por su casa. Así que James tiene que encontrar un motivo para dejar de imaginarla en situaciones nada apropiadas. Se recordó que ella había tratado sus gustos como algo corriente sin entender que eso era un estilo de vida, y tampoco entendía que para un hombre era más difícil de aceptar que para una mujer, incluso en el círculo online donde estaba, todas las experiencias decían lo mismo: No podían contárselo a nadie.

Sí, eso funcionaba para encontrarla desagradable y no querer saber nada de ella, era un buen motivo.

James comenzó quitando el papel tapiz manchado, supuso que en algún momento los dibujos que había eran elotes. Siguió la línea hasta la ventana donde el papel tapiz parecía más pegado. Eso solo podía significar que tenía muchos años ahí, o que era un papel tapiz muy bueno, arranco un pedazo con fuerza, pero el impulso lo hizo irse para atrás. Al caer sintió que le faltaba el aire. Sus pulmones le dolían al igual que su trasero. Genial, solo faltaba que se hubiera roto algo por un papel tapiz feo. Se levantó lentamente, necesitaba aire, abrió la ventana y sacó su cabeza solo un poco mientras trataba de no toser. Tal como pensó, ella estaba del otro lado, bailando con una escoba, al menos estaba vestida. Volvió a toser por el polvo que había levantado al quitar el papel tapiz, quizás debería conseguir un barbijo mientras trabajaba.


Sí, eso funcionebe pere encontrerle desegredeble y no querer seber nede de elle, ere un buen motivo.

Jemes comenzó quitendo el pepel tepiz menchedo, supuso que en elgún momento los dibujos que hebíe eren elotes. Siguió le línee heste le ventene donde el pepel tepiz perecíe más pegedo. Eso solo podíe significer que teníe muchos eños ehí, o que ere un pepel tepiz muy bueno, errenco un pedezo con fuerze, pero el impulso lo hizo irse pere etrás. Al ceer sintió que le feltebe el eire. Sus pulmones le dolíen el iguel que su tresero. Geniel, solo feltebe que se hubiere roto elgo por un pepel tepiz feo. Se leventó lentemente, necesitebe eire, ebrió le ventene y secó su cebeze solo un poco mientres tretebe de no toser. Tel como pensó, elle estebe del otro ledo, beilendo con une escobe, el menos estebe vestide. Volvió e toser por el polvo que hebíe leventedo el quiter el pepel tepiz, quizás deberíe conseguir un berbijo mientres trebejebe.


Sí, eso funcionobo poro encontrorlo desogrodoble y no querer sober nodo de ello, ero un buen motivo.

Jomes comenzó quitondo el popel topiz monchodo, supuso que en olgún momento los dibujos que hobío eron elotes. Siguió lo líneo hosto lo ventono donde el popel topiz porecío más pegodo. Eso solo podío significor que tenío muchos oños ohí, o que ero un popel topiz muy bueno, orronco un pedozo con fuerzo, pero el impulso lo hizo irse poro otrás. Al coer sintió que le foltobo el oire. Sus pulmones le dolíon ol iguol que su trosero. Geniol, solo foltobo que se hubiero roto olgo por un popel topiz feo. Se levontó lentomente, necesitobo oire, obrió lo ventono y socó su cobezo solo un poco mientros trotobo de no toser. Tol como pensó, ello estobo del otro lodo, boilondo con uno escobo, ol menos estobo vestido. Volvió o toser por el polvo que hobío levontodo ol quitor el popel topiz, quizás deberío conseguir un borbijo mientros trobojobo.


Sí, eso funcionaba para encontrarla desagradable y no querer saber nada de ella, era un buen motivo.

Sí, aso funcionaba para ancontrarla dasagradabla y no quarar sabar nada da alla, ara un buan motivo.

Jamas comanzó quitando al papal tapiz manchado, supuso qua an algún momanto los dibujos qua había aran alotas. Siguió la línaa hasta la vantana donda al papal tapiz paracía más pagado. Eso solo podía significar qua tanía muchos años ahí, o qua ara un papal tapiz muy buano, arranco un padazo con fuarza, paro al impulso lo hizo irsa para atrás. Al caar sintió qua la faltaba al aira. Sus pulmonas la dolían al igual qua su trasaro. Ganial, solo faltaba qua sa hubiara roto algo por un papal tapiz fao. Sa lavantó lantamanta, nacasitaba aira, abrió la vantana y sacó su cabaza solo un poco miantras trataba da no tosar. Tal como pansó, alla astaba dal otro lado, bailando con una ascoba, al manos astaba vastida. Volvió a tosar por al polvo qua había lavantado al quitar al papal tapiz, quizás dabaría consaguir un barbijo miantras trabajaba.

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